Parece que la vorágine está
llegando a su fin. Después de un Congreso, una Huelga General y a la espera de
las elecciones del domingo, esta noche he decidido parar el mundo y bajarme
para dar un paseo por los “bosques de mi mente”
“Bosques
de mi Mente” es el proyecto musical de “Nacho”, sí, a secas, un cartagenero
afincado en Madrid que plasma tanta emotividad en sus composiciones que
simplemente te transporta, como si su música contuviera magia, un proyecto
diría que vital, porque vive las notas que toca, dedicado a la melancolía, la
nostalgia y la soledad.
Lo inició a mediados de 2007
cuando, por diversas razones, decidió comenzar a crear música solo, para poder
plasmar ciertas inquietudes y sentimientos que rondaban por su cabeza. “La idea de Trenes de Juguete me llevaba quitando el sueño desde hacía tiempo.
Para mi fue un intento de plasmar la melancolía que sentía al tratar de
recordar sin mucho éxito mi infancia, un tiempo más feliz del que guardo apenas
retazos de recuerdos…»
Influido, según sus propias
palabras, por el olor a tierra mojada
durante una tormenta de verano, los crujidos de una bicicleta oxidada tratando
de avanzar, de un columpio en un solitario parque, la sonrisa de un niño
jugando con su tren de juguete, el dulce crepitar de un vinilo... la música
de “Bosques de mi mente” pasea
por paisajes minimalistas, habitualmente mediante los sonidos intimistas del
piano, ruidos de fondo y sonidos extraños, pintando toda una paleta de
emociones y recuerdos de nosotros mismos. Porque supongo que vosotros, como yo,
tenéis más de Un recuerdo atrapado en una
esquina'
El minimalismo, en su teoría de que menos es más, consigue ser la música más concreta, sin duda. Una música que, según el propio artista dice, la realiza con medios excesivamente humildes pero que intenta llegar al máximo de gente posible. Al ser el proyecto en solitario todos los instrumentos son tocados por él, con predominio del piano, obviamente, y con muchas reminiscencias de los minimalistas más clásicos pero colmado de matices y simbolismos de gran belleza y poder evocador que invitan no solo a la distensión sino también a la reflexión.
Os propongo escuchar Los más importante es invisible,
incluido en su disco “Inocencia” que está inspirado en un libro maravilloso “El Principito” (si os apetece, lo podéis leer aquí) aquel
pequeño libro, grande en buenos deseos y en recomendaciones del francés Antoine de
Saint-Exupéry que cautivó a generaciones de niños-hombres y aún lo sigue
haciendo con su entrañable narración.
Hermoso ¿verdad? Además Nacho
cree que la música debe ser libre, así que los 7 discos que hasta el momento ha
grabado, los ha registrado bajo licencia Creative Commons, lo cuál nos permite
descargarla y distribuirla de forma totalmente gratuita (algo que se agradece
bastante) Y por si os enamoráis de él, como yo lo hice hace tiempo, os dejo sus
discos. Con tan sólo un click al título podéis descargarlos.
Podría seguir compartiendo todos
los vídeos de sus temas colgados en youtube y no me cansaría de escucharlo. Pero
para despedir esta noche, quiero que la música sea complemento a la
palabra, para que convivan en perfecta simbiosis. Por eso he escogido a Eduardo Galeano Con su maravillosa voz proclama mi/nuestro derecho a soñar con lo que deseamos que sea nuestras vidas a partir del lunes.
El escritor y pensador uruguayo
es sin duda una espada de caballero de la literatura. Con un filo incalculable
determina las palabras que saldrán a danzar entre nosotros con ritmos nativos,
consciencia eterna y visión que va mucho más allá de nuestros horizontes
inmediatos. Su “Derecho al delirio” es un canto maravilloso a la ensoñación, a
la libertad, a la posibilidad de un mundo mejor, más solidario, más integrado,
más justo, más humano.