La banda sonora de la mafia
Violencia. ¿Cómo suena la violencia? ¿Cuál es la música de la violencia? “Asociamos la violencia con
sonidos que se sacuden bruscamente y que restallan con espasmos que nos
sorprenden, que nos asustan; estallidos fuera de control que sirven de
prolongación de una conducta trastornada” nos dice Pablo Gil en elmundo.es. Así era hasta que llegó “El Padrino”
(“The Godfather”) sin duda uno de los grandes títulos que han marcado la
historia del cine. Se ha argumentado muchas veces que ninguna película ha
tenido tanto impacto en el cine como este film de Francis Ford Coppola.
Estrenado en1972, no sólo definió todo el género subsiguiente de películas
relacionadas con la mafia, sino que sigue siendo una exhibición realmente
memorable de cómo contar historias dramáticas en su forma más convincente. La
adaptación de la novela más vendida y polémica de Mario Puzo, realizada por
Coppola y el propio autor, encapsulaba tantas cosas que justificaba cada minuto
de sus casi tres horas de duración, dejando espacio suficiente para la que
sería la trama más larga de la segunda película de una memorable trilogía, para
expandirse aún más sobre los mismos personajes. Mientras que la mayoría de las
películas utilizan, intencionalmente o no, estereotipos en la definición de sus
caracteres, Puzo y Coppola inventaron un reino entero de nuevos estereotipos en
El Padrino.
La obra
maestra de Francis Ford Coppola, pues, siempre será recordada por sus
representaciones icónicas, su agarre y su pionera cinematografía. Pero no hay
que olvidar el papel imprescindible de su banda sonora, compuesta por el
prolífico Nino Rota. No
es muy conocido por el público que el estudio quería que fuera Henry Mancini el
compositor de la banda sonora, incluso uno de los productores había llegado ya
a un preacuerdo con él. Pero Coppola tenía otra idea. Admiraba a Rota por sus
trabajos junto a Fellini
y Visconti.
"El Padrino", más que una historia sobre la mafia, contaba la
desintegración de una familia, es decir, prácticamente el mismo tema de “El Gatopardo”
de Visconti cuya música había compuesto unos años antes el propio Nino Rota.
Así, a comienzos de 1972, Coppola viajó a Roma con la película bajo el brazo
para que el viejo maestro pusiese la música.
Coppola acertó
de pleno ya que Rota consiguió componer una música que no solo refuerza la
historia sino que forma parte de ella. Todos los buenos aficionados al cine la
hemos tarareado en más de una ocasión y canturrear sus notas significa evocar
inmediatamente a la familia Corleone y lo que les acontece: los turbios
negocios de la mafia, sus ajustes de cuenta, la venganza, el asesinato. Y, sin
embargo, todo eso llega envuelto en lentas, armoniosas y bellas melodía, temas
que se adaptan perfectamente a la emoción y la estética de la película, y que
han definido lo que pensamos que es la música de la mafia. El mismo Rota apuntó
en una entrevista que el encargo de Coppola fue muy claro, que le dio
indicaciones bastante precisas de cómo imaginaba el sonido de esta familia
encadenada a la fatalidad: nada de música “de gángsters”, policiaca o
similares. La petición que le fue hecha contenía una palabra clave que Rota no
solamente interiorizó sino que defendió magistralmente: meridional. Y es que probablemente
el compositor no fue solo elegido por su gran prestigio internacional por su
trabajo con Federico Fellini, si no por el interés en reflejar de la manera más
realista posible la herencia italiana en Estados Unidos. Qué mejor para ello
que llamar a un compositor italiano que permitiese reflejar esa tradición y
tono. El resultado es que su tema principal y su tema de amor son dos de esas
piezas de la música de cine que tenemos ya grabadas en la mente cuando
escuchamos sus primeros compases.
Tres temas
principales abordan directamente los tres elementos emocionales de la trama, cada
uno sobre un motivo que representa un personaje o una emoción: tradición, amor
y miedo, que se repiten y desarrollan a lo largo de la película.
El tema central
es un vals, El vals del Padrino, de
tono triste que da vueltas y vueltas a su ritmo de tres por cuatro,
representando la espiral inacabable de violencia en la que están envueltos los
Corleone. Coppola quería un vals para acompañar la personalidad del padrino y
su familia: alguien que mata, y mata, y... El tema se repite a lo largo de la
película, siempre que hay un tiroteo, una muerte o alguien resulta herido, en
clara identificación del sello de identidad de la familia, sonando a veces melancólico,
triste y elegíaco, otras veces dulce y romántico o incluso siniestro. Sin
embargo, este no es el tema de Vito Corleone (un fascinante e impresionante Marlon Brando), sino de
los ideales que encarna, la tradición, el honor, la fuerza. Aunque los actos
terribles se llevan a cabo en su nombre, el Vito Corleone que vemos es más
suave, bailando con su hija el día de su boda, jugando al escondite y al ratón
con su nieto. No es la violencia lo que lo motiva sino el honor y el respeto a
la tradición y la vieja manera de hacer las cosas.
Más allá de
recomendar encarecidamente la audición de este nostálgico y efectista,
brillante y, ante todo, inspirado Godfather
Waltz (Corleone’s Waltz, en la partitura de Rota) quisiera destacar cómo
Rota matiza esta primera composición con un segundo tema que adquirirá a lo
largo de las tres entregas un creciente protagonismo hasta centrar, en la
tercera parte, un momento álgido en lo que a emotividad se refiere: el The Godfather Love Theme, interpretado
por el joven tenor Anthony Vito Corleone, con el único acompañamiento de la
guitarra.
Esta canción
de amor aparece en relación a Michael y Apollonia. Hasta entonces, la melancolía
suena como una extensión de ese destino sanguinario. Con Love Theme se impone lo que hasta ahora parece un matiz: la
nostalgia. El uso de instrumentos tradicionales, inusuales en el entorno de la
banda sonora orquestal como acordeón, trompeta y mandolina nos remiten a los
orígenes, a una Sicilia idealizada, ya demasiado lejana: inalcanzable. Michael
intenta regresar a ella, ser parte de ella, como un sueño romántico, pero su
fracaso es despiadado. Una vez más, no hay vuelta atrás. Y la música nos lo está
diciendo.
Para este
tema, Nino Rota recicló una vieja melodía que había compuesto en el año 1958
para la película italiana “Fortunella”. Ganó el Globo de Oro a la mejor canción
de película y fue nominado en la misma categoría al Oscar, al igual que toda la
banda sonora pero, finalmente, fue
descalificado cuando se supo que pertenecía a una obra anterior. Dos años
después Nino Rota y Carmine Coppola, el padre del director, pudieron resarcirse ganando la estatuilla con
la banda sonora de “El Padrino II”.
En Los pasillos del miedo aparece en la
tensa escena del hospital, donde el pensamiento rápido de Michael salva la vida
de su padre y acaba captado para la causa, algo de lo que siempre había huido. La
música, la edición, los largos pasillos, todo es rígido, todo es tan
inquietante, casi como una película de terror. A principios de la escena oímos
una nota alta, sostenida en las cuerdas, superpuesta con un poco de tensión,
palpitantes acordes del piano. Cuando Michael se da cuenta de que los guardias
y el personal del hospital han abandonado sus puestos, empieza una búsqueda
frenética de su padre. Aquí el tema hace su entrada, una trompeta triste,
jugando una serie de figuraciones descendentes que imitan a la espera de la
caída de Michael. Lo que subraya este punto es el ritmo del tambor solemne
tocando el ritmo de una marcha de la muerte. Los tambores siguen, con
temblorosa cuerdas graves, cuando Michael localiza su padre y hace los
preparativos para trasladarlo a un lugar seguro.
Rota resume
brillantemente las tres ideas, tradición, amor y miedo, en The
Godfather finale, entregándolas a secciones orquestales que no estaban
presentes en sus versiones anteriores y añadiendo el coro para un valor de
impacto obvio.
Llegamos al final, por hoy. Llevaba muchos días lejos de mi refugio musical. La vida no me da cuartel. Solo me queda deciros que me encanta la
música de Rota porque está hecha por un verdadero artesano. Rota estaba abierto
a todo. Estudió música medieval y barroca, amó a Satie y a los compositores
rusos, estaba fascinado por lo que llamamos música del mundo, y usó los sonidos
electrónicos de una manera fascinante. Fascinante, como lo es la banda sonora de esta inconmensurable película.
Buenas
noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇.
Boas noites. 晚安 グッドナイト Buonanotte. לילה טוב
Fuentes
http://www.efeeme.com/las-grandes-b-s-o-el-padrino-musica-de-nino-rota/
http://cineultramundo.blogspot.com.es/2012/08/critica-de-el-padrino-francis-ford.html
http://orfeoed.com/melomano/2013/articulos/curiosidades/musica-de-cine/el-padrino/
Hola, me gustó mucho el post, es muy completo y muy bonito. Las canciones están muy bien escogidas. Me encanta.
ResponderEliminarMuchas gracias Patricia. Me alegra que te haya gustado. Gracias por pasarte por aquí.
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