¿Cómo se llena este vacío tan lleno de recuerdos encerrados?
El golpe
militar del general Augusto Pinochet contra el Gobierno de la Unidad Popular ha
generado épica y dolor en la música a lo
largo de las últimas cuatro décadas. La figura de Salvador Allende ha crecido todavía más a través
de las canciones que han recordado su legado y lamentado su muerte.
La vasta tradición de la música
popular latinoamericana de los 60 y los 70 tuvo aportes decisivos desde Chile,
gracias al vuelo feroz de Violeta
Parra, a la consecuencia imbatible de Víctor Jara y a los aportes
renovadores de Quilapayún, Illapu
y Los Jaivas. Esta
tradición acompañó el sueño chileno y de los pueblos que anhelábamos la
Libertad y la Justicia
A 41 años de su asesinato y del
momento en que la utopía posible fue desterrada de Chile he iniciado casi sin
querer un itinerario por el recuerdo de aquellos temas
capaces de renovar el imaginario allendista, canciones que muchos de nosotros llevamos grabadas a
fuego en nuestro espíritu revolucionario (seguramente, pura nostalgia).
El 4 de
septiembre de 1970 el Dr. Salvador Allende al frente de la coalición electoral
denominada Unidad Popular, ganó las elecciones presidenciales. Venceremos fue el
himno de aquella campaña electoral que llevó a la Presidencia de Chile al
candidato socialista. La
letra fue escrita por Claudio Iturra y la música
compuesta por Sergio Ortega y popularizada por las
agrupaciones chilenas Inti-Illimani y Quilapayún. Una
segunda versión para la campaña presidencial fue
escrita por Víctor Jara, sobre la misma música de Ortega.
"Porque esta vez no se trata de cambiar un
presidente, será el pueblo quien construya un Chile bien diferente",
rezaba el tema de Inti-Illimani en la Canción
del Poder Popular enfatizando la premisa de Allende, quien insistió en que
la "vía chilena al socialismo" no era cuestión de un hombre, sino de
todo el pueblo chileno.
El carácter de su tiempo político
impregnó los sonidos y las opiniones de
los referenciales trovadores cubanos Silvio Rodríguez
y Pablo Milanés. Referentes
y emblemas del Movimiento
Nueva Trova Cubana y, por tanto, suerte de embajadores principales del
ideario revolucionario regional, ambos fueron notablemente permeables al
proceso que llevó definitivamente a Salvador Allende a la presidencia de Chile
el 4 de noviembre de
1970. (video)
Pinochet encabezó el golpe que el 11 de septiembre de 1973
derrocó la democracia A primera hora de mañana el ejército tomó Valparaíso y de
inmediato Allende acudió al Palacio de la Moneda para hacerse cargo de la
situación. Durante toda la mañana, el palacio fue bombardeado por aviones,
tanques y francotiradores, exigiendo el rendimiento incondicional del Gobierno
de Allende, una rendición que no se produjo. Finalmente, los golpistas
decidieron derribar la puerta y tomar La Moneda. Antes de la entrada de los
militares, Salvador Allende se suicidó, dando paso a 17 años de gobierno
militar en Chile bajo la autoridad de Augusto Pinochet.
El golpe criminal agitó aun más el
cancionero de los cantautores y, como ejemplo de ello, en el primer álbum de
Rodríguez ("Días y flores", de 1975) aparece la explícita Santiago de Chile
Pero parece haber sido Milanés el
más conmocionado por la barbarie cometida al punto de haber confesado años
después que "lo de Chile es lo que más me ha impactado en la vida". Por eso, en su amplísimo cancionero, la situación chilena aflora de la mano
de varias piezas como, por ejemplo, A
Salvador Allende en su combate por la vida.
Sin embargo, su canción más
emblemática acerca de de esa vivencia es Yo
pisaré las calles nuevamente un icono que todos relacionamos con la muerte
del Allende pero que Pablo Milanés aseguró que compuso en 10 minutos tras
enterarse de la muerte de Miguel Enríquez,
fundador del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR), el 5 de octubre de 1974, y sobre la que
dijo "ha sido la composición más rápida, más dramática y más desgarradora que
me ha salido en la vida".
"Somos cinco mil en esta
pequeña parte de la ciudad. Somos cinco mil, ¿cuántos seremos en total en las
ciudades y en todo el país?" son los versos con los que arranca el último poema que escribió Víctor
Jara. Confinado en el Estadio Chile, reconvertido para la ocasión en campo de
concentración, Jara sería asesinado por el régimen después de ser torturado.
Hoy el antiguo Estadio de Chile lleva su nombre.
El cantante chileno Ángel Parra tenía 30
años cuando la aviación bombardeó el Palacio de la Moneda en Santiago de Chile.
El hijo de Violeta Parra, posiblemente la artista chilena más afamada, dedicó
una intensa balada al presidente caído: Canción
a Salvador Allende
También el compositor mejicano, Óscar Chávez le
dedicó este sentido homenaje.
El grupo Quilapayún recordó al presidente chileno en muchísimos temas. En Compañero Presidente además de ser un homenaje es una llamada a la resistencia.
El diario español ABC que acaba de
cumplir 101 años dedicados al servicio del fascismo y el neoliberalismo publicó
esta portada el 12 de septiembre de 1973:
"Contra el caos creciente,
contra la vía al socialismo de Allende que ha arruinado al pueblo chileno,
contra ta amenaza de una dictadura h marxista, contra el desastre absoluto
social, económico y político del país; en defensa de la paz, del orden, de la
ley, de (a libertad, de las conquistas sociales de los trabajadores, del
diálogo y la convivencia normales se ha alzado el Ejército de Chile, columna
vertebral de la nación y única posibilidad de salvación, hoy, para el
entrañable país hermano, merecedor de mejor suerte. Ojalá que los militares,
una vez cumplida su misión quirúrgica de urgencia, devuelvan a Chile al normal
ejercicio de la democracia dentro de las líneas constitucionales de aquel
Estado hispanoamericano".
El rock, el pop y el punk en
español no podía quedarse atrás a la hora de poner el grito en el cielo ante
semejante atropello contra los derechos civiles y denunciar a través de sus
canciones estas heridas del pasado todavía abiertas Son canciones que escapan a
las obvias, canciones de artistas que compusieron a la memoria del presidente
Salvador Allende y todo aquello que le rodeó. Canciones que se merecen otra noche.
"Estas son mis últimas palabras
y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de
que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía
y la traición".
Salvador Allende es para los
oprimidos, para la clase trabajadora el símbolo de la dignidad y de la
coherencia, de la democracia y la libertad . Ahora se debe estar revolviendo de
dolor en su tumba.