En
octubre hará 51 años que la "Môme Piaf" enmudeció. Una infancia
desdichada y una vida melodramática, junto a una voz doliente y desgarradora,
modelaron el estilo lírico de la cantante francesa más famosa del siglo pasado. Su
aspecto desvalido le valió el nombre por el que es universalmente conocida:
Piaf (gorrión). Édith Piaf fue
la musa del París existencialista de los años cincuenta. Una voz que no se
olvida.
La vida de la cantante parece sacada de un folletín de
cabaret. Rodeada de pillos y maleantes, su arte la elevó a la cima de la
popularidad pero no pudo sacarla del pozo de su soledad y su dolor. Nadie como
ella supo expresar el mundo agridulce de las clases populares."Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero
era hermosa... Pasé hambre... Pasé frío... Pero era libre.... Libre de no
levantarme... De no acostarme... De emborracharme... De soñar... De
esperar."
La leyenda de su atormentada vida empieza en las inciertas
circunstancias de su nacimiento. La cantante siempre contaba, recreándose
melodramáticamente, que vio la luz en plena calle Belleville, el 19 de
diciembre de 1915, en el distrito 20 de París, durante la Gran Guerra. Más allá
de si esta versión era cierta o no, encajaba perfectamente con una infancia
triste y desdichada, marcada por el abandono de unos padres alcohólicos y el
cuidado de una abuela que regentaba un burdel, en el que había trabajado su madre. Antes de ello, yendo con su padre
acróbata de circo de bar en bar, un día, de su cuerpo de niña salió una voz
desgarrada y profunda, que impresionó a los asistentes. Su éxito dio un giro a
su vida... había descubierto su vocación. "Cantar es una forma de escapar. Es otro mundo."
A la
edad de 15 años, Édith salta a las calles de París, en Montmartre. Entre
Pigalle y Blanche, conoce a P’tit Louis, su primer gran amor, fruto del cual
nace Marcelle en 1933, que falleció dos años después por culpa de una
meningitis. Un día de octubre de 1935, el destino le aguardaba en la esquina de
la rue Troyon y de la rue Mac-Mahon para dar un giro en su vida. Louis Leplée,
dueño del cabaret Gerny’s de la rue Pierre-Charron la descubre y, gracias a él,
sale de la calle para subir a los escenarios. La bautiza con el nombre de
"La Môme Piaf".
En Gerny’s, su voz llega de la mano del triunfo inmediato. A los 22 años,
en 1937, en el escenario del music-hall l’ABC, la Môme se convierte
definitivamente en Édith Piaf. Pasa del cine al teatro para ser el ojito
derecho de Jean Cocteau
en Le Bel Indifférent. Después
llegaron las salas míticas como Pleyel, Olympia o Bobino.
Más tarde se traslada de la puerta de Bagnolet al confort burgués de la
puerta de Auteuil. Como veis, ante todo, Piaf es nómada y prácticamente ni
siquiera llega a amueblar sus pisos.
Una pequeña figura
con una dramática expresión que quedaba grabada en la memoria; esa era su imagen. Vestida siempre
de negro, ojos tristes, daba la impresión de lanzar con su canto desgarradoras
denuncias. Así, Édith, febril y
apasionada cuando canta, tiene un don para cazar talentos. Personajes como Yves Montand, Les Compagnons
de la chanson, Charles Aznavour, Eddie Constantine
entre otros le deben haber creído en ellos, haber amado a algunos y, sobre
todo, haber sido el resorte que impulsó sus carreras.
Ahora con la magia del YouTube cualquiera puede
apreciar aquellos estribillos originales de Édith Piaf.
L'Accordéoniste es una
canción escrita por Michel Emer, un soldado que se dirigía al frente en la
Segunda Guerra Mundial, en 1940. Éste le propone a Piaf interpretarla y ella le
da una oportunidad y la escucha. Después de oírla la artista conecta
inmediatamente con la melodía y la canta en varias ocasiones.
A finales de 1945, instalada con Yves Montand en la avenue Marceau, Piaf
escribe sola una de sus canciones más conocidas de todos los tiempos, La Vie en rose.
Tras separarse de él en 1947, se marchó a Nueva York para cantar París por el viejo continente. Allí conoce a Marlene Dietrich, Triunfa actuando en el local Versailles de la ciudad ante Orson Welles, Judy Garland, Henry Fonda, Bette Davis y Barbara Stanwyck.
Pero lo más importante es que allí conoce a su gran amor, el boxeador Marcel Cerdan. Se
conocieron en el 45', en uno de los "clubs" donde ella cantaba. El campeón marroquí estaba casado y el escándalo estalló en el 48'. Édith precisaba tenerle siempre
a su lado y Cerdan ya empezaba a descuidar su forma cuando el 28 de octubre el
avión en que viajaba de París a Nueva York para ir al encuentro de la cantante,
a la sazón reina del Carnegie Hall,
se estrelló en las Azores. Hundida por
el dolor, empezó a consumir morfina. Fue a él a quien dedicó su versión más
conmovedora de Hymne a l'amour.
En 1951 interpreta uno de sus éxitos mundiales Padam... Padam... Con
letra de Henri Contet y música de Norbert Glanzberg.
Ese año el joven cantautor Charles Aznavour comienza a trabajar para la
artista haciendo labores de secretario, asistente, chófer y confidente. Además,
escribe algunas de las mejores canciones a Edith Piaf como Plus Bleu
que tes yeux.
Que nadie sepa mi sufrir es
un vals compuesto por el argentino Ángel Cabral. Piaf
escuchó una grabación de la canción interpretada por Alberto Castillo en 1953.
Fascinada por la melodía la artista francesa se la llevó a París. Allí contacta
con Michel Rivgauche,
quien cambia totalmente la letra y el título por La Foule.
En 1955, canta en Olympia y entabla una amistad eterna con Bruno Coquatrix. Sus
recitales salvaron en varias ocasiones a esta sala mítica.
Cuentan que la pulsión amorosa
latente en Piaf era tan grande que cuando dormía junto a sus amantes tenía
los puños cerrados. He aquí la clave de que ella y la gran Billie Holiday, tan autodestructiva en
el amor y en todo lo demás como Édith, fueran las mejores intérpretes de 'Mon homme', una de
las más bellas canciones del amado siglo XX. Era tanta la fuerza de la parisina
al interpretarla que, apenas entonaba los primeros versos, ponía a las
audiencias en pie. Y todavía es ahora, a los cincuenta y un años de su muerte, cuando se
sigue dando por sentado que esta inmortal pieza, original de André Willemetz,
Jacques Charles y Maurice
Yvain, popularizada por Fanny Brice en 1921, fue obra de Édith Piaf, quien
empezó a cantarla en 1940.
No he podido encontrar ninguna grabación suya. En algunos blocs comparten este
video como si fuera de Édith, pero es de la cantante Mistinguett Aun así, creo
que es interesante escucharla para ver la sonoridad de la canción en francés.
Ya al
otro lado del juego del amor, Piaf comenzó a doblar la edad a sus amantes. Se
dice que entre los hombres a los que amó después de Marcel contaba Marlon Brando. Lo cierto es que tuvo
romances con Charles
Aznavour y el resto de los cantantes a los que catapultó. También con Georges
Moustaki , quien escribió para ella Milord ,mantuvo una apasionada relación en el 58'.
El
autor de Le métèque la dejó cansado
de sus borracheras. Lo que no fue óbice para que en 1981 la evocara emocionado
en Si elle etendait ça.
Si ella escuchara esto
podría venir, quizás
y elevaría sus brazos
en el borde de mi ventana.
Si ella escuchara esto
hasta el momento, quizás
cantara para mí
antes de desaparecer .
Ella cantara para mí
Antes de decir ...
Palabras de amor perdido
ven a los labios.
Recuerdos perdidos
en lo profundo de los sueños.
Fantasmas del pasado
que rondan mi memoria
Cuando la veo
con su pequeño vestido negro
Cuando la veo
con su pequeño ...
Si escuchara esto...
Quizás...
Sin ella, a veces
mi vida parece vacía
Ella venía a mi lado
calientaba mi alma
la que fue para mí
la gran dama, tan pequeña
La que fue para mí
tan pequeña
Pero ella no me oye
Y sólo rasgueo
la punta de mis dedos
Hacer notas.. caricias
Si ella escucha esto
puede venir
y elevaría sus brazos
en el borde de mi ventana.
Si ella escucha esto
hasta el momento, quizás
cantara para mí
antes de desaparecer
Ella cantara para mí
Antes de decir ...
Antes de decir ...
Tras Moustaki llegó su último
marido, el peluquero griego Theo
Harapo, al que rebautizó Sharapo, en
griego “Te quiero”, que la vio morir en 1963.
Éste es una fragmento la emisión del
programa "Cinq
colonnes à la une" en 1960 antes de que ella cantara A quoi ça sert l'amour con Theo. Édith habla de su fe en la vida, en el amor "Y
cómo todo lo doy por completo". No tiene miedo de la muerte.
A continuación, la canción que escribió Charles Dumont. Non, je ne regrette rien"No
me arrepiento de nada"
El
alcohol y el dolor son sus amigos constantes. Los
excesos y su insaciable hambre de amor destruyeron el alma y el cuerpo de Piaf.
Pero cuanto más sufría Edith, su arte se hacía más hondo, más sentido, más
universal, más difícil de sobrellevar. “Edith Piaf cantaba su vida”, señala
Bernard Marchois, encargado del museo
parisino que está dedicado a la artista.
Mon Dieu(Dios mío) es una canción de 1960 . La letra es de Michel
Vaucaire y la música es de Charles Dumont. Édith Piaf cantaba esta canción
originalmente en francés, pero la grabó en inglés también. La canción ha
sido cantada por muchos otros cantantes. Elaine Paige la incluyó en su álbum de 1994 "Piaf".
Sólo tenía 47 años cuando murió el 11 de octubre de 1963 después de luchar
contra el cáncer de hígado, pero su cuerpo era el de una anciana que parecía
haber soportado sobre sus espaldas todo el dolor y el sufrimiento del
siglo XX.
Sin
embargo el pueblo francés respondió saliendo a las calles de París en
procesiones que sobrepasaron las cien mil personas.
A su muerte, promotores
y discográficas hablarán cada temporada del nacimiento de una “nueva Edith
Piaf”, unas sucesoras imposibles que al final sólo alcanzan a ser la caricatura
del original por lo que desaparecerán. Un oportunismo que denuncia el cantautor Léo Ferré en una de
sus canciones (À une clanteuse morte)
Una curiosidad que no sabe mucha gente es que Edith Piaf y la actriz
alemana Marlene
Dietrich eran grandes amigas. Una amistad que oscilaba entre lo amistoso y los romántico. Por las memorias que Dietrich escribió sobre
su relación con Piaf, se sugiere que la germana sentía algo más que amistad por
La Môme. Sin embargo, Edith nunca pareció corresponderle, aunque hay una
fotografía en la que ambas aparecen besándose en la boca.
De acuerdo a la leyenda y diferentes biografías, Piaf se mantuvo fiel a su estilo de vida cruda y real hasta su muerte, y sus últimas palabras fueron: "Todo lo tonto que hagas en esta vida, se paga."
"En música no deben existir
fronteras que recorten tu libertad como artista"
El verano tiene estas cosas. Si te dejas llevar, te ofrece la oportunidad de conseguir el
estado mental y anímico idóneo para saborear la vida. Y así es, a pesar del aletargamiento
en el que el calor nos sume. Nada mejor, pues,
que un poco de buena música para combatir los peores males estivales: la
molicie prolongada, la indigestión de siestas, la calorina impenitente, los
líderes que claman por la mansedumbre de las masas o el opresivo letargo
postvacacional de algunos.La verdad es que a menudo tengo que luchar contra
cierto sentimiento de culpa que me invade por gozar, por descansar, por
sentirme bien en medio de tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta desazón, tanta
desesperanza. Pero al adentrarme en la maravillosa personalidad de este
violinista libanés de ascendencia armenia, se me va pasando.
Ara Malikian
aprendió a tocar este dulce instrumento que es el violín en los sótanos de
Beirut cuando arreciaba la guerra de
Líbano, acuciado por su padre, muy exigente con él, también armenio y
virtuoso violinista. Sus notas disimulaban los estruendos de los morteros, y en aquellas catacumbas, con ocho años, encontró a su primer público, algunos niños como él, gentes atemorizadas para quienes la música era la puerta de evasión del miedo. Desde entonces, su violín, un Montagnana del primer tercio del siglo XVIII que trata como oro en paño, nunca le abandona. Malikian es un nómada enamorado de España, afincado en Madrid (en la actualidad tiene su casa en el barrio de Malasaña), desde hace 15 años, después de vivir en Alemania e Inglaterra. Aunque había solicitado formalmente la nacionalidad española, el Gobierno se la denegó en emayo de 2013.
Esta noche vamos a deleitarnos con un hombre singular, con un virtuoso, un humorista, con el músico de los niños, un pedagodo, un ser carismático, vital y vitalista que te cautiva con solo escucharlo hablar. Para empezar a hacer boca, esta maravillosa interpretación de
"Piruetas" con el pianista gaditano Manolo Carrasco
Este magnífico violinista, tiene
una carrera tan salvaje como su melena. Entre sus actividades como músico, Malikian ha sido concertino de la Orquesta
Sinfónica de Madrid, titular del foso del Teatro Real (entre
1999 y 2007), y actualmente lidera varios proyectos relacionados con la
difusión de la música clásica en espacios como el Teatro Español o los Teatros
del Canal. También presenta un programa de música clásica para niños en TVE,
titulado Pizzicato.Pocas veces un violinista cuelga el atril de un gran
coliseo para abrazar al público en «shows» de humor e infantiles.
Le apasiona el flamenco y defiende con vehemencia la influencia de los
gitanos en la música clásica. "El flamenco es la música más
cosmopolita que existe, no conozco ninguna otra que tenga tantas mezclas y
conserve una personalidad tan fuerte; "Todos los violinistas tenemos una
deuda con los gitanos".
Su inagotable inquietud
musical y humana le han llevado a
profundizar, además, en sus propias raíces armenias y asimilar la música de otras
culturas del Medio Oriente (árabe y judía), Centro Europa (gitana y kletzmer),
Argentina (tango)
"Odio el
elitismo de la música clásica"
Malikian es una figura conocida en los escenarios musicales, pero quien se
lo figure con frac, a dos palmos del suelo, se equivoca. "Siempre me ha molestado que
la música clásica sea algo tan intelectual, tan para entendidos. Lo de música
culta me horroriza. No se trata de hacerla accesible, porque lo es, sino de
desnudarla de etiquetas. Hay millones de maneras de interpretar; todo lo demás
es arrogancia", "La música es algo muy bello, ¿por qué
no va a llegar a todo el mundo? Lo que hay que hacer es divulgarla".
"A los músicos sinfónicos se les pone cara de
funeral cuando tocan"
Semejante
declaración de principios es la motivación de la relación de espectáculos de todo tipo en que
participa: para niños, para familias, recitales en teatros y cafés, espectáculos en la calle, incursiones
en el circo, en escaparates o en el escenario de una cárcel.
Ara Malikian no
tiene reparo en reconocer que la música clásica tiene dificultades para llegar
al gran público por culpa de los propios intérpretes. "Nos sentimos un
poco por encima del resto de los músicos", admitió ayer, aunque él debería
excluirse. Preocupado por acercar la música clásica a los niños, "el
público del futuro", ha adaptado para ellos Las cuatro estaciones de Vivaldi. El resultado es "Mis primeras cuatro estaciones" un
concierto en el que antes de cada movimiento se explican y dramatizan los
acordes del compositor italiano.
"El día que vi que era capaz de moverme y de tocar
el violín al mismo tiempo fue una liberación que me cambió la vida"
Malikian se debate
entre la diversión, sanísima, y la parodia de sí mismo.La
carcajada le sale del corazón, con la autoridad que le da el que el violonchelista
Rostropóvich le
reconociese poco antes de morir como el mejor violinista del mundo de su
generación. Los dedos priorizan
seguramente el virtuosismo a la finura, pero es innegable que le asiste el
carisma escénico: hechiza por lo que hace (la velocidad), por cómo la hace (los
saltos enloquecidos) y hasta por lo que dice.
Malikian ha unido también su talento al del guitarrista argentino Fernando Egozcue para
crear una joya musical llamada "Con los ojos cerrados" Un espacio
infinito y eterno, donde la luz es siete veces colorida. En ese espacio todo
juega y se divierte, nada importa y se es libre, se es por fin con el todo.
Toma mi mano y cierra los ojos, confía; pues así verás más lejos, más grande y
más allá. Verás que allí son posibles todos los sonidos, todos los besos, todos
los lugares del gigante mundo. Ven, no temas, todo es más fácil con los ojos
cerrados. (El texto pertenece a Marisol Rozo, prolífica
actriz y bailarina que ha realizado la dramaturgia y dirección de
los espectáculos escénicos de Ara Malikian así como los textos que se incluyen
en las grabaciones de los discos "Manantial Vivaldi" (Mis
primeras cuatro estaciones), "24 caprichos de Paganini" y "Sarasate",
(Warner Music) todos ellos teniendo como solista al violinista)
Su camino se cruzó
con el de Kepa Junkera,
compositor, productor y músico que arrancando de la música tradicional, ha
creado un estilo propio y un camino que le ha convertido en uno de los músicos
más internacionales de Euskadi. Aunque sus trabajos están hondamente enraizados
en la tradición, Junkera ha creado una música sin fronteras, mezclada con los
aromas, ritmos y colores de otros lugares y otras culturas. Ambos, se subieron al escenario para fusionan literalmente
la musica: La trikitixa de Kepa Junkera junto a los ritmos armenios de Ara
Malikian.
Su último trabajo, From
Bach to Radiohead es un viaje cronológico desde el siglo XVII a la
actualidad, en el que hemos seleccionado obras de distintos géneros de músicos
que nos gustan, desde lo clásico al flamenco pasando por el jazz, el pop o el
rock. Así aparecen obras de Bach, LeClair, Tom Waits, Radiohead, Björk o de
Paco de Lucía...”
“La propuesta es algo alocada, porque interpretamos música clásica y actual
con instrumentos nada propios de esta última, como un violín, una guitarra
clásica, un laúd o una viola de gamba. Es cuando menos algo curioso”
Por el momento, sus planes son seguir trabajando en distintos proyectos con
varias orquestas. "Voy a seguir viviendo como lo he hecho durante los
últimos 45 años: feliz y con una sonrisa".
Avanzar y no rendirse. Eso es lo
que le dice Kate Bush a Peter Gabriel. También lo dijo Marcelino: “Si uno se
cae, hay que levantarse y seguir adelante” Si nos damos por vencidos, la utopía
se rompe en pedazos y ese futuro que no deseamos acaba por llegar.
Así, mientras en el día a día
batallamos en contra de lo establecido para poder alcanzar nuestro propósito,
siempre hay una voz interior que nos da ánimos, que nos guía y que nos alienta
hacia él en los momentos en que la luz parece desaparecer. Esa luz siempre
brillará para nosotros, si queremos recibirla.
"Muéstrame un obrero con
grandes sueños y en él encontrarás un hombre que puede cambiar la historia.
Muéstrame un hombre sin sueños, y en él hallarás a un simple obrero."James Cash Penny
En todo el tiempo que llevo en
esto de la música nocturna y alevosa me he olvidado de Peter
Gabriel y no me lo perdono. Sin embargo, como es habitual en
él, su música nos llega de manera inesperada, dándole significado a lo que hacemos. Eso ha ocurrido con Don't Give Up” (1986, del álbum "So"), interpretada en este video original acompañado de otra grande entre las grandes: Kate BushEsto es lo que hay que gritar en los tiempos que corren: Don't GiveUp, No te rindas (no os rindáis, no
nos rindamos) Es cierto que se abusó de esta hermosísima canción como
tema publicitario pero no por ello se ha gastado.
Con una sencillísima, a la par que hermosísima, puesta en escena de un solo plano: una pareja firmemente abrazada ante un eclipse solar, las voces de Peter y Kate sirven de base para transmitirnos mensajes de solidaridad, consuelo y esperanza: “Para cada trabajo tantos hombres...tantos hombres a los que nadie necesita“, “No te rindas, aún nos tienes… No te rindas, estamos orgullosos de quien eres”
En esta tierra orgullosa crecimos
fuertes.
Éramos queridos todo el tiempo.
Me enseñaron a luchar, me
enseñaron a ganar.
Nunca pensé que podría fallar.
No quedan luchas o eso parece.
Soy un hombre cuyos sueños lo han
abandonado.
He cambiado mi rostro, he
cambiado mi nombre.
Pero nadie te quiere cuando
pierdes.
No te des por vencido,
Porque tienes amigos.
No te rindas,
No has sido derrotado aún.
No te des por vencido,
Sé que puedes volverte exitoso.
Aunque lo vi todo alrededor,
Nunca pensé que podría afectarme.
Pensé que seríamos los últimos en
irnos.
Es tan rara la forma en que las
cosas suceden.
Por la noche conduje hasta mi
hogar,
El lugar donde nací, al borde del
lago.
Cuando se hizo de día, vi la
tierra.
Los árboles se habían quemado
completamente.
No te des por vencido,
Aún nos tienes a nosotros.
No te rindas,
No necesitamos mucho de nada.
No te des por vencido,
Porque en alguna parte hay un
lugar
Al cual pertenecemos.
Reposa tu cabeza.
Te preocupas demasiado.
Todo va a estar bien.
Cuando los tiempos se ponen
difíciles
Puedes recurrir a nosotros.
No te rindas,
Por favor no te rindas.
Debo caminar fuera de aquí,
No puedo soportar más.
Voy a pararme en aquel puente,
Mantener mis ojos hacia abajo,
Venga lo que venga
Y pase lo que pase.
Ese río fluye.
Ese río fluye.
Me mudé a otra ciudad,
Me esforcé por adaptarme.
Para cada trabajo, tantos
hombres,
Tantos hombres que nadie
necesita.
No te des por vencido,
Porque tienes amigos.
No te rindas,
No eres el único.
No te des por vencido,
No hay razón para avergonzarse.
No te rindas,
Aún nos tienes a nosotros.
No te rindas ahora,
Estamos orgullosos de lo que
eres.
No te des por vencido,
Sabes que nunca ha sido fácil.
No te des por vencido,
Porque creo que hay un lugar, Al cual pertenecemos.
Las primeras estrofas del poema son muy llamativas y su mensaje
clarificador: a todos nos enseñan a luchar y ganar, pero nadie nos prepara para
saber "perder" de la mejor forma posible, sin llegar a hundirse.
Don't Give Up, tan apabullantemente
romántica y dulce, es el reflejo del sentir de un hombre que se encuentra atrapado
en la desesperación por la falta de trabajo y futuro, mientras su compañera le
anima a seguir luchando con la ayuda de las personas que lo quieren y aprecian.
No creo que haga falta haber
sufrido importantes traumas en tu vida para que el mensaje de esta canción te
llegue a lo más hondo. Todos, de alguna manera, somos frágiles y quebradizos,
necesitados de amor. Pero si la vida te ha puesto algún obstáculo alto aún te
llega más.
Peter Gabriel, es un personaje
muy especial, desde que en 1967, con sólo 17 años, fundó el grupo Génesis, uno de los grupos más influyentes
del pop/rock de finales de los 60’ y los 70’ es puro carisma. Siempre ha
transmitido una fuerza, una energía, serenidad y paz que lo envuelve todo. Pasión
e innovación son dos de las palabras que definirían su estilo musical. Pero más
allá su condición de músico, Peter Gabriel ha estado comprometido a lo largo de
casi toda su carrera contra las injusticias y los problemas sociales más
variados como la pobreza, la discriminación defendiendo sin descanso los
Derechos Humanos
Pero además es especial por su
inconmensurable contribución a la música al haber sido el fundador del sello discográfico Real
World, una referencia ineludible e incuestionable para varias
generaciones de seguidores de la world
music, y los festivales "World Of Music, Arts & Dance - WOMAD".
Sin Peter Gabriel una parte
significativa de la riqueza cultural de zonas remotas y muy poco conocidas del
mundo como son Burundi, Burkina Faso, Andhra Pradesh, Kenia, Tibet etc, seguirían siendo
a día de hoy sólo sonido para ínfimas minorías y grandes desconocidos para el
resto del mundo occidental, totalmente absorbido por las culturas de masas, más
preponderantes e invasoras.
A Peter Gabriel le gusta la
posibilidad de que un artista se tome el trabajo de otro y lo reinvente a su
modo, viendo en los covers una forma de revelar al intérprete. Por ello, a
nadie le extraño cuando lanzó en 2010 “Scratch My Back”, disco en el que gravó
covers de otros artistas y bandas. En ese álbum, el tema de hoy lo versiona la
cantante Feist
Ese mismo año Pink colaboraría
con Herbie
Hancock por su álbum, "The Imagine Project", en la que cantó una nueva grabación
de Peter Gabriel "Don't Give Up", con John Legend.
Aunque videoclips y
cantantes de ópera no son dos términos que suelan ir de la mano habitualmente Ainhoa Artetase
atrevió con Don’t Give Up incluso quiso darle
un punto flamenco. El original me parece tan grande que esta aproximación de
Arteta me suena un pelín forzada, tanto por la pronunciación, tan correcta que
suena artificial, como por la inclusión de la parte operística, algo desubicada
para mi gusto.
No quiero acabar este post sin ofreceros esta versión. Para celebrar los primeros 25 años de
vida de este gran álbum, el músico decidió preparar una re-edición de lujo en
el que nos ofrecía una versión alternativa con piano de esta canción. Me encanta, también.