A Vusi Mahlasela se le conoce en su país, como “La Voz”. Nacido y criado en el gueto de Mamelodi a las afueras de Pretoria, ha sido y es parte de la historia musical y política de Sudáfrica. Él mismo explica a menudo que empezó a cantar al mismo tiempo que empezaba a hablar y que construyó su primera guitarra con fragmentos de bidones metálicos y redes de pesca para las cuerdas.
Nació y vivió años difíciles en los que los negros tenían que tener permisos para desplazarse de una ciudad a otra. Desde su adolescencia, Vusi Mahlasela fue testigo de la crueldad del régimen de Apartheid que se vivía en su país al presenciar la masacre de Soweto en 1976. Ese hecho le llevó a utilizar su música como un instrumento de protesta. Ahí está el origen del compromiso social y político de sus canciones convirtiéndose en uno de los íconos en la lucha contra el apartheid. Teje lazos con América Latina la través de la música y canciones de Víctor Jara al que admira porque daba esperanza a la gente y luchaba por conseguir libertad.
Su música está poderosamente enraizada en la tradición del continente negro, en el folk, el jazz africano y el estilo vocal autóctono conocido como mbube. Su voz profunda la pone al servicio de unas letras optimistas, poéticas (suyas y de otros poetas) para cantar a la esperanza de futuro del continente africano, la misma esperanza que quiero tener sobre el futuro de la clase trabajadora.
When You Come Back (Cuando vuelvas a casa) es uno de sus temas más famosos, sin duda. Quizás le reconozcáis por ser uno de los artistas de los temas de la noche inaugural de la Copa del Mundo de Futbol en el Estadio Orlando en Soweto.
Esta es la tumba de un desconocido,
de aquel que murió por defender su poder,
su voluntad era muy fuerte y le gustaba la música,
sus tristes melodías surgen como el humo de una hoguera,
y cantaba:
Mayibuye África.
Canta ahora África.
Canta alto África, canta para la gente.
Que le den algo al mundo y que no solo reciban de él.
Tocaremos las campanas cuando vuelvas,
tocaremos los tambores cuando vuelvas a casa.
Tocaremos las campanas cuando vuelvas,
tocaremos los tambores cuando vuelvas a casa.
Tocaremos las campanas cuando vuelvas,
tocaremos los tambores cuando vuelvas a casa.
Nuestra música africana que ha desaparecido, se convertirá en la música de la gente.
Sí, la música de la gente, de la cultura popular.
Y seré yo el que escale la montaña
alcanzando lo más alto de nuestro estrado africano,
mientras que las mujeres pobres que trabajan para los señores vagos, cantan.
La siguiente canción, Weeping (Llorando), está interpretada con Josh Groban y nos cuenta el fin del Apartheid. He elegido el video del concierto organizado con motivo del cumpleaños de Mandela, en 2009, por lo que tiene de significado. El tema (para los que no sabemos inglés) empieza en el minuto 1:12
Conocí a un hombre que vivía con miedo,
era grande, estaba enfadado,
se estaba acercando.
La parte de atrás de su casa
era la sombra de un demonio
que nunca podría enfrentar.
Construyó un muro de acero y fuego
y puso hombres armados para controlarlo.
Luego, puesto en pie, lo dejó muy claro
que la pesadilla no volvería,
pero el miedo, el fuego y las armas siguen estando.
No importa ahora es más de todos modos
Él le dice al mundo que está durmiendo
Pero a medida que llegaba la noche redonda oí
Poco a poco suena
No rugiendo, que estaba llorando
No rugiendo, que estaba llorando.
Y entonces un día vinieron los vecinos
Ellos tenían curiosidad por saber sobre el humo y las llamas
Estaban de pie alrededor del exterior de la pared
Pero, por supuesto, no había nada que se escucha en todos
"Amigos", dijo, "Hemos alcanzado nuestro objetivo
La amenaza es bajo estricto control
Mientras reinen la paz y el fin
Que me aspen si puedo ver una razón para explicar
¿Por qué el miedo y el fuego y las armas siguen existiendo. "
No importa ahora es más de todos modos (…)
La última canción de esta noche, Thula Mamma, refleja los sufrimientos de una mujer pobre que tiene que sacar adelante a sus hijos. Es posiblemente la historia de su propia abuela, que lo crió, y de tantas mujeres africanas.
Para acabar cedo la palabra al propio Vusi Mahlasela: “No soy el único usando la música como una bandera de lucha, pero he tratado de usar el activismo de la poesía y la música para traer optimismo. Quiero que mi música sea accesible a todos los oyentes porque creo que realmente tengo algo que decir en términos de realidad, para ayudar a remover esas espinas que tenemos clavadas las personas, espinas de las que no siempre nos damos cuenta pero que hacen que nos desangremos, como el dolor, la pena, la envidia y muchas otras”.
Transmite mucha energia y alegria.
ResponderEliminarMe gsuta :)
Después del 29M "me queda la esperanza" ( y un poquito de fe en la humanidad) :)
EliminarNos queda la esperanza si no nos queda la rabia .
ResponderEliminarPero sí, ¡la esperanza aún!
¡Y Vusi Malhasela! Sin palabras, porque para qué...
Rabia. Últimamente me sorprendo comprendiendo los estallidos de violencia provocados por la rabia de una juventud a la que NADIE, ninguno de nosotros les damos esperanza en el futuro.
EliminarLa frase que dice un amigo mío es muy buena aunque suena muy mal "se les m... encima y les decimos que llueve"
Jamás compartiré la violencia pero entiendo ese nihilismo destructivo ante la nada más absoluta que les estamos ofreciendo.
La manifestación del 29M me llenó de esperanza, pero sé que es sólo el principio. Espero que para ellos no sea demasiado tarde.
Siempre veremos que tristemente, hay muchas personas en el planeta que lo pasan peor que nosotros, por eso mismo no hay que perder nunca la esperanza de poder ver un mundo mejor para tod@s. Gràcies Victori. Una abraçada molt forta.
ResponderEliminarLa historia de Sudáfrica, como la de tantos pueblos oprimidos, o lo que han vivido los argentinos, un pueblo tan cercano al nuestro, me hace pensar en que habrá una recuperación. Pero también tengo claro, Mari-bel, que ya nada será igual.
EliminarEl 29, en la mani, la cantidad de jóvenes que había (al margen de los partidos y las organizaciones sindicales) me provocó más emoción que todos los "organizados" que allí estábamos. Aquella UNIDAD me puso un nudo en la garganta más de una vez.
Aún así, con Jesús lo comentamos en más de una ocasión, nos parecía curiosos que, en general, nosotros (nuestra generación) es más radical que la de nuestros hijos.
La esperanza la tengo en que sabremos unir fuerzas y sensibilidades intergeneracionales y de clase. Porque somos m´`as, muchos más que ellos si vamos juntos.
Ojalá lo hayamos aprendido.
Victoria, es una suerte encontrar personas como tú en medio de este caos, que nos lleva a la extinción de un sistema obsoleto porque la humanidad no sabe aprender, y no se acepta.
ResponderEliminarLa última canción es un auténtico blues.
Gracias, Victoria, un fuerte abrazo.
Pedro
Yo misma soy un caos, Pedro. Cuando veía las columnas de humo de los indignados violentos quemando contenedores y me sorprendía satisfecha de ver bomberos y policía corriendo de un lado a otro, con una íntima sensación de satisfacción, me sentía desubicada.
EliminarEl otro día se lo dije a alguien, ya no recuerdo a quien. Si tuviera 20 años sería una antisistema. Comprendo la rabia y al desesperación de una generación perdida, pre-PARADA para la nada más absoluta.
Necesitamos optimismo para seguir en esto. Vusi se me cruzó en el camino y, como no creo en la casualidad, pensé que era una señal para levantar el ánimo y decirme (sobre todo a mí misma) no todo está perdido. O al menos eso quiero pensar.
Gracias a ti, amigo mío.
PS. Tienes razón. Thula Mamma es un auténtico blues. (quizás por eso la elegí entrae tantas joyas de La Voz)
Es curioso, lo conocí por Madiba-alguien a quién admiro y quiero profundamente-, en su fiesta de cumpleaños, desde entonces no he parado de escucharlo. El blues siempre está presente, como la esperanza en un mundo mejor. Beso y abrazo :D
ResponderEliminarDicen que el blues nace del dolor, Aurora. Y hay quien sabe MUCHO de eso ¿verdad?. La esperanza es la otra cara de la misma moneda.
ResponderEliminar¡Un beso muy, muy fuerte!
Hola Victoria!
ResponderEliminarCom sempre un gracies!
La musica té moltissimes funcions, una d, elles, una de les mes importants, pel meu entendre, les ganes de canviar alguna cosa.
Et recomano, encara que suposo que ja la coneixes la versio que va fer Sopa de Cabra, ja fa any d,una canço de Bob Marley: guerra.
Ja posats tambe et recomano el documental rythim is it! De com la música pot fer alguna cosa amb aquest jovent sense esperança.
Un petonas
Noe
Hola Noe!!! :)
EliminarEls Sopa de Cabra no han estat mai "sants de la meva devoció", (bona metàfora per una Setmana Santa) Pero la lletra de la cançó i el que diu com a presentació en aquest enllaç m'ha agradat molt.
http://www.youtube.com/watch?v=obqxPsiOufM
Sense cap dubte, em quedo amb Rhythm is it!, l'art com a experiència vital. No l'he vist però l'acabo de posar a l'emule per baixar-me'l! ;))
Petons!
Gracias por descubrirme otra cosa nueva, Victoria. Me ha encantado, sobre todo el último tema. Gracias por "ayudar a remover esas espinas que tenemos clavadas las personas, espinas de las que no siempre nos damos cuenta pero que hacen que nos desangremos". Buenas noches y un besito.Ángeles.
ResponderEliminarTengo que intentar quitarme las espinas, Ángeles, porque así no podemos seguir. Gracias por tu fiel compañía aunque sea en la distancia. Un abrazo muy, muy, fuerte.
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