martes, 13 de octubre de 2020

El otoño: música y poesía

“El otoño es una segunda primavera, cuando cada hoja es una flor” (Albert Camus).

Por fin se respira otoño tras un verano que se me hizo eterno. A las veranofóbicas como yo, (la primera vez que leí esta palabra supe que me definía) nos encanta el otoño, por el verano que dejamos por fin atrás y porque el siguiente nos queda, afortunadamente, muy lejos.

EL OTOÑO SE ACERCA

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.

He querido empezar mi música de esta noche con esta preciosidad, “The Chestnut Tree” (El castaño) un cortometraje de animación, dirigido por la animadora coreana afincada en EEUU Hyun-mon Lee. Esta encantadora historia se centra en una niña y su madre, en Corea del Sur, mientras revisitan los recuerdos bajo un castaño. La animación, dibujada a mano, fue nominada a los Premios Annie 2008 al Mejor Cortometraje. La música del corto es la Mazurka en D mayor, Op. 33, No.2 de mi amado Chopin, interpretada por So Yun Kim. Desde que lo descubrí, curso tras curso mis alumnos lo miran fascinados.

El cielo tiene color de otoño. Y la vida. El jueves asistimos a un fantástico concierto de The Bob Collective, el curso escolar ha cogido ya carrerilla a pesar del COVID, y, aunque no acabamos de sacudirnos la tristeza que sentimos al escuchar cada día las noticias y no ver la luz al final del túnel, podemos dar las gracias de estar vivos.


           VIDAS DE OTOÑO

Vidas de otoño son, crepusculares,
con un sentido ambiguo e indeciso,
sin que se sepa que es lo que Dios quiso
al crearlas decir. Con sus pesares

oscuros cruzan campos y lugares
marcando a vuelo roto sobre el piso
la vaga sombra. Su hálito sumiso
va al morir a las nieblas estelares

Sale, perdido ya, negro murciélago
en estas noches tibias de septiembre
el cielo del otoño a disfrutar

y vuela acaso de la aceña al piélago,
sin que su triste sino se remembre,
su oscura vida errática a acabar.

“El otoño devuelve a la tierra las hojas que ella le prestó en verano”, dijo George Christoph Lechtenberg, una imagen que va íntimamente ligada al sentimiento de nostalgia. La tristeza, los recuerdos y pesares se amontonan en el suelo junto a las hojas. Vladimir Rebikov supo resumir este sentimiento en esta pieza maravillosamente expresiva, Les feuilles mortes, la tercera parte de su composición Sueños de otoño Opus 9.

“Voy a decir todavía unas palabras para los oídos más selectos: qué es lo que yo quiero en realidad de la música. Que sea jovial y profunda, como un mediodía de octubre” Friedrich Nietzsche. La pieza que vamos a escuchar a continuación no podemos decir que sea jovial, pero sí profunda. En noviembre de 1875, Nikolai Bernard, editor de la revista musical Le Nouvelliste, escribe a Tchaikovsky. En su carta le pide si podría escribir unas piezas breves para piano para su revista. Concretamente le pide una para cada mes del año. Las doce piezas, en vez de llamarse "Los meses" como sería más lógico, se publicaron con el título en francés, “Les saisons”, una joya musical que debería ser más conocida y que demuestra que la melancolía no tiene por qué ser dolorosa. Este es el epígrafe poético contenido en la edición rusa (Nikolai Bernard eligió uno para cada mes):

Otoño, nuestro pobre jardín se está cayendo
las hojas amarillentas vuelan en el viento.

OCTUBRE

Estaba echado yo en la tierra, enfrente
el infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.

Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente

Pensé en arrancarme el corazón y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
el ancho surco del terruño tierno,
a ver si con partirlo y con sembrarlo,

la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.

(Juan Ramón Jiménez)

Otro compositor ruso, Alexander Glazunov, escribió el ballet Las Estaciones, su obra más popular. Representa la música romántica en su apogeo.  De los tres movimientos del Otoño os invito a escuchar más detenidamente el Adagio. La versión a piano es maravillosa.

 

OTOÑO

Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran
ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda
aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha.

Pero otoño es también sinónimo de vendimia y, por tanto, de fiesta y alegría, como nos recuerdan los coros del Otoño de “Las Estaciones” de Haydn.

Acompaña este tema Francisco Villaespesa, un prolífico poeta y, sin embargo, gran desconocido para mí, con este hermoso y sensorial soneto. 

POR TIERRAS DE SOL Y SANGRE III

frescura matutina del paisaje...
Verdores temblorosos del rocío...
A veces bajo el túnel del ramaje
brilla al sol la serpiente azul del río...

Hay olor de vendimia en los parrales.
Un silencio de paz duerme en la aldea...
Sólo algún perro ladra en los umbrales
del viejo hogar madrugador que humea.

En la azul palidez de la mañana,
cerrada para siempre la ventana
de las nocturnas citas... ¡Con sus hojas

dosel la enredadera le tejía,
y su pálido rostro sonreía
entre un temblor de campanillas rojas!

“Mi corazón está cansado” El otoño invita a la melancolía, a la soledad, al recogimiento hacia el interior del hogar, del alma, como sucede en el segundo Lied de “La canción de la tierra” de Gustav Mahler, El solitario en otoño (Der Einsame im Herbst). El compositor captura a la perfección la sensación de melancolía de la temporada: En esta “sinfonía” (así se le denominó en origen) el compositor pone música a antiguos poemas chinos llenos de sutileza y sensibilidad. Mahler estaba profundamente conmovido por la profundidad de los poemas sobre la fugacidad y el destino. Basta escucharlo para entender lo que sentía.


MELANCOLÍA

Me siento, a veces, triste
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan... Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.
(Manuel Machado)

November Woods es una historia de tormento. Es el mejor de los poemas tonales (o sinfónicos) del compositor y poeta Arnold Bax, inspirada originariamente en los bosques de su tierra, pero.... “puede tomarse como una impresión de la música húmeda y tormentosa de la naturaleza a finales de otoño, pero toda la pieza está conectada con mi Yo. Estaba pasando por ciertas experiencias bastante problemáticas en ese momento”, escribió en una carta a sus amigos Podía haber pintado un cuadro o escrito un poema, pero compuso esta obra.

 

OTRO OTOÑO TRISTE.
 
Ya el otoño frunce su tul
de hojarasca sobre el suelo,
y en vuelo repentino,
la noche atropella la luz.
 
Todo es crepúsculo,
señoreando en mi corazón.
Hoy no queda en el cielo
ni un remanso de azul.
 
Qué pena de día sin sol.
Qué melancolía de luna
tan pálida y sola,
ay que frío y ay que dolor.
 
¿Dónde quedó el calor
del tiempo pasado,
la fuerza y la juventud
que aún siento latir?
 
Se fue quizás con los días cálidos,
de los momentos que a tu lado viví.
Y así esperando tu regreso,
otro otoño triste ha llegado sin ti.

El poco pretencioso género de la miniatura de salón fue cultivado por Albéniz en su juventud, terreno en el que se mueve el pianista con gran soltura, resultando muy hermosa la forma sugerentemente impresionista con la que se aborda “Les Saisons” (también conocido como “Álbum de Miniaturas”), retrato conmovedor de las estaciones del año. Esta es la pieza dedicada al tiempo que nos ocupa.

 

POEMA 25

De repente el olor de las mimosas
como una antorcha que respira o como
una ola inmemorial que besa
la desnudez expectante de la playa.
No es más que la puerta
que se abre, pero pone en movimiento
un aire donde cuaja
toda la dulzura de este precario otoño.

(Jorge Riechmann)

 El “loco” que revolucionó el tango nos regala este Otoño porteño, un tango arrebatado, encendido y a la vez elegante y digno. El sentimiento tan nostálgico que Piazzolla es capaz de describir impacta en quien lo escucha, irremediablemente.

Otro argentino, Leopoldo Lugones, una de las mentes más prodigiosas de su país, nos ofrece esta fugaz escena de toques toques impresionistas:

ROSA DE OTOÑO

Abandonada al lánguido embeleso
que alarga la otoñal melancolía,
tiembla la última rosa que por eso
es más hermosa cuanto más tardía.

Tiembla... un pétalo cae... y en la leve
imperfección que su belleza truncas
e malogra algo de íntimo que debe
llegar acaso y que no llega nunca.

La flor, a cada pétalo caído,
como si lo llorara, se doblega
bajo el fatal rigor que no ha debido
llegar jamás, pero que siempre llega.

Y en una blanda lentitud, dichosa
con la honda calma que la tarde vierte
pasa el deshojamiento de la rosa
por las manos tranquilas de la muerte.

Ya veis que existe un largo repertorio de música clásica que nos ofrece diferentes miradas sonoras sobre las cuatro estaciones, que van más allá de la que nos cuenta Antonio Vivaldi. Composiciones del siglo XIX hasta el siglo XXI nos muestran otras maneras de escucharlas.

Quiero acabar con dos piezas preciosas de la pianista rusa Irina Shishkina, de su álbum, “Sueños de Otoño”.  Poco o nada puedo comentar sobre ella, pues era una perfecta desconocida para mí; pero, da igual. Lo mejor, sin duda, es escucharla. 


Y esta poesía de Neruda pone las últimas palabras a ese sentimiento otoñal, a ese…"hasta de mi alma caen hojas".


MARIPOSA DE OTOÑO
 

La mariposa volotea
y arde con el sol, a veces.
 
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
 
Me decían: No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
 
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.
 
Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
 
Me decían: No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
 
Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.
 
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.
 
Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
 
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
 
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
 
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
 
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: Te parece.
 
La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.

Por hoy hemos acabado este largo paseo por el otoño y la música clásica, un recorrido que ha dejado algunas bellezas en el camino. Tiempo habrá. Faltan esas y todas las canciones y temas de grupos, géneros y artistas que han formado y forman parte de la banda sonora de nuestras vidas. Pero eso lo dejaremos para otra noche.

Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie.



4 comentarios:

  1. Gracias Victoria. Magistral, como siempre.
    Yo no soy verano fóbico, me gusta el verano, el estío, es una palabra que amo, pero sin embargo, reconozco que el otoño es la estación que más me gusta, por su luz, por sus colores de sinfonía cromática, por su olor y porque me pone en un estado especial de sensibilidad y emotividad.
    Amo el otoño y estoy de acuerdo plenamente con tu asociación, el otoño es poesía y es música, no cualquier música, pero acertaste en cada pieza que has seleccionado y en cada poesía que nos traes. Es un magnífico trabajo y se ve tu amor y tú mimo en lo que nos aportas. Me has hecho sentir tantas cosas y afloraste lágrimas a mis ojos.... Gracias de nuevo, Victoria, por tu arte, por tu generosidad y por ser y existir, habría que inventarte.
    Te quiero, camarada.
    Un abrazo de oso.

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    1. Yo también te quiero, oso. Mucho. La verdad es que después de tu declaración de amor de camarada todo lo que diga sonará a hueco.
      Me hace muy, muy feliz compartir contigo sensibilidad y emociones. Gracias por ello.

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  2. Un abrazo enorme ,inmensas gracias por tu labor y tu compartir. Estoy con Miguel y para mi,particularmente, la musica junto con la lectura es a dia de hoy mi mejor medicina.
    Abrazos infinitos, virtuales en esta situación y de nuevo reiterarte las gracias, compartir es hermoso,nos hace mejores y nos eleva, nos da sentido.
    Salud querida Vicky!
    Desde Teruel...
    Sonsoles

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    1. No sé por qué, he encontrado en la bandeja de spam el aviso de tu comentario. Qué mal me sabe! La música tiene un poder que a veces, ni nosotros mismos somos conscientes de ello.
      Gracias a ti, siempre Sonsoles. Cuidate mucho!!! <3

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