domingo, 21 de octubre de 2018

Aquellas pequeñas cosas / Joan Manuel Serrat (II)


Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.
Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas
que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.

La memoria colectiva guarda destellos. Hay canciones que por muchos años que tengan, o por muchas veces que las hayas escuchado, me siguen removiendo y seguirán haciéndolo de por vida. Hay pequeñas cosas que pensamos estaban lejos o muertas y que vuelven una y otra vez. Nos acosan. Hace poco en un programa de radio de la SER que recuperó una entrevista a Teresa Pamies, esta canción removió mis recuerdos.


En el año 1971, Joan Manuel Serrat publicó “Mediterráneo”, el LP que le consagró definitivamente.  Entre las diez canciones que figuraban en ese disco, a  cual mejor, en segundo lugar se encontraba esta pequeña joya, Aquellas pequeñas cosas, un tema breve, delicado, intimista, que tras cada escucha se va haciendo un hueco cada vez más grande en mi memoria musical.
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Aquellas pequeñas cosas entona recuerdos ya vividos, que te hacen sentir bien al abrir el baúl de los recuerdos. Una canción despojada de cualquier tipo de adorno que es capaz de transmitir en poco más de dos minutos las emociones que pasan por tu cuerpo cuando recuerdas. La sorpresa de lo cotidiano, el golpe de efecto que esconde un cajón. La vida en silencio, tan sólo interrumpido por una sonora estampida de recuerdos, se esconde bajo este poema: “Quería reflejar cierta ternura de lo cotidiano, la gran dimensión que adquieren en nosotros muchas veces las pequeñas cosas”, asegura el autor. La inspiración de esta canción la tiene asociada al poema Las moscas, de Machado, que por aquel entonces le zumbaba por detrás. “Hay varias maneras de construir canciones. Una tiene que ver con agarrar un hecho contundente y dejarlo en dimensión de andar por casa, otro, como hizo Machado en ese poema, consiste en poner en valor algo tan ínfimo como las moscas”.

Aquellas pequeñas cosas, protagonistas, se pasean de principio a fin en la pieza. Pícaras sonríen, se esconden, acechan y nos hacen llorar (lloro mucho últimamente). Pero, ¿qué son aquellas pequeñas cosas? ¿Algo más que pequeñas cosas? ¿Son sólo recuerdos? Son aquellas cosas de las que no podemos librarnos voluntariamente y que voluntariosas se apoderan de nuestra mente. Tercas permanecen, fugaces huyen. Poesía. Y en los tiempos confusos que vivimos, uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia. El tiempo, el peor de los tiempos, y sobre todo la ausencia (de capacidad, de criterio, de moral) se han empeñado en matar aquellas pequeñas cosas que una vez creímos que vivirían para siempre. Pequeñas cosas que nos mantenían el equilibrio.

Un cantautor es un cronista de su pueblo y de su tiempo. A Serrat le debemos buena parte de nuestra educación sentimental, el habernos abierto los ojos y el corazón a los versos en nuestra lengua y habernos mostrado el atajo para recuperar la dignidad como ciudadanos. Pero, como él mismo dijo en 2011 en su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universitat Pompeu Fabra, estamos en tiempos de vergüenza y de renuncia en los que espectadores y víctimas, a la vez, parecen esperar que los mismos que nos han llevado hasta aquí resuelvan los problemas. (…) La codicia de unos, la incompetencia de otros, la ignorancia y la poca vergüenza de muchos nos han situado en un mercado en el que todo tiene un precio, donde todo se compra y todo se vende”. No hay lugar para las pequeñas cosas… Afortunadamente, existe la esperanza de que, como canta Serrat, su tren vendió billete de ida y vuelta. Exijamos que vuelvan. Consigamos que vuelvan.

 

Es una de las canciones más versionadas del cantante catalán por intérpretes de diferentes nacionalidades y estilos musicales. Hay tantas... He aquí una muestra de ellas.


28 de octubre de 2024

Seis años después de esta entrada, Joan Manuel Serrat recibe el Premio Príincesa de Asturias de las Artes 2024. El jurado le concedió el galardón por haber aunado el arte de la poesía y la música "al servicio de la tolerancia y los valores compartidos". En su breve pero intenso discurso, una suerte de autorretrato machadiano, visión de “un señor mayor tirando a viejo”, Serrat defiende lo que ya defendía con sus letras: la libertad, la justicia y la democracia, “valores que van de la mano o no lo son”. “Creo en la tolerancia. Creo en el respeto al derecho ajeno y el diálogo como la única manera de resolver los asuntos justamente. Prefiero los caminos a las fronteras, la razón a la fuerza y el instinto a la urbanidad”.

Como despedida, el cantante aprovechó para ofrecer un pequeño concierto: interpretando esta canción acompañado de un violín. 
 

Que las pequeñas cosas nunca os abandonen. Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches.
 
Fuentes:
https://www.publico.es/culturas/serrat-gente-pie-debe-recuperar.html
https://elpais.com/cultura/2014/10/22/actualidad/1413980239_836802.html

lunes, 8 de octubre de 2018

Silvia Quesada

La pena Abierta

Esta noche buscaba canciones tristes, de esas que acarician cuando tienes agujetas en el alma. No sé por qué, la verdad. La ansiada bajada de temperaturas ha llegado, el cielo tiene color de otoño, nuestro nuevo blog cultural “Yo solo digo lo que he visto” nos produce una íntima sensación de satisfacción, ayer asistimos a un fantástico concierto de Xavier Díaz y las Adufeiras, el curso escolar ha cogido ya carrerilla, me llevo a casa cada día ramilletes de sonrisas que no tienen precio... Quizás es que los tiempos de plomo que estamos viviendo no nos permiten sacudirnos la tristeza que sentimos al escuchar cada día las noticias y no ver la luz al final del túnel. 

Esa búsqueda a través del océano virtual me ha llevado a la cantante que os quiero presentar esta noche, Silvia Quesada, la voz del folk astur.


Silvia nació en Brañameana, en 1986 y, pese a su juventud, es una de las voces más representativas de su querida Asturias donde es de sobra conocida ya que cuenta con una importante trayectoria musical, en la que han destacado sus colaboraciones como cantante solista con diversos grupos. Con siete años, entra a formar parte de la Banda de Gaites Cántara, con la que ha grabado cuatro discos, como componente de la misma, con lo siguientes títulos: "Puerta d'Occidente" (Fonoastur, 1994); "La leyenda de Nonaya" (Fonográfica asturiana, 1996); "Mar de nubes" (Fonoastur, 1999) y "Letía" (Fonoastur, 2004).  En 2004 pasa a formar parte del colectivo Muyeres, grupo en el que estará hasta 2011, con el que realiza dos grabaciones: "Onde canta la culiebra" (Fonoastur, 2006) y "Keltikhé" (Fonoastur, 2007). Colabora también en el disco de Celia González "Cantoras ya bordones" (Fonoastur, 2007), como cantante, gaitera y percusionista.

Con Los Gatos del Fornu graba "Na cai" (Fonoastur, 2009) y sale con ellos de gira, por primera vez como solista, llegando a tocar en Aguascalientes (México). Al mismo tiempo pasa a formar parte de uno de los grupos revelación del folk asturiano: Blima. De la mano de L'Aguañaz publican en 2008 el disco "Entamu", con el que hacen una extensa gira de conciertos, destacando las presentaciones en el Festival de Viljandi (Estonia) y en Holanda.

A primeros de 2011, el reconocido grupo Tejedor pide a Quesada que ponga la voz en tres de los cantares de su disco "Positivu". Tras esta grabación pasa a ser una componente más de la formación. Participó  con ellos en una gira que visitó lugares como Kuwait, Lausanne (Suiza) o el Festival Intercéltico de Lorient, sin desdeñar los escenarios y festivales más importantes de Asturias. Ajena a la música folk, también grabó gran parte de los coros del disco "Dobleces" del autor turonés Alfredo González, saliendo también de gira con su banda en la presentación del disco.  En 2015 obtuvo el premio a la mejor voz tradicional asturiana de los Premios AMAS, convirtiéndose en la voz del folk astur.

Con la experiencia alcanzada en estos años, y tras mucho reflexionar, decide poner su voz en las manos de Alfredo González y Sergio Rodríguez para que le produzcan la que es su primera y hasta el momento única grabación (en su página de Facebook nos anuncia la preparación de su nuevo disco) como solista: "La pena abierta". Descubriendo la voz de Silvia y el entorno en el que han ido creciendo sus canciones, todo indicaba que el resultado sería esa maravilla. Me ha gustado mucho, la verdad. Si se echa una ojeada a la crítica musical del momento, la publicación de este su primer disco en solitario fue uno de los acontecimientos más celebrados por la escena musical asturiana.

“La Pena Abierta” consta de diez canciones en asturiano que ella interpreta con exquisito mimo, dulzura y extrema sensibilidad, además de mucha, pero que mucha calidad vocal. De temática sentimental, bailan entre la música pop y la canción de autor. Es este un disco tranquilo, casi acústico, que tiene una instrumentación austera para que no quite protagonismo a sus cualidades vocales y a la fuerza narrativa de las letras. Un disco poco habitual en el panorama musical asturiano, hecho con una grandeza que impresiona. Una grandeza que nace de la voz de Silvia y de la rotundidad de las letras que canta. Un disco que genera emoción verdadera. Un proyecto que da la sensación de estar hecho sin prisa, con esfuerzo, consiguiendo que las canciones brillen con luz propia; un trabajo, en definitiva, equilibrado, rico y auténtico, de esos  que llegan al corazón. Editado bajo el sello Algamar Producciones, cuenta con letras compuestas por Berta Piñán, Boni Pérez (Los Locos), Javier Vallina (Bueno), Pablo Texón, Laura Fernández o el propio González que son una pepita de oro.

Uno de los cortes que más me gustan, el que da nombre al álbum, La pena abierta, es una melancólica composición en la que Alfredo junto a Pablo Texón, dan una vuelta de tuerca al mito de Penélope y Ulises, presentándolo desde el prisma de la decepción y la derrota, interpretado a la perfección por la artista.



Y de la derrota a la resignación. La resignación dignificada en Antes d'empezar o la resignación, sencillamente, aceptada y hasta esperanzada en La vida que te falta, ambas acompañadas por una instrumentación austera.



A la voz de Sílvia Quesada la acompañan la guitarra acústica y la viola de Rubén Bada, el bajo y las programaciones de Sergio Rodríguez y el piano de Alfredo González. Todos ellos, un conjunto de excelentes músicos y poetas, pero sobre todo amigos cercanos de Silvia, algo que produce una magia, una química, una electricidad que se nota en cada uno de los recovecos de este altamente recomendable trabajo.

El disco, su maravillosa voz,  dispara directamente al alma de quien se deje acariciar por la suave marea que provocan sus cuerdas vocales. Mi regreso a este mi espacio musical nocturno después de casi dos meses de ausencia no podía haber sido mejor. Os dejo con otros temas del disco. Disfrutadlos tanto como yo.


Bones nueches. Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus.

Fuentes:
http://canciondeautor.es/biografias/spain/silvia-quesada
http://www.asturiasmundial.com/noticia/91444/silvia-quesada-alfredo-gonzalez-sabado-ribeseya/
 https://elsummum.es/silvia-quesada-gracia-plena/
http://asturies.com/noticies/silvia-quesada-debuta-en-solitariu-col-discu-%E2%80%98la-pena-abierta%E2%80%99