lunes, 19 de marzo de 2012

Paco Ibañez - Blas de Otero

Me queda la palabra

Lo peor del siglo XX no han sido los crímenes de los asesinos sino el silencio vergonzoso de las buenas personas” (Martin Luther King)

¿Dónde están las palabras? ¿Cómo vamos a acercarnos unos a otros desde las más diversas distancias si callamos? ¿Cómo sumar? ¿Cómo compartir las soledades? ¿Estamos a punto de sentir la desesperación que sentía Blas de Otero o la sentimos ya?

Las palabras forman parte del tejido de esos himnos sutiles que nos llenan de emoción. Y gracias a ellas podemos situarnos en la antesala de nuevos proyectos para construir la sociedad que todos merecemos. Sólo es cuestión de continuar y poner manos responsables y humanas a la obra. La palabra nos tiene que servir para combatir la desmemoria, la impunidad de los crímenes, la injusticia o la indignidad.

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Necesitamos la palabra, pero la viva, la verdadera, la que nos negaron durante tanta tiranía y a la que ahora estamos renunciando. “Las palabras vivas, como brasas, las que permiten a los poetas volar y a los corazones amar” como decía JL Sampedro.  Palabras que hablen de ética, de valores, de socialismo democrático, de principios. Porque necesitamos construir un proyecto vital la autorrealización de todos, sin exclusiones.

El poeta Blas de Otero con el joven 
Paco Ibáñez ( foto Kazetariak)
Paco Ibáñez es todo un pionero en el arte de musicalizar poetas. Un verdadero talento. Pone música tanto a poesía del siglo XV, al XIX como contemporánea, y lo hace con una alquimia tan perfecta que parece que esos poemas no pudieran concebir otra melodía.

Hoy hace 13 años que el gran poeta José Agustín Goitisolo nos dejó. Y, quizás, la lógica de las cosas hubiera sido que este post se lo dedicara a él, ya que Paco Ibañez se volcó en su poesía. Pero vivimos en un tiempo de guerra, en un tiempo sin sol, y nada tiene sentido. Y siento que ahora, más que nunca, necesitamos la palabra; la palabra para informar, para explicar, para agitar, para convencer, para movilizar, para indignar, para concienciar. Para luchar.

Nuestro trovador, junto al gran poeta Blas de Otero, nos quieren recordar que aún nos queda la palabra. Sin la palabra, nunca podremos sentir que el mundo vuelve a caber en la palma de la mano. Quedamos todos emplazados, pues, a demostrar que es su fuerza y su valor lo que nos permitirá resurgir de nuestras cenizas.


Pero no puedo cerrar esta entrada sin compartir con vosotros la maravillosa versión de Aguaviva, un grupo al que le debo un homenaje en este espacio, un grupo que hizo de la música y la palabra un elemento de transformación. Os doy mi palabra.

11 comentarios:

  1. Pues me encantaaaaaaaa.Ahi vamos maestra.
    Besossssssss

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    1. Contra sus acciones incendiarias la fuerza de nuestras palabras. Porque tenemos la verdad y la razón.
      Ahí seguimos, querida Fuen. Respiro hondo cuando lo digo. Y sonrío de estar aquí.
      ¡Un besazo!

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  2. Victoria esta tarde, mi amiga Magdalena desde Argentina recordaba estos versos de Blas de Otero, ¿casualidad?

    Voy a meter tu blog en su post, además Magdalena es profesora en Argentina, ¿otra casualidad?

    Un fuerte abrazo.

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  3. A quienes, maestras enseñantes, hemos hecho de la palabra el artificio de trabajo, jamás nos la hurtarán.
    Tampoco, a aquellos que la hacen sublime alzándola con la voz.
    Poco más quedará en pie si la talan y la someten.
    Fuerte abrazo, Victoria

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    1. Hoy han querido incendiar la Librería Antonio Machado del Círculo de Bellas Artes de Madrid, Pilar. Suerte de los trabajadores y la llegada a tiempo de los bomberos. Quieren sometarla.
      El fascismo avanza. Da miedo.

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  4. NOS QUEDA LA PALABRA!!! Hoy, ayer y siempre...Gracias a ti Victoria que día a día nos lo recuerdas, es verdad...NOS QUEDA LA PALABRA!!!

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    1. Tiene que ser nuestra arma cotidiana para vencer convenciendo, para crecer en la unidad porque esa será nuestra única fuerza.
      Un besazo.

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  5. Maravilloso, genial. Viva la palabra que es lo que nos lleva al entendimiento. Una abraçada.

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    1. Con ella hemos de luchar contra nuestra "autointolerancia" de clase, Mari-bel. Si no, ellos siempre serán más fuertes.
      Un besazo.

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