La lluvia es una
canción sin letra
Llueve esta noche.
Pero no es agua. Es
languidez. Son abismos abiertos
para hacer caer sobre
nosotros
reguerones de paz.
Cada gota, una
estrella fugaz.
¿Dónde estarán mañana
las golondrinas?
Tijeras negras que
cortan el cielo.
Llueve esta noche.
Pero llueve sin
ganas.
Como si no fuera el
momento de llover.
Agua lenta,
ensimismada.
No hay que arropar
espejos ni cristales
para que no tiemblen
de miedo.
Llueve esta noche.
No es lluvia casi,
es agua con alas,
transparencia de la
intimidad nocturna.
Llueve esta noche, en
silencio:
Dulce presagio de tu
sueño,
universo de lugares
sin peso.
Se han confabulado
las gotas
para llover calladas;
todo se calla cuando
tú descansas.
Llueve esta noche.
La oscuridad tiene
ojos claros.
Llueve. Me encanta la lluvia. El
bosque se mueve a mi paso, los centenarios árboles marchitan y con sus hojas
decoran el suelo. El suelo es blando y cálido como una alfombra, alfombra que atraviesa
el bosque de la melancolía. Cielo gris, suelo dorado, la melancolía.
Miro por la ventana y veo ese cielo lluvioso. Llueve, sí, pero me sienta bien. En lo que otros ven un día nublado, yo veo un cielo de plata, de plata que brilla e ilumina mis palabras. Cuando otros ven caer agua del cielo, yo veo mi vida que brota de la melancolía. Añorado sentimiento, perpetuada eternamente en el otoño, la melancolía. La melancolía.... Miro en mi interior. Suelo hacerlo y me reconforta.
Sigo escuchando el goteo impenitente de la lluvia,
golpeando con fuerza.
Versos húmedos detrás de los cristales.
La lluvia está
cansada de llover
yo/cansado de verla
en mi ventana
es como si lavara las
promesas
y el goce de vivir y
la esperanza
la lluvia que
acribilla los silencios
es un telón sin
tiempo y sin colores
y a tal punto
oscurece los espacios
que puede confundirse
con la noche
ojalá que el sagrado
manantial
aburrido suspenda el
manso riego
y gracias a la brisa
nos sequemos
a la espera del
próximo aguacero
lo extraño es que no
sólo lllueve afuera
otra lluvia
enigmática y sin agua
nos toma de
sorpresa/y de sorpresa
llueve en el corazón/
llueve en el alma
(Lluvia-Mario Benedetti)
“El poeta es el único ser que se
baña dos veces en el mismo río, el único que se moja dos veces en la misma
lluvia”, respondía Isidoro
Blaisten en las páginas de su libro “Anticonferencias” a la pregunta
formulada acerca de qué era un poeta y, de paso, para qué servían.
Llueve
sobre la arena, sobre el techo
el tema
de la lluvia:
las largas eles de la lluvia lenta
caen sobre las páginas
de mi amor sempiterno,
la sal de cada día:
regresa lluvia a tu nido anterior,
vuelve con tus agujas al pasado:
hoy quiero el espacio blanco,
el tiempo de papel para una rama
de rosal verde y de rosas doradas:
algo de la infinita primavera
que hoy esperaba, con el cielo abierto
y el papel esperaba,
cuando volvió la lluvia
a tocar tristemente
la ventana,
luego a bailar con furia desmedida
sobre mi corazón y sobre el techo,
reclamando
su sitio,
pidiéndome una copa
para llenarla una vez más de agujas,
de tiempo transparente,
de lágrimas.
(Llueve-Pablo Neruda)
Siento un enorme placer en
caminar sin paraguas bajo la lluvia. Me encanta sentir las pequeñas gotas
resbalando por la frente, por la nariz, por la barbilla... A veces las saboreo,
solo a veces. Luego, cuando mi cuerpo se empapa, acelero el paso y me escondo
bajo el tejadillo de algunos edificios ante la mirada atónita de la gente. La
última vez se rieron de mí. No es habitual ver a una mujer de mi edad actuando
como una niña.
Hay quien se sorprende cuando
alguien comenta que le encanta ver llover, pero hay gente.
La lluvia tiene un
vago secreto de ternura,
algo de soñolencia
resignada y amable,
una música humilde se
despierta con ella
que hace vibrar el
alma dormida del paisaje.
Es un besar azul que
recibe la Tierra,
el mito primitivo que
vuelve a realizarse.
El contacto ya frío
de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre
de atardecer constante.
Es la aurora del
fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de
espíritu santo de los mares.
La que derrama vida
sobre las sementeras
y en el alma tristeza
de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible
de una vida perdida,
el fatal sentimiento
de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta
de un mañana imposible
con la inquietud
cercana del color de la carne.
El amor se despierta
en el gris de su ritmo,
nuestro cielo
interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro
optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas
muertas en los cristales.
Y son las gotas: ojos
de infinito que miran
al infinito blanco
que les sirvió de madre.
Cada gota de lluvia
tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas
heridas de diamante.
Son poetas del agua
que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre
de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia
silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena
de esquila y luz suave,
lluvia buena y
pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y
triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana
que llevas a tus gotas
almas de fuentes
claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los
campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho
con tus sonidos abres.
El canto primitivo
que dices al silencio
y la historia sonora
que cuentas al ramaje
los comenta llorando
mi corazón desierto
en un negro y
profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene
tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de
cosa irrealizable,
tengo en el horizonte
un lucero encendido
y el corazón me
impide que corra a contemplarte.
¡Oh lluvia silenciosa
que los árboles aman
y eres sobre el piano
dulzura emocionante;
das al alma las
mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma
dormida del paisaje!
(Lluvia-Federico García Lorca)
Bruscamente la tarde
se ha aclarado
Porque ya cae la
lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia
es una cosa
Que sin duda sucede
en el pasado.
Quien la oye caer ha
recobrado
El tiempo en que la
suerte venturosa
Le reveló una flor
llamada rosa
Y el curioso color
del colorado.
Esta lluvia que ciega
los cristales
Alegrará en perdidos
arrabales
Las negras uvas de
una parra en cierto
Patio que ya no
existe. La mojada
Tarde me trae la voz,
la voz deseada,
De mi padre que
vuelve y que no ha muerto.
(La lluvia-Jorge Luis Borges)
Yo no sé, mira, es terrible cómo
llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con
goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno
detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la
ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos
apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se
cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se
agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que
cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una
viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan
y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver
la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las
emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas
inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós. (Aplastamiento de las gotas.
Rayuela. Julio Cortázar)
Lluvia, hoy no te
siento.
Hoy no eres nada
mas que agua
vertical.
Apenas si te escucho
golpear el pavimento
y llamar con tu clave
sobre mi ventanal
Lluvia, hoy no eres
nada
para mi desaliento
nocturno y abismal.
Cuando era niña
hallaba
en tu cancion un
cuento,
y ya en mi
adolescencia
me diste un madrigal.
Ahora lluvia tengo
tanta tristeza
adentro,
que no me dices nada
solo te oigo golpear.
(Lluvia-Alba Swann)
Esta agua medrosa y triste,
como un niño que padece,
antes de tocar la tierra
desfallece.
Quieto el árbol, quieto el viento,
¡y en el silencio estupendo,
este fino llanto amargo
cayendo!
El cielo es como un inmenso
corazón que se abre, amargo.
No llueve: es un sangrar lento
y largo.
Dentro del hogar, los hombres
no sienten esta amargura,
este envío de agua triste
de la altura.
Este largo y fatigante
descender de aguas vencidas,
hacia la Tierra yacente
y transida.
Llueve... y como un chacal trágico
la noche acecha en la sierra.
¿Qué va a surgir, en la sombra,
de la Tierra?
¿Dormiréis, mientras afuera
cae, sufriendo, esta agua inerte,
esta agua letal, hermana
de la Muerte?
(La lluvia lenta-Gabriela Mistral)
hoy llueve mucho,
mucho,
y pareciera que están
lavando el mundo
mi vecino de al lado
mira la lluvia
y piensa escribir una
carta de amor/
una carta a la mujer
que vive con él
y le cocina y le lava
la ropa y hace el amor con él
y se parece a su
sombra/
mi vecino nunca le
dice palabras de amor a la
mujer/
entra a la casa por
la ventana y no por la puerta/
por una puerta se
entra a muchos sitios/
al trabajo, al
cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios
del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al
alma/
es decir/a ese cajón
o nave o lluvia que llamamos así/
como hoy/que llueve
mucho/
y me cuesta escribir
la palabra amor/
porque el amor es una
cosa y la palabra amor es otra cosa/
y sólo el alma sabe
dónde las dos se encuentran/
y cuándo/y cómo/
pero el alma qué
puede explicar/
por eso mi vecino
tiene tormentas en la boca/
palabras que
naufragan/
palabras que no saben
que hay sol porque nacen y
mueren la misma noche
en que amó/
y dejan cartas en el
pensamiento que él nunca
escribirá/
como el silencio que
hay entre dos rosas/
o como yo/que escribo
palabras para volver
a mi vecino que mira
la lluvia/
a la lluvia/
a mi corazón
desterrado/
(Lluvia-Juan Gelman)
cesó la
lluvia,
las calles inundadas
de agua y cielo
afortunadamente, y en todo
momento, la mejor forma de
comunicarse, es el silencio
Buenas
noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. Boas noites.
Por recomendación expresa de mi amigo Ovi, una canción que está en todas las listas de canciones sobre la lluvia:
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