viernes, 18 de febrero de 2011

Ara Dinkjian

¿Sabríamos situar en un mapa Armenia? ¿Y explicar algo de su historia? ¿Y de su situación actual? ¿Y qué sabemos de su música?

Me es muy difícil explicar con palabras las emociones y sensaciones que me provoca desde que oí por primera vez hace años la música de Ara Dinkjian. La mayoría de sus composiciones tienen un nivel de introspección nocturno y alevoso que nos envía a las fronteras de nuestra capacidad de sentir. Considerado uno de los mejores intérpretes de laúd del mundo su éxito “Dinata” fue oído en la clausura de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Este músico estadounidense de origen armenio es el fundador de la banda Night Ark, junto a Arto Tunçboyaciyan (al que otra noche os propondré que le dediquemos juntos nuestra atención), con el que grabó en dúo “Tears of
Dignity” y “Onno”, dos maravillosos álbumes en los cuales la música “tiene el sonido de mi vida” usando las palabras de Arto.

Ara Dinkjian tiene perfectamente desarrollada esa naturalidad con la que los grandes músicos comprenden a los pueblos, sobre todo al propio. Su música está dotada de una potente carga emotiva, alegría, rabia, tristeza, ensoñación y sobretodo, nostalgia.

Es necesario conocer un poco de la cultura y de la historia de este pueblo para entender de dónde surgen todas estas emociones y sentimientos. El genocidio y la diáspora provocan que los músicos, lógicamente, no pierdan sus raíces. Pura supervivencia. Por eso, Ara colabora constantemente con algunos de los mejores solistas mediterráneos contemporáneos. Su punto de encuentro, situado entre los Balcanes y el Mediterráneo oriental, ha dado lugar a fabulosos trabajos.

Para entender a Ara Dinkjian hay que tener en cuenta que la mitad de los armenios han nacido fuera de Armenia pero que su filosofía es acoplarse a la cultura del país receptor sin olvidar la propia. Como sus compatriotas, Dinkjian interpreta música con el corazón armenio, sin duda. Su virtuosismo se manifiesta especialmente en las improvisaciones y los temas que interpreta, basados en las raíces de su pueblo pero también con influencias de los EEUU. El toque de jazz da como resultado un sonido nostálgico que a su vez resulta muy familiar. Ara Dinkjian es un auténtico armenio en América.  

4 comentarios:

  1. Que bonito y original. Tienes mucha razón con lo del toque nostalgico.Perfecto para el viernes por la noche.Besos

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  2. Cuanndo la música occidental parece haberse agotado hay que mirar a nuestro alrededor. Con curiosidad y amplitud de miras sabremos "ver" cosas como esta. Digo "ver" por que llevan siglos ahí sin que nmosotros las "viesemos"...

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  3. La nostalgia de quien está lejos de su tierra (suya aunque no naciera en ella). Tiene que ser muy duro para un pueblo. Un besote!

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  4. Tienes razón Jesús. Ese sentimiento de agotamiento de lo occidental (aunque no es cierto, lo sé; sólo hay que buscar más allá de lo les interesa a los mercados) nos lleva a algun@s amantes de la música a una búsqueda incansable de lo desconocido, conscientes de que hay un crisol de culturas por descubrir.
    El mundo es enorme pero los occidentales nos creemos que empeiza y acaba en nosotros.

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