“En la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno que han vertido en ti cien pueblos de Algeciras a Estambul, para que pintes de azul sus largas noches de invierno”
Mediterráneo
es mucho más que una canción, es un álbum que ha marcado varias generaciones, un
trabajo esencial que no se agota. Una obra maestra que fue creciendo y
creciendo hasta convertirse en atemporal. Sus diez poemas cantados, atravesando
fronteras han llegado a todos los rincones del mundo.
Este cantautor, actor, escritor, poeta y trovador llamado Joan Manuel Serrat,
de origen humilde, hijo de padre anarquista catalán afiliado a la CNT
y madre aragonesa, nacido en el barrio del Poble-Sec
de Barcelona, en 1971 tenía apenas 28 años y no hacía ni cuatro que había iniciado su
andadura en la Nova
Cançó catalana, un grupo que impulsó la reivindicación del uso normal del
catalán en el mundo de la canción a la vez que denunciaba las injusticias de la
dictadura
franquista.
Serrat en 1971. Fotografía de ABC |
España vivía entonces los años oscuros de la dictadura de Franco. Las lenguas distintas al castellano fueron reducidas como mucho a expresiones folclóricas. Por ello, muchos cantantes jóvenes de Cataluña optaron por cantar en catalán como oposición al franquismo. Serrat se dio a conocer como uno de los miembros del grupo Els Sezte Jutges convirtiéndose en la figura con más proyección durante la segunda parte de los años sesenta. Su referente musical era, con lógica, el folk en boga en la época con especial referencias a los franceses Jacques Brel o Georges Brassens. En este contexto, en 1968, Joan Manuel Serrat fue seleccionado para representar a España en el concurso de Eurovisión. Dejando de lado un problema con los derechos de autor, el cantante se negó a participar alegando que no se le permitía cantar en catalán. Una estupidez más del régimen que, en palabras del propio Serrat hace cuatro años en La Sexta, no supo aprovechar la ocasión de lavar un poco su cara. El conflicto político estuvo servido y el cantante escribió su carta de renuncia. Comparada con la fuerza y vigorosidad de la interpretación de Massiel, escogida para substituirle, la interpretación del Noi del Poble-Sec no tenía ninguna posibilidad de ganar ¿no creéis?
La
reacción política fue furiosa. Prohibieron la transmisión radiofónica de sus
canciones así como sus apariciones en TVE. Serrat se convirtió en el bête
noire del régimen franquista, en el enemigo
público. Pero en 1969 da un giro a su actitud y comienza a cantar también en castellano, editando un disco
con poemas de otro poeta "prohibido", Antonio Machado, alternando
desde entonces discos en ambos idiomas. Por ello, muchos de los que le
habían aplaudido por su defensa de la canción en catalán le acusaron de traidor. Se hallaba en medio de la
vorágine lingüística. Casi 50 años después, como consecuencia de las tensiones provocadas en Catalunya por el Procés, el cantautor fue objeto de una
feroz campaña de descalificaciones por parte de un buen número de
individuos independentistas hiperventilados, ves per on.
Foto de Mágicas Ruinas |
Sobre cuándo y
dónde escribió Joan Manuel Serrat semejante joya musical hay mucha información
contradictoria. Una leyenda urbana dice que lo compuso durante su
encierro en el emblemático Monasterio de Montserrat junto a un grupo de
intelectuales y artistas, en señal de protesta en contra de la pena de muerte y por el llamado Proceso de Burgos. Curiosamente, el propio Serrat también ha confundido alguna vez las fechas de gestación del álbum. La memoria es así de engañosa. Según figura que contó él mismo, compuso la canción en
México al sentir añoranza por ver el mar que le había acompañado durante toda
su vida, que se acercó a un lago cercano del lugar donde se hospedaba y
escribió la letra y la melodía cerca del agua. Y del capítulo dedicado a la canción en la
excelente serie “La mitad invisible (TVE, 2009) del que hablaré más adelante, nace
el equívoco de que Mediterráneo se gestó en el verano de 1970. Pero nada más
lejos de la realidad, no fue así la
génesis del álbum, ni mucho menos.
Con Mediterráneo,
Serrat decidió hacer su propio himno patriótico, pero no a España o Cataluña,
sino a ese mar cuna de civilizaciones unidas por sus aguas. Como bien dijo el poeta y escritor Luis García Gil,
uno de los mayores estudiosos de la obra del músico y autor de “Mediterráneo.
Serrat en la encrucijada”, “Mediterráneo” fue un álbum intimista, de
introspección, de meditación, de emoción cantada que nació de un necesario
retiro del cantante, de una huida tras años de recitales, de éxitos, de
tensiones…
“Desde
Eurovisión, había sacado tres discos: los dos en castellano y "Serrat 4" en
catalán. No paraba. Su representante, Lasso de la Vega, estaba febril con su
éxito y le imponía una agenda brutal de giras y promoción. Serrat se replanteó
muchas cosas. Mediterráneo capta esa sensación. Si no es conceptual, al menos
en su broche final tiene una unidad muy apabullante y sensorial. Muy
significativa de la forma que tiene Serrat de percibir la vida”.
Porque su posicionamiento al componer no fue solo político o geográfico “de Algeciras a Estambul"(Sur de Europa y también Norte de África y Medio Oriente). Principalmente fue un posicionamiento sentimental. Este canto al mar Mediterráneo supuso un sentido amplio "de patriotismo”, un canto de amor por su entorno natal. Y este canto de amor a la naturaleza y a la libertad conquistó el corazón de tanta gente, el corazón frío de la crítica y el corazón cálido del público.
"Mediterráneo tiene eso que buscamos todos: tiene frescura. Oyes ahora algunas de las canciones y parece que están hechas hoy, o pasado mañana”, le dijo Joaquín Sabina a García Gil. El hijo pródigo de Úbeda lo explica bien: la obra máxima de Joan Manuel Serrat carece de tiempo. Es uno de esos discos que siempre están y estarán vigentes.
Cesar Coca explica en el Ideal de Granada que el disco se grabó en los estudios Fonit-Cetra. Fue el último trabajo del cantautor que se registró en esa vieja sala. También fue su última colaboración con el ingeniero de sonido Plinio Chiesa, que murió meses más tarde. La grabación se realizó en menos de una semana y el disco se lanzó a la venta, con una portada diseñada por Enric Satué sobre un retrato del músico realizado por Isabel Steva (Colita), autora de la gran mayoría de las fotos que se publicaron en esos años. De nuevo, una gran concentración de talento para dar a la luz una portada muy diferente a las que se encontraban en las tiendas de discos en esos años. Aunque se grabó en Milán durante el invierno boreal, el álbum está atravesado por un clima cálido que queda bien reflejado en la portada del vinilo original gracias a esa fotografía que retrata un atardecer en el Mar Mediterráneo y que se funde con la imagen del cantautor de pelo largo. Con aquella melena vagabunda y mirada serena, el Serrat de 1971 era el rostro del éxito en España. Todos los temas fueron compuestos por él, letra y música, excepto la letra de Vencidos, basado en un poema de León Felipe. A todos ellos, Serrat los impregnó con una suave capa de jazz y bossa nova, con la ayuda de un equipo formado por Juan Carlos Calderón, Gian Piero Reverberi y Antoni Ros Marbà. Las guitarras y los arreglos orquestales son esenciales para arropar a esos clásicos sin tiempo. 50 años después, para celebrar tal efeméride, Sony Music ha reeditado el mítico álbum en vinilo, tal como lo conocimos allá por 1971, pero en una versión especial.
Ahora toca hacer mi selección personal de los temas del disco, claro está. Sin contar la canción que da nombre al LP, la primera canción que me viene a la mente es Lucía, de la que el cantautor cubano Santiago Felíu dijo que era la mejor canción de amor de la historia de la Música. La versión oficial sobre su origen es simple. "No hay mucho que contar. Como dice el bolero, es lo que pudo haber sido y no fue. Pero también fue lo que fue y, a fin de cuentas, en la vida lo que queda es lo que cuenta", dijo Serrat al diario La Nación en 2007, interrogado sobre la historia real detrás de la canción. ¿Quién no se ha dejado llevar nunca por la melancolía escuchando “¿No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí”?
Cuando Serrat compuso Pueblo Blanco, la motivación estaba clara: hacer una crónica más bien tétrica del abandono de los pueblos y el asalto a la ciudad, un testimonio de la transformación de un país que dejaba masivamente de ser rural para convertirse en urbano. La España vaciada, le llamamos ahora.
En Aquellas pequeñas cosas “quería reflejar cierta ternura de lo cotidiano, la gran dimensión que adquieren en nosotros muchas veces las pequeñas cosas”, asegura el autor. La inspiración la tiene asociada al poema "Las moscas", de Machado, que por aquel entonces le zumbaba por detrás, elaborado con el método contrario a la epopeya. “Hay varias maneras de construir canciones. Una tiene que ver con agarrar un hecho contundente y dejarlo en dimensión de andar por casa, otro, como hizo Machado en ese poema, consiste en poner en valor algo tan ínfimo como las moscas”.
No me he podido resistir a incluir su interpretación en directo en 1987 en el programa de Miguel Ríos en TVE "Qué noche la de aquel año". Siempre es encantador verlo encima de un escenario.
El poema “Vencidos”, publicado en “Versos y oraciones de caminante” (1920-1929), tan simple y bello a la vez, encierra quizá todo el dolor de León Felipe ante la decadencia española. Los españoles de su época se sentían derrotados, al perder sus dos últimas colonias y presentían también que España marchaba fatalmente hacia su ocaso.
Fiel a ese espíritu, Joan Manuel Serrat lo reivindicó y lo esgrimió contra la política de refugiados de la Unión Europea hace apenas tres años. Acompañado de una veintena de artistas, para la campaña a favor de la acogida de refugiados “Casa nostra, casa vostra” que reivindicaba la acogida de refugiados en Catalunya. Nunca olvidaré a mis alumnos gritando en el patio, ¡¡volem acollir, volem acollir!! El videoclip fue grabado con el objetivo de dar apoyo al Gran Concierto para las Personas Refugiadas que se celebró el 11 de febrero de 2017 en el Palau Sant Jordi de Barcelona para levantar la voz frente a las fronteras.
En abril de
2019, Serrat inició una gira “Mediterráneo da capo” con la que recorrió algunas ciudades de España y varios países de América Latina. "El
Mediterráneo es miseria y gloria", dijo en rueda de prensa al ser
preguntado por las canciones de la gira, que no serían solo las diez que conformaron aquel
álbum mítico de 1971 sino también otras que aluden "a los hombres que
lo cruzan cada día". Porque sin ellas su retrato sería "parcial".
A finales de 2019 se lanzó “Hijos del Mediterráneo”, un álbum en el que diez artistas hispanoamericanos se juntan para versionar las canciones que consolidaron a Joan Manuel Serrat como uno de los compositores más importantes de la música en español, un álbum de homenaje que recrea el clásico reproduciendo los arreglos originales. Nos encontramos con Jorge Drexler que ofrece una delicada interpretación vocal de Mediterráneo dialogando muy bien con los arreglos de cuerdas, Andrés Calamaro la más emotiva del disco gracias a los versos tristes de Lucía, Sílvia Pérez Cruz, interpreta su Barquito de Papel o Eva Amaral con Aquellas pequeñas cosas. También participan Josele Santiago, Xoel López, Depedro, Iván Ferreiro, Tulsa y Santi Balmes que se unen en un bellísimo homenaje que es, al mismo tiempo, un brindis a la música, al oficio de escribir canciones, interpretarlas y cantarlas para que pasen de unos a otros y permanezcan por siempre vivas.
Amaro Ferreiro,
impulsor de la idea, cuenta
a RTVE.es los detalles de un proyecto que reproduce obsesivamente el
original. A Serrat se le atribuye en las redes la frase: “Que otros
canten mis temas lo tomo como una caricia”. Si es cierto que es suya,
el cantante seguro que sentirá por estas interpretaciones infinita ternura.
Uno de los primeros capítulos, en diciembre de 2011, de La mitad invisible de TVE estuvo dedicado a esta canción. En él, Juan Carlos Ortega busca junto a su autor "la mitad invisible" de este tema. Para ello, vsita el lugar donde se inspiró; a Rosa, que le servía las copas hasta altas horas de la madrugada; al arreglista de la canción, Juan Carlos Calderón; a Colita, que le fotografió para la portada del disco; a su amigo, el poeta Joan Margarit y a su ahijado, David Escamilla. Y por último, Pedro Javaloyes, director de la revista Rolling Stone España, también aporta su opinión. Entre todos ayudan a explicar lo que no sabíamos de una canción con historia que ha pasado a la Historia.
Años antes, en 1977 Joaquín Soler Serrano en el programa A fondo, de La 2 (TVE) lleva a cabo una larguísima entrevista a un jovencísimo Joan Manuel Serrat.
Llegamos al
final. Está claro que Mediterráneo no es solo una canción, es un poema al mar que nos une,
que une a los pueblos, y todo el álbum uno de sus trabajos más inspirados de Joan Manel
Serrat, un resumen de su lírica, sus grandes temas y su búsqueda emocional como
cantor de las pequeñas cosas. Una leyenda viva que ahora celebra su 50
aniversario.
Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト Buonanotte. לילה טוב. Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore.
Cuidaos mucho que ya falta menos.
Otras fuentes