domingo, 14 de diciembre de 2025

"The sound of silence", un susurro melancólico sobre el aislamiento y la incomunicación

 “Hola oscuridad, mi vieja amiga / He venido a hablar contigo otra vez”

Una de las cosas que me maravilla de la música es su poder evocador, cómo es capaz de reflejar tu propia imagen en el espejo. ¿Alguna vez os habéis sentido angustiados y aislados por la superficialidad del mundo en el que vivimos, hasta el punto de sentiros incapaces de conectar con los demás, o incluso con vuestros propios sentimientos? Yo sí; muchas veces. 

Imagen de Last fm

Hace poco, sumida en mis cavilaciones nocturnas, en uno de esos podcasts en los que me sumerjo para desconectar y poder dormir, suena una canción. Uf. Qué recuerdos… ¿recuerdos? No, exactamente. Más que recuerdos me evocaba emociones de juventud. Pero ¿qué me estaba diciendo? Yo no sé inglés (hace tiempo que asumí que me iré de este mundo sin saberlo). De lo que fue un himno para toda una generación en busca de su significado, solo entendía "el sonido del silencio". Así que, tapada con la nórdica para no molestar, busqué la traducción de la letra en mi smartphone (fue una mala idea, lo sé) y allí estaba yo reflejada, 40 años después de la primera vez que la escuché. 

The Sound Of Silence es una de esas poesías hechas música más hermosa de todos los tiempos. Los autores, Simon & Garfunkel, unos maestros que a pesar de su tormentosa relación en la que atravesaron un puente de aguas turbulentas, reconvirtieron el folk y conmovieron a toda una generación. Una guitarra y unas voces que realmente transmiten, para mí, la frustración de una sociedad que se volvió loca… (y que no recuperó nunca la cordura).

Live Monterey Pop Festival June 16, 1967. Full concert Youtube

Para entender el origen de la canción debemos viajar a 1963 cuando su autor, Paul Simon, tenía apenas 21 años y se refugiaba en la penumbra de su cuarto de baño con la luz apagada y la puerta cerrada para concentrarse mejor. Allí, envuelto en la oscuridad, solía componer canciones. "Lo principal de tocar la guitarra, sin embargo, era que podía sentarme solo, tocar y soñar, explicó más tardeY siempre era feliz haciendo eso. Solía ​​irme al baño, porque el baño tenía azulejos, así que era una ligera cámara de eco. Abría el grifo para que corriera el agua (me gusta ese sonido, es muy relajante para mí) y tocaba. En la oscuridad.

De sus reflexiones nació esta letra sobre la incomunicación, el aislamiento y la alienación humana. 

Hola oscuridad, mi vieja amiga.
He venido a hablar contigo otra vez,
porque una visión deslizándose suavemente,
dejó su semilla mientras estaba durmiendo
y la visión que fue plantada en mi cerebro
aún permanece
en el sonido del silencio.
 
En los inquietos sueños, camine solo
por estrechas calles de adoquines,
bajo el halo de las luces de la calle,
me subí la solapa por el frío y la humedad,
cuando mis ojos fueron acuchillados
por el destello de una luz de neón
que partió la noche
y toco el sonido del silencio
 
a diez mil personas, quizá más,
gente conversando sin hablar
gente oyendo sin escuchar
gente escribiendo canciones
que las voces nunca comparten
y nadie se atrevió
a perturbar el sonido del silencio.
 
“Tontos”, dije, “no sabéis que
el silencio crece como un cáncer.
Escuchad mis palabras para que pueda enseñaros.
Tomad mis brazos para que pueda alcanzaros”.
Pero mis palabras
cayeron como silenciosas gotas de lluvia
y resonaron en los pozos del silencio.
 
Y la gente se arrodillo y rezó
al dios neón que crearon.
Y el cartel mostró su advertencia
En las palabras que estaba formando
Y el cartel decía:
“Las palabras de los profetas están
Escritas en las paredes del metro
Y en los pasillos de los edificios de viviendas
Y susurradas en el sonido del silencio”

Inspirado por la obra de poetas como Dylan Thomas y la introspección propia de la generación beat, sus versos nos hablan de una sociedad atrapada en el ruido superficial, incapaz de escuchar las voces verdaderamente importantes Art Garfunkel durante una actuación en 1966, al presentar la canción dijo :“Esta es una canción sobre la incapacidad de las personas para comunicarse entre sí (…) Lo que ves a tu alrededor son personas que no son capaces de amarse los unos a los otros".

Hay más de cien versiones de la canción. Sólo el dúo neoyorquino hizo de ella seis versiones diferentes, y la fuerza de su melodía ha permitido todos los tratamientos, desde el rock hasta el góspel, pasando por el jazz o el canto gregoriano.

Portada del sencillo remezclado de 1965, nº1 en ventas en EEUU

La versión acústica original se incluyó en su álbum debut, “Wednesday Morning, 3 A.M” (1964), del que solo se vendieron 2.000 copias. Dado el fracaso, los jóvenes decidieron separarse. Dos años después tendría un enorme éxito la versión eléctrica que todos conocemos. Lo que Simon y Garfunkel no sabían era que Columbia Recordssu discográfica, hizo que el productor Tom Wilson agregará instrumentos eléctricos (guitarra, bajo y batería) a la pista acústica y lo lanzó como sencillo. Cuando The sound of silence alcanzó el puesto número uno en Estados Unidos, Simon y Garfunkel no tenían ni idea de lo que el productor había hecho. Paul estaba en Inglaterra y Art en la universidad. Probablemente, si Wilson no hubiera reelaborado la canción sin su conocimiento, el dúo habría tomado caminos separados, pero el éxito los volvió a unir.  El eco de este enorme éxito no tardó en llegar al cine con “El graduado”.

También ha formado parte de la BSO de “Watchmen” (2009), así como en “Perdidos en la noche” (1969) y en  Bobby” (2005), que trata sobre las últimas horas del senador Robert F. Kennedy y su asesinato en 1968.

Para muchos, la versión más notable, con diferencia, ha sido la de la banda de heavy metal Disturbed en su álbum de 2015, Immortalized”. Su interpretación, impulsada por el piano con un sombrío en blanco y negro, incorpora cuerdas orquestales, mientras que la potente voz de David Draiman enfatiza la ira implícita en esta versión. “Una interpretación realmente poderosa el otro día en el programa de Conan. Es la primera vez que los veo tocar en vivo. Muy bueno. Gracias”. Parece que a Paul Simon le gustó.

A mí me impacta más esta de Sílvia Pérez Cruz para la película uruguaya "La noche de 12 años". La película gira en torno a los doce años de prisión de José “Pepe” Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, durante la negra dictadura uruguaya. Silvia supo integrar en la composición de Simon la emoción del film, dotándola, como hace siempre, de un sello muy personal.

La versión interpretada por Pentatonix mantiene la esencia y profundidad de la original. Este talentoso grupo tiene un don para seleccionar la canción perfecta que complementa sus habilidades vocales. Con su armonía vocal y la ausencia de instrumentos, pone de relieve la potencia de la voz humana, algo paradójico para hablar del silencio.

Michael David Rosenberg, más conocido como Passenger por ser el ex-cantante de la banda de rock alternativo del mismo nombre, le da un giro entre lo alternativo y lo indie algo que encaja muy bien con su sonido folk original. No necesita más que su guitarra y su voz para darle un tono aún más melancólico.

Nada tiene que ver con la versión de Carmen Mcrae. La cantante neoyorquina le da un sonido de jazz protofunk que nos hace vibrar en nuestros asientos. Así, rompe del todo con el espíritu original, sin mencionar que, en teoría, estamos escuchando una canción sobre las palabras silenciadas. Quizás la mejor parte de esta versión llega al final de la canción. Dejando en el aire el último verso, Mcrae omite la última palabra, silencio. "Y susurradas en el sonido del.…". Una versión sorprendente, sin duda.

Gregorian nos ofrece una versión sin igual. Unos diez vocalistas masculinos cantan la canción al estilo del canto gregoriano. Junto a las voces, escuchamos una instrumentación más propia de la electrónica.

Una nota de humor: Esta canción aparece parodiada en un capítulo de Los Simpson, en el episodio de la quinta temporada "Lady Bouvier's Lover". Todo el episodio está basado en “El Graduado”. La versión de The Sound of Silence se reproduce en los créditos finales, después de que el abuelo Simpson y la señora Bouvier abandonen la iglesia, exactamente igual que en la película.

No todas las versiones tienen su interés. Por ejemplo, la banda estadounidense de rock alternativo The Smashing Pumpkins la ha destrozado muchas veces, sobre todo en sus actuaciones en directo. 

Para cerrar el círculo, quiero compartir la primera versión que lanzó en abril de 1966 el grupo irlandés The Bachelors que alcanzó el tercer puesto en las listas de éxitos del Reino Unido. The Bachelors abordan la canción con una armonía muy similar a la de Simon y Garfunkel.  Utilizan una modulación ascendente, así como un tempo más rápido para dar un toque de urgencia, transformando un sentimiento inquietante y solitario en ira y posiblemente incluso en desesperación.

Diez versiones, diez estilos de una canción icónica. Pero ¿cuál de ellas refleja mejor el mensaje de la canción? ¿Hay versiones que eclipsan la original?

Escribió MargheriteYourcenar en su novela Alexis o el tratado del inútil combate"El ambiente estaba lleno de un silencio que parecía cada vez mayor y todo silencio está hecho de palabras que no se han dicho" Con The Sound of silence, el silencio, ese que se extiende fuera de la palabra orillada por gritos desgarradores y murmullos inarticulados, encontró su sonido. 

Es innegable que a los seres humanos se nos empuja a vivir vidas frenéticas y estresantes en las que acaba reinando el egocentrismo, el desapego y la incapacidad de compartir sentimientos, ideas... Nos escondemos detrás de nosotros mismos por miedo a revelar nuestra verdadera identidad. Nos aterra la no aceptación. La sensibilidad y la creatividad corren el riesgo de perderse. Nos estamos volviendo insensibles al mal que nos rodea; cada vez alzamos menos la voz contra la crueldad y la injusticia. Nadie se atreve a perturbar el “sonido del silencio”. Y cuando lo hacemos, parece que todo es en vano, nuestro grito no se oye, cae como gotas de lluvia que se pierden en este silencio ensordecedor en el que vivimos. Aun así, no hay que dejar de gritar porque si no, nuestro silencio será cómplice.

Cuidaos mucho. Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on Надобраніч. طاب مساؤك. לילה טוב






viernes, 5 de diciembre de 2025

Música para la esperanza

"La esperanza es como el sol en la cara que siempre deja las sombras detrás". (Samuel Smiles)

iStok

Hay cosas en la vida que son como el agua fresca y necesaria, pero cuando cierras la mano se te escapa entre los dedos. El optimismo de la voluntad nos hace creer que todo es posible. Por el contrario, cuando la realidad golpea en la cara nos noquea porque no estamos preparados. Son lecciones que deberíamos aprender; sin embargo, la ilusión nos hace creer que somos invencibles. Pero no es verdad; no lo somos. A veces la ilusión no nos deja ver dónde vamos a llegar. No obstante, abogo por creer que en el futuro seremos invencibles de nuevo. Porque la fuerza la llevamos dentro. Esa es mi esperanza. Porque Esperanza es el nombre de mi guitarra y lo último que pierdo. Y la esperanza es la melodía del futuro que resuena en el corazón de la música.

Hace un par de días me encontré con una buena amiga que hacía tiempo que no veía. Fue un subidón porque es pura vitalidad, una mujer de enorme fortaleza que siempre transmite energía. Tiene 5 años más que yo, pero cada año que pasa parece más joven. “A mí se me vino encima la vejez de golpe, Carme”, le dije. Dicen que la vejez comienza cuando el recuerdo y la nostalgia son mayores que la ilusión y la esperanza. No es fácil recuperarlas cuando las has perdido. Pero, no sé, quizás para recuperar la esperanza lo primero que debemos combatir es el miedo. Eso nos dice Rosana.

Si lo pienso... qué ganas tengo de no tener que morderme los labios cada vez que es bueno nombrar la esperanza, de no tener ni siquiera que titubear. Pero como queda mucho tiempo para que no sea confuso hacerlo, pues no sé qué nos espera, he decidido esperar el milagro de que, aún en las peores circunstancias, haya una salida. Si no lo creyese... no sé... Eso quiere transmitir Greg Dombrowski con esta composición dirigida a aquellas almas rotas que han pasado por el infierno y, aun así, han seguido adelante.

El filósofo y matemático británico Bertrand Russell afirmaba que concedemos una exagerada importancia a la inteligencia humana, creyendo que si las personas son más inteligentes el mundo será mejor. Pero la realidad es que la inteligencia también está al servicio de las pasiones y mientras eso sea así serán éstas las que rijan nuestras vidas. Sin embargo, a pesar de la Tristeza infinita de Manu Chao, su mensaje es que siempre que hay un rayo de esperanza en las relaciones humanas, que “Próxima estación: Esperanza, avenida de la paz”. Sobre todo porque “Yo siempre estaré a tu lado”, siempre habrá alguien cerca cogiéndote de la mano en momentos de tristeza.

 

Formo parte de una generación brillante que soñó y llega a vieja sin ver realizados sus sueños. Lejos de ellos, una humanidad cada vez menos humana, más individualista, en manos del consumismo. Las guerras, la manipulación, la despersonalización, la deshumanización, la nostalgia distópica del resurgimiento del neofascismo y la extrema derecha me aterrorizan. Pero la lucha debe continuar para mantener la esperanza de que no todo está perdido. El siguiente artista, Sam Cooke, era un hombre negro de éxito en su época, algo nada habitual. Muy influido por el  Blowin' In The Wind de Bob Dylan, sintió que debía a su gente una canción de esperanza. En  A Change Is Gonna Come, cada verso detalla una experiencia de injusticia y penurias, pero el estribillo repite la esperanza y la convicción de Cooke sobre el cambio social.  “Ha tardado mucho en llegar, pero sé que un cambio va a llegar”. Poco después, Cooke fue asesinado en circunstancias todavía por esclarecer. Prefiero no profundizar en este dato.

Cuando se pregunta a diferentes personas qué música puede reflejar de la mejor manera posible la esperanza, nos encontramos con muchos temas y títulos que coinciden, claro está. Uno de ellos, sorprendentemente para mí la verdad, es Let it Be, de The Beatles. No sólo es un himno a la esperanza y a seguir con la vida a pesar de las dificultades. “Déjalo estar” es una forma de encarar las frustraciones y todo lo que se escapa del control personal. También es un tierno recordatorio de lo tranquilizante que es el amor de una madre en los momentos complicados, sobre todo en esos donde sentimos que todo nos sobrepasa y no sabemos para donde echar a correr.

Si hablamos de esperanza no podía faltar Bruce Springsteen. “Deja atrás tus tristezas. Mañana brillará la luz del sol y toda esta oscuridad habrá pasado”. Estos versos pertenecen a su canción Land of hope and dreams (Tierra de esperanza y sueños) Sin embargo, entre sus muchas canciones con mensajes de superación me quedo con The Rising escrita tras los ataques del 11 de septiembre Esta canción se convirtió en un himno de resiliencia y esperanza colectiva. Habla de levantarse y encontrar luz tras la tragedia.

El jazz es la expresión de la esperanza de un pueblo libre que ansía una vida mejor, por eso tiene muchas canciones optimistas. No es de extrañar que esta forme parte de la banda sonora de la Navidad, pero su espíritu positivo es válido para cualquier época del año. ¿Quién no se estremece cuando escucha "Veo árboles de color verde (I see trees of green, red roses too...?) / También rosas rojas / Las veo florecer / Para ti y para mí / Y pienso para mí / Qué mundo tan maravilloso", en la profunda voz de un icono del jazz como Louis Armstrong? ¿A quién no se le ponen los pelos de punta con los primeros acordes de esta canción?

Como veis, hay muchas canciones esperanzadoras, algunas icónicas, otras que fueron grandes éxitos, como Color Esperanza de Diego Torres, verdaderos himnos al optimismo y a la resiliencia que emocionan. Celebraciones de la vida, llamadas a valorar los momentos de felicidad, que los hay, claro que sí, a pesar de todo. Canciones como Dias Felizes de Felippe Lau que nos invitan a desear que los días felices se prolonguen, porque la vida es un milagro que merece ser vivido plenamente. A pesar de los pesares.... Ya lo dijo hace tiempo el poeta Goytisolo ¿verdad?

Ya está bien por esta noche. Como siempre, la selección es como mi blog, como yo, ecléctica, quizás contradictoria. Por eso se pasea por diversos géneros musicales y de distinta procedencia. Esta noche esta ha sido mi elección; quien sabe qué habría elegido otro día… Empecé este canto a la esperanza con la cantautora gala Joyce Jonathan porque sus canciones alternan el folk pop optimista con una vertiente más melancólica, como nos podemos sentir tantos de nosotros, según el día, y la acabo con Violeta Parra y su Gracias a la vida porque sería injusto no hacerlo. Esta particular versión instrumental de Maureen Choi Quartet se inicia con una doliente melodía en el violín y se desarrolla en una atmósfera de melancolía obsesiva a la que se superpone la pese a todo esperanzadora melodía, como un reflejo de las contradicciones que se agolpan en esta canción que Parra compuso poco antes de suicidarse.

Jesús, mi compañero de vida, siempre dice que hay que prepararse para lo peor y esperar lo mejor. Porque por muy desengañados que estemos es imposible vivir sin alguna esperanza por pequeña que sea. Siempre conservamos una, a pesar nuestro, y esa esperanza inconsciente compensa todos los fracasos. Así sea.

Cuidaos mucho. Y hay que seguir denunciando, sin descanso, las atrocidades que comete Israel contra la población palestina. No solo en Gaza, donde lleva más de dos años cometiendo un genocidio, sino también en  Cisjordania asesinando impunemente a jóvenes indefensos. Hoy he sabido que España, con una postura coherente, valiente y digna, se retira de Eurovisión y que no estamos solos. Lo dicho, no hay que perder la esperanza.

Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on. Добрий вечір. iyi geceler تصبح على خير


martes, 18 de noviembre de 2025

"Si me borrara el viento lo que yo canto": cantar contra el dictador

 La angustia de que todo el esfuerzo y el coraje, de que esas vidas rotas en la lucha por la democracia se pierdan en el olvido (Máximo Pradera)

El 20 de noviembre se cumplen 50 años de la muerte del dictador. Pero, como dice Javier Cercas en El País, muerto el perro no se acabó la rabia, porque cuarenta años de dictadura son una eternidad. Su muerte no representó el fin del franquismo; tampoco, el principio de la democracia. El franquismo era robusto a la muerte de Franco, aunque no lo bastante robusto para imponerse al antifranquismo; el antifranquismo era robusto a la muerte de Franco, aunque no lo bastante para imponerse al franquismo. De ese empate de impotencias surgió en España la democracia. Uno de los elementos que ayudó al antifranquismo a esa robustez fue la canción protesta de la que España fue una superpotencia mundial.

Desde los tiempos más remotos, los oprimidos han cantado para armarse de valor en momentos de zozobra o provocar al poder para rebelarse contra él.  En España hay una larga tradición de canción protesta que se remonta al ‘Himno de Riego’ y al ‘Trágala’ del siglo XIX. Aunque es durante la dictadura franquista y los primeros años de la Transición española cuando alcanza su esplendor este género que nos ha legado joyas musicales imperecederas. En los años 60 y 70, España produjo canciones protesta en cantidad y calidad como no ha habido en ningún otro lugar del mundo. Lo hizo en las condiciones más adversas imaginables, bajo una dictadura que censuraba, perseguía, encarcelaba y mataba. En ese campo, España se vino arriba por necesidad. Mientras en otros países la canción protesta era una opción estética o política, aquí era una necesidad vital. Fue como la gasolina de la oposición a Franco.

Cantar contra Franco no era postureo. Podías ir a la cárcel, te podían impedir ganarte la vida, ponerte una bomba en la puerta de tu casa, como les pasó a Ana Belén y Víctor Manuel o quemarte la librería como hacían los Guerrilleros de Cristo Rey. Estas canciones a menudo se difundían clandestinamente o en conciertos multitudinarios que podían ser disueltos por la policía. Muchas de sus letras se convirtieron en himnos para una generación que anhelaba la democracia y la libertad de expresión.

En el contexto del 50 aniversario de la muerte del dictador y dentro de las actividades destinadas a ilustrar cómo el tránsito de la dictadura a la democracia impactó en múltiples ámbitos de la vida, vio la luz “Si me borrara el tiempo lo que yo canto”, un homenaje a la canción protesta que tanto movilizó a estudiantes, intelectuales y obreros. Un viaje por diez canciones emblemáticas que fueron mucho más que música, fueron actos de resistencia, gritos de libertad en tiempos de silencio impuesto.

El espectáculo consta de 10 canciones emblemáticas y cuenta con el padre y director de la idea, el periodista y musicólogo Máximo Pradera, como narrador (aunque también canta alguno de los temas con una voz increíble, por cierto). La interpretación corre a cargo de la soprano Laura Sabatel acompañada por Antonio López Serrano al piano. Está de gira por España, ha estado en París, Turín, pronto irña a Nápoles... 

"Si me borrara el viento lo que yo canto” nos remite directamente al documental (podéis verlo aquí) realizado por David Trueba en 2019. Narra la historia de Chicho Sánchez Ferlosio, tío de Max Pradera, y su disco “Canciones de la resistencia española”, algunas tan emblemáticas como A la huelga (el álbum completo, en este enlace). Grabado en la clandestinidad por dos estudiantes suecos en 1963 con un magnetofón de pista abierta que llevaron adosado en los bajos del coche, y publicado en Suecia, se convirtió en todo un símbolo antifascista. Años después, lo descubre un profesor del Instituto Cervantes de Estocolmo en un mercadillo y se pregunta esto como ha llegado hasta allí. Pronto atravesó fronteras, se publicó en distintos países y las canciones se versionaron en multitud de lenguas, y aún hoy perviven. A este disco pertenecen dos de las canciones del espectáculo: Gallo Rojo, Gallo Negro y Canción de Grimau.

Gayo Rojo, Gayo Negro cae en el olvido durante la Transición pero fue rescatada por Silvia Pérez Cruz y se incluyó en la película “El 47”.

La canción con la que se inicia el espectáculo, la preferida de Pradera, es Mi querida España, de Cecilia, una canción mitad unamuniana (me duele España), mitad machadiana (las dos Españas). . Años setenta. Franco, el dictador que murió en su cama, aún vivía. No habíamos podido con él. Recuerdo aquella pantalla de nuestro TV Marconi en blanco y negro viendo cantar a Cecilia en el Festival de Mallorca (1975). Fijaos en el esforzado director que mueve los brazos frente a la típica orquesta televisiva con violines, saxofones, contrabajos, coristas.... Allí está ella, vistiendo un elegante traje negro, entonando uno de los éxitos del momento, 

Todo iba bajo las normas establecidas hasta que Cecilia decide salirse del guion, cantando ante millones de españoles la letra original de la canción, letra que nunca llegó a ser grabada por el miedo a las tijeras de los censores. La España dejaba de ser "nuestra" para transformarse, sin perder la sonrisa, en lo que era, una "España muerta", un verso que se atragantó a los censores. "Estos idiotas... le cambio dos palabras a la canción, digo lo mismo y no se enteran". Ésta, claro está, no es la versión que apareció en el disco “Un ramito de violetas”, publicado en 1975. Evangelina Sobredo, tachada de las listas de radiables debido a la censura franquista, optó por ello por modificar su letra. El resultado final es el que todo el mundo conoce: “Mi querida España. Esta España mía, esta España nuestra”, en lugar de “esa España viva, esa España muerta”. Una España sin dudas, sin pasado. Cincuenta años después, las modificaciones, más que indignación, suscitan una sonrisa.

En febrero de 1976 Libertad sin ira, otra de las canciones del espectáculo, era el himno no oficial de la Transición. Franco ya había muerto pero el presidente del gobierno era Arias Navarro, “el carnicero de Málaga”, favorito de Carmen Polo. La censura la declara no radiable condenándola al ostracismo, pero como fue grabada, está en las tiendas.

Aunque un día ocurre algo asombroso. Lalo Azcona, abre el Telediario diciendo Se está comentando que hay una canción que está prohibida, Libertad sin ira, y que no puede ser utilizada. Nada más incierto. Y para demostrarlo, el grupo Jarcha, en directo, la va cantar. Así se acabó con la censura fonográfica en España.

Otro de los títulos de este homenaje a la canción protesta es Al vent potente metáfora sobre la búsqueda de la libertad. Un himno antifranquista que nació en una vespa y sin intención política. “El viento era una metáfora: la adolescencia, la sociedad adversa, la necesidad de seguir adelante…”, dice Raimon. Su letra no ofrecía ningún argumento a la censura, pero la canción, por el contexto político, se convirtió en una amenaza y empezó a ser censurado. En su caso, la búsqueda de la libertad era doble: no solo no podía defender sus ideas, sino que no tenía problemas para hacerlo en su propia lengua.

Diari La Veu

Los recitales de Raimon solían terminar con todo en auditorio, seis mil, hasta diez mil personas gritando ¡Libertad! ¡Libertad! Cuando se oye que la democracia nos la otorgaron graciosamente, casi en un gesto de despotismo ilustrado, dos señores (el rey y Suárez) me acuerdo del 18 de mayo de 1968 en la Facultad de Económicas de Madrid, el ya famoso recital de Raimon quedó sellado en las memorias de los que se la jugaron y salieron a la calle para, al son del estribillo Al vent plantar cara al régimen del dictador.

A Galopar de Paco Ibáñez es una de las canciones más emblemáticas de la música de protesta en España. Basada en un poema de Rafael Alberti llamado “Galope”, escrito en 1938 en el Madrid sitiado, esta composición también se consolidó como un símbolo de resistencia durante la dictadura. Las 250 pulsaciones por minuto con las que la interpreta el cantautor sugieren galope de un caballo, la pureza y determinación de la lucha. Un grito de guerra pacífica “hasta enterrarlos en el mar”. Su mensaje sigue resonando en diferentes contextos de lucha y reivindicación. La canción no solo rinde homenaje a la poesía de Rafael Alberti, sino que también mantiene vivo el recuerdo de una época marcada por la búsqueda de la libertad y la justicia. Su interpretación en 1976, en el regreso de Ibáñez a España tras su exilio, marcó un momento histórico en la música y la política del país. Pero antes estuvo la mítica en el Olympia de París

L’estaca no podía faltar en la selección de Max Pradera. Un símbolo y una llamada a la unidad, para poder lograr un objetivo: tumbar la dictadura. Si hay una versión que pone los pelos de punta es la del recital de 1976. Barcelona. Gener de 1976” no es un disco, es un documento histórico. Yo asistí al primero de los tres recitales que dio que  Lluís Llach en el Palau dels Esports, un día como hoy, el día 15, recital con un final apoteósico e inolvidable, de los que orgullosamente se puede decir “yo estuve allí'. Un concierto histórico del que hay muy poca documentación gráfica y audiovisual. ¡Cómo cambian los tiempos! Lo escuchas, y vuelves al ambiente tenso, al calor de un recinto a rebosar, la ilusión a flor de piel, tomando el testigo de los que lucharon antes que nosotros. Vuelves al momento en que todo era posible. Y nos creíamos dueños del futuro.

La historia de Al alba, de Luis Eduardo Aute, es de todos conocida. Le dediqué una entrada en mi blog cuando se cumplían los 40 años de los últimos fusilamientos del franquismo. El músico la creó como un poema de amor, pero Rosa León la hizo suya, situándola en la órbita de esas últimas ejecuciones del régimen. Involuntariamente la narración de la canción evoca a alguien que iba a ser ajusticiado al amanecer, dijo el cantautorSin embargo, viendo esta entrevista en La Vanguardia el 4 del 11 de 2000 hay algo que no me cuadra.

Rosa León hizo de ella un éxito en diciembre del 75. Y la gente la cantamos una y otra vez, captando el mensaje implícito y convirtiéndolo en el himno de toda una generación. Aute se resistió a incluir su propia versión en su discografía hasta que en el año 1978 Al alba integró su excelente larga duración Albanta, publicado en el sello Ariola. Para entonces, era un himno reconocible, una canción inmortal.

Si me borrara el viento lo que yo canto” acaba con España, camisa blanca de mi esperanza, de Víctor Manuel y La, la, la. Me resulta curioso que formen parte de este espectáculo. La primera fue escrita en 1982 y más que una canción protesta es una aspiración. "Fue escrita en esa época en la que en este país estaba todo por hacer y se necesitaban las manos de todo el mundo y esta canción resumía aquel anhelo", explica su pareja Ana Belén. 

  Entiendo más el sentido de la elección de la segunda. En 1968 Joan Manuel Serrat fue seleccionado para el Festival de Eurovisión para interpretar el La, la, la del Dúo Dinámico, una canción atípica que Serrat jamás eligió, que jamás consideró como parte de su obra. Le impusieron cantarla en el festival por sus posibilidades de triunfo, por lo pegadizo de su melodía, en lugar de la menos comercial El titiritero que Serrat había presentado como candidata. La historia es compleja y un poco rocambolesca. Serrat la grabó primero en castellano pero planteó y finalmente grabó una versión en catalán. En ese momento sucede un cambio de posicionamiento en el cantante que se da cuenta, y le hacen darse cuenta, de que no puede ni debe representar a una televisión manipulada por el régimen franquista y que de hacerlo debía ser con la versión en catalán. El Festival de Eurovisión era un gran escaparate y significaba mucho para la imagen del franquismo de cara al exterior. De hecho, la elección de Serrat suponía un interesado cambio de tendencia, una búsqueda de una imagen más europea, más juvenil, menos encorsetada. Serrat renunció tan solo unos días antes del festival ante la exigencia de cantar en castellano. Fue sustituido por Massiel.

Llevo cantando canción protesta desde los 7 años dice Max Pradera en La Ventana, explicando el origen del recital. Mi padre fue condenado tres veces. Cuando a la tercera estaba en arresto domiciliario le vigilaban dos policías nacionales, nos los metieron en casa. Aquella pareja de “grises”, no tendrían más de 19 años. Sentados en el zaguán, Max Pradera les cantaba las canciones que escuchaba en su casa cotidianamente: canciones protesta. Los policías, no podían más que sonreír ante la osadía de ese chaval. Enternecedor.

Recital UBU

La elección de las canciones de Max Pradera es muy particular, una selección relacionada directamente con sus vivencias. Pero él mismo reconoce que hay decenas de canciones más que podía haber elegido. Porque son muchísimos los nombres y los grupos que podemos colocar bajo el epígrafe “canción protesta española”. Así, a bote pronto, sin orden ni concierto, se me ocurren un montón de nombres: Labordeta, Luis Pastor, Patxi Andión, Pablo Guerrero, Mikel Laboa, Benedicto, Hilario Camacho, Pi de la Serra, Javier Krahe, Ovidi Montllor, Manuel Gerena… En algunos casos se reunieron en movimientos colectivos, como es el caso de Els Setze Jutges y la Nova Cançó en Cataluña; Ez Dok Amairu, en el País Vasco; Voces Ceibes, en Galicia, o el Manifiesto Canción del Sur, en Andalucía, con Carlos Cano como miembro más destacado. Todos merecen formar parte de este viaje

20once

La canción protesta ha sido compañera y propulsora de agitaciones que han cambiado el curso de la historia, y que han servido para la creación de ideales y referencias en momentos de incertidumbre y catástrofe. No solo como transmisora de información, sino como espejo en el que reflejar un ideal hacia el que avanzar, o sobre el que revisar los ya establecidos. Bien merecía este homenaje.

Cuidaos mucho. Por cierto. ¿Os habéis dado cuenta? Ya no hablamos de Gaza.






martes, 11 de noviembre de 2025

Ilegales, la rabia de vivir de una generación en crisis

Habrá quien se extrañe que este grupo capaz de pasar del lirismo a la violencia sangrante, del nihilismo al alegato pacifista sea parte de mi música nocturna. Pero la verdad es que en esta casa se ha escuchado de todo (y lo que nos queda aún por escuchar).

Primera formación: David Alonso, Iñigo Ayestarán y Jorge Martínez (1980).

Su música es una mezcla de punk, rock, pop… en definitiva el paradigma de lo que lo que menos me gusta del amplio abanico que nos ofrece la música. Sin embargo, Ilegales, me cautivaron en los ochenta y se quedaron en el imaginario musical familiar. Porque sus letras son un cóctel explosivo de bromas, insultos, ocurrencias y provocación y, a la vez, de verdadera literatura. Cultos lectores de Bertolt Brecht, vomitadores de rimas consonantes, Ilegales se convirtieron en el testimonio impagable, doliente y sincero de aquellos jóvenes de los primeros años ochenta, algunos de los cuales se quedaron en el camino entre drogas, SIDA, mili y otras porquerías.

Escuchándolos, se comprende mejor la desesperación de una generación extrema salida del ocaso de una dictadura y a las puertas de una democracia insegura que sólo ofrecía paro a raudales y crisis económica. No sé si aprendimos del todo la lección... Varios son los temas que me impactaron y que me han acompañado durante 40 años... y que me vienen a la cabeza cuando hiervo por dentro.

“Para siempre es demasiado tiempo” es una frase que forma parte de nuestra comunicación cotidiana. 

“Tiempos nuevos, tiempos salvajes. / Toma un arma, eso te salvará. / Levántate y lucha, esta es tu pelea. / Levántate y lucha, no voy a luchar por ti”.

Llegar a la escuela. / Escuela de daños /Buenos maestros/ Para aprender a odiar/ Rebelde sin causa/ Buscando la calle” Destruye, destruye… En 1982, el año que salió “Ilegales” su primer álbum yo trabajaba en una escuela en la que había niños que pasaban hambre… Imposible que no me interpelara.

Pero “Agotados de esperar el fin”, tema que da nombre al su segundo álbum, tiene en estos momentos mucho(s) sentido(s)

Delincuentes juveniles ayer
Hoy hombres peligrosos
Viejas caras, nuevas caras
Pero las mismas cabezas
¿Qué les empujará?
No viven solo esperan
Van agotados de esperar

Agotados de esperar el fin
Agotados de esperar el fin
Agotados de esperar el fin

Niños sin escuela de ayer
Jugadores de billar
No los mires en los ojos
Porque van desesperados
¿Qué les empujará?
No viven solo esperan
Van agotados de esperar

Agotados de esperar el fin
Agotados de esperar el fin
Agotados de esperar el fin

Esa chica pálida y triste vende anfetaminas
Mis amigos hombres del norte luchan en las calles
¿Qué les empujará?
No viven solo esperan
Van agotados de esperar

Agotados de esperar el fin
Agotados de esperar el fin
Agotados de esperar el fin

La música como grito que sale de dentro. La música como arma arrojadiza. La música como muestra de rabia y desesperación. La rabia de vivir en un mundo que se derrumba. Y tristeza; también tristeza.

Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on Надобраніч. طاب مساؤك. לילה טוב


martes, 28 de octubre de 2025

Ludovico Einaudi, mínimo y profundo

 Música para pensar… o para dejar de hacerlo; 10 composiciones para buscar un poco de paz

Fotografía de elDiarioes

Vuelvo a mis tranquilas atmósferas minimalistas por las que intento navegar siempre que puedo. A pesar de lo que pueda parecer, el minimalismono es la falta de algo, se trata simplemente de la cantidad perfecta de algo. Por eso he acudido esta noche a Ludovico Einaudi. No necesito más. Siempre me ha encantado su música, la considero hermosamente evocadora y lírica. Es a la vez poética y rica en musicalidad. Sencilla, pero posee profundidad de sentimiento y emoción. Sus temas son verdaderos poemas musicales. Sus manos, fuertes y recias, son capaces de forjar composiciones tan delicadas como ésta: 

O como esta.... Cuando su piano y el cello se unen, su música te quedará grabada para siempre en la memoria. El cello refleja como ningún otro instrumento las emociones humanas y el piano con su elegancia discreta… recuerdos…

Luces de atardecer encienden mi mirada de cristal.
Con retraso, en su sigilosa prisa,
el cielo se enciende en la última gota de luz;
dedos de sol peinando nubes
de tonos rojos, dorados y amarillos.
Adquiere el aire el manto mestizo
de todos los colores.
Gotea vino del cielo.

¿No os parece sublime? Aunque no sé si utilizo correctamente la palabra. El término “sublime” puede referirse a una experiencia estética que combina lo impresionante, lo vasto y lo aterrador, es ese estado que provoca una mezcla de admiración y temor. Burke describió lo sublime como un temor controlado que atrae al alma, presente en cualidades como la inmensidad, el infinito, el vacío, la soledad, el silencio… No se trata solo de belleza, sino de una belleza que nos desborda, que nos hace sentir pequeños e insignificantes frente a la magnitud de lo que estamos contemplando. Una imagen como esta:

Junio de 2016. Un piano de cola se asienta sobre un iceberg artificial hecho con más de 300 triángulos de madera. El retroceso prematuro y monumental del hielo marino como resultado del cambio climático permitió su construcción. El glaciar Wahlenbergbreen en Svalbard, Noruega, como telón de fondo, un espectacular escenario para un concierto organizado por Greenpeace para exigir la protección del Ártico. Mientras el artista toca, parte del hielo se desploma. Con su música el pianista quiso denunciar el cambio climático que afecta a esta región al doble de velocidad que al resto del mundo. En los últimos 30 años se ha perdido el 75% del volumen de hielo marino. El pianista interpretó Elegy for the Arctic (Elegía por el Ártico), inspirada en la belleza y en las amenazas a las que se enfrenta, y que fue escrita especialmente para ese día. Pura emoción y sensibilidad.

"Pude ver la pureza y la fragilidad de esta zona con mis propios ojos e interpretar una canción que escribí para que se tocara en el mejor escenario del mundo", dijo Einaudi desde a bordo del Arctic Sunrise. "Es importante que entendamos la importancia del Ártico, detengamos el proceso de destrucción y lo protejamos". Pero, no hay nada que hacer. El Ártico tal y como lo conocemos va a desaparecer.

Fotografía: La Ganzúa

La vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de borrasca; Cualquier persona puede sostener el timón cuando el mar está en calma. El reto está en saber navegar en con mala mar. Alguien dijo que solo enferman de calma quienes conocen la tormenta. En esta cadenciosa y contemplativa pieza Le Onde (Las Olas), Einaudi nos habla del tiempo, en definitiva del transcurrir de la vida…

Si fuera una historia, Questa Notte transcurriría en el paseo marítimo de una larga playa. Una playa sin principio ni fin. La historia de un hombre que camina por esta orilla y quizá nunca se encuentra con nadie. Su mirada se detiene de vez en cuando para observar algún objeto o fragmento traído del mar. Las huellas de un cangrejo o una gaviota solitaria, la arena, el cielo, las nubes, el mar. O quizás busque un poema verso que perdió… Solo cambian las olas, siempre iguales y diferentes, más pequeñas, más grandes, más cortas, más largas.

La música de Einaudi actúa como un refugio en tiempos de adversidad. Durante años, mi refugio era el mar, parece bastante evidente. Con el paso del tiempo, no hay mayor refugio que mi hogar.  Stanze (Estancias) es un viaje minimalista muy hermoso por ese hogar que acoge y me protege cuando el mundo se vuelve insoportable. El arpa Cecilia Chailly me transporta por cada rincón, por cada habitación. Cada una tiene su propio carácter y forma, pero a la vez está conectada a todas las demás Conectar nuestras experiencias vitales con la música es apasionante. Es como su formaras parte de la partitura…

La belleza de Nuvole Bianche reside en esa sensación de paz casi palpable a medida que la música fluye y refluye. Una pieza que evoca ligereza y suspensión en el aire la sensación de flotar, de dejarse llevar por la música.

Para mí no hay nada más ligero que una mariposa. Y la mejor representación musical del sentimiento de libertad y vuelo que transmite Fly, volar… escapar…

Las composiciones de Lodovico me transmiten esperanza, felicidad, amor y los anhelos del corazón humano con una fuerza conmovedora. Divenire (Convertir-se, Llegar a ser…) nos invita a reflexionar sobre quienes somos, quienes éramos y en qué nos hemos convertido.

Podría continuar. Quería acabar con Love is a mystery, sobre todo porque lo es, pero no me he podido sustraer a esta belleza dedicada los seres más bellos y delicados de la tierra.

Cuidaos mucho. Y no dejemos de hablar de Gaza. No desconectemos de nuestra humanidad, no dejemos de hablar de Palestina. Acabo de saber que Netanyahu ha ordenado “bombardeos contundentes” en Gaza. No hay música en la que refugiarse ante esta masacre genocida.

Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on Надобраніч. طاب مساؤك. לילה טוב