Una Pasión en clave
latinoamericana
Tríptico de La Pasión (pintura flamenca del siglo XV) |
Las Pasiones
están basadas en textos sobre la historia bíblica de la pasión de Cristo con
una acción dramática: una parte del narrador (evangelista), las palabras
y réplicas de los personajes individuales (soliloquistas) y las
exclamaciones de la muchedumbre (turbae). Desde un principio, su interpretación en las iglesias se efectuaba con papeles
asignados: Cristo (sacerdote), evangelista (diácono) y los soliloquistas
y turbae (subdiáconos). Su evolución llega hasta nuestros días.
El primer tipo de obras de este género fueron las Pasiones motetísticas, en las que el texto de los Evangelios se compone en forma polifónicamente desarrollada. A la manera de los motetes, la Pasión se divide en fragmentos con sujetos nuevos, con imitaciones y cambios del número de voces (el evangelista siempre está a cuatro voces, los soliloquistas a dos o tres voces y los coros a cuatro o cinco voces). El primer ejemplo de este tipo de composición fue compuesto hacia el 1500. En el siglo XVII se suman a las Pasiones corales para la comunidad, el acompañamiento del bajo continuo y de la orquesta, así como arias a la manera de canciones con texto propio.
Viga de la Pasión. Pintura románica con influencias bizantinas |
Esta evolución dio como resultado la
aparición de la Pasión oratorial, a la que se incorporaron
las formas de la ópera y el oratorio. Con la utilización de textos libres se
producen nuevas posibilidades para la creación de diversas escenas, así como
para la estructura general. La “Pasión según San Mateo” de Bach es
la Pasión oratorial más extensa y se divide en dos partes con tres dobles coros,
trece corales, once ariosos y quince arias.
La Crucifixión. Andrea Mantegna 1457 |
Durante la segunda mitad del
siglo XVIII y en el siglo XIX se crearon oratorios de la Pasión y, más
breves, cantatas de la Pasión, que no ponían música a textos
bíblicos, sino sólo a textos libres sobre el hecho de la Pasión. En las
Pasiones modernas del siglo XX se utilizan todas las posibilidades descriptivas
musicales. La compositora soviética Sofía Gubaidulina
(1931) compuso Johannes passion; Wolfgang Rihm (1952) se
basó en el Evangelio de Lucas para su obra; Tan Dun (1957), de origen chino,
ofreció en su Pasión una conjunción de visiones occidentales y
orientales del relato mítico; mientras que el argentino Osvaldo Golijov
compuso La pasión según San Marcos un encargo que la Internationale Bachakademie de Stuttgart
realizó, en el año 2000, a cuatro compositores para homenajear a Johann
Sebastian Bach en el 250 aniversario de su muerte.
Me paro un momento en Osvaldo Golijov un compositor argentino que nació en 1960.
Estudió música en su país y después en Europa, contando con maestros como George Crumb y Oliver Knussen.
Actualmente vive en Estados Unidos y es el compositor de la Orquesta
Sinfónica de Chicago. Cuenta entre sus composiciones con una ópera con guion
de David Henry Hwang
basada en el poeta Federico García
Lorca titulada Aindamar.
Su La
pasión según San Marcos es un enorme trabajo ambientado en
varios eventos bíblicos de la vida de Jesús relatados por Marcos en El Nuevo Testamento
mientras dibuja paralelos con íconos de la historia latinoamericana. Golijov
resalta, por ejemplo, las similitudes entre la vida de Jesús y el Che Guevara (traición y
veneración) y sacerdotes argentinos durante los tiempos de la dictadura.
Esta Pasión ha llamado mi atención porque se trata de una obra moderna
cantada en español (es la única Pasión
que conozco en nuestro idioma), aunque no excluye textos en otros idiomas. En
ella podemos encontrar textos de góspel, kadish, un poema de Rosalía de Castro
(Lúa descolorida, el diamante de toda
la Pasión) y extractos de la Biblia,
especialmente del Evangelio
según san Marcos. Se trata de un concierto de voces e instrumentos
folclóricos que recuerdan las celebraciones de los Viernes Santo en los
pueblos. Es la primera vez que yo sepa que se mezclan ritmos latinos,
africanos, judíos y del sur de América para tratar un tema tan solemne.
La composición, como se puede
leer en la partitura original, si bien es de Golijov,
tiene movimientos en los que el mismo autor agradece y reconoce
los aportes hechos por músicos que desde el inicio forman parte del
grupo de intérpretes, así como otros de cuya fuente él tomó las ideas a
desarrollar, por cierto muy a tono con los tiempos actuales, con el
trabajo colaborativo tan en boga en la red, sólo que en el caso de la Pasión, el papel del
compositor ha sido fundamental especialmente para darle continuidad y
coherencia a la diversidad y variedad de elementos que la integran.
En cuanto a
los ritmos latinoamericanos se encuentran el son, la samba, o el mambo. De las raíces más
directamente africanas, los ritmos que “cantan” los tambores batá. De España,
el flamenco, con cajón
y palmas y una fantasía sobre canción tradicional flamenca
(inspiración de la Niña de los
Peines). En el movimiento de la Agonía, se siente el tango. En lo que respecta a
la danza se incluyen la “capoeira” y la danza afrocubana, a cargo de dos
solistas. El coro también se mueve, reforzando con el cuerpo la intención del
canto.
El compositor en una entrevista a
la revista Venezuela Sinfónica nombra la figura de Gustav Mahler, para el
cual una sinfonía debía ser todo un universo en sí misma. "En ese momento, la orquesta
y el lenguaje sinfónico podían contener todo el universo expresivo, al menos de
la civilización occidental pero cien años después si la música clásica quiere
expresar todo lo que se puede expresar o crear un universo; no podemos
reducirnos a la orquesta de Mahler".
El cambio de foco es, pues,
radical. La narración de la obra no se hace de manera literal, sino que Golijov
prefirió, en algunos pasajes, intercalar el texto bíblico con poemas y rezos de
distintas culturas y ponerlo en voz de varios narradores, que pueden ser voces
masculinas o femeninas. El vía crucis transcurre en alguna plaza entre Cuba y el
Brasil; la música es consecuentemente caribeña, aunque hay también otras
fuentes: flamenco, giros brasileños, algún aire piazzolleano combinado con el
scat del jazz (en la “Agonía” de Jesús, “aparta el cáliz de mí”), además de un
estilo minimalista que remite a Steve Reich.
Cristo con la Cruz a cuestas. Tiziano. 1506 |
En la Pasión se muestran distintas maneras de cantar. A lo largo de la obra se puede escuchar desde cante jondo a un canto de aire gregoriano y otro tipo jazz. Se hace uso del canto popular, abierto a distintas sonoridades, así como del canto lírico, como si el compositor hubiera querido asignar a cada emoción, a cada episodio, la fuerza expresiva vinculada a la región cultural más afín, sea ésta proveniente de Africa, Brasil o España. La parte instrumental es sumamente interesante ya que el papel de la percusión, las cuerdas y de la orquesta son tan protagonistas como el coro y los solistas.
Por si os interesa el libreto en pdf, clicad aquí
Son muchas las causas para el gran
éxito que tuvo La Pasión de Golijov. Con todo, y más allá de la increíble
profusión de ideas, de la creatividad, de la mezcla de elementos más académicos
con los más populares, de la música o de las voces, el secreto del gran impacto
está en la unidad conceptual que la atraviesa de principio a fin y en la
capacidad desplegada por Golijov para poner en acción esos elementos, tan
variopintos e inusuales, musical y dramáticamente, de forma atrapante y
contundente.
El resultado es una obra
interesantísima, que marca la entrada triunfal de la música sacra
latinoamericana contemporánea en el panorama mundial.
Podéis gozar de la obra completa en este video para haceros una idea del conjunto escénico.