sábado, 2 de enero de 2016

Concierto de Año Nuevo 2016

Energía positiva en estado puro

No se puede vivir el 1 de enero sin ver el Concierto de Año Nuevo. Así ha sido en mi vida, al menos.
Cada 1 de enero, desde que aquel televisor Marconi en blanco y negro entró en casa, toda la familia veíamos la retransmisión de un clásico de estas fechas: el Concierto de Año Nuevo, por la Filarmónica de Viena. Cuando pocos años después nos mudamos a un nuevo piso y nuestros vecinos, Pepita y Paco, se compraron uno de los primeros televisores en color del barrio, nos pasábamos emocionados a su casa para verlo juntos. Este concierto forma parte de nuestras tradiciones navideñas (que son muchas), uno de los ritos imprescindicles para empezar el año a ritmo de valses, marchas y polcas. Por eso me encantan los valses, seguramente. Porque crecí con ellos y porque forman parte de la herencia de mi abuela que me los transmitió en el ADN.

Fotografía de El País
Si ya originalmente, desde sus inicios el 31 de diciembre de 1939, fue concebido para levantar el ánimo de los vieneses en tiempos difíciles, en la actualidad se ha convertido en un símbolo mundial de esperanza y optimismo para el año venidero. Trasladado al 1 de enero desde 1941, fue entonces cuando pasó a denominarse, oficialmente, Concierto de Año Nuevo. En aquel primer concierto únicamente se interpretaron obras de Johann Strauss (hijo), y concluyó con la obertura de Die Fledermaus. (El murciélago)  

Fotografía de El País
Ayer una vez más, desde La Sala Dorada del Musikverein de Viena, 50 millones de personas pudimos gozar de un jovialísimo Mariss Jansons, que ya lo dirigió en 2006 y 2012, conduciendo uno de los, sin duda, más divertidos conciertos de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, transmitiendo en todo momento energía, alegría y entusiasmo, un antídoto contra todas las preocupaciones vaticinadas para el 2016. Nunca se habían reunido en los últimos años tal número de piezas de carácter tan abiertamente jovial como éste, quizás para advertir sobre la conveniencia de pasar página.


«La música es el arte más poderoso que existe. Es capaz de dar voz al alma y al corazón. Y tiene una enorme influencia sobre los seres humanos, sobre nuestro carácter y nuestra ética» dijo en una entrevista previa.
El ghetto de Riga
Su presencia de ánimo no deja traslucir una vida entretejida de difíciles experiencias próximas al ghetto de Riga, al totalitarismo de las autoridades soviéticas y a un corazón maltrecho contra el que lucha sin dejar de dirigir: «Por eso la música debe estar muy presente, especialmente en las escuelas, para entender cómo es nuestra existencia en este mundo. La música puede enseñarnos que existe una Europa mejor».

La 75 edición de “el concierto de los conciertos” como lo denominó el propio Jansons, comenzó puntualmente a las 11:15 y fue retransmitido por televisión y radio a 90 países. El programa del Concierto de Año Nuevo no está formado por largas sinfonías sino por piezas breves amenas y ligeras. Concretamente está integrado por polcas que alternan con valses y marchas junto a fragmentos orquestales de operetas vienesas.

Fotografía de El País
Ocho de las 18 piezas del programa nunca habían sonado durante un concierto de Año Nuevo, entre ellas la Marcha de las Naciones Unidas de Robert Stolz, un homenaje al papel de la ONU, que sirvió para dar inicio al recital. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, seguía el concierto desde un palco. Con ello, los filarmónicos han hecho un guiño a la ONU y han conmemorado el 70 aniversario de la primera Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebró en Londres el 10 de enero de 1946.

Quizá para hacerse perdonar sus orígenes vinculados al nazismo, que puso en marcha este concierto en 1939 como un elemento más de la propaganda del Tercer Reich (pese al pasado judío de algunos miembros de la familia Strauss), la cita situada en el primer día del año, cuando todo parece aún por hacerse, se ha convertido en una oportunidad para sugerir la posibilidad de entendimiento a través del único lenguaje universal, salvo para ese yihadismo que equipara el sonido del violín con la voz del diablo. De ahí los guiños que a veces se incluyen en su programa a algunos acontecimientos o instituciones señaladas.



La primera parte se completó con el vals del Tesoro, la polca francesa Violetta y la polca rápida El tren del placer de Johann Strauss; Muchachas de Viena de Karl Michael Ziehrer;


La primera nota de humor llegó al comenzar el clásico de Eduard Strauss Con franqueo extra (Mit Extrapost) cuando un mensajero entregó a Jansons una batuta negra con motivos dorados y al que el director le dio un pin, en señal de agradecimiento, que el director le quitó a otro músico del traje.


Excepcionalmente, los directores de orquesta suelen contar en el Concierto de Año Nuevo con los Niños Cantores de Viena, quizá la agrupación coral infantil más conocida y relevante del mundo, con más de 500 años de antigüedad. Está integrada por niños sopranos y contraltos de entre 10 y 14 años que provienen de varias partes del mundo. En el pasado, Maazel o Karajan los invitaron a participar en el Concierto de Año Nuevo y Jansons contó con ellos en 2012. Para esta ocasión cantaron desde el balcón del órgano la polca francesa Alegría del cantor, de Johann Strauss hijo, y en la polca rápida Viaje de Vacaciones, de su hermano Josef.


Como al maestro letón le gustan los ritmos españoles y quería incluir algo diferente este año se rindió un tardío homenaje a Émile Waldteufel, el verdadero rey parisino del vals en época de los Strauss, cuyo centenario de su fallecimiento se cumplió en 2015. Se escuchó su España, de 1881, basada en la rapsodia homónima de Emmanuel Chabrie


También gozamos de la estilizada y armoniosa polca-mazurca en compás ternario Libélula de Josef Strauss.


Y, poco antes de los bises, El vals del emperador. Cada vez que lo escucho viene a visitarme mi abuela. Mil veces me explicó como lo bailaba en Isla Cristina, el pueblo donde nació. Y aun sentada en su sillón del que casi no podía levantarse, si te fijabas veías mover sus pies.


Durante la segunda repetición, el tradicional vals El Danubio Azul, el público interrumpe con aplausos en los primeros compases y el director, en nombre de la orquesta, desea al público (de todo el mundo) un Feliz Año Nuevo. Convencidos de la trascendencia del concierto, otros directores que han estado a su frente en los últimos años (particularmente desde que se estableció la rotación en 1987) han lanzado ideas conciliadoras. Jansons, en el brindis oficial, se atuvo al guion pero en las declaraciones previas se expresó con toda claridad. El mundo está necesitado, muy necesitado, de buenos propósitos y el Concierto de Año Nuevo es un estupendo altavoz que deja sentir sus efectos en lugares recónditos.

El Danubio Azul compuesto en 1876 por Johann Strauss hijo, es considerada una de las más populares piezas de la música clásica. Las connotaciones sentimentales vienesas lo han convertido en el segundo himno nacional austriaco.


En la tercera y última parte, tradicionalmente se interpreta la Marcha Radetzky  En 2005 no se interpretó en memoria de las víctimas del tsunami del 26 de diciembre de 2004 en Asia. El público suele aplaudir al ritmo de la Marcha bajo la batuta del director de la orquesta.


Ya veis. Esperanza, alegría y humor festivo es lo que se respiraba en la Sala Dorada del Musikverein. Pudimos ver, como siempre, un espectacular y abigarrado despliegue de adornos florales decorada este año con 30.000 pétalos de orquídeas, rosas y amarylis de color naranja, procedentes de los parques y jardines de la capital austríaca.

Aun habiendo disfrutado con el concierto de este año, me hubiera gustado haber escogido alguno de los conciertos memorables bajo la dirección de Lorin Maazel, Herbert von Karajan, Claudio Abbado o Ricardo Muti. Aunque, pensándolo bien,  me hubiera quedado con Zubin Mehta porque para él el arte es un instrumento de la Paz. Y PAZ es algo de lo que este viejo mundo está más necesitado que nunca. Quizás otro año… nuevo.

Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. Boas noites. Bonne nuit. Y un Feliz Año 2016 para todos. Que seamos tan felices que no sepamos si estamos soñando.


4 comentarios:

  1. Menudo regalo de reyes descubrir tu blog, muchas gracias por transmitir ese profundo amor por la Música.

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    1. Menudo regalo de Reyes tu comentario! GGracias por tun interés. Espero tus aportaciones y cualquier propuesta de cualquier estilo será bienvenida.
      Una de las cosas que más me gusta de mi blog es zambullirme en todo aquello que descrubro y desconozco de la música.

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  2. no sé quién privilegiado afirmaba 'comenzar las buenas obras con música'
    Dijo bien
    sé de quién nos deja bien franqueada la puerta al goce de la música
    con nocturnidad
    (sin) alevosía. ¡ay, Victoria!

    un beso

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    1. Ay, Pilar! :) Si no fuera por la música... qué difícil sería todo(más)
      Feliz Año, aunque sea tarde.

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