Existen canciones tan sumamente
famosas y trilladas que a veces perdemos la perspectiva a la hora de juzgarlas
o se nos olvida lo realmente buenas que son. Una vez más, mi teoría se ha cumplido.
Las canciones son muchas veces las que nos buscan...y nos encuentran. Y si no, ¿por
qué aparecen tan seguido en poco tiempo cuando puede que no las hayas escuchado
en años? Esto daría para mucha reflexión, porque lo mismo ocurre con las
personas, con las amistades ¿casualidad? ¿destino?
Si tuviese que elegir una canción
que sonase en mi entierro... ¿cuál sería la afortunada? (Ojo, no estoy siendo
agorera, para nada, viviré muchos años y tenéis Victoria para aburriros) Difícil
elección, porque hay tantas y tantas que me gustan, pero seguro que hay una que
me caracteriza, que me define o me ha acompañado más día a día; una canción que ha sido o
es fundamental en mi banda sonora. El caso es que aún no la he encontrado pero
me dispongo a hacerlo, cuando tenga la solución os la comunicaré. O quizás os
pediré opinión. Pero tened cuidado con mi corazón.
Tras pasados unos días muy llenos (y los que me quedan), llevo
todo el fin de semana redactando informes. Estoy muy cansada. Por ello, después de pasar demasiado tiempo lejos de mi música nocturna, el jazz y
yo teníamos una cita asegurada en la noche. La intimidad en la que me sumerge
se hace, en épocas como ésta, cada vez más necesaria.
Como veis, esta noche en la que la esperanza llama a la puerta de la mano de Grecia, he querido
compartir con vosotros a Betty
Carter, una de las grandes voces eclipsadas del mundo del jazz. Mujer, negra, una aventurera y transgresora
que le encantaba improvisar. Me encantan los y las artistas que improvisan,
quizás porque en mi trabajo lo hago a menudo. Además, Betty tuteló a una buena
cantidad de músicos jóvenes que empezaban, ayudándoles en sus incipientes
carreras. Por eso le llamaban “la madrina del jazz”.
Si alguien ha cantado el jazz
como nadie, siendo fiel a las esencias y a la modernidad ha sido Betty. Ella decía
al jazz, lo pronunciaba sílaba a sílaba, intimaba lenguaje jazzístico e
instrumento vocal. Luego está la modernidad. Una manifestación culta e
intelectual basada en una expresión discursiva y musical al mismo tiempo.
Literatura y poesía, las maneras de Jeanne Lee, Abbey Lincoln, Sheila Jordan, Norma Winston
Su obra es testimonio de la
fuerza y la dedicación de una mujer que se aferra a luchar por sus sueños sin
darse nunca por vencida. Porque Betty
Carter tuvo que superar tremendas dificultades para obtener el reconocimiento
del mundo del jazz, luchando durante décadas por permanecer fiel a su enfoque
único de la música que amaba.
Lo primero que habéis podido
escuchar esta noche, The Man I Love, es de Billie
Holiday , un tema que ha sido versionado hasta la saciedad. Sin embargo, en esta
interpretación la cantante reconstruye la melodía para volverla a construir
haciéndosela suya.
Betty Carter poseía la voz más
dúctil del jazz y era capaz de abordar este profundo estándar como cancioncillas como The good life, de Sacha Distel con la misma
naturalidad. Y edificar sobre ellos, con un scat apabullante
y cada vez más sorprendente, toda una montaña de sensaciones sobrecogedoras.
La voz tiene que conmover por su personalidad y capacidad
para comunicar, haciendo posible la melodía mejor contorneada o el grito más
desgarrador, el gozo y el llanto. Tiene que trasmitir emoción, intensidad y
verdad. Como un instrumento más. Betty Carter lo consigue. Bona nit. Buenas
noches.
Ya echaba en falta esta feliz alevosa nocturnidad!!!
ResponderEliminary llegas a iluminarne el día con tu clase magistral!! ya regalarnos la prenda Betty .
Gracias, Victoria, que mantiene altísimo el listón musical.
Besos
Gracias a ti, Pilar, por tus palabras. Un besazo!
EliminarBuenas noches, Victoria. Que pedagogica eres, claro, es tu profesión, y cuanto se aprende a tu lado. Pocas veces hemos leído de ti, cosas que ya supiéramos pero aunque así haya sido, siempre es un gusto leerte, porque haces la lectura, fácil, comprensiva y desde luego si es de música y de jazz, de lo más atractivo, a parte de tus inagotables conocimientos musicales y no pienses que te digo estas cosas porque te tenga cariño, que no, tienes un blog de altísima calidad y lo sabes o debieras de saberlo. Algún día tendrías que plantearte editar todo esto. Muchas gracias, un gran abrazo de oso y una sonrisa enorme.
ResponderEliminarPara mí es un placer que lo que escrbo y propongo que guste tanto. Un subidón de autoestima! :) Un enorme beso y una abrazo de osa.
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