sábado, 4 de julio de 2015

44 años sin “El Rey Lagarto”

“La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde antes teníamos sólo hombros... suaves como garras de cuervo”

La muerte muchas veces está llena de incógnitas. Cuando quien muere es una estrella de rock, los interrogantes acostumbran a multiplicarse, y en ocasiones lo hacen de tal modo que poco importa los años que hayan pasado desde el fallecimiento del artista de turno. Es el caso de Jim Morrison, una de las más enigmáticas en la historia del rock, ya que nunca se ha aclarado al cien por cien lo que sucedió aquel 3 de julio de 1971.
La versión oficial dice que Jim Morrison fue encontrado muerto en el apartamento de París donde vivía Pamela Courson. Se marchaba así el hombre y llegaba el mito del rock. El parte médico registra que el cantante murió por un fallo cardiaco agravado por el abuso de alcohol, pero nunca se realizó una autopsia porque no se evidenció violencia.

¿Paro cardíaco o sobredosis de heroína? ¿Fingió su muerte para escapar del estrellato? Y es que las teorías son muchas: suicidio, sobredosis, asesinato e, incluso, se ha llegado a especular que éste nunca murió, sino que todo fue parte de una puesta en escena para "desaparecer hacia alguna parte de este planeta", como alguna vez declaró su compañero de banda Ray Manzarek.

Pocos artistas suscitaron en vida tanta controversia como el cantante y compositor de The Doors, y  ninguno ha tenido la importancia suficiente para que tantos escritores y periodistas hayan tenido que recurrir a imaginarios extraños, góticos e imposibles en un esfuerzo por describir la mística que le rodeó.

"Para ser una estrella del rock hace falta ser político o asesino o algo así”, dijo en cierta ocasión. En 1967, cuatro años antes de morir, declaraba en una nota autobiográfica: "Me gustan las ideas que hablan de destruir o derrocar el orden establecido. Estoy interesado en todo lo que sea rebelión, desorden, caos, especialmente en actividades que parezcan no tener sentido. Me parece que ése es el camino hacia la libertad” Creo que muchos de nosotros sentimos algo así.

Jim Morrison fue el único intelectual de las grandes estrellas del rock. Vivió 27 años, como Jimi Hendrix y Janis Joplin. Lideró un espectacular experimento en la cultura popular moderna: el explosivo intento de concentrar en actos y en acción subversiva el teatro y la música fusionadas, la rebelión política y la liberación del cuerpo, el aprovechamiento económico y la solidaridad, la manipulación mediática y la verdad personal, los rituales religiosos indígenas y las indagaciones de la psicología de masas y la psiquiatría modernas. La combinación no era del todo inédita. Procedía de los postulados de Baudelaire y Rimbaud, de Artaud y su teatro de la crueldad, de Nietzsche, de Kerouac, del teatro griego o de las prácticas de los chamanes, que siempre sedujeron a Morrison. Como a John Lennon, en cierto momento el FBI le abrió un expediente y espió sus pasos. Entre 1963 y 1969, desde los 20 a los 27 años de edad, fue arrestado nada más y nada menos que 10 veces.

“Muéstrate a ti mismo ante tu más profundo miedo; después de eso, el miedo ya no tiene poder y eres libre”.











Una muestra de la persecución que sufría es que en algunos conciertos la policía se presentaba temprano y esperaba. De repente sonaba el silbato y los uniformados irrumpían en el escenario, arrastraban a Morrison y daban por terminado el espectáculo.


Este poeta maldito, compositor hipnótico e intérprete provocador e iconoclasta, perseguía un claro objetivo con su música y su poesía: "liberar a la gente de su limitado modo de ver y sentir" Por ello no fue sólo una estrella del rock, sino también uno de sus primeros y más grandes poetas, a la altura de Bob Dylan, con una notable obra lírica.

"Todos los poemas tienen un lobo dentro,
todos menos uno , el más hermoso de todos
ella baila en un círculo de fuego
y encogiéndose de hombros
recibe el desafío"

Tanto las letras de sus canciones como sus poemarios han sido recogidos en diversas ediciones bilingües inglés-castellano por las editoriales Fundamentos y Plaza & Janés. El que tiene por título “Una plegaria americana y otros poemas” cuya selección y traducción de los poemas estuvo a cargo de Ana María Moix, supone un trabajo sumamente decoroso.

La muerte le condujo al cementerio de Père-Lachaise, junto a Oscar Wilde y Balzac , cerca de Maria Callas, Edith Piaf y Chopin… tantos mitos descansando juntos en la ciudad de los muertos… un reino que siempre le perteneció.Y un lugar de peregrinación para fans de todo el mundo. Su tumba es el cuarto lugar más visitado por los turistas en la capital francesa, después de la Torre Eiffel, Notre Dame y el Centro Pompidou. Hay cámaras por todos lados. 

La tumba que se puede ver actualmente no es la original. Tras sufrir numerosos actos de vandalismo (sobre ella desarrollaron grafitis variados, pintaron su busto o le metían en la boca cigarrillos o canutos), alguien acabó robándolo en 1989. La actual, colocada por los padres del cantante en 1991, dice en griego antiguo: "Kata Ton Daimona Eaytoy", que se presta a dos interpretaciones: "Al espíritu divino dentro de él" y "Creó sus propios demonios".


Cuarenta y cuatro años después de su misteriosa muerte, escuchar sus canciones y leer sus poemas se me antoja la mejor manera de rendirle tributo.

Su última (abril 1971) obra maestra, Riders on the Storm, me parece hipnótica, apocalíptica, las cuerdas vocales desgastadas por el alcohol y heroína por sangre. El final de su anárquica carrera hacia la autodestrucción.

Jinetes en la tormenta
Jinetes en la tormenta
En esta casa nacimos
A este mundo fuimos arrojados
Como un perro sin un hueso
...Como un actor con deudas
           
Jinetes en la tormenta

Hay un asesino en la carretera
Su cerebro se retuerce como un sapo
Toma unas largas vacaciones
Deja que tus niños jueguen
Si le das un raid a este hombre
La dulce familia morirá
Asesino en la carretera, sí

Nena, tienes que amar a tu hombre
Tómalo de la mano
Hazlo comprender
El mundo de ti depende
Nuestra larga vida nunca acabará
Tienes que amar a tu hombre, sí
Jinetes en la tormenta

Jinetes en la tormenta
Jinetes en la tormenta
En esta casa nacimos
A este mundo fuimos arrojados
Como un perro sin un hueso
Como un actor con deudas

Jinetes en la tormenta
Jinetes en la tormenta
En esta casa nacimos
A este mundo fuimos arrojados
Como un perro sin un hueso

Como un actor con deudas.


"La gente tiene más temor a la muerte que al dolor. Es extraño que ellos teman a la muerte. La vida duele mucho más que la muerte. Cuando la muerte llega, el dolor termina."

4 comentarios:

  1. la eternizante verdad incapaz de hacernos libres; la incógnita que no admita nuestras soluciones:
    "La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde antes teníamos sólo hombros... suaves como garras de cuervo”

    (inigualable, el post!)

    besos, Victoria

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    1. Inigualable, Morrison! Si tuviéarmos las respuestas no harían falta poetas...
      Un beso, Pilar.

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  2. Bella alma..conectada con su esencia hacen falta muchos como el

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    1. Aunque veces el estar conectado a tu esencia te lleve a la autodestrucción.

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