jueves, 23 de enero de 2025

Tracy Chapman, removiendo conciencias

 “Bang, bang, bang”: jugar a matar.

Hace poco más de un mes, en una escuela cristiana de Wisconsin, EE.UU, una adolescente mató a 2 personas, un profesor y un compañero. Al menos otras 6 resultaron heridas.  Luego se suicidó. Tenía tan solo 15 años. En mayo, la policía mató a un estudiante que pretendía entrar armado en un instituto de la misma localidad.  Según el sitio web de la Base de Datos de Tiroteos en Escuelas K-12 (equivalentes a nuestros centros de Infantil y Primaria), en 2024 hubo 322 tiroteos en instituciones académicas estadounidenses. Esta es la segunda cifra más alta de cualquier año desde 1966, superada solo por 2023, en el que hubo hasta 349 tiroteos de ese tipo. El número total desde el año 2000 es aterrador: 2258.

Según el rastreador de tiroteos escolares de The Washington Post, en ese periodo, 31.000 niños se han visto afectados por un tiroteo en un centro de enseñanza primaria o secundaria durante el horario escolar. La mayoría de las armas usadas en estos tiroteos son de amigos o familiares. En EEUU hay 120 armas por cada 100 habitantes. La segunda enmienda de la Constitución del país, de 1791, establece el derecho a poseerlas. Pese a estos datos escalofriantes, en su campaña electoral, Donald Trump prometió revertir las medidas de control de armas promulgadas por Joe Biden. La Asociación Nacional del Rifle, el 'lobby' de las armas que financia con millones de dólares a presidentes, donó 5 millones de dólares en las últimas elecciones. Trump ha sido el primer candidato que participó en el Congreso de esta asociación: “Tienen un amigo en la Casa Blanca”, les dijo. Trump ganó y es ahora el amo del mundo (o lo quiere ser). El futuro se plantea estremecedor. Todo esto me ha llevado casi sin darme cuenta hasta una vieja canción de la cantante Tracy Chapman. Bang, bang, bang

El tema, una protesta por la política de tenencia de armas en los EEUU, está dedicado a ese niño al que alguien le pone una pistola en sus manos y que, posiblemente, se sentirá fuerte. Cuando dispare, entonces no habrá ningún lugar a donde huir... y el niño habrá muerto para siempre.

Vas y ¿qué haces?
Vas y le das al chico una pistola.
Ahora ya no hay dónde huir.
No hay dónde huir.
 
Cuando la sostiene en su mano
Se siente poderoso, se siente fuerte.
Y ya no hay dónde huir.
No hay dónde huir.
 
Un día puede volver,
Vengarse por lo que le hemos hecho.
Entonces ¿ dónde vas a huir?,
¿Dónde vas a huir?
 
Pero un buen día
Todos nuestros problemas quedarán resueltos.
Bang, bang, bang,
Lo liquidaremos a tiros.
 
Dale drogas y dale golosinas,
Cualquier cosa que le haga creer que es feliz,
Y nunca vendrá a por nosotros.
Nunca vendrá.
 
Pero si viene
Y no hay nadie más cerca
Bang, bang, bang,
Lo liquidaremos a tiros.
 
Si se ceba sólo en sus vecinos,
Hermanos, hermanas y amigos
Lo consideraremos un favor,
Pensaremos que se ha hecho justicia.
 
Pero si viene a por ti o a por mí
Y podemos poner una pistola en su mano,
Bang, bang, bang,
Lo liquidaremos a tiros.
 
Vas y ¿qué haces?
Vas y le das al chico una pistola.
Ahora ya no hay dónde huir.
No hay dónde huir.
 
Ahora todos estaremos a su merced
Si decide darnos caza.
Ahora ya no hay dónde huir.
No hay dónde huir.
 
Si quiere las oportunidades que le quitaste
Y no quiere nada que te pertenezca
Entonces ya no habrá dónde huir,
No habrá dónde huir.
 
Y si descubre que él mismo es
Un reflejo de todos nosotros
Bang, bang, bang,
Nos liquidará a tiros.
 
Antes de que puedas alzar los ojos para leer
Lo escrito en la pared
Bang, bang, bang,
Lo liquidaremos a tiros.
 
Antes de que puedas echarle un cable
Y estrecharlo entre tus brazos
Bang, bang, bang,
Te liquidará a tiros.

Una cantante a recordar y reivendicar, en estos tiempos de zozobra e incertidumbre. Fue su interpretación de Fast car en la celebración del 70 aniversario de Nelson Mandela en el estadio de Wembley, en Londres, que la catapultó al éxito y al reconocimiento internacional. Con 24 años, una guitarra, su sonrisa tímida de Ohio y una mirada imperturbable, 80 mil personas la vieron en vivo y otros 600 millones la siguieron por televisión. El mundo entero contuvo el aliento y se convirtió en un icono. La revista Rolling Stone clasificó a Fast Car en el puesto número 167 en su lista de 2004 de las 500 mejores canciones de todos los tiempos .Como ha escrito el New York Times: “Fast Car' trata sobre algo interno y universal. Es una canción sobre los deseos y necesidades que nos hacen humanos: el deseo de ser felices, de ser amados, de ser libres".

La cantante afroamericana destacó también por su presencia en el concierto homenaje a Bob Dylan por sus 30 años de carrera musical, en el que interpretó el famoso tema The Times They Are A-Changin, y por su participación en el tour de 20 conciertos que organizó Amnistía Internacional “Human Rights Now!” (¡qué tiempos, ¿verdad?!) El 10 de septiembre de 1988, Barcelona acogió el que se ofreció en nuestro país.

Las letras comprometidas de esta defensora incansable de los Derechos Humanos cuentan la verdad sin ningún escrúpulo y hacen de sus temas una ventana a las realidades sociales más crudas y cortantes. La canción Across The Lines de su álbum debut (1988) aborda la problemática de la segregación racial y la violencia que surge como consecuencia de las tensiones raciales en Estados Unidos. La letra describe una escena de disturbios y enfrentamientos que tienen lugar en las “calles traseras de América” donde la segregación entre blancos y negros es palpable y las consecuencias son trágicas. Casi tres décadas después, pocas cosas han cambiado.

Subcity una reflexión sobre la pobreza y la desigualdad que existe en el mundo, pertenece a su álbum “Crossroads”, de 1989.

Con tan solo una voz melancólica y una guitarra, Tracy Chapman logró entrar en la historia de la música aportando algo de lo que tan escasos vamos en nuestra sociedad: sinceridad.  Dignidad, empatía, furia, todo cuanto vibra en su música procede de dos espacios contiguos en la vida de su autora: el de la conciencia social temprana, en cuyo despertar tuvo mucho que ver su condición de hija de madre negra, soltera y atascada en la precariedad, y el de la mirada entrenada para la profundidad de campo a través de las canciones y los libros. Con sus letras sociales, sus reivindicaciones en contra del racismo en plenos años 90, su forma de narrar la pobreza y su apuesta por la periferia, es imposible que no remueva las conciencias de la gente de bien.

Fotografía de Duma FM

 Para acabar de certificar todo lo dicho, nos despediremos escuchando Why? y Talkin' bout Revolution, la radiografía, esta última, de una rebelión social cocinada a fuego lento que se convertiría en el emblema de su primer álbum. Una llamada de atención a las políticas destructivas que, desde las élites del poder, desprecian a los más desfavorecidos. Su vigencia es tal que da escalofríos.

Tracy es una de las pocas artistas que permaneció fiel a sus principios, le llevasen al éxito o no, sin dejarse influenciar por la moda musical del momento, trabajando duro y haciendo lo que realmente le apetecía y quería hacer. “Tracy Chapman es una artista que escucha a las musas no al mercado”, explica al Times un dj neoyorquino. Hablamos de una artista ermitaña cuya timidez y fragilidad no soportaron el éxito, que publicó su último álbum hace 26 años y que apenas se ha dejado ver en un par de eventos en la última década, erigiéndose en una de las personalidades más elusivas de la industria. Ella misma dijo que se mantenía alejada del foco mediático porque le generaba incomodidad. Sin embargo, 36 años después de su lanzamiento, Fast Car ha alcanzado por fin el primer puesto en las listas de éxitos, gracias a la repercusión obtenida por su aparición por sorpresa en la gala de los premios Grammy 2024. Pero esa es otra historia...

Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. Y no nos olvidemos de Gaza, ni de Ucrania, ni de Siria, Afganistán, Valencia…

Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on Надобраніч. طاب مساؤك. לילה טוב 


 Otras fuentes: