La tradición no es el culto a las cenizas, sino la
preservación del fuego. Gustav Mahler)
Vivimos en un mundo enajenado. El odio enciende, cuando menos te lo esperas, la mecha de la furia, ciega la razón, nubla los sentimientos y hace que las mayores atrocidades sean una realidad. La lucha por el relato es encarnizada. La verdad es lo primero que desaparece. El respeto al otro, al que no piensa como tú, al que no tiene tu mismo dios, tantas veces excusa perfecta para atizar los fuegos entre comunidades, se desvanece. Pero yo necesito parar, necesito trascender al tiempo y las circunstancias, llegar a ese lugar donde las almas se elevan y los corazones encuentran consuelo: la Música. Por eso esta noche la quiero dedicar a la cantante franco-bereber Françoise Atlan, símbolo de la fusión de las músicas y de la convivencia de distintas culturas y religiones. Esta maravillosa cantante, pianista y musicóloga ha desarrollado una carrera fuera de lo común, al ritmo de una sensibilidad muy personal y un singular enfoque de su voz liderando, además, una tenaz lucha por la perpetuación de sus raíces. Espero que os guste.
ADEM, ateliers d'ethnomusicologie |
Nacida
en Narbona en 1964 en el seno de una familia judeo-bereber que acababa de
abandonar Argelia, un padre cabilio abogado, una madre pianista y cantante de
ópera, a los cuatro años, viviendo en Saint-Etienne,
Françoise ya toca el piano, estudia hebreo en el Talmud Torá y acompaña a menudo a su padre a la sinagoga. “También hice estudios de
lírica y aprendí de grandes cantantes de ópera”, declara.
En 1990, la familia se instala definitivamente en Marruecos. “Allí
me doy cuenta de que me han amputado mis raíces judeo-bereberes. Observo con
asombro que aquí están vivas, sin nostalgia, en una especie de coherencia
natural entre las comunidades, en particular los judíos y los musulmanes. Y que estas canciones que escucho son las mismas que escuché en la
sinagoga, cuando era pequeña. Trabajé en esto para mi propia reparación y
también para mis padres”.
No obstante, Françoise Atlan se posiciona más allá de repetir esas antiguas tradiciones de la cultura de sus padres. Su profundo conocimiento de la tradición andaluza le ha permitido desarrollar una técnica especial, incomparable y muy expresiva que combina el tecnicismo vocal y la sensibilidad sefardí, rica herencia de los judíos expulsados de España en 1492 y diseminada por la cuenca mediterránea; romances que forman la voz única de un pueblo, pero que fue integrando, progresivamente, las aportaciones de las diferentes culturas que les acogieron en su diáspora. Sin embargo, estas van evolucionando a lo largo del tiempo y la geografía, conservando una identidad propia. Temas, musicales o poéticos que cruzan el mar, llegan a las orillas más opuestas y, aun así, son reconocibles desde la primera nota. Fueron las mujeres las garantes de la supervivencia cultural de todo un pueblo: es esta doble voz, sefardí y femenina, la que Atlan hace oír por todo el mundo.
Su primer álbum "Romances Séfarades" grabado en 1992, fue muy aclamado por la crítica, mientras que su segundo CD titulado "Entre la Rose et le Jasmin" recibió el premio "Diapason d'or" otorgado por Diapason, revista francesa especializada en música clásica.
Ganadora del premio “Villa Médicis Hors les Murs” en 1998 concedido por el Ministerio de Cultura, fue recompensada con una beca que le permitió trabajar durante tres años sobre el repertorio árabe-andaluz de tradición de Fez, junto a Mohamed Briouel. Juntos grabaron “Nawba M’Cherqi”, fruto de estos años de trabajo.
Sumergiéndose con la misma pasión que en el canto sefardí, en los repertorios contemporáneos, medievales o incluso en múltiples tradiciones mediterráneas, esta cantante con formación lírica, floreció naturalmente en la música árabe andaluza; esa música erudita que perpetúa la nostalgia y el espíritu de la época dorada de una civilización donde judíos, musulmanes y cristianos tocaron y cantaron con una sola voz, tejiendo juntos sus conocimientos musicales en la España de Al-Andalus.
Su discografía no es muy extensa. Me gustaría resaltar “Ay!! Amor (Constantinopla)” trabajo que se inspira en la música de la cuenca mediterránea, pero también en la Europa medieval y renacentista, así como en las tradiciones musicales de Oriente Medio. Al igual que la ciudad que le da nombre, el conjunto es un crisol de todas estas culturas.
En abril presentó en Córdoba su último trabajo; una edición con textos, letras y fotografías, además de 17 canciones de la tradición oral sefardí. "Zajor, Sefarad (Recuerda, Sefarad) Un trozo de la memoria de un pueblo.
Con una voz naturalmente hermosa, Françoise Atlan canta en griego, turco, árabe, hebreo, español y francés .
La delicadeza de sus interpretaciones, impregnadas de calidez y pureza reflejan el talento luminoso que, evidentemente, le ha dotado la naturaleza. “Ella entra a la habitación y algo sucede. Algo potente, luminoso y alegre, es imperceptible, flota un poco en el aire, hay gente así. Françoise Atlan es así. Françoise Atlan es artista. No es sólo su trabajo, es su manera de estar en el mundo", resume Michaël Dian, fundador y director del Festival Chaillol “Para ella, el arte no es entretenimiento, es una responsabilidad, una ética, algo que supera el lenguaje para elevarse más allá del verbo."
Para
acabar, otro aspecto que ya no es ni siquiera una idea que defender, y mucho
menos un concepto, es su realidad como artista y como mujer: el diálogo
interreligioso en un mundo en el que la convivencia de cristianos, judíos y
musulmanes a lo largo de la Historia ha estado y está llena de enfrentamientos. En 2019,
Françoise Atlan actuó ante Mohamed VI y el Papa Francisco. En
su actuación, mezcló su canción hebrea primordial Adonay Elohenou con
la llamada a la oración del muecín Smahi El Harrati.
Acompañadas por la soprano Caroline Casadesus,
las tres voces dialogaron extensamente sobre el Ave María de Caccini (que, por cierto, no es de Caccini). Tras esta extraordinaria actuación, el rey Mohamed VI le
concedió la nacionalidad marroquí.
Cuidaos
mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. ¡Y no a la invasión
rusa! ¡Libertad para Ucrania! Imposible acabar sin gritar: ¡Poned fin al
genocidio palestino! No seamos soldados de los telediarios y los magacines,
dejemos de ser habitantes de las trincheras mediáticas, no nos lavemos las
manos con agua que está teñida con sangre. Digamos ¡basta! ¡Palestina libre
desde el río hasta el mar!
Otras fuentes
https://adem.ch/fr/cours/chants-sefarades
https://earlymusicmorella.com/francoise-atlan/
https://www.radiosefarad.com/francoise-atlan-sefarad-del-mediterraneo/