Cada Navidad, en la Escola Argentona,
la escuela donde trabajo (casi diría que vivo), el último día antes de iniciar las vacaciones de
Navidad llevamos a cabo el ritual del “Amigo Invisible” pero de una forma
particular. Durante diez días vamos dejando “pistas” que definen la persona a
la que irá dirigido el regalo. Os puedo asegurar que es muy, muy divertido ver
el ingenio y el esfuerzo que ponemos en la elaboración de las pistas para
identificar, agasajar y arrancar una sonrisa de las personas a quienes van
dirigidas.
En ese contexto, el año pasado mi
amiga Noemí me dejó 4 CD que, evidentemente, me identificaban, llenos de música.
Uno de ellos ya tuve el enorme placer de compartirlo con vosotros en este bloc las navidades pasadas.
El título: Música
de una amiga invisible.
La siguiente "pista" se titulaba “Nadales con alevosía”, un CD con covers de música
navideña a cargo del grupo Pentatonix,
un grupo de cinco personas que cantan a capela con sede en Arlington, Texas. A la sazón Kirstin
Maldonado (mezzosoprano), Scott Hoying (barítono), Mitch
Grassi (tenor), Avriel
Kaplan (bajo) y Kevin Olusola (beatbox) Han
hecho de su voz un instrumento de música libre llegando a límites
insospechados. Juntos, crean un sonido completo, y se han atrevido a versionar
a Lady Gaga, Sugarland, o Usher.
En sus orígenes Pentatomix (a
veces abreviado como PTX) estaba compuesto por Kirstie, Mitch y Scott, los tres
jóvenes que se conocieron en el instituto. Posteriormente se unieron Avi y
Kevin Pentatonix es uno de los grupos más importantes del momento, porque sus
números dan miedo. 735 millones de visualizaciones Youtube y más de 7,5
millones de personas suscritas a sus videos. Eso por no hablar de 2 millones de
seguidores en Facebook y cerca de 1 millón en Twitter.
En Estados Unidos son
muy conocidos por proclamarse vencedores en la tercera edición de The Sing-Off,
un concurso musical de la cadena televisiva NBC obteniendo 200 mil dólares y un
contrato de grabación con Sony. En 2015 ganaron el premio Grammy a “Mejor
arreglo, instrumental o a capela”.
En su video clip “La evolución de la música”, con más de 68 millones de reproducciones en YouTube, y es una de las canciones más virales del mundo, lograron condensar la evolución de la música desde el siglo XI. Desde el canto gregoriano a la música actual, el grupo repasa en un vídeo de cuatro minutos toda la historia de la músicainterpretando algunas de las composiciones más escuchadas de todos los tiempos. pasando rápidamente por la más antigua y deteniéndose en la de las últimas décadas.
El nombre Pentatonix, como cuenta Scott Hoying, fue elegido por la escala pentatónica, una escala o modo con cinco notas por octava. El grupo creyó que el nombre de la escala pentatónica venía bien por los cinco miembros del grupo. Y reemplazaron las últimas letras por una x para que sonara mejor destacándose por su variedad estilística inesperada, el quinteto admite que tiene influencia de pop, dubstep, electro, reggae y hip-hop.
Para darle una nueva voz a la
Navidad en 2012 ve la luz su primer disco navideño: “PTXmas” Es el segundo trabajo
de estudio del grupo. “PTXmas” reúne villancicos clásicos. El álbum fue el
editado por Madison Gate.
13 son los temas que me encontré al escuchar el CD. ¿Dispuestos a escucharlos? ¡Vamos a ello!
Pentatonix sorprendió a sus seguidores con una
versión del tamborilero. En el video de 4 minutos, el grupo de armonía vocal
interpreta Little Drummer Boy, (El
pequeño tamborilero) el cual hasta la fecha ya tiene más de 15 millones de
visitas.
Uno de sus primeros éxitos en la
popular plataforma de videos fue Carol of
the Bells presentado el 14 de Noviembre de 2012 en su canal oficial y que a
la fecha alcanza casi 40 millones de reproducciones.
He aquí otros temas del primer LP navideño
Es su segundo disco navideño nos
presentan media hora de covers con algún tema propio como That’s Christmas To Me (Eso es Navidad para mí) y varias versiones, algunas bastantes
curiosas como esa mezcla que han hecho de Winter
Wonderland y Don’t Worry Be Happy. Incluso, ironías de la vida, incluyen
una pista bonus que es… ¡una
versión de Let It Go de Frozen!
El emblemático rascacielos de
Nueva York, el Empire
State se ha iluminado durante las fiestas de Navidad al ritmo del grupo
Pentatonix. Los transeúntes que pasen cerca del edificio pueden contemplar un
espectáculo de luces y música cada hora que estará amenizado por el grupo de
música a capela.
Estos son los temas que Noemí me
regaló, 13 “nadales” que cuando las escuchas sabes que, definitivamente, ha
llegado la Navidad.
Feliz Navidad. Bon Nadal. καλα χριστουγεννα! . عيد ميلاد مجيد Eguberri on. Bo Nadal. Joyeux Noël.
Ligera nostalgia nocturna. En Radio 3, acompañada por
el motor de mi diésel, escucho a Peter, Paul and Mary,
uno de los grupos más famosos de folk de los años 60. Yo prácticamente acababa
de nacer; pero tan sólo 10 años después cantaría sus canciones en un
chapurreado e ininteligible idioma con acento inglés (continúo sin saberlo), acompañada de
mi guitarra.
No sabíamos qué decían exactamente sus letras pero nos emocionábamos igual, (como me emociono ahora hasta las lágrimas) con aquella música tan simple, tres voces tan claras como el agua de un torrente. Tres voces que, sin embargo, entre muchas otras, le pusieron ritmo a la protesta de una juventud opuesta a la guerra y a la discriminación. La juventud siempre ha querido la paz
El joven cantante y profesor universitario de Derecho, Peter Yarrow, Noel “Paul” Stookey, un músico de jazz y comediante y Mary Travers, la hija de un periodista de Louisville, concienciada desde muy joven con la música y la política de izquierdas, se conocieron en 1960 en el Greenwich Village, un popular centro neoyorquino, crisol en esa época de creatividad y de descubrimientos, de donde emergieron connotados músicos como Joan Baez, Simon & Garfunkel, James Taylor, los Velvet Underground y Jimi Hendrix. Un lugar en el que los artistas llegaban con su guitarra y unas cuántas melodías (a veces propias y a veces no) y en la primera esquina se ponían a interpretar. Sus voces eran armoniosas, sus letras hablaban de reivindicaciones sociales y derechos civiles. Himnos, del movimiento protesta en una época llena de esperanza.
Bajo la dirección de Albert Grossman, los
tres jóvenes se alinearon y, luego de que Stookey cambiara su nombre,
decidieron llamarse Peter, Paul & Mary. Como tal, Grossman los empezó a
presentar en el popular circuito artístico de esa área de Manhattan. El trío fue
un revulsivo vital para resucitar en los sesenta el viejo folk americano de Woody Guthrie y
especialmente de The
Weavers, una formación de gran éxito durante los primeros años cincuenta en
el que militaba Pete Seeger y en cuya cantante, Ronnie Gilbert, Mary
Travers encontró su espejo artístico.
Portada del tercer LP del grupo
perteneciente a nuestra discografía
Un año después de su formación
oficial, en 1962, lanzaron su primer disco. Fue autotitulado e incluyó temas
como 500 Miles de Hedy West y su melancolía
por la distancia del hogar de los soldados enviados a Vietnam, Lemon Tree de Will Holt y uno de Pete Seeger y Lee Hays, titulado If I Had a Hammerque
catapultó al trío de inmediato al número uno. Lo pegadizo de su melodía, los trepidantes coros y su subliminal
fondo político, vino al pelo en una América bastante convulsionada en
aquellos años por una izquierda muy activa y unos problemas bien latentes: la
lucha por los derechos civiles, la tensión de la Guerra Fría, el racismo… Trini López la
popularizó en España sin que el franquismo se diera cuenta de su fondo de
denuncia. No sería la primera vez que se le colara un gol así.
De allí en adelante, lanzarían
discos a razón de uno al año. Del segundo, titulado Moving (The Peter, Paul
& Mary álbum), obtendrían el mayor éxito de su carrera:Puff, The Magic
Dragon, escrita por Yarrow y su ex-compañero de clase Leonard Lipton.
Pero, sería, sin embargo, una
versión de Bob Dylan la
que definitivamente les encumbraría, colocándole a la cabeza de los nuevos
grupos y cantantes de folk. Durante la marcha de agosto del 63 a Washington,
con el reverendo Martin Luther King, el trío hizo una inolvidable versión de Blowin' in the Windque dejó perplejo al
mismo Bob Dylan. PP&M, como también se les conoció por sus siglas, fueron
muy claros en su posición en contra de la guerra de Vietnam.
Y él, claro está, agradecidísimo:
el trío le empujaba al estrellato cuando todavía era un modesto y casi anónimo
cantante de folk. A cambio, correspondió cediéndole al trío una canción
inédita, When The Ship Comes In y
hasta componiéndole una exclusiva, Too Much Of Nothing, además de rendirle
admiración y amistad.
En 1969, Peter Yarrow fue uno de
los organizadores de la Marcha sobre Washington. El grupo cantó entonces
ante 500.000 personas opuestas a la guerra de Vietnam. InterpretaronEl
desertor de Boris Vian.
En 1970, el grupo se separó. Cada
uno de sus miembros siguió una carrera solista. Sin embargo, en 1978, Peter, que participaba en una
manifestación anti-nuclear, pidió a sus compañeros de acompañarlo en escena. La cosa funcionó tan bien que los
tres decidieron volver a trabajar juntos sin dejar de lado su carrera personal. En 1985, dos temas calientes los
convocaron de nuevo. Por un lado, la situación en América central, Salvador,
y por el otro, el proceso de paz en Medio Oriente, Light one candle.
Un año más tarde, No
easy walk to freedom atrajo la atención sobre la lucha contra
el apartheid en África del Sud.
Mary Travers declaró un día: “La canción te dice: Si vas a cantarme,
deberás vivirme”. Peter, por su lado, afirmo: “La gente puede sobrepasar sus diferencias, y entonces, unidos,
dirigirse hacia un mundo más igual y más justo”.
Una de las piezas que más me
gustaba en mi juventud era el lamento antibelicista Where
Have All the Flowers Gone, (¿Dónde han ido todas las flores?) Una canción que yo cantaba en catalán en 1973
Què se n'ha fet d'aquelles flors,
fa tants dies?
Què se n'ha fet d'aquelles flors,
fa tant de temps?
Què se n'ha fet d'aquelles flors,
les noies en van fer un pom.
Qui sap si tornaran. Qui sap si mai tornaran.
De les noies que s'ha fet?
Fa tants dies...
...Van marxar a buscar els nois
D'aquells nois que se n'ha fet?
Fa tants dies...
Van marxar a ser soldats
Dels soldats que se n'ha fet?
Fa tants dies...
A la guerra els han portat.
A la guerra els han portat
Fa tants dies...
Les tombes els han cobert.
Ells ja mai més tornaran
Sobre les tombes hi ha flors
fa tants dies...
Les noies les han deixat.
Amics meus, quan n'aprendrem?
Hasta 2004, en que Mary enfermó de
leucemia, el trío actuó regularmente. En septiembre 2009, Mary Travers
falleció a la edad de 72 años. En España, su desaparición pasó injustamente
casi desapercibida.
Queda su música. Las bellas
melodías, aunque para algunos algo acarameladas, las armonías vocales, los
sutiles arreglos, la ausencia prácticamente de electricidad, el compromiso
político y la misma belleza rubia de su cantante fueron armas decisivas para
conquistar el éxito no solo en Estados Unidos sino fuera, y, a la vez, poner el
movimiento folk en primer plano. Ese folk urbano aparentemente tan liso que,
aunque no haya logrado cambiar el mundo donde persisten aún la guerra y la
intolerancia, despertó y puede despertar aún muchas conciencias a valores de Paz y de Justicia.
Este video de la Marcha por la
Paz de 1971, dice mucho más de ellos que sus propios temas. Un sencillo
homenaje a aquella época y a su memoria.
El, un pobre viajero, esperaba un
tren que sabía que no pasaría jamás. El gran cañón Berta tronaba sobre
Paris, como una pasajera tormenta de principios de primavera, alternándose el
negro rojizo de la pólvora con el dulce rosa del algodón celestial. Jirones de
cielo atravesados por bandadas de estorninos y calandrias. Nunca había creído
del todo la idea de la vida eterna y el Juicio Final Y tampoco aquel cielo castigado
por la eficacia germánica le invitaba a desear adentrarse en él. No viviría para ver el fin de la
guerra ni tampoco para orquestar La caja
de juguetes.
Lo que más le dolía era no ver
convertida en mujer a Chou-Chou.
Apenas se adivinaba en la piel morena de su rostro risueño los pliegues en los
que se posarían los dedos del tiempo para estirar sus facciones, hacer florecer
sus labios de jugosa juventud y ensortijar sus pestañas hasta engastar de cobre
su mirada. Sus mejillas se tiznarán del color de la sensatez y su voz adquirirá
un timbre más grave acaso suavemente sensato con algún giro chillón de infancia
más reprimida. Pero él no estaría allí ya para verlo.
Podría contemplarla desde algún
rincón de la pared, enmarcado en sepia de difunto, imaginándose ella que
fruncía el ceño si realizaba alguna acción que él hubiese desaprobado,
sonriéndole si llevaba a cabo algún acto digno de su orgullo. Le hablaría a través
de su música, el único medio que preservaría de alguna manera su voz interior.
Al escuchar el Claro de Luna le
brindaría un hombro invisible sobre el que derramar sus lágrimas por un primer
amor y en los ecos otoñales de sus Arabescos
tendría la oportunidad de hablarle de su juventud bohemia de un París en el
que era aún posible perderse sin que a uno le encontraran jamás. Un poco como
la muerte pero con grandes avenidas surcadas por arcos de triunfo y cafés con
terrazas iluminadas al crepúsculo a la luz de gas.
Su madre y él decidieron bautizarla
con los nombres de ambos, Claude-Emma, porque, tras declararse su amor eterno,
abandonando a sus respectivos cónyuges, ese mismo París les había les había
condenado al ostracismo absoluto. Incluso los amigos que le proclamaron anteriormente
“Claude de Francia” lo consideraban
ahora una persona indeseable que con malas artes había seducido a la encantadora
mujer del banquero Bardac de la que media ciudad estaba enamorada,
platónicamente. Y él, Debussy, había llegado
con su expresión perennemente osca y su tez cetrina y la conquistó con el propio
impulso de sus vaporosas partituras.
No cabía duda de que Peleas y Melisande se habían escapado del pentagrama
para escandalizar a sus contemporáneos con más contundencia que la ya de por sí
polémica ópera.
A ello contribuyó que la
desamparada esposa de Claude se disparase un tiro al verse abandonada,
sobreviviendo gracias a que la bala pudo esquivar los trozos de su corazón roto.
Por tanto cuando nació Chou-Chou apenas recibieron visitas. Era como si
estuvieran los tres solos en el mundo; pero no importaba, no necesitaban a nadie
más.
"Es igual que tú", le dijo desde el lecho del parto sonriendo satisfecha. "Dios no lo quiera", repuso él. Y le extrañó que un ser humano pudiera resultar tan ligero. En realidad era más bien como si estuviera sosteniendo un aroma entre sus brazos, una fragancia dulzona a leche y seda morena, porque había heredado, sin duda alguna, su tono de piel. Y, como comprobaría con el tiempo, muchas cosas más.
Ser padre por primera vez a los
45 años le resultó un tanto extraño, pero ¿no había encontrado a la vez su amor
verdadero de forma tardía? Se percató entonces de que era un ser incompleto
hasta ese momento y de que aquella criatura que dormitaba sobre su pecho,
vibrante su corazoncito, como una avellana en el escondrijo de una ardilla, era
la pieza que venía a hacer que todo encajase.
(…)
Una vez obrado el milagro de la
transformación de bebé a muñeca de porcelana china pudo comunicarse mejor con
ella. El piano fue el intérprete de los sentimientos de ambos.
“Ven muñequita”, le decía. “te llevaré a dar un paseo al parnaso de los niños, donde los árboles dan manzanas de caramelo, el sol es una pelota de cuero de piel de unicornio, que brilla sin quemar la piel, ni deslumbrar los ojos, y las nueves descienden mansamente como alfombras voladoras de terciopelo gris para invitarte a dar un paseo por el azul del cielo.
Tal vez nos encontremos con el Doctor
Gradus que lleva en su maletín un trompo
mágico, que cuando gira, cura todas las tristezas de los niños del mundo y les
hace reír, porque silba su nombre al revés y se inventa canciones con sus
palabras favoritas: chocolate, rosas, chupete, mamá, pajarito de reloj de cuco”.
“Montado sobre una nube, iremos
juntos al Jardín Botánico de París, donde veremos a Jimbo, con sus largas
orejas de pergamino, tratando de coger, sin lograrlo, la luna con su larga
trompa. ¡Pobre Jimbo, tan lejos de África como de la luna! Si te parece le cantaremos
una nana para que se duerma, una nana para trompa en sordina”
Golliwogg, Jimbo, Doctor Gradus, (piezas de “El
rincón de los niños”) susurraba desde su lecho el enfermo. ¡Cómo lamentaba
no haber podido acabar La caja de
juguetes!. Le estaba quedando tan bonito aquel balet… En su última charla
con Caplet ,
ultimísima, como intuía acertadamente, le había pedido que la orquestase al
morir él. Aunque la obra llegaría tarde porque Chou-Chou, que contaba 13 años,
ya estada dejando de ser una niña de juguetes.
“Mi niña de los cabellos de lino”,
le dijo con un hilo de voz. “Me voy donde meten el arcoíris en una olla para
llevarlo a las montañas y hacer con él helados de limón, menta, plátano,
naranja, fresa y violeta. Cuando esté allí arriba tocando el arpa cromática, te
escribiré un Capricho en La Mayor”
Claude Debussy murió esa tarde
con una serena expresión en el rostro. Chou-Chou no tardaría en seguirle apenas
unos meses después a consecuencia de la difteria. Sobre su cama quedaron la
muñeca de porcelana y Golliwogg, con sus rostros tristes pero, en el fondo,
felices, porque el Viento del Oeste les dijo una tarde que había visto a padre
e hija en las montañas donde la nieve nunca se derrite, descubriendo bajo una
roca, entre risas blancas, al cordero perdido de la pastorcilla.
Este texto está elaborado con fragmentos
del que Martín Llade leyó con maravillosa voz el jueves pasado en su fantástico
programa Sinfonía
de la Mañana, en Radio Clásica. Os aconsejo que lo escuchéis porque vale mucho la pena.
Claude Debussy, el compositor que
revolucionó la manera de concebir la música, echó abajo los conceptos
existentes. Sus innovaciones armónicas abrieron el camino de los radicales
cambios musicales del siglo XX y fue fundador de la denominada escuela
impresionista de la música. Cuando le escucho me produce el mismo efecto de un amanecer cuya
gama de colores adquiere una plasticidad casi táctil y una capacidad evocadora cercana a la poesía.
Espero que, si habéis llegado hasta aquí, hayáis disfrutado de la música y del texto. Buenas
noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُالخَير . Gabon. Boas noites. Bonne nuit.
Pero no es agua. Es
languidez. Son abismos abiertos
para hacer caer sobre
nosotros
reguerones de paz.
Cada gota, una
estrella fugaz.
¿Dónde estarán mañana
las golondrinas?
Tijeras negras que
cortan el cielo.
Llueve esta noche.
Pero llueve sin
ganas.
Como si no fuera el
momento de llover.
Agua lenta,
ensimismada.
No hay que arropar
espejos ni cristales
para que no tiemblen
de miedo.
Llueve esta noche.
No es lluvia casi,
es agua con alas,
transparencia de la
intimidad nocturna.
Llueve esta noche, en
silencio:
Dulce presagio de tu
sueño,
universo de lugares
sin peso.
Se han confabulado
las gotas
para llover calladas;
todo se calla cuando
tú descansas.
Llueve esta noche.
La oscuridad tiene
ojos claros.
Llueve. Me encanta la lluvia. El
bosque se mueve a mi paso, los centenarios árboles marchitan y con sus hojas
decoran el suelo. El suelo es blando y cálido como una alfombra, alfombra que atraviesa
el bosque de la melancolía. Cielo gris, suelo dorado, la melancolía.
Miro por la ventana y veo ese
cielo lluvioso. Llueve, sí, pero me sienta bien. En lo que otros ven un día
nublado, yo veo un cielo de plata, de plata que brilla e ilumina mis palabras.
Cuando otros ven caer agua del cielo, yo veo mi vida que brota de la
melancolía. Añorado sentimiento, perpetuada eternamente en el otoño, la
melancolía. La melancolía.... Miro en mi interior. Suelo hacerlo y me
reconforta.
Sigo escuchando el goteo impenitente de la lluvia,
“El poeta es el único ser que se
baña dos veces en el mismo río, el único que se moja dos veces en la misma
lluvia”, respondía Isidoro
Blaisten en las páginas de su libro “Anticonferencias” a la pregunta
formulada acerca de qué era un poeta y, de paso, para qué servían.
Siento un enorme placer en
caminar sin paraguas bajo la lluvia. Me encanta sentir las pequeñas gotas
resbalando por la frente, por la nariz, por la barbilla... A veces las saboreo,
solo a veces. Luego, cuando mi cuerpo se empapa, acelero el paso y me escondo
bajo el tejadillo de algunos edificios ante la mirada atónita de la gente. La
última vez se rieron de mí. No es habitual ver a una mujer de mi edad actuando
como una niña.
Hay quien se sorprende cuando
alguien comenta que le encanta ver llover, pero hay gente.
La lluvia tiene un
vago secreto de ternura,
algo de soñolencia
resignada y amable,
una música humilde se
despierta con ella
que hace vibrar el
alma dormida del paisaje.
Es un besar azul que
recibe la Tierra,
el mito primitivo que
vuelve a realizarse.
El contacto ya frío
de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre
de atardecer constante.
Es la aurora del
fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de
espíritu santo de los mares.
La que derrama vida
sobre las sementeras
y en el alma tristeza
de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible
de una vida perdida,
el fatal sentimiento
de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta
de un mañana imposible
con la inquietud
cercana del color de la carne.
El amor se despierta
en el gris de su ritmo,
nuestro cielo
interior tiene un triunfo de sangre,
Yo no sé, mira, es terrible cómo
llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con
goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno
detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la
ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos
apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se
cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se
agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que
cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una
viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan
y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver
la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las
emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas
inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós. (Aplastamiento de las gotas.
Rayuela. Julio Cortázar)
Donde la voz casi se puede tocar Es hermoso levantarte una mañana y
encontrarte detrás de la puerta de nuestro estudio la maravillosa voz de esta
mujer. Cada vez lo tengo más claro:
Jesús debería tener el título de licenciado en descubrimientos musicales (ya
tiene el de resucitador pero eso es… otra historia)
Podía haber sido el flamenco, tal
vez la música celta, quién sabe si los aires mediterráneos. Pero no, a nuestra
artista de esta noche la cautivaron otros hechizos, los del fado. Y no sólo lo canta
como los ángeles, sino que lo hace en castellano.
María Berasarte
es una joven donostiarra, con una grandísima voz y una sonrisa en la boca, que en
2009 publica su primer álbum en solitario, llamado “Todas las horas son viejas”
teniendo a sus espaldas una larga trayectoria musical. Había ya participado en
proyectos con artistas de la talla de Niño Josele, Javier Ruibalo Diego “El Cigala” .
Hasta que llegó este álbum, no
existía ninguna grabación de fados sin guitarra portuguesa. Ella se atrevió a
hacerlo con guitarra clásica, en castellano y más percusión de lo habitual, lo
que lo convirtió en un disco distinto pero "ibérico".
De ella se han dicho maravillas
en Portugal, la cuna del fado. "El mejor álbum de fado
grabado por una voz extranjera". (Revista Time Out Lisboa). "Nos encontramos ante un fado cantado desde las entrañas, pero sin pretensión de imitar a nadie, y con momentos musicales de inusitada belleza". (Carlos do Carmo)
El 3 de marzo de 2013 publica “Agua
en la boca” un disco desde el que puede expresarse con intensidad, lirismo y
emotividad,
Esta primavera vio la luz su
tercer trabajo “Súbita” maravilloso cóctel donde se encuentran el flamenco
(Niño Josele, José Luis Montón, Javier Limón y otros
universos musicales: Ara
Malikian, Carlos
Núñez, el brasileño Edson Cordeiro, los italianos Gianmaria Testa y
Gabriele Mirabassi, o el mozambiqueño Stewart Sukuma.
Para Berasarte “son canciones hechas a medida, compuestas
por auténticos modistos. Todos los caminos que he ido recorriendo acaban en
este disco, en el que vuelvo a disfrutar compartiendo todo lo vivido. Este
disco lo definiría como 'esencial' y así es como se presenta. Femenino, con
mensajes directos, notas limpias, frágil, acercándose en ocasiones al susurro.
He intentado compartir con el oyente un mismo espacio donde la voz casi se
puede tocar”.
Ha contado con la colaboración,
entre otros, de los guitarristas José Luis Montón y José Peixoto,
exmiembro de Madredeus.
"No soy fadista. Esa es la
clave. El disco de fados lo traté como si fueran canciones y las de este disco
las trato, no como si fueran fados, pero sí con el fado que tengo instalado en
mí", explica la cantante en una entrevista con EFE.
Berasarte se formó en la Escuela Superior de Canto de
Madrid, donde adquirió técnica pero siempre sintió que le "faltaba algo".
El día que escuchó en un
reportaje de televisión cantar "Estranha forma de vida" a Amalia Rodrigues
supo que ese vacío lo iba a llenar el fado, del que lo desconocía todo hasta
ese momento "de luz".
El resto, comprobadlo vosotros mismos.
Buenas
noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُالخَير . Gabon. Boas noites.