domingo, 13 de enero de 2013

Eric Clapton

La “mano lenta” de Dios

El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
nosotros por lágrimas.
(Jaime Salinas)

Tenía Ainhoa, mi hija, tan solo 5 años, quizás menos. Regresábamos a casa, en el coche, como siempre, escuchando música, como siempre, y ella, como siempre, no paraba de preguntar “¿cuándo llegaremos?”. De repente se calló por completo y al mirar curiosa por el retrovisor vi que estaba llorando en silencio. “¿Por qué lloras, mi vida?” le pregunté. “Es que nunca había escuchado una canción tan triste, mamá” La canción que en ese momento sonaba era Tears In Heaven de Eric Clapton

Mi hija, evidentemente, no sabía inglés ( ni yo tampoco) pero supo captar la aflicción que plasmó Clapton en esa canción ante la muerte de su hijo Conor, en un accidente el 20 de marzo de 1991, a la edad de 4 años, al caer del piso 53 de un rascacielos de Nueva York en el que se encontraba con su madre.



¿Sabrías cómo me llamo... Si te viera en el cielo?
¿Sería lo mismo... Si te viera en el cielo?
Debo ser fuerte y seguir mi camino
Porque sé que no pertenezco, aquí en el cielo.
¿Me cogerías de la mano... Si te viera en el cielo?
¿Me ayudarías a levantarme... Si te viera en el cielo?
Hallaré mi camino de noche y de día
Porque sé que no puedo quedarme aquí en el cielo.
El tiempo puede abatirte
El tiempo puede ponerte de rodillas
El tiempo puede romperte el corazón
Y tenerte implorando piedad, implorando piedad.
Detrás de la puerta habrá paz, estoy seguro
Y sé que no habrá más, lágrimas en el cielo.
¿Sabrías cómo me llamo... Si te viera en el cielo?
¿Sería lo mismo... Si te viera en el cielo?
Debo ser fuerte y seguir mi camino
Porque sé que no pertenezco, aquí en el cielo.

Casi 13 años después, en mi Escuela, L'Aixernador, tuve la satisfacción de comprobar con esta misma canción, con criaturas de tan solo 3 y 4 años, cómo la música es un lenguaje universal transmisor de emociones; una maravillosa experiencia de esas que marcan profesionalmente a cualquier educador apasionado por su trabajo.

Pero regresemos a nuestro protagonista de hoy y sus "Lágrimas en el cielo". El tema que acabamos de escuchar aparece primero en la banda sonora de la película "Rush", y después en su álbum de 1992 “Unplugged”, en una versión acústica por la que recibió seis premios Grammy, entre ellos el de álbum del año, y mejor canción de rock del año.

Clapton es Dios

Los amantes de la música, el blues y la guitarra eléctrica sabemos que Eric Clapton fue apodado Slowhand (Mano lenta). Se le llamaba así tras su etapa en The Yardbirds, por su estilo compacto, seguro, preciso y agresivo, dándole prioridad a la expresión sobre la rapidez. Pero, socarronamente, dice alguna de sus biografías que fue un juego de palabras acuñado por el largo tiempo que se tomaba Clapton en reemplazar las cuerdas de su guitarra cada vez que se rompía alguna en plena actuación por su vertiginosa forma de tocar.
Será, poco después, durante el tiempo de permanencia en los Bluesbreakers cuando Eric empieza a ganarse el reconocimiento del gran público. 

De su paso por este grupo, os propongo escuchar All Your Love, una fulgurante versión del gran Otis Rush. Cuenta con un bello trabajo de guitarra, un fabuloso punteo de Eric, de los riffs más conocidos del blues. Hay que decir que uno de los mayores aciertos de la vida de John Mayall, fue haber conseguido a Clapton para la formación de los Bluesbreakers, desde luego que sí.



El disco al que pertenece esta canción, “Bluesbreakers with Eric Clapton”, con el tiempo se ha convertido en uno de los esenciales para reconstruir la historia del blues-rock de mitad de los 60. Los astros se confabularon. Un grupo iniciando una racha fulgurante, un guitarrista de 21 años al que el talento le desbordaba, 12 canciones y un sorprendente éxito en las listas (Mayall pensaba que este álbum sólo gustaría a los entusiastas del blues): el disco no sólo llegó a número 6, sino que se mantuvo en listas durante 17 semanas y, por si fuera poco, convirtió al grupo en legendario y al propio Clapton en una deidad. Éste es el disco responsable de que aparecieran pintadas en las paredes de Londres con la frase "Clapton is God" (Clapton es Dios).

La verdad es que todo él es fabuloso, un real banquete de blues y primer gran disco de guitarra de Eric. De aquí a la eternidad. Siempre me he preguntado que si el multinstrumentalista  John Mayall  (tocaba el piano, el órgano, la armónica y la guitarra) es considerado el “padre del blues blanco británico” ¿qué es, entonces, Clapton? Quizás es verdad que es… “Dios”

Layla, el siguiente tema de esta fría noche de invierno, aunque no es que emocione especialmente, consigue ser una súplica de amor imposible (que Clapton hizo que fuera posible) ¿Conocéis la historia? El cantante se enamoró perdidamente de la modelo Pattie Boyd,, la esposa de George Harrison y para colmo uno de sus mejores amigos, y le dedicó esta canción. Ah! Y acabó casándose con ella.


Pero para nosotros Layla siempre será... el nombre de nuestra gata.

Hay quien dice que en sus actuaciones en directo Eric Clapton no mira al público. No lo necesita. A ratos, mientras su mano izquierda revolotea el mango de la guitarra, levanta el pie del mismo lado y se inclina hacia delante o atrás. Es su máxima expresión. Eric Patrick Clapton no genera empatía con saludos ni pirotecnia fátua; lo hace con lo más difícil: la interpretación.

En vivo, pues, uno de sus mejores temas, Cocaine , un tema visceral, emotivo, confuso, mil veces versionado y que siempre deja el mismo buen sabor de boca. 

Cocaine aparece en el álbum “Slowhand 1977”, interpretada por Clapton y compuesta por J.J. Cale , una canción que está en contra de las drogas y no a favor, como mucha gente piensa. Eric Clapton dijo una vez que es inútil escribir intencionadamente una canción que vaya en contra de las drogas y esperar a que la gente capte el significado. 
Después de un día (semana, meses) duro, duro, duro, no hay mejor droga que… la música.



Para acabar este reencuentro nocturno con Clapton no puedo dejar de recordar que fue el líder carismático de Cream , una banda diseñada para que sus tres miembros diesen rienda suelta a sus posibilidades musicales.

Es evidente que “el Dios de la guitarra” ha conseguido algo que poquísimos guitarristas logran al ejecutar dicho instrumento: hacer que su guitarra hable. La guitarra de Clapton nos ha contado tristezas, alegrías, amores y desamores durante más de 40 años. Además, el sonido de su voz está siempre vestido de domingo y se ofrece como el complemento perfecto para esa guitarra mágica.

Gracias… "Dios"… por todos tus dones.

4 comentarios:

  1. Las 'lágrimas en el cielo' me pueden.
    Eric Clapton me puede: Con Dios y mira qué te digo, aun si dios no hubiera.
    'Lágrimas' siempre me hace llorar. Y no precisamente de pena.
    Abrazos, Victoria.

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    1. Se mete en el alma y se acurruca dentro de ti... Un beso Pilar.

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  2. Siempre me gustó Eric Clapton, pero desde que descubrí sus "Lágrimas en el cielo" para mi, su mejor tema.
    Gracias Victoria por tan exquisita y emotiva "Música con nocturnidad y alevosía". Que la música nos acompañe siempre.

    Una abraçada.

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    1. Que sea así siempre, Mari-bel. El día que deje de acompañarnos seremos peores personas.
      Un beso muy fuerte.

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