domingo, 10 de julio de 2016

John Mayall

El padre blanco del blues

John Mayall es un músico tremendamente admirado por todos sus colegas a los dos lados del Atlántico. Lógico ya que, verdaderamente, es un genio: guitarrista, pianista y cantante, leyenda viviente del jazz blues y uno de los mejores ejecutores de armónica de la historia. Como vemos, bastante completo, el hombre. Un tipo sencillo, de ideas sencillas, amante de la experimentación y la libertad musical, que fue capaz de dejarnos discos emblemáticos y muy innovadores para su tiempo.


“No imagino mi vida fuera de la música, ni siquiera sé a qué me habría dedicado", explicó en 2014 al programa de la SER “Sofá Sonoro” con motivo de su gira por Europa celebrando sus 80 años, la manifestación más reciente de un impulso que no ha frenado desde 1964. En ese entonces, Inglaterra contaba con numerosos coleccionistas de discos de blues, pero ningún intérprete. John Mayall fue el primer británico que llevó el amor por esta música a un plano casi físico. Cuenta la leyenda que descubrió entre los tesoros de su padre algunos viejos discos del cantante de blues Leadbelly, aprendió por su cuenta a tocar la guitarra y al cumplir 30 años ya tenía su propia banda, a la que llamó The Bluesbreakers.

Así, con más de 50 años en activo, es la gran figura central del blues británico; a su alrededor han pasado centenares de modas y estilos, pero él ha sido siempre fiel al blues, eso sí, en cada momento ha sabido afrontarlo con diferentes enfoques, agregando nuevas dimensiones a su música. 


El nombre de John Mayall es inseparable al de su banda, los Bluesbreakers, una formación con innumerables transformaciones a lo largo de su historia, tanto de personal como de instrumentación; muchos de estos cambios fueron motivados por músicos que formaron o se unieron a grupos como Peter Green, Cream, Fleetwood Mac, Free o The Rolling Stones


En 1966 ve la luz “Bluesbreakers with Eric Clapton”, un disco con el tiempo se ha convertido en uno de los esenciales para reconstruir la historia del blues-rock de a mitad de los 60.  A menudo, cuando escucho este disco no puedo dejar de preguntarme: Si el multinstrumentalista John Mayall es considerado el padre del blues blanco británico, ¿qué es, entonces, Clapton? porque hay que decir que uno de los mayores aciertos de la vida de John Mayall, fue haber conseguido a Eric para la formación de los Bluesbreakers. La verdad es que todo el disco es fabuloso, un real banquete de blues y primer gran disco de guitarra de Eric. De aquí a la eternidad. El tema más famoso, sin duda, All Your Love es una fulgurante versión del gran Otis Rush. Cuenta con un bello trabajo de guitarra, un fabuloso doble punteo de Eric, uno de los riffs más conocidos del blues. Escuchad, escuchad, que vale mucho la pena.


Entre 1969 y 1971 publica cuatro discos históricos, porque son las obras maestras de su larga carrera y porque después de casi quince años de tocar el blues en su forma tradicional, decidió incorporar innovaciones que pintaban para producir toda una revolución del género.  Turning Point (1969), marcará su punto álgido de popularidad. En este LP, grabado en vivo en el Fillmore East de Nueva York el 12 de julio, John presenta la novedad de prescindir de la batería. Mayall, teniendo como base las estructuras y los instrumentos del blues, les da otros tiempos, otros ritmos e incorpora un instrumento solista extraño en la música del alma negra, la flauta que, ejecutada magistralmente por Johnny Almond, añade al blues, ciertos toques jazzísticos o de la música de cámara.


Mayall pone lo de siempre, sus habilidades en piano, guitarra y armónica ¡nada más! y reforzado por Jon Mark en el acompañamiento de guitarra y por Steve Thompson en el bajo, despliega un generoso tour, por los paisajes apacibles y apasionados del blues, el jazz y las baladas campiranas, Almond por su parte, aporta el acento jazzístico con sus intervenciones magistrales en saxo y flauta, el formato de disco en vivo, le permite largos pasajes de improvisación con sus dos instrumentos.


Y a lo largo de la grabación, está el oficio y el amor del jefe en y por el blues, en el piano, ya sea acompañando o haciendo solos, en la armónica y en la guitarra líder.


Escuchar los últimos discos de John Mayall es una oportunidad de lujo para saber  hasta dónde ha llegado ese experimento que alguna vez Eric Clapton definió como "una escuela más que una banda". El veredicto es muy grato: la energía continúa fluyendo, sin duda por ese talento que tiene el padre del blues blanco para reinventarse a cada rato. No es la energía irrefrenable que lo llevó, por ejemplo, a grabar en 1968 Bare Wires Suite la canción más larga de la historia del blues (¡23 minutos!), sino una fuerza medida que hace de cada pieza una historia concisa, con suficiente drama y nervio. El primero de esos álbumes se llama “Padlock on the Blues” y cuenta con la presencia del legendario guitarrista John Lee Hooker.


          Luego viene el álbum “Along for the ride”, posiblemente el disco con más nombres en una carátula: John Mayall decidió invitar a 20 músicos y las canciones suenan como una auténtica fiesta de amigos.

 

Finalmente tenemos un disco llamado “Stories”. Es el álbum de los 70 años de John, pero no hay asomos nostálgicos ni tristeza shakesperiana. En 1997 Mayall había declarado: "No me gusta el concepto de nostalgia, porque implica que uno está viviendo más en el pasado que en el presente", pero aceptaba a la vez que suele ser autobiográfico en sus temas. Por eso el oyente se encuentra con letras que abarcan una mirada amplísima, desde un homenaje a su ídolo de infancia Leadbelly (toca la misma guitarra de 12 cuerdas que él tocaba) hasta una voz de aliento a los jóvenes que actualmente se dedican al blues.

El instante cumbre es una especie de testamento a ritmo lento que aparece al final del disco. Una vida no puede resumirse en una canción de ocho minutos, pero cada estrofa está entonada con la sabiduría de los años. John Mayall se despide, por ahora, cantando: "Mi vida ha sido un viaje y aun si pudiera no le cambiaría nada. En las neblinas del tiempo todavía resuenan los gratos recuerdos".


John Mayall aún no se ha retirado. Dicen que los músicos no saben jubilarse, quedarse en casa alejados de unos escenarios que les han bombeado cantidades ingentes de adrenalina. No sucede, no saben, no pueden. Los músicos mueren con las botas puestas.


Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. Boas noites. Bonne nuit.

Fuentes
http://historiasderock.es.tl/John-Mayall.htm
http://whttp://laguitarraenlaventana.blogspot.com.es/2013/09/blues-breakers-john-mayall-with-eric.html
ww.semana.com/imprimir/64363

No hay comentarios:

Publicar un comentario