“De repente, quedé hastiado del salvajismo
del mundo. Me sentí cansado de tantas guerras y matanzas, de la aparición
de nuevas tiranías, del refinamiento de las ya
existentes, de los embustes y de la política, de la llamada cultura de
las drogas y de la árida pornografía,
del hedor de las ciudades y del horror que se cierne sobre todos los mañanas.
Ser hombre me aterraba, avergonzaba y entristecía. Necesitaba un
nuevo nacimiento o, al menos, un bautismo en una nueva hermandad. Pero el mundo
no dejaría de rodar, con el solo fin de complacer mis
deseos. El único recurso que me quedaba era arrojarme a una
dudosa eternidad." (“El
verano del Lobo Rojo”. Morrist West)
Este año no
tengo espíritu navideño, lo confieso. Lo cierto es que no es muy normal en mí.
La Navidad siempre ha sido una época especial. A mucha gente le parecen
repulsivas estas fiestas pero a mí me enternece que, al menos una vez al año,
nos paremos a pensar que el mundo, la vida, las relaciones humanas pueden ser
mejores y que vamos a intentar que así sea. Nos conecta con nuestra
"humanidad", al menos a nosotros, a los Zapatero-Geijo sí. Digan lo
que digan no es hipocresía, ni falsedad. Es darnos una oportunidad. Sin
embargo, este año no tengo espíritu navideño. Ni la salud ni el ambiente
político catalán me han ayudado. Quizás en orden inverso.
Cuando pensaba en mi búsqueda musica para estas fechas decidí dedicar mi post navideño a los coros polifónicos sobre
todo infantiles que cantan los estándares navideños como si fueran ángeles. Cada
vez que me sumerjo en ellos me acunan. Cuando los escucho,
levito. Sin embargo, los más de 50asesinatos de mujeres en España durante el 2017 me han llevado, una vez más, a
la búsqueda de voces femeninas para reivindicar tantas voces truncadas en manos
de la violencia machista. Y así me encontré con Karen Matheson y su grupo Capercaillie. ¡Cuánto
aprendo en estas búsquedas! Vale la pena que nos paremos en sus orígenes.
Es fácil
olvidar que no hace mucho tiempo, el panorama musical tradicional de Escocia
estaba en un estado peligroso. Los años 70 fueron un período de incertidumbre,
pocos niños elegían tocar instrumentos, los grupos musicales populares eran muy
pocos; simplemente no era "guay"
tocar música tradicional. Sin embargo, fue en este contexto que Karen Mahemson
y Donald Shaw,
alumnos del Oban High School,
en 1983 decidieron combinar sus talentos
musicales y formar la banda de folk Capercaillie. Ambos
son de Taynuilt al sur de Oban, cerca de Loch Etive, donde había habido una
fuerte tradición de música folclórica. Karen creció inmersa entre el canto
tradicional que sus padres cultivaban, y su abuela, Elizabeth MacNeil, famosa cantante de
reconocida trayectoria en las islas cercanas a las Hébridas. A Shaw le enseñó
su padre el arte del acordeón, quien por ese entonces dirigía su propia Ceili
Band (orquesta de bailes tradicionales) en la cual Donald no tardó en
enrolarse.
Han pasado 30 años
y aquella joven banda escolar, ha logrado un puesto en la escena de la música
global que, en su momento de formación, hubiera sido impensable. El grupo lo
componen algunos de los músicos célticos más admirados y respetados del mundo.
La vocalista principal Karen Matheson (poseedora según el actor escocés Sean Connery de una “garganta
tocada por Dios”) está considerada como una de las más finas cantantes
escocesas multilingüe, habiendo ampliado su estilo en una serie de discos en
solitario y en colaboraciones de todo tipo desde 1996. Además de hacer
conciertos como el “Transatlantic Sessions”. Donald Shaw (acordeón, teclados)
reputado productor y compositor, es conocido por la banda sonora de la exitosa
serie de la BBC1, “Hébridas – Islas en el borde”. También ha sido el director
musical del festival Celtic Connections,
de gran éxito en Glasgow, desde 2007. Charlie McKerron, el viejo violinista de
la banda de la costa este, también es reconocido por sus habilidades
compositivas y proyectos paralelos, incluido su papel como violinista en el
supergrupo Session A9. De procedencia irlandesa gaeltachd, el
guitarrista Manus Lunny
es el eje rítmico de la banda y a la vez que escribe y va de gira, dedica gran
parte de su tiempo a proyectos colaborativos en su estudio. El extraordinario
flautista Michael
McGoldrick, considerado por muchos como el sucesor hoy del icónico Matt Molloy, dedicó gran
parte de su tiempo a recorrer el mundo como miembro de la banda de Mark Knopfler. En la
sección rítmica, el bajista Ewen
Vernal, el baterista Che Beresford y el percusionista David Robertson,
consiguen la síntesis perfecta de energía y sensibilidad. Parte del repertorio
de Capercaillie es aportado por Karen de su propia tradición, otros temas
surgen de los archivos de la Escuela de Estudios Escoceses, cerrando el círculo
con composiciones propias, algunas de ellas en inglés.
A lo largo de
su carrera, Capercaillie se ha sustentado en dos grandes fortalezas. La primera
de ellas es la asombrosa destreza musical de estos violines, silbatos, flautas
y pipas que han tocado con ellos a lo largo de los años, dirigidos por el
acordeón y los teclados del fundador de la banda. La otra base de la banda,
quizás la más potente, ha sido la voz sin igual de la cofundadora Karen
Matheson. Universalmente reconocida como una de las mejores cantantes gaélicas
vivas hoy en día, la exquisita voz de Karen ha estado en el centro de la música
de la banda, ya sea respirando nueva vida en canciones gaélicas de 400 años o llevando
su deliciosa voz a las composiciones contemporáneas de la banda...
El nombre del
grupo es algo que me resultó curioso. El urogallo (capercaillie en gaélico) es
considerado popularmente como símbolo de realeza. Tras ser descubiertos por
primera vez en una sesión del Mull
Music Festival en 1983, la joven banda tenía una semana para inventar un
nombre, escogiendo Capercaillie, una rara y muy hermosa ave escocesa, para
simbolizar la victoria en la lucha contra la extinción, con orgullosa
referencia a su distintivo repertorio gaélico. Y es que prácticamente desde sus
inicios, la agrupación ha liderado la vanguardia del renacer contemporáneo de
la música tradicional escocesa.
Habiendo
comenzado en las salas comunales de los Highland (Tierras altas de
Escocia) y en los circuitos de festivales (un bautismo de fuego para
cualquier aspirante), comenzaron a generar mayor atención con su álbum de
debut, “Cascade” (1984). Posteriormente, “Crosswinds” (1986), y “The Blood is
Strong” (1988), originalmente la banda sonora de una importante serie de
Channel 4 sobre la historia de los gaels escoceses, ampliaron su reputación
combinando fidelidad a las raíces más profundas de la tradición, con ritmos y
texturas instrumentales adaptadas del pop y de la música de baile.
Para sus
álbumes "Delirium" (1991) y "Secret People" (1993), Capercaillie añadió el bajo,
cajas de ritmos y sintetizadores, y este sonido de fusión permitió afianzar el
éxito en los años noventa. Shaw dijo entonces que algunos seguidores podían
sentir que se cansaron de las tradiciones populares, pero no es así.
Capercaillie se habría agotado haciendo el mismo registro una y otra vez.
La banda prefirió seguir y probar cosas
nuevas. Su sonido se convirtió en música tradicional contemporánea. Sin
embargo, en la década de 2000, Capercaillie regresó a unos arreglos e
instrumentos ligeramente más tradicionales con una fusión más sutil de
instrumentos modernos. En una trayectoria tan larga la renovación es necesaria
para repetir siempre lo mismo.
Ha habido
muchos hitos para una banda que ha vendido más de un millón de álbumes en todo
el mundo. Estos incluyen tres álbumes de plata y uno de oro en el Reino Unido,
el primer sencillo gaélico del Top 40, la música y la aparición en la película
de Hollywood "Rob Roy", y actuando en más de treinta países, entre
ellos Irak, Macedonia y Sudán. Desde entonces, no han cesado de cosechar éxitos
en sus actuaciones. “Nadurra” (2000), “Choice Language” (2003) y “Roses and
Tears” (2008) son los últimos trabajos del grupo, a los que en 2013 se une “At
the Heart of It All“, un álbum con el que celebraron el trigésimo aniversario
de la creación del grupo.
Es un camino
muy largo desde Oban High School a los jardines colgantes de Babilonia en
Bagdad, pero Capercaillie ha hecho este viaje y se detuvo en muchos otros
lugares exóticos en el camino. Sin embargo, su mayor logro ha sido moldear una
hebra central de su herencia gaélica en un sonido fresco y nuevo, capaz de
llegar a oídos y corazones de personas de todo el mundo.
Hay muchos
videos maravillosos de Capercaille en YouTube cantando con la calidad inigualable
de la banda. Creo que casi sin darme cuenta he elegido los más tradicionales, con
arreglos menos contemporáneos, pero podía haber compartido cientos.
Buenas noches. Bona nit.
Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 グッドナイト Buonanotte.
לילה טוב . Oíche mhaith. Y feliz 2018. Pero que la Felicidad no sea la meta
sino el camino.
Fuentes
http://www.abc.es/plan-b/aplaudir/abci-capercaillie-folk-celta-para-gourmets-201707091326_noticia.html
http://frogmen.info/biographies/C/Capercaillie.htm
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