Música para encontrar
la paz
No estamos en
Semana Santa, ya lo sé, momento típico para escuchar gregoriano, pero el
ambiente plomizo de las semanas santas de mi infancia está en el aire desde
hace días. A la vez, todo tiembla. Reconozco en mí una necesidad de buscar
cierto equilibrio interior, un poco de paz. Porque, aunque nos tengamos que
agarrar a las paredes para no caernos, la vida diaria, la de las gentes
normales y corrientes, continúa.
Sant Pere de Casserres |
Ayer fuimos a
visitar el monasterio de Sant
Pere de Casseres, monasterio benedictino de la comarca d’Osona, muy
cerca de Vic. La plana de Vic estaba cubierta por la bruma, hacía fresco, ese
fresco húmedo que te cala sin casi darte cuenta. Al llegar al monasterio
la sorpresa fue grande. Ante la belleza del lugar, un meandro del Río Ter, el espíritu,
embriagado, se dispara. A menudo me parece sorprendente tener tan y tan cerca maravillas
como esta y no ser conocedora de su existencia. Ayer aprendí de dónde deriva
la palabra siesta, por qué en catalán decimos “fer nones” a ir a dormir y la
diferencia entre una abadía y un priorato.
Siendo sincera
os diré que allí deseé desaparecer del mundo por unos días, que envidié a
quienes tienen la posibilidad de alejarse de todo, desprenderse de todo aunque sea por poco tiempo. Durante la visita hubo pocos momentos de silencio (el
respeto es un bien escaso en nuestra sociedad, cada vez más escaso) pero en los
pocos en los que lo hubo no me fue difícil imaginar escuchar, salido entre las
brumas, ese canto gregoriano
que se funde, como en un delirio, en un océano de silencio, de calma... Música silenciosa, búsqueda de camino. Meditación.
Hay una
explicación científica del por qué este tipo de música relaja tanto. El canto
gregoriano usa un ritmo similar al de la respiración. Se crea por lo tanto, una
armonía entre la frase cantada y la respiración de quien canta, por eso es una
música que favorece la meditación y la interiorización de las palabras
cantadas, y posee un efecto psicológico y fisiológico muy profundo: la
respiración se calma y el latido cardíaco disminuye. En este contexto musical,
el individuo puede fácilmente alcanzar un estado de atención y relajación.
Abadía de Solesmes |
En el mundo de los amantes del canto gregoriano es conocida la
deuda contraída con la Abadía de Solesmes
donde, mientras se custodia, se restaura y se difunde tanta documentación de canto gregoriano como en un museo de
gran riqueza, continúan los estudios sistemáticos y resuena a diario, al igual
que en Silos, el canto vivo de la tradición. En 1837, este antiguo priorato
benedictino, ubicado a orillas del río Sarthe, en Francia, es erigido en
Abadía. Desde entonces, el significado que adquiere Solesmes para la
liturgia romana y para el canto gregoriano en particular, será decisivo para
los destinos de este tipo de espiritualidad musical. Su imponente aspecto, dejándose
reflejar majestuoso sobre el río, está tan relacionado con el canto gregoriano,
que para muchos casi constituye como su
equivalente visual. Centro pues de la restauración de este repertorio musical,
enclave único de estudiosos, historiadores, liturgistas, musicólogos,
buscadores de Dios que se expresan a través de la alabanza cantada de la manera
más exquisita.
Al contrario
de lo que muchos de los pocos (qué paradoja) que se acercan al gregoriano
creen, este no es un canto para la
liturgia, sino la misma liturgia cantada. Todo cuanto lo constituye corresponde
a la plegaria y al servicio del momento ritual específico en cuyo interior se
colocan texto y gesto. El gregoriano es el modelo de canto puramente vocal y
nadie piense en un arcaísmo, en pobreza o en pauperismo, sino en un proyecto
que sostiene una espiritualidad concreta, bien definida por los padres de la
Iglesia. No he querido extenderme en ello precisamente por eso, por lo extenso del tema.
El organum por excelencia es
el hombre, la persona hecha de corazón, mente y voz. La comunicación personal
entre lo divino y lo humano pasa a través de la interpretación coral, un
recíproco perderse y reencontrarse, despojado de oropeles. Un aspecto que
confiere un gran valor al gregoriano es su variedad y riqueza de formas
musicales, derivadas tanto de determinados comportamientos corales inducidos
por los ritos, como de verdaderas dimensiones de la plegaria, cuya verdad
conserva en su base un valor antropológico. Aquel oyente que, carente de una
iniciación litúrgica y de la experiencia personal de una celebración auténtica,
con todo su empeño lúdico pero exigente, es capaz de captar el canto gregoriano
no sólo desde su exterior, sino desde su más íntima expresión, se ver tentado
de leerlo de un modo plano, con el consiguiente riesgo de percibir (aunque
inconfesadamente) la "monotonía" de su melodía. Nada más lejos de la realidad. Los matices del gregoriano en cada canto son infinitos y dependen mucho del coro de voces que los interpreta.
La abadía
benedictina de Santo
Domingo de Silos (Burgos) es uno de los referentes mundiales de la
espiritualidad universal que se hizo muy popular en todo el mundo por sus discos de canto gregoriano. Hace tiempo, un amigo me preguntaba con ocasión del éxito mundial
que obtuvo el CD del Coro de monjes de Santo Domingo de Silos: "¿Tú crees
que este repertorio sirve para aumentar el grado de cultura entre la gente o es
sólo un instrumento para vender más discos?". La respuesta era evidente:
el canto gregoriano hace "cultura", gracias a él hay una serie de
personas que conocemos una "cultura" diferente a la suya. Sólo el que
busca y consigue captar su verdadera identidad, por lo menos con su estudio y
audición, podrá obtener una valiosa gratificación estética. Los monjes de la
Abadía de Silos han contribuido a llenar el catálogo de discos de canto gregoriano con obras intensas y suaves. Particularmente cautivadoras son las
frases finales que a menudo parecen difuminarse en la nada, como absorbidas por
los muros de piedra que rodean el coro. En la colección gregoriana de Silos, el
canto es viril, exacto y estudiado e inevitablemente atractivo. La
ornamentación y alargamiento en las notas, producen de inmediato esa gran
sensación de paz de la que hablábamos; la paz espiritual que todo hombre alguna
vez busca en su interior, dañado por el devenir de la vida diaria.
La
popularidad de estos monjes humildes y sencillos, traspasó nuestras fronteras
dando la vuelta al mundo, pero todo volvió a su cauce y la imposición de la
moda y las necesidades del mercado y el consumo les hizo caer de nuevo en el olvido. Sin embargo, el canto gregoriano
sigue ahí, como lo ha hecho durante siglos, para servirnos de refugio
espiritual, independientemente de nuestras tendencias religiosas porque como
bien dicen algunos, la espiritualidad, no está reñida con la creencia.
Yo tuve la
gran ocasión de escucharlos en directo en la propia abadía. El canto de los
monjes de Silos te envuelve, te eleva el espíritu y te infunde una gran
serenidad. Como decía Fray
Luis de León: el aire se viste de hermosura.
Si habéis
llegada hasta aquí, gracias. Sé que esta noche no era fácil hacerlo. Si es así,
creo que esta noche podréis dormir un poco mejor. Buenas noches. Bona nit.
Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas
noites. 晚安 グッドナイト
Buonanotte. לילה טוב
Fuentes
Fuentes
http://www.melomanos.com/la-musica/formas-musicales/el-canto-gregoriano/
http://www.unavocesevilla.com/APUNTESGREGORIANO.pdf
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350645ffae.html?sp=y&refresh_ce
Tres pequeñas anécdotas.
ResponderEliminarLa primera, recordar como hace unos 35 años, cuando encontramos una oferta de vinilos y nos hicimos con 3 o 4 discos de Solesmes, al comparar los con las grabaciones que ya teníamos de Silos me pareció distinguir el acento francés en el canto en latín.Ilusión auditiva imagino.... ó no?
Silos. Silos siempre será el lugar al que quiero retirarme alguna vez, aunque sea a pasar unos días en la hospedería.
Oir oficios en Silos es una experiencia especial. Incluso para los que no somos creyentes, nos llega un aliento de espiritualidad que, creo, nos hace mucha falta en los tiempos que corren.
buena entrada compañera!!!
Sí!!! Si escuchas los videos el acento francés es evidente. Este verano estuvimos a punto de ir a Silos de rebote :) ¿recuerdas? La verdad es que no sé si para retirarnos pero pasar unos días en esa espiritualidad , contigo, me encantaría. Aunque hacer cualquier cosa contigo me encanta, lo sé.
EliminarEstpenda entrada como nos tienes de mal acostumbrados!!!
ResponderEliminarGracias Victoria, en estos tiempos que corren esa paz interior y espiritualpienso que nos hace falta.
Un lujo si puedes ir a Silos, estoy con Jesús... Yo de momento me aferro a los CDs, pero por soñar y esperar que no quede. Salud y abrazos!!!
Hace tiempo que música, literatura, en definitiva la cultura, son mi refugio, Sonsoles. No sé qué haría sin ello. Un besote fuerte y gracias por estar al otro lado.
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