Algunas canciones nos transportan irremediablemente a la melancolía.
Este tema de Paul Simon forma parte de nuestro imaginario íntimo y personal, parte de nuestra complicidad, de nuestras emociones. Lo es por Paul Simon y lo es por Magritte, uno de los pocos ídolos de quien duerme a mi lado cada noche.
Rene and Georgette Magritte with their dog after the war
El video original era perfecto, con imágenes del propio Magritte y de cuadros del pintor, pero no lo he encontrado. Los derechos de autor que impiden compartir la belleza si no es por dinero, me han quitado el caramelo de la boca. La última vez que compartí este tema eché mano de goear, pero hace ocho meses alguien colgó este video en youtube. Al menos fijaremos nuestros ojos en la mirada limpia y profunda de Paul Simon, el pequeño-gran músico. La gran persona. ¿Para qué hablar de él? Paul Simon es un hito, un mito y un referente de la música mundial. Imposible dedicarle la extensión que se merece.
Es fácil cerrar los ojos y, siguiendo la música, imaginar una tarde de invierno y una pareja que, cogida del brazo y con un perro a su lado, camina por la calle, a esa hora en la que la gente empieza a tener prisa por refugiarse del frío.
Es fácil verlos, luego, a través de la ventana de la habitación del hotel, ya a salvo del frío y de las miradas extrañas, solo iluminados por la luz de la luna, bailando abrazados al ritmo de The Moonglows.
Después de la guerra
volvieron a la habitación de su hotel
y abrieron la puerta.
Mientras se despojaban despreocupadamente de sus ropas de fiesta
se pusieron a bailar a luz de la luna
con la música de los Pingüinos,
de los Reflejos de Luna,
de las Oropéndolas
y de los Cinco Satenes,
esa música profunda tan prohibida
que llevaban anhelando mucho tiempo.
René y Georgette Magritte
con su perro después de la guerra.
René y Georgette Magritte
con su perro después de la guerra,
mientras paseaban por Cristopher Street
se detuvieron ante una tienda para hombres
cuyos maniquíes estaban vestido a la última moda
y se les saltaron las lágrimas en sus ojos de inmigrantes.
Como con los Pingüinos,
con los Reflejos de Luna,
con las Oropéndolas
y con los Cinco Satenes.
Un torrente de risa contagiosa
inundó el aire.
René y Georgette Magritte
con su perro después de la guerra .
Uno al lado del otro
se quedaron dormidos.
Las décadas pasarán arrastrándose como indios.
El tiempo es barato.
Cuando se levanten encontrarán
que todos sus efectos personales
se han hecho un ovillo.
René y Georgette Magritte
con su perro después de la guerra
cenaban con la élite del poder.
Y les registraron el cajón de su dormitorio
y ¿qué creéis que habían escondido
en el gélido armario de sus corazones?
A los Pingüinos,
a los Reflejos de Luna
a las Oropéndolas
y a los Cinco Satenes.
Por siempre jamás,
como fue en un principio,
René y Georgette Magritte
con su perro después de la guerra.
Con la traducción al castellano de los nombres de los grupos musicales (los Penguins, los Moonglows, los Orioles y los Five Satins) tan sólo pretendo mantener el clima surrealista y onírico de la canción que el autor ha sabido crear en su idioma original, pues pingüinos y oropéndolas actúan tanto como el nombre de formaciones doo-woop de los cincuenta como posibles objetos de un cuadro de Magritte.
La pretensión del pintor de lograr una imagen que resistiera toda explicación y esquivase cualquier posibilidad de indiferencia, fue constante en toda su obra. La búsqueda constante de la transformación de la vida a través de la liberación de la mente del hombre de todas las restricciones tradicionales que la esclavizan.
Un maravilloso mundo más allá de la música. Sublime.