miércoles, 22 de junio de 2022

Pat Metheny en las Noches del Botánico, un sueño cumplido

“Cada sueño comienza con un soñador”

Jesús tenía un sueño, asistir al concierto que, con dos años y medio de retraso, iba a dar Pat Metheny en el Palau de la Música de Barcelona como parte de su gira internacional de presentación de su último trabajo “Side-Eye NYC (V1.IV)”, un álbum en vivo grabado en la ciudad de Nueva York antes de la pandemia. La gira fue repetidamente suspendida, primero por las restricciones por todos conocidas, y luego porque la banda no pudo garantizar la vacunación de sus integrantes. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando a finales de octubre de 2021 las entradas estaban ya prácticamente agotadas. ¿En qué otras ciudades toca?, nos preguntamos. El 18 de junio, en las Noches del Botánico. Así que, hacia Madrid nos dirigimos; un viaje relámpago, 1300 km, ir y volver en dos días haciendo noche en una pensión, con un calor sofocante (41º al llegar y 33ª al empezar el concierto), tan solo para poder cumplir un sueño. Una locura que nos hizo rejuvenecer. Este post es la crónica de un concierto maravilloso gracias a la entrega total y la magia de su protagonista. Va por ti, Jesús.

Y es que hay artistas y conciertos que entran en una categoría especial, y el de Pat Metheny fue uno de ellos. El guitarrista estadounidense, con una formación bastante novedosa, entusiasmó a un público abrumadoramente maduro, no había más que vernos. Sus guitarras, de las que empleó varias, eléctricas y acústicas, venían respaldadas por dos talentosas estrellas en ascenso: el pianista/tecladista Chris Fishman y el baterista Joe Dyson, dos músicos muy jóvenes pero magistrales, a los que Pat ha seleccionado para que sean conocidos, a la vez que los acoge bajo su tutoría, tal y como hicieron con él "cuando se fogueaba en el mundo del jazz siendo apenas un chaval”. Algo parecido a un mecenazgo. Metheny le ha dado a este concepto de banda el nombre de Side-Eye   un grupo rotativo de músicos que pueden ir y venir en diferentes combinaciones. Hasta ahora ha habido cuatro iteraciones, de ahí el subtítulo V.1-IV.

Con el recinto a rebosar, el concierto empezó puntual, algo que cada vez es más inusual en el mundo del espectáculo. El comienzo fue apoteósico. Desde la oscuridad Metheny apareció con su característica melena, camiseta ancha, (sin sus habituales rayas, cosa rara), pantalones y calzado deportivo, y ese aire juvenil envidiable, si tenemos en cuenta que tiene 67 años. Solo, en mitad del enorme escenario, flanqueado en la parte derecha por la batería y en la izquierda por el set electrónico, con sus asientos todavía vacíos, cual prestidigitador, nos saludó con su alucinante guitarra Pikasso, obra de arte de la luthier canadiense Linda Manzer, extrayendo de las 42 cuerdas que tiene este instrumento de madera y metal tanta música, que parecía mentira que todo lo que sonaba viniera de un solo hombre. 

Tras seis minutos de improvisación en la que por momentos fue posible asociar sonoridades con un arpa, de la nada surgieron discretamente, como por arte de magia, sus dos jovencísimos acompañantes: Fishman rodeándose de una fortaleza de teclados y mesas, y Joe Dyson sacudiendo la batería como si le fuera la vida en ello, para interpretar So May It Secretly Begin. A falta de poder compartir un video del concierto nos deleitaremos con este.

 

 El trío brilló también interpretando Minuano (Six Eight) una de las más conocidas piezas de “Still Life (Talking)” (1987). Esta versión es del concierto de Japón de 2008.

La calidad del conjunto fue incuestionable en todo el concierto, alternando intensidad y sosiego, los solos acústicos de Metheny en los que se perdió durante un buen rato en el interior de la música, con las versiones más espectaculares y conocidas de su repertorio, recorriendo títulos que fueron trascendentales en su época, muchos de ellos de aquella etapa dorada que forjó junto a Lyle Mays. Cómo no, también hubo sonidos atonales y estridentes, en definitiva, todas sus facetas juntas. 


Bright Size Life, pieza que da nombre al álbum debut de 1976 permitió lucirse por primera vez a Fishman quien de manera brillante tuvo la responsabilidad de emular el bajo con un sintetizador. Jesús no hacía más que decirme, ¡¡no hay bajista pero el bajo se oye!!.

A continuación tocaron la emotiva Better Days Ahead del mítico “Letter from Home”, icónico en su trayectoria, permitiendo al guitarrista lucirse en todos sus registros, con esos ensordecedores sobreagudos que caracterizan su toque, ante un auditorio cada vez más entregado y entusiasmado.

Y llegó el swing, con una versión de Timeline, una composición de Metheny que salió en un disco de Michael Brecker. Magistral.

En ese flujo y reflujo de calma e intensidad que recorrió todo el concierto, le tocó el turno a la excelente Always and Forever de su exitoso álbum "Secret Story", ganador del Grammy como Mejor Álbum de Jazz Contemporáneo en 1992. Metheny solo con su guitarra, Dyson adornando con platillos y un tenue sonido de contrabajo hecho por Fishman, mantuvieron en absoluto silencio a las 4000 personas presentes que habían agotado las entradas, emocionándonos hasta las lágrimas. No he encontrado otra interpretación más parecida a lo que allí escuchamos.

Otra maravilla de las que reconocí fue When We Were Free, del disco “Quartet” (1996) con un excelente solo de batería de Dyson.


Más sutil se mostró cuando se ayudó para It Starts When We Disappear de una versión reducida del extraño artefacto al que llama Orchestrion, compuesto de un vibráfono, marimbas, instrumentos musicales acústicos y eléctricos.

El set terminó con Side Eye, otra de las piezas que Metheny ha recuperado en este disco que presentaban, que se extiende por más de 10 minutos y que tuvo el piano como especial protagonista.

Vale la pena señalar que uno de los mejores momentos de la noche llegó cuando Metheny interpretó a dúo con cada uno de sus dos músicos unos pasajes, entre la improvisación y la estructura predecible.

Metheny fue generoso en las propinas.  El primer bis fue un medley acústico, pacífico, de esos que nos inducen al trance. Pudimos disfrutar de su toque en solitario, desgranando temas encadenados entre los que pudimos apreciar, con transiciones casi imperceptibles entre una y otra, Minuano (Six Eight) / As It Is / September 15 / Omaha Celebration / Antonia/ Slip Away / This Is Not America  Last Train Home.

Pero los bises se alargaron, con Metheny saliendo una y otra vez, solo y con los otros dos músicos, para interpretarnos cinco piezas más. Para sacarnos del trance nos ofrecieron una conmovedora interpretación de Are You Going with Me?. He encontrado esta interpretación del Festival International de Jazz de Montréal, Canada. (1989) que puede servir.

Make Peace, el tema que cerraba el primer disco del dúo entre Pat Metheny y el pianista Brad Mehldau, publicado en 2006, y Song For Bilbao, del indispensable doble LP "Travels" (1983), tema dedicado al público de Bilbao, fue la manera ideal de despedir un concierto generoso, intenso y delicado a partes iguales, con una ejecución impecable.

La puesta en escena fue sencilla. Unos discretos pero muy efectivos efectos de luz y color lograron un espectáculo pintado de psicodelia y buen gusto, mientras Metheny se adaptaba perfectamente a los estados de ánimo que provocaba. Con una efusión expansiva de texturas, tonos y melodías a los que este gran guitarrista se acerca con su instrumento como pocos más pueden hacerlo, nos hizo llorar, sonreír, emocionarnos, aplaudir como locos, ponernos de pie una y otra vez. El jazz en sus manos se vuelve exuberante, inagotable y contemporáneo, y su público caímos rendidos a sus pies.

Habrá más; estoy segura de que no tardaremos en entusiasmarnos con un nuevo proyecto. Su viejo amigo Steve Rodby, bajista de su mítico Pat Metheny Group, le dijo en una ocasión que era “productivo-compulsivo”, lo cual define bastante su personalidad: el guitarrista confiesa que se levanta cada madrugada a las cuatro y se pone a trabajar en su música, sin un objetivo o destino concreto; simplemente es, según sus palabras, “para lo que vive”En una entrevista para La Vanguardia, afirmó que “la música es un trabajo a tiempo completo”. Pues mientras su nuevo trabajo ve la luz, podremos recordar con la piel de gallina este concierto antológico, dos horas y media ininterrumpidas de un Pat Metheny desbordante, en plena forma y dando lo mejor de sí mismo, arropado por sus jóvenes músicos. Un sueño cumplido.

Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. ¡Y no a la invasión rusa! ¡Libertad para Ucrania!

Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. Добрий вечір


miércoles, 8 de junio de 2022

Los sonidos del silencio

“El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio” (Friedrich Nietzsche).

A pesar de lo que dijo el filósofo alemán, cada vez más personas viven en ciudades, cerca de ruidosos aparatos, de tráfico incesante y de innumerables estímulos físicos y psíquicos. No es sorpresa, pues, que el silencio se haya convertido en un bien en peligro de extinción. Hoy por hoy, el silencio tiene ya un mercado y es considerado un producto de lujo. Por ello algunas personas viajan por el mundo cazando zonas de silencio como si se tratara de las más raras aves. Pero el silencio no puede existir, solo existe en el vacío, solo existe en relación al sonido, como la oscuridad a la luz o quizás también como el propio vacío que en realidad es una plétora de energía creativa en potencia. El ruido ha llegado a ser sinónimo del estrés. En esta sociedad contaminada también acústicamente, los científicos parecen confirmar la antigua noción de que el ruido lastima, dilacera, perturba y enferma desgarrando el pulcro velo del silencio, que mantiene un aura, una atmósfera virginal, propia.

Yo adoro el silencio, no es la primera que lo digo ni la última vez que lo diré. Hace justo 11 años le dediqué al silencio una entrada en este blog. El silencio es la música que sale del fondo del alma. Contiene un sonido preciso, armónico, lleno de sentido. El sonido del silencio es la palabra que brota mansamente, como el limpio cauce del arroyo, con la pequeña, con la humilde belleza de lo cotidiano para cultivar el espíritu. Odio el estruendo de rumores y murmullos, la palabra hueca de los políticos, el bullicio financiero, el grito constante y desgarrador de la injusticia social. En estos tiempos de cháchara, liviandad y estridencias, el silencio es una bendición, un bálsamo.

de davidhuerta.typepad

Una de las consecuencias de tener muchos más años por detrás que por delante es que hace tiempo que no puedo “escuchar el silencio”. Cuánta razón tuvo Quevedo cuando dijo Todos deseamos llegar a viejos pero todos negamos que hayamos llegado”. Sin embargo, por mucho que lo quisiera negar, que no es el caso, esos zumbidos que escucho en el “silencio de la noche” son la certificación del inexorable paso de mis años. Dice mi otorrino que yo que adoro el silencio estoy condenada a no volver a escucharlo nunca más. Cuando me envuelve el silencio, este está compuesto de una graduación casi infinita de sonidos inaudibles para los demás cada vez más sutiles, como los infrasonidos que pueden emitir algunos cetáceos o como los sonidos siderales que míticamente escuchaban los filósofos pitagóricos. Tal vez necesitemos un tercer oído para detectar esa paleta mística del sonido que tiene el silencio. Tal vez… Esta noche, para combatir los acúfenos que me acribillan impidiendo mi descanso he pensado que nada mejor que dedicar mi recopilación a los “sonidos del silencio”.

Os propongo, pues, una selección de 10 temas que tienen un ritmo y estilo muy diferentes entre sí pero que apelan a ese silencio interior que necesitamos a veces. Puede incluso que sea fácil reconocernos: desde la angustia de estar solo en la oscuridad hasta la paz que surge al encontrar la serenidad.

Como no podría ser de otra manera empezaremos con The sounds of silence, uno de los mayores éxitos musicales de los años 60 en Estados Unidos y el resto de occidente, un aldabonazo inesperado al movimiento folk-rock que consagraría para siempre a unos por entonces jovencísimos Paul Simon y Art Garfunkel, y que a muchos de nosotros nos ha acompañado durante casi toda la vida. Aunque ha habido múltiples teorías sobre su significado, desde los primeros versos se aborda el tema principal: la incomunicación. La canción es una demostración de cómo con simplicidad melódica y una letra que llegue se puede hacer una obra maestra.“Las canciones no son sólo lo que dicen las palabras, sino lo que dice la melodía y el sonido. Si no tienes una melodía correcta y cantable, da igual lo que tengas que decir, porque la gente no lo va a escuchar, decía Simon. 

“Eye in the Sky” fue el sexto álbum de estudio de The Alan Parsons Project posiblemente, el disco más exitoso de toda su carrera. ​El secreto fue mezclar hábilmente un producto de calidad, con arreglos orquestales y maneras de rock progresivo, con melodías sencillas al oído en clave pop-rock. La canción elegida, Silence and I es una buena muestra de ello. El vídeo está subtitulado en español; os recomiendo que también prestéis atención a la letra francamente sugerente.

   

“In a silent way” (1969) es uno de los álbumes que, de manera silenciosa y sin grandes pretensiones, supuso el primer brote de una de las ramas del jazz que conforman el gran árbol del género, y del que, según explica en la revista caravanjazz, el crítico estadounidense Lester Bangs: “Esta es la clase de álbum que te da fe en el futuro de la música”. “In a silent way” encarna el auténtico espíritu de Miles Davis, “The kind of blue”, mucho más azul, con tonalidades más eléctricas, donde la brisa suave y melancólica de este último se transforma en los momentos posteriores a la tempestad, allí donde huele a lluvia, a tierra mojada, a cansancio y a desvanecimiento. A la nada más absoluta que, sin saber muy bien cómo, te llena el alma de silencio. Un silencio que si alguna vez tuviera que sonar, estoy segura que lo haría muy parecido a lo que se grabó en 1969 en este álbum.

“El silencio se está convirtiendo en una bien muy escaso”, dijo Jorge Drexler en una entrevista sobre su gira “Silente”. Y sin silencio no hay canciones. “El silencio en realidad es la hoja en blanco sobre la que se escribe la música”. Silencio es una canción sobre el poder del silencio. Es una canción sobre la paz que surge al encontrar la serenidad y la soledad de estar solo en la oscuridad. Es una hermosa canción que explora las diferentes formas en que el silencio puede afectar nuestras vidas.

Sigamos con Enjoy The Silence, el tema más exitoso de los ingleses Depeche Mode (que sufrió la muerte prematura de su fundador Andy Fletcher hace un par de semanas) Solemne, profunda y a la vez muy apropiada para la pista de baile, una combinación inusual. Es quizá la canción quintaesencial de los artistas que la concibieron y un obligado punto de referencia en su obra. Su letra por sí sola es un oxímoron tan simple como tajante: el silencio que comunica lo que las palabras no pueden expresar. El gesto sigiloso que transmite los sentimientos guardados durante toda una vida. Enjoy the silence es el tema más reproducido de los ingleses en Spotify.

Sons of the Silent Age es una canción escrita por David Bowie en 1977 para Heroes. Fue la única canción del álbum compuesta antes de las sesiones de grabación, ya que todas las demás fueron improvisadas en el mismo estudio. La pieza, que llegó a ser el título provisional del disco, es una de las más sombrías no solo por la melodía en la que predomina el saxofón sino por la letra. El texto ha sido interpretado como un renacimiento en tercera persona de los temas de misantropía patológica explorados por Bowie en su anterior álbum "Low” ("Paseando sus habitaciones como las dimensiones de una celda "), y una referencia a los personajes de una canción de su Superman ("Ellos nunca mueren simplemente se van a dormir un día "). El escritor Nicholas Pegg no dudó en sugerir que el verso: "Plataformas, miradas en blanco, sin libros" puede ser una alusión al régimen nazi.

Vamos a dar un salto copernicano para escuchar un tango, un género que me encanta. Y Silencio (también conocido como Silencio en la noche) tiene su historia. La letra es una adaptación libre de un drama familiar “para construir un homenaje a la soledad de las madres mientras los soldados mueren en el campo de honor”. Fue uno de los temas del film Melodías de Arrabal en el que Carlos Gardel lo canta acompañado por la orquesta de Juan Cruz Mateo.

Otra pirueta en el aire. The Knife fue un dúo sueco de música electrónica formado por los hermanos Karin Dreijer Andersson y Olof Dreijer. Su segundo álbum de estudio, fue "Silent Shout·.  La canción que da nombre al disco nos habla de un ser vulnerable, una obra que se adentra en el mundo onírico de un hombre temeroso de ser visto como inferior a lo que la sociedad espera que sea. El título, dijo Karin, refleja una expresión sofocada: “Cuando sueñas y realmente quieres gritar algo, no sale nada”.

El silencio que acompaña al arrepentimiento puede durar toda la vida, especialmente si se trata de una oportunidad perdida. Eso es lo que nos dice Elliot Smith en su I Better Be Quiet Now, de su álbum “Figure 8” publicado el año 2000. Elliot canta sobre un protagonista que no logra obtener el número de quien le gusta. La soledad se está apoderando de él.

También tiene un espacio en esta recopilación la banda de rock británica The Who, la responsable de la siguiente canción sobre el silencio. The Quiet One trata sobre el lado oscuro del silencio. La canción fue escrita por John Entwistle: "Soy yo tratando de explicar que no soy realmente callado. Empecé siendo callado y ese es el casillero en el que he estado atrapado todos estos años” La letra advierte de las personas tranquilas y calladas, ya que no son ellas las que no hablan sino sus compañeros los que no escuchan.

Para acabar, un extra point: este tema de Gregg Allman, alma del rock sureño, que murió, también, antes de tiempo a los 69 años. Fundó The Allman Brothers Band, seleccionada por la revista 'Rolling Stone' como una de las mejores de todos los tiempos. Silence Ain't Golden Anymore, pertenece al álbum “Searching for simplicity”. Sin cuerdas, coros ni sintetizadores, el conmovedor barítono de The Allman brilla. Un tema que desconocía pero que me ha transportado a ese piso del barrio de Sant Andreu en el que empecé mi vida con Jesús.

“Nunca rompas el silencio sino es para mejorarlo”, afirmó hace muchos años el gran músico y compositor Beethoven. Espero haberlo conseguido porque a veces es difícil. Hay silencios que dicen más que mil palabras. Hay silencios que gritan, que consienten, que censuran, que claman, que duelen... La música es melodía, palabra y silencio. Se acabó por esta noche; han sido 10 temas, pero podrían haber sido más. Si hay alguno que os gusta en particular, no tenéis más que proponerlo y lo incluiré.

Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. ¡Y no a la invasión rusa! ¡Libertad para Ucrania!


Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. Добрий вечір

Otras fuentes

https://www.ondacero.es/solo-ondaceroes/10-historias-10-canciones/canciones-sobre-el-silencio_201711085a0305160cf2ebaa1668ca26.html
https://www.lacultureria.com/diez-canciones-sobre-silencio/
https://culturainquieta.com/es/inspiring/item/9406-los-efectos-que-produce-el-silencio-en-el-cerebro.html