En la anterior entrada sobre prodigiosos niños pianistas, me comprometí a presentaros niños virtuosos de otros instrumentos clásicos o modernos que también nos pueden dejar boquiabiertos, con la intención de seguir profundizando sobre el tema: su infancia, sus estudios o posibles problemas.
Niña practicando el violín. Foto de glup-glup. |
Empezaremos por Alma Deutscher, una niña británica aparentemente muy inteligente y dulce que toca el piano, pero también el violín a un alto nivel. Lo más notable, quizás, es que a la edad de doce años ya había compuesto dos conciertos para violín y piano, una ópera de larga duración, “Cenicienta”, estrenada en Viena en 2016 bajo el patrocinio del director Zubin Mehta, y muchas otras obras. Su amor por la "música bella" es evidente en sus propias obras. Su padre teme que “la exposición a la música oscura deje cicatrices en su alma”. No quiero pararme a comentar esta afirmación, pero daría para mucho. También denominada la nueva Mozart (ya no sé cuántos tenemos en el ranking), Alma descarta esta comparación, pero es una etiqueta conveniente para aquellos que encuentran sus talentos inexplicables… o comercializables.
Si escucháramos
el siguiente vídeo sin abrir los ojos, posiblemente nunca habríamos adivinado
que la persona que estaba actuando era una niña de sólo nueve años de edad. Alisa Sadikova nació en
San Petersburgo (Rusia) en 2003 y recibió sus primeras lecciones de arpa a la edad de cinco años. En 2015 recibió una subvención de la Fundación Benéfica
Internacional Vladimir Spivakov para participar activamente en los
programas de la Fundación. Desde septiembre de 2018, estudia en la Escuela Musica Mundi de Waterloo
(Bélgica).
¿Quién no recuerda un video que se hizo viral el verano de 2014 en el que un niño de tres años sube al escenario para tocar la batería junto a la Orquesta Sinfónica de Novosibirsk e interpreta a la perfección el Orfeo en los infiernos de Jacques Offenbach? Este niño, nacido el 17 de diciembre de 2009, se llama Lyonya Shilovsky. Desde sus primeros años sus padres fomentaron en él el gusto por la música, llevándolo a adquirir su inigualable destreza con este instrumento. Un año antes se hizo famoso en toda Rusia al participar en el programa “Minute of Glory”, en el que llegó a la final. A partir de entonces comenzaron a invitarlo a conciertos. Participó varias veces en concursos internacionales y ganó diversos primeros premios. A la edad de siete años, Lenya, como le llaman sus padres, ingresó a la NSMSh (Escuela Especial de Novosibirsk), donde todavía estudia. Resalto esta frase de su padre en una entrevista: “Por supuesto, Lenya no siempre quiere estudiar. Cuando simplemente quiere tocar la batería, el interés permanece. Y cuando comienza el trabajo, tareas más serias, estudiar, entonces ya comienza a lloriquear. Pero nosotros como padres insistimos y seguimos insistiendo en estudiar, porque si ingresó a una escuela tan excelente, de alguna manera entendemos que ahora no lo puede dejar. Por supuesto, es difícil, requiere mucho tiempo, es agotador. Pero como padres, insistimos en que sigamos estudiando” Ahí lo dejo.
Hay quienes no creen que tanto virtuosismo temprano sea natural. El crítico Philip Hensher afirma que “la música seria nunca puede ser escrita por un niño”, que los niños pequeños carecen del conocimiento, la inteligencia emocional o la experiencia de vida necesarios para dar significado o perspicacia a la compleja música que tocan; que simplemente imitan a los demás. Para algunos, el desfile de niños prodigiosos en concursos de talentos y programas de TV o conciertos, es similar a ver una actuación de circo.
Morart 6 años, autoría incierta |
Fuera de lo
que ciertos críticos elitistas consideran “música seria” encontramos otros deslumbrantes
jóvenes músicos. Por ejemplo, Geoff
Gallante, extraordinario solista de corneta, trompeta y fiscorno de 19 años
con una larga carrera profesional, uno de los músicos jóvenes más célebres de
EEUU. Geoff encontró la trompeta de su hermano mayor a los cuatro años, aprendió rápidamente y desde
entonces ha actuado en escenarios destacados y junto a distinguidos artistas de
todo el mundo country. Aclamado tanto como solista o acompañando a bandas y orquestas, también destacado intérprete de jazz, se ha presentado en 34 estados de
todo el país. A la edad de seis años, ya había adquirido compromisos como
solista invitado con la Orquesta de
Louisville, la Orquesta
de Duke Ellington y el Quinteto
de metales de Filadelfia.
Max Ostro, cómo no, surgió en Youtube a la edad de 12 años y ya es una celebridad en la plataforma de streaming. Max es originario de la ciudad de Irkutsk, una de las más frías del mundo situada en Siberia. Bajo el frío y las heladas, Ostro interpreta canciones con guitarra acústica y guitarra eléctrica casi sin inmutarse. Su propia apariencia lo han convertido en uno de los artistas más curiosos de Internet.
Lil Asmar comenzó a tocar el bajo a los siete años. Su padre, Darnell Asmar Johnson, es un multiinstrumentista que ayudó a nutrir los talentos musicales de sus hijos. Lil le pidió a su padre que le enseñara a tocar el bajo. Dos años después, su padre se convirtió en su alumno. Luego apareció en varios programas de televisión importantes en EEUU, incluidos “Ellen”, “el Show de Steve Harvey” y “Little Big Shots”. El joven bajista ya ha tocado con artistas notables como Ron "Bumblefoot" Thal de Guns-N-Roses, Kool de Kool and the Gang y Bootsy Collins. También han producido un corto sobre su figura, The Bassics” protagonizada por Lil Asmar y su padre.
Podríamos sumar muchos más nombres a esta lista; el mundo virtual está lleno de ellos. ¿Qué se puede decir ante tanta maestría en tan cortas edades? Daniel Barenboim ha sugerido más de una vez que estos niños notables son solo prodigios a los ojos de sus padres, y es cierto que algunos consideran una aptitud especial en su hijo particularmente pequeño como un signo de tener un “don” que hay que potenciar (o explotar). Esto se debe en parte, afirma, a un cierto "síndrome olímpico", una competitividad entre los padres para empujar a sus hijos a cosas más grandes y competir contra otros niños y sus padres.
Jennifer Pike (2002) ganadora Young Musician. Foto BBC. |
Otra cosa opina Jennifer Pike, una
violinista británica que empezó a tocar a los cinco años e irrumpió en la
escena de la música clásica a los diez. Su opinión es que este concepto que se tiene
sobre los padres de los niños prodigio es un tópico sin base. "Soy
consciente del mito, o creencia popular de que los padres de alguna manera
deben estar empujando a sus hijos pequeños a vivir su sueño", dijo Jennifer a la BBC.
"Creo que es un tropo que definitivamente es cierto en algunos
casos, pero no es el caso en la mayoría". Según Jennifer, fue ella
quien tomó la iniciativa, no sus padres.
Una vez se rebaja
la emoción ante la fascinación que nos provocan mi pregunta siempre es la misma.
¿Les han robado la infancia? Algunos
estudios concluyen que usualmente un niño prodigio no experimenta una
infancia adecuada, pues se le aísla para que explore únicamente sus mejores
habilidades. Fue el caso de Beethoven, quien se volvió hosco con los demás
niños porque su alcohólico padre lo obligaba a ensayar a toda hora. También
resaltan que estos niños pierden la inocencia de su edad al tener que adentrarse
en el competitivo mundo adulto y al espectáculo masivo. Entonces, potencian su
inteligencia creativo-musical, pero se desarraigan del ambiente propio de su
edad, como los juegos y las primeras socializaciones. Yehudi Menuhin solo fue
un día a la escuela, a los cinco años, y el perjuicio que le trajo fue perder
la sociabilización con otros niños. “Fuimos
educados en casa. ¿Qué perdimos a cambio? Obviamente perdimos la relación con
otros niños”.
Menuhin 10 años en Deviolines |
No quiero acabar si comentar la tragedia que les sucede a muchos de estos deslumbrantes pequeños artistas al crecer. Cuando aún son niños, asombran al público a través del contraste entre su apariencia delicada y su habilidad precoz, pero a medida que pasa el tiempo y esta candidez se desvanece, todo depende de conseguir una actuación sublimemente perfecta y los premios máximos en los concursos, así como la simple suerte. Han pasado decenas de miles de horas practicando. ¿Ha valido la pena todo el trabajo duro? ¿La infancia que apenas vivieron dejó alguna cicatriz psicológica? La inocente simplicidad de los primeros años ya se ha ido, y las apariciones en conciertos se han vuelto más raras. Todos quieren alcanzar la cima del Monte Olimpo, pero el aire allí es muy escaso. Y solo hay lugar para un puñado de virtuosos talentosos.
Un
documental Russia's
Wonder Children narra una historia universal sobre el éxito y el fracaso
dentro del mundo completamente comercializado de la música clásica. Cine
documental para examinar algunos de los prodigios de Rusia (no es casual que
este país tenga tantos). Una mirada compasiva sobre cómo crecer bajo las limitaciones
de una competencia casi inhumana.
Seguramente podemos maravillarnos con Mozart, Beethoven o… Mikel Jackson o David Bowie … precisamente porque perdieron la infancia, pero yo me alegro de que mis hijos no hayan sido niños prodigio. Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. ¡Y no a la invasión rusa! ¡Libertad para Ucrania!
Buenas noches.
Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇.
Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト Buonanotte. לילה טוב. Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا
شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি.
Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. Добрий
вечір
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