Un día durante
el confinamiento, en Spotify escuché ese tipo de canción que te hace poner el
oído preguntándote ¿Quién es esta mujer? ¿A quién pertenece esa voz? Una voz
soberbia, llena de belleza emocional, sostenida por un piano (un instrumento
que adoro). Todo ello acompañado a veces por el contrabajo o el arpa, sin
enmascararlo. Esa voz resultó ser la de una compositora y cantante danesa Agnes Obel. A causa de la
pandemia, acababa de posponer su concierto en la sala Barts de Barcelona. Sólo tiene cuatro álbumes, pero con ellos ha
forjado su exitosa carrera en su país natal durante la última década. Éxito al que
ha llegado a pesar de (o tal vez debido a) un estilo muy poco convencional. Su dulzura melódica y sus paisajes sonoros me
conquistaron desde el primer momento.
Agnes creció
en Copenhague, en un hogar con inclinaciones musicales: su padre era un músico
de jazz y su madre, jurista, era a su vez una reconocida pianista clásica. En
ese ambiente aprendió muy pronto a tocar el piano. “No tuve una infancia
como la de mis amigos que son músicos clásicos. No practiqué todas las horas
del día, no fui al conservatorio '”, dice. “Había
mucha música, pero estaba más dispersa, y como resultado, tengo un conocimiento
musical mucho más amplio. Ha sido bueno que haya tocado algo de jazz, aunque no
me he especializado en él. Y toqué algo de piano clásico cuando era pequeña,
así que sé un poco sobre eso. Siento que he estado expuesta a muchos géneros,
pero siempre me he guiado por mis propios intereses".
Su profesora de piano clásico le dio siempre un consejo: toca aquello que te guste, haz solo aquello con lo que disfrutes. Sin embargo, a los 17 años deja los estudios en el instituto que le había dado la oportunidad de profundizar en la música con idea de dedicarse a la producción y de aprender el oficio de la grabación. Quizás por eso todos sus trabajos son de producción propia y, en su mayoría, grabados en casa.
Fotografía de laphille |
Tenía treinta años cuando, finalmente, lanzó Philharmonics, el álbum que inició su carrera en solitario en 2010 con el que consiguió seis discos de platino en Dinamarca y tuvo excelentes resultados de ventas en varios países europeos. El caudal de emociones que había acumulado a lo largo de los años lo vuelca en este sobrio trabajo. Es un trabajo puro, austero y equilibrado. Me encanta la mezcla instrumental y la atmósfera melancólica. No me extraña que tuviera el éxito de la crítica sobre todo en su país.
Fotografía de dw |
Si me pidierias que escogiera una sola canción para describir la personalidad y el estilo de esta cantante para mi es, sin duda, Riverside, de éste su primer álbum, uno de los más
escuchados en las plataformas de música en streaming. El tema contiene
los elementos más característicos del trabajo de la artista: el piano,
acompañado de cuerdas, y una delicada voz que cuenta una historia. (¡qué pena no
saber inglés!)
En sus temas instrumentales queda demostrada la influencia que ella reconoce de Erik Satie o Debussy, como sucede en Falling, Catching.
Pero si tengo que elegir la canción del disco que más me llega, sin duda es Smoke and Mirrors. Ese piano…
El álbum “Aventine” le siguió tres años después. Es otro trabajo austero, fascinante por su fluidez y armonía. Alguien lo describió con precisión como "un maravilloso álbum de otoño". La instrumental Setember Song es también una pieza emblemática de su estilo; tiene un ritmo que toma al oyente de la mano y lo sumerge en el tema.
Otras pistas para mí muy notables son Fuel to Fire, con ese piano especialmente hipnótico, la inquietante The Curse y la totalmente cautivadora Dorian.
Para su tercer álbum, Citizen of Glass (2016), Agnes Obel decidió agregar nuevos colores a su paleta musical: un sintetizador monofónico de finales de los años 20 llamado Trautonium, pero también la modulación de voces electrónicas, una propuesta un poco “fantasmal” que la ayudó a establecerse en el extranjero. Los arreglos de cuerdas son más ambiciosos. Citizen of Glass es un álbum conceptual, un proyecto que nace de un drama familiar. La muerte de su padre fue el punto de partida, pero fue después de leer un artículo en la revista Der Spiegel, sobre "el humano o el ciudadano de cristal", que Obel encontró la inspiración. Un disco, según sus propias palabras, "sobre cómo la tecnología distorsiona nuestra percepción de la realidad y crea una paranoia, en el sentido de cómo creemos ciertas cosas". También, "sobre nuestra forma de mostrarnos al mundo y sobre cómo las redes sociales están cambiando nuestra mente". De este álbum empecemos con Familiar. Impresionante el juego de segundas voces.
Si sus dos primeros discos fueron más íntimos, más centrados en la voz y el piano, (por ello me gustan más) en este trabajo se ve claramente cómo la artista quiere explorar sus posibilidades experimentando su relación tanto con los instrumentos de cuerda como con su manera de multiplicar la propia voz. Los instrumentos de cuerda son más… misteriosos. También hay más percusión. Esto es lo primero que se escucha en la primera pieza Strecht Your Eyes.
Pero la cancion de este álbum que más me gusta es Golden Green, delicada canción que preserva la fragilidad de “Aventine”.
Myopia, su
cuarto y último trabajo de larga duración, el primero que publica con la prestigiosa
Deutsche Grammophon y el segundo de canciones autoproducidas en su estudio
casero de Berlín, continua en la línea de voces afinadas, perfeccionando sus
nocturnos espectrales, al borde del abismo melancólico tan acorde a los tiempos
que vivimos. Es un disco elegante pero inmerso en una gélida soledad que le
aleja cada vez más de sus orígenes. Las voces más lentas que ayudaron a “Citizen
of Glass” a hacernos sentir tan de otro mundo, aparecen desde el principio. Preciosas son Camera's Rolling y Broken Sleep, este último corte, un himno al
insomnio antes del amanecer en el que muchas nos podemos identificar.
El cierre íntimo de Won't You Call Me me parece bellísimo, ofrece la calidez suficiente para sugerir que un deshielo podría ser posible mientras se mantiene la vibración fantasmal de todo lo anterior.
La artista
danesa compone siempre de noche. Para crear su último álbum, trabajó durante
dos años en la oscuridad nocturna, retirada en su estudio berlinés. Canta en inglés y casi siempre toca con una
banda compuesta exclusivamente por mujeres, cumpliendo un antiguo deseo secreto
de encontrar otras mujeres interesadas en esta escena musical. Su postura es
política en la medida en que ella es simplemente su "yo artístico": “Escuchar
y ver las cosas de una manera nueva, para que puedas experimentar las cosas
desde los ojos de otra persona”, para Obel, es en sí mismo un acto
político.
Fotografia Sala Barts Una hermosa
voz para acabar este annus horribilis que hemos vivido, para darnos un
lamentón en al alma; otra voz femenina para acompañarnos en nuestra
nocturnidad. Sé qué no es una fecha para detenernos en esta
entrada, pero he pensado que puede ser una buena manera de desearos un buen
año. Así que Feliz Año a todas y a todos. El 2021 será mejor, eso seguro. No me
puedo imaginar que pueda ser peor. Y quiero desearos lo mejor reivindicando, una vez
más, que la Cultura es segura, que es y será siempre un medio para alcanzar la
Libertad y sobrevivir en este universo tan triste. Porque en toda época de
crisis la Cultura nos ha salvado. Bon any nou. Ein gutes neues jahr/ prost
neujahr. Štastný nový rok. Uspješna nova Godina. Godt nytår. Urte berri on. Šťastný nový rok. Srečno novo
leto. Onnellista uutta vuotta. Bonne année. Feliz aninovo. Καλή χρονιά. Gelukkig
nieuwjaar. Boldog új évet. Happy new year. Felice anno nuovo/ buon anno nuevo. Godt
nyttår. Szczesliwego nowego Roku. Feliz ano novo. La mulţi ani. Сновым годом. Gott
nytt år. 新年快. Manigong
bagong taon. 새해 복 많이 받으세요. Selamat tahun baru. あけましておめでとうございます. สวัสดีปีใหม่
Teshi delek. Yeni yılınız kutlu olsun. Gelukkige nuwejaar. سنة جديدة سعيدة . Umwaka
mwiza. Heri za mwaka mpya. Barka da sabuwar shekara. Kiortame pivdluaritlo.
Bonan novja. Hauoli makahiki hou. Felix
sit annus novus. Rogüerohory!!!!!
¡Cuidaos mucho! |
https://elpais.com/cultura/2020/02/06/babelia/1581006023_260243.html
https://www.agnesobel.com/
https://www.abc.es/cultura/musica/abci-agnes-obel-mente-aparato-tecnologico-sesgado-202002210058_noticia.html
https://elpais.com/cultura/2017/07/31/babelia/1501514690_727177.html
https://www.dodmagazine.es/grupos-indie/agnes-obel/
Hoy sí que has dado en el clavo con Agnes Obel, una de mis cantantes favoritas
ResponderEliminarTe devuelvo el guante con una sugerencia desde Bosnia-Herzegovina: Natasa Mirkovic.
https://www.youtube.com/watch?v=N1ukbk_5AWY
En el programa del 4-11 de RUMBO AL ESTE, en Radio3, Natasa es una de la estrellas.
https://www.rtve.es/alacarta/audios/rumbo-al-este/04-11-20/5698380/
Gracias por iluminar la noche.
Querido Kepa.
EliminarAquí estoy, aunque tarde (nunca es tarde si la dicha es buena). Perdóname, pero no me gusta responder a los comentarios si no lo puedo hacer relajadamente
Muchas gracias por tu recomendación, no dejes nunca de "devolverme el guante". Conocí a Natasa Mirkovic gracias a Rumbo del Este. Me crucé con este programa, en cierta manera de la mano de Martín Llade, en Sinfonia de la mañana, en mayo o junio del año pasado. Invitó a Maja Vasiljevic para hablar de Amira Mendunjanin y me pareció muy interesante. Desde entonces Jesús y yo nos suscribimos a su podcast. Para él es una buena fuente de alimento para su podcast sobre músicas de raiz y del mundo.
Deseo de corazón que tú y los tuyos estéis bien.
Gracias a ti, siempre.
Un abrazo