sábado, 25 de junio de 2011

Miguel Poveda

Cuando la música no entiende de integrismos ni fronteras

Para aquellos que no sepáis quién es Miguel Poveda os diré que es un cantaor de flamenco nacido en Badalona en el año 1973. Resultaba curioso que siendo catalán sin raíces andaluzas y payo, tuviera ese talento y el carisma suficiente para subirse encima de un escenario y emocionar a los más sabedores en este arte.

A Poveda lo conocí por el impacto que me produjo su disco en catalán, "Desglaç". Verlo en directo en el teatro Monumental de Mataró le ancló definitivamente a la música de mi vida. Investigando un poco sobre la historia de semejante portento, aprendí que Miguel comenzó su carrera con 15 años en el entorno de las peñas flamencas de Cataluña. Pocos años después, tras ganar múltiples premios comenzó su carrera como profesional lo que le ha llevado a participar en los principales festivales de música tanto nacionales como internacionales. El 'Odeón' de París, el 'Liceo' de Barcelona o el 'Lincoln Center' de Nueva York son lugares que ensalzarían su nombre.

Una noche del mes de marzo del año pasado, Jesús me mostró un video de la gala de Premios de la Música que se celebró el 4 de marzo en la que Miguel Poveda ganó tres premios con el disco "Coplas del Querer", el último de los ocho que ha grabado y que es “Disco de Platino”. Entre los premios el de mejor disco de 2009; un disco que no es flamenco, su género natural, sino copla, que también borda. Este premio supuso la consagración de una nueva voz, cálida y con presencia, que puso el mundo del flamenco del siglo XXI a sus pies.

Casualmente y gracias al servicio de préstamo de la Biblioteca Pompeu Fabra, mientras hacíamos la cena en casa se oía una colaboración de Ensemble de Qawwali Faiz Ali Faiz, Duquenque, Poveda y Chicuelo con unos temas que ponen los pelos de punta.

La Historia de “Desglaç”

En el otoño de 2005 el joven Miguel Poveda publicó Desglaç, un larga duración producido por Taller de Músics de Barcelona y Discmedi, cantado en catalán y dedicado al Maestro Enrique Morente que recoge una selección de poemas en lengua catalana con aires flamencos. Son esos regalos que te da la vida y te das cuenta de esos detalles y del valor que tienen. Saber que tienes el beneplácito de Enrique Morente, que no tiene prejuicios, y que te dice que cantes en catalán porque yo si fuera catalán lo haría…” explicó Poveda en una entrevista al respecto del disco.

Esta idea surgió con motivo del centenario de la muerte de Verdaguer, ya que le pidieron que cantara algún texto del poeta catalán, tema “A mos bescantadors" que recoge el disco. Presentado en el Auditori de Barcelona el 20 de noviembre los más puristas se pusieron las manos en la cabeza al escucharlo. A partir de entonces desde el Taller de Músics de Barcelona, le animaron a hacer un disco en catalán, y ahí se inició la nueva aventura. 

La elección de los poemas de Verdaguer, Maria Mercè Marçal, Gabriel Ferrater, Brossa, Valentí Gómez, Casasses, Comadira, Margarit, Piera, Barceló y Sebastià Alzamora le llevó tres años descubrirlos y hacérselos suyos.  “La música tiene que estar al servicio de la poesía y no al revés”, insistía.

"Desglaç" no es exclusivamente un disco de flamenco. Tiene aires de jazz, de bolero, de tango, orientales y otros ritmos. Podremos escuchar la guitarra de Chicuelo, el bandoneón de Marcelo Mercadante, el piano de Amargós, la armónica de Antonio Serrano y la voz de Moncho acompañándole a ritmo bolero jazzístico y rumbero en “No et veuré mes” o la de Miguel Gil cantando en “Boca seca“.
De muestra, su  Cançó del bes sense port, poema de Maria Mercè Marçal con música de Agustí Fernández, arreglos y piano de Gustavo Llull.


Este trailer del documental “Desglaç, Miguel Poveda” que trata sobre el proceso de creación del disco es muy revelador.


Aquí os dejo con “A ciegas”, de la banda sonora de la película de “Almodovar, el Grande”, Los abrazos rotos.


No podemos despedir la noche sin la gran pieza que da nombre al disco Coplas del Querer.


Todo esto lo que demuestra es que Miguel Poveda es la gran esperanza hispana del flamenco. Con su inquietante mestizaje repleto de arte y poderío, comprobamos expectantes cómo lentamente pero con paso seguro, su estela se va haciendo más y más grande.

Os aconsejo que si os ha gustado entréis en Canal Poveda Encontraréis actuaciones en directo, videos y entrevistas para pasar un muy buen rato en su compañía en una larga noche de sábado.

lunes, 20 de junio de 2011

My Way

A SU manera  (Feliz cumpleaños, querido amigo)

En el mismo momento en que se publique este post, habré felicitado a mi amigo Ovi que hoy 20 de junio  cumple 49 años (y hace 9 años de la huelga general contra el decretazo de Aznar). Esta noche he dejado de lado por una hora los informes, la evaluaciones, las "graelles" y los "gomets" que tan alejada de mi música me mantienen y me he metido a bucear en este baúl de los recuerdos musicales que es Youtube para compartir con él y con vosotros un tema que se ha convertido en un himno en su vida.

Se trata de My Way cantada por Frank Sinatra. Probablemente sea una de las canciones que más veces se ha versionado, todo un clásico por el que no pasan los años. Y, sucede a menudo, algunas versiones superan al original, el cual hasta queda olvidado por ahí, como es el caso. 

My Way no es sólo una canción, es un mensaje de honestidad con uno mismo, todo un estilo de vida. Si nunca habéis prestado atención al texto, os recomiendo que al menos una vez escuchéis la canción leyendo la letra y os encontraréis con una declaración de principios por excelencia, de alguien que decide asumir que la vida vivida ha sido la mejor que se pudo vivir, sentirse conforme con el camino recorrido y que, sin importar las adversidades, hacer las cosas a mi manera es lo que marcará la diferencia en el momento de caer el telón.


Frank Sinatra, del que en el pasado mes de mayo se cumplieron 13 años de su muerte, es icono de la cultura estadounidense y símbolo de la elegancia y el refinamiento, La Voz.  Aunque a veces lo importante no es una voz extraordinaria, ni una gran interpretación o puesta en escena, él lo tenía todo. Simplemente es algo que se tiene o no se tiene, no importa tanto la música sino lo que digas, cómo lo digas y qué recuerdos nos provoque. Su vida fue bastante intensa, marcada por los excesos.
Lo cierto es que este tampoco fue el tema que más éxito alcanzó en la época de un Sinatra ya maduro. Era otra melodía europea la que cosechaba más triunfos: Strangers In The Night. Pero se My Way se convirtió en himno para muchos cantantes como Nina Simone, Elvis Presley o Julio Iglesias por citar algunos.

My Way. La Historia
Su autor, Jacques Revaux escribió en 1967 For Me para la vocalista Dalida, pero a ésta no le entusiasmó y el autor decidió mostrársela a un cantante amigo suyo llamado Claude François quien la retocó y terminó titulando Comme D'habitude (Como de costumbre). La canción hablaba del alejamiento y rutina que se produce en algunos matrimonios

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Curiosamente, Frank Sinatra y Claude François jamás se conocieron. Y ambos, ya fallecidos, se han perdido numerosas versiones que en distintos idiomas y estilos se han realizado sobre esta versión.
En el Reino Unido se realizaron varias traducciones de esta canción. Uno de los encargados en esta tarea fue un joven y novato llamado David Bowie que hizo una versión titulada Even A Fool Learns To Love


A continuación una versión de My Way de Josep Carreras que interpretaron cada uno de Los Tres Tenores en el estadio de los Dodgers de Los Ángeles en 1994 como homenaje a Frank Sinatra que estaba allí presente. Este quedó impresionado y emocionado ante la iterpretación que hizo el tenor catalán por lo que le escribió una carta de agradecimiento.

La imagen del video que veréis a continuación és un poco sorprendente pero tan sólo hay que cerrar los ojos y escuchar.


Tenemos, para acabar, dos versiones muy contrapuestas, una del gran Elvis, del que Ovi también es fan, y otra del grupo Sex Pistols.


miércoles, 8 de junio de 2011

Toti Soler-Vida Secreta


En la Festa d’Escola del sábado pasado, Jaume Catà, músico de profesión (un gran percusionista que me ha enseñado las mayores rarezas instrumentales de mi vida) padre de la MARIETA Maia (es como un hada) y del CAVALL Nim (es como un duendecillo) me ofreció escuchar tres de las excepcionales obras del gran maestro Toti Soler: “Vita nuova” – “Vida secreta” – “Vida més alta” en una maravillosa edición de lujo que recomiendo a cualquier amante de la guitarra. El de “Vita nuova” es el único que tenemos en nuestra discografía. Hoy, al devolvérselos a Marina, su pareja, me he enterado que Toti Soler y Jaume tocan juntos. Este post va dedicado a ellos. ¡Gracias, Jaume!

Toti Soler, poeta que escribe sus versos sobre el papel pautado de las seis cuerdas que siempre le acompañan, ofrece en este disco callado y misterioso, casi místico, el raudal de luz y de aire transparente que da expresión y sentido al sonido destilado que vive y habita en el surco profundo de su Vida secreta. Una música que no solamente puede ser escuchada con el oído, sino que precisa ser comprendida por el alma. Y en la medida en que son más lentas sus notas, más contenido y suave su sonido, más allá de quien escucha y comprende llegan, más encendida es la conmoción que provocan y más inmóvil permanece aquel que recibe tanta pasión sufrida y ofrecida, transmutada, una vez más, en belleza compartida. (Silvia Amigó en la presentación del espectáculo “Vida Secreta”).

Precisamente ayer 7 de junio, casualidades de la vida, Toti Soler cumplió 62 años. Pero cuando este compositor, que creció con su guitarra, aún no se afeitaba, ya era un profesional de la guitarra en el grupo Pic-Nic (ese que acompañaba a la primera Jeannette a finales de los 60) Y mientras crecía como persona y como artista bajo la influencia de los mejores guitarristas del jazz y el rock no dejaba de investigar, de buscar más y más en las cuerdas de su instrumento nuevas sensaciones, nuevos formatos.  

Artesano de una música que clava sus raíces tierra dentro para florecer, poética y mediterránea, también con un deje de flamenco y otras músicas del mundo, incluida la clásica, empezó con música clásica (ha ofrecido recitales de guitarra de música de Bach), pasó por toda la historia del rock català de los 70, la música laietana i la nova cançó. Compartió lamentos de guitarra con el blues-man americano Taj Mahal; se curtió en los quejíos de la guitarra flamenca junto a grandes maestros como Diego del Gastor, compuso para Leo Ferré, hizo música para cine, para teatro. Formó durante más de veinticinco años pareja artística con Ovidi Montllor, un entrañable dúo con tal conexión artística que musicaba como nadie a los poetas de lengua catalana. Parecían uno solo. También trabajó con artistas como Maria del Mar Bonet o Pau Riba. Además fue el primero que cantó en España a Cohen, en 1969, recién salido del grupo Pic-Nic
También fue pionero en eso que llaman "fusión flamenco-jazz" (aunque, sin embargo, ahora ni siquiera lo nombran cuando se habla del “nuevo flamenco”). Toti Soler “sólo” tiene unos veinticinco discos en solitario e incontables colaboraciones con otros artistas.  Todo ello, una combinación sutil y delicada indicada para almas sensibles.

Su disco “Vida Secreta” está formado por nueve "transparencias", nueve temas instrumentales, lentos, en los que el músico nos ofrece un recital poético con su guitarra. No hay en el disco ninguna exhibición estridente, ningún juego de manos a los que a algunos les gusta recurrir para mostrar su habilidad con el instrumento. No es necesario porque es un disco precioso, desnudo, y lleno de ternura. Un disco para oírlo por primera vez tumbada en el sofá, con los ojos cerrados, concentrándote en escuchar y sentir todas las emociones que comunica.
El Despertar es la primera "transparencia". 


La música que Toti compone e interpreta da y pide, paradójicamente, silencio. También luz. Este silencio, como os decía la otra noche, tan necesario ahora que todo es ruido. Esta luz imprescindible cuando todo es confuso y oscuro. El silencio que emana de su soledad, la luz de su intensa emoción, de su sabia savia de poeta que más allá de las palabras ha escogido para transmitirlas la humildad del sonido que no necesita engaños, que no busca artificios, que sabe muy bien dónde está lo esencial y donde no hace falta decir nada y cuando hay que hacerlo tan flojo que a la fuerza sólo en capta el sentido aquel que está dotado para ello.


Para acabar, aquí os dejo una entrevista que le hicieron el 31 de mayo con motivo de su próxima participación en el Festival de Mugada. El Festival Mugada tendrá lugar en Sant Llorenç de la Muga el martes 9 de agosto 2011. Por cierto, Jaume Catà tocará con él.

Entrevista a Toti Soler amb motiu del Festival Mugada 2011 from Festival Mugada on Vimeo.

domingo, 5 de junio de 2011

El silencio

Es preciso perderse para empezar a escuchar.
Es preciso hacer el silencio en la escucha y en la mirada para descubrir las formas del silencio.

Adoro el silencio. Lo sabe cualquiera que me conozca bien. Vivo entre griterío vital de los niños de mi Escuela, entre el sonido de la ciudad que no para nunca o las voces de las movilizaciones indignadas por el tiempo que nos está tocando vivir.  No digo “ruido” porque todo ello es “vida”, pero necesito momentos de ausencia de sonido.

del blog guillermiadas
El silencio se escribe, se ofrece a la escucha. En la escritura musical el silencio es figura y cada nota figurada posee su recíproca figura silenciosa, la figura de pausa. Una figura que mide el silencio.

El silencio es muy importante en la música. De la misma manera que un pintor utiliza la paleta de colores para pintar un lienzo en blanco, los músicos combinan los sonidos y los silencios para crear sus obras. El silencio entre dos notas es como la noche entre dos días, permite un descanso del oyente que le prepara para la siguiente secuencia de sonidos. Son como el sueño y la vigilia, lo real y lo material, el ideal y su plasmación en el mundo. En este caso, un silencio tendrá significados distintos: dar expresividad a la obra o un respiro a los instrumentistas. Aprender a escuchar, aprender a escuchar el silencio.

El no muy conocido músico contemporáneo György  Ligeti hizo un experimento con público al respecto del silencio.  Un día anunció que iba a dar a conocer una nueva composición suya. Llegó ante el auditorio, se sentó delante de ellos y se mantuvo en silencio durante todo el tiempo; no dijo una sola palabra, no toco ni una sola nota, pero, para él, sí hubo concierto: Los ruidos que emitía el público enfadado (lógicamente).  Ésa fue la nueva “creación sonora” de este autor.

Pero nos podríamos preguntar ¿existe el silencio? El compositor estadounidense John Cage nos enseñó de modo magistral a escuchar las formas del silencio, unas formas que requieren destruir la grafía del lenguaje, de la memoria, para mostrar que silencio y sonido siempre están en continuidad.

imagen de pinterest
Cage nos cuenta en un libro que en cierta ocasión entró en una cámara anecoica, una sala especialmente diseñada para absorber el sonido que incide sobre las paredes, el suelo y el techo de la misma cámara, anulando los efectos de eco y reverberación del sonido. Si uno habla en el interior, la sensación es la de que las palabras tienen peso y caen desplomadas al suelo. En ella Cage escuchó con toda atención y llegó a la conclusión de que, a pesar de todo, oía dos sonidos, uno grave y otro agudo. Cuando preguntó a los científicos, estos le informaron de que el sonido grave era su propia sangre circulando y el agudo su sistema nervioso en funcionamiento. El compositor llegó a la conclusión de que "El silencio no existe". Y es verdad, físicamente, sólo existe en el vacío. En 1937, en una charla realizada en Seattle, el músico afirmaba: "Si la palabra "música" se considera sagrada y reservada para los instrumentos de los siglos XVIII y XIX, podemos sustituirla por otro término más significativo: organización de sonido" . Esta definición expresa la voluntad de transformar la composición musical en un lugar de organización donde tuvieran cabida todos los sonidos: los ruidos (notas) y el silencio.

El Silencio, la composición que ilustra el tema de esta noche, compuesto en 1965 por el trompetista turinés Nini Rosso, fue sin ningún asomo de duda su éxito más internacional, si no el único. Los amigos recuerdan que la decisión que Nini tomó en su día de no actuar más en Italia se debió a que no podía soportar que le pidieran una y otra vez, allá donde fuera, que tocara esta pieza.

En el siguiente video se vislumbra el efecto que tiene esta melodía. En lugar de la interpretación del propio Rosso he escogido la de la joven trompetista holandesa Melissa Venema con el violinista y director de orquesta Andre Rieu porque con sólo 13 años logra extraer una melancolía casi fantasmal. Más que tocar, suplica.


En el lenguaje hablado también se escribe el silencio. Así, los puntos suspensivos dejan colgado el discurso, lo suspenden. Pero el valor de estos puntos depende de la palabra que los antecede. Tanto el silencio del lenguaje como el silencio que se introduce en la música suelen ser respiraciones que reclaman la atención. Respirar será crear el hueco en el que la atención puede desplegarse. El silencio es entonces como un suspiro. Y en este suspirar tal vez sea posible modificar la forma en que se escucha, transformar el oído.

Definitivamente, el silencio es la música que sale del fondo del alma. Contiene un sonido preciso, armónico, lleno de sentido. El sonido del silencio es la palabra que brota mansamente, como el limpio cauce del arroyo, con la pequeña, con la humilde belleza de lo cotidiano.

Octavio Paz tiene un bellísimo poema titulado “Silencio”

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.

miércoles, 1 de junio de 2011

Leonard Cohen

 
               Hoy me he levantado con la noticia de que Leonard Cohen, el cantautor en el que la música y la poesía se funden en una fórmula que acaba conmoviendo a quien le escucha, ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, desbancando a su compatriota Alice Munro y al británico Ian McEwan. Seguramente, es un reconocimiento inesperado pero no inmerecido. Este premio dotado con 50.000 € y una escultura de Joan Miró valora su trabajo literario mucho más allá de esas decenas de libros, como “Flores para Hitler”, “Los hermosos vencidos”, con las letras de sus canciones de diferentes etapas traducidas al castellano, que hemos encontrado en diversos formatos en las librerías desde la más tierna infancia de toda una generación. O “El juego favorito”, una novela de 1963 que recientemente ha sido reeditada en castellano. 

         Creo poder afirmar que no es conocido por demasiados de sus incondiconales que la carrera literaria de este cantautor canadiense de orígen judio, nacido en 1934, que enseñó a amar y a soñar a más de una generación - y que en la actualidad ya contamos unos años - porque soñaba versos, creando en nosotros un imaginario sentimental, fundiendo poesía y musica en un valor inalterable, mientras con sus canciones exploraba con profundidad y belleza el ser humano, es anterior a su dilatada y prestigiosa carrera musical. Su primer álbum, el gran “Songs of Leonard Cohen”, que se abría con su clásico Suzanne, data de 1967 mientras que su primera obra literaria, “Déjanos comparar mitologías”, escrita en la isla griega de Hydra donde se instaló , una colección de poemas inspirados en Federico García Lorca, la publicó en 1956 seguido de “La caja de las especias de la tierra” en 1961. Influenciado por Henry Miller y devoto de Federico, tanto que llamó a su hija Lorca, los considera sus principales influencias. Es cierto que luego se dedicaría principalmente a su carrera discográfica pero nunca dejaría su faceta de escritor. Sus maravillosas letras son una mezcla de amor y fascinación por lo divino, sin obviar un retrato de la miserable sociedad en la que vivimos o algún toque político. Poesía cantada, como dice hoy la noticia del diario El País

            Esta canción, Dance Me to the End Of Love una canción realmente triste pero hermosa a la vez, es buena prueba de ello. Lo que puede parecer una canción de amor bellísimamente escrita, que lo es, tiene un origen tan trágico como los hornos crematorios de los campos de exterminio nazis. Fue compuesta ante el hecho de que en algunos de estos campos, antes de la cremación, un cuarteto de cuerda era obligado a tocar música clásica mientras sus compañeros prisioneros estaban siendo asesinados y quemados.
Si conocemos el origen judío de Cohen, comprenderemos aún más su sentir.



            El siguiente tema Hallelujah hermosísima canción entre la plegaria y el amor. Pocos como Cohen hubieran sido capaces de instalar tanta duda en un rezo, tanta relatividad moral incrustada en el rígido marco de la salmodia religiosa

He oído que existe un acorde secreto
que David solía tocar, y que agradaba
al Señor.
Pero tú realmente no le das mucha
importancia a la música, ¿verdad?
Era algo así como la cuarta, la quinta
cae la menor y sube la mayor.
El rey, confundido, componiendo un aleluya.

Aleluya…

Tu fé era fuerte, pero necesitabas una prueba.
La viste bañarse en el tejado.
Su belleja, y el brillo de la luna, te superaron.
Te ató a la silla de su cocina.
Rompió tu trono, y cortó tu pelo.
Y de tus labios arrancó un aleluya.

Aleluya…

Dices que tomé su nombre en vano.
No conozco siquiera su nombre.
Pero si lo hice, bueno, realmente, ¿qué significa para tí?
Hay un resplandor de luz
en cada palabra.
No importa la que hayas oído.
La sagrada o la rota. Aleluya.

Aleluya…

Hice lo mejor posible, no fue mucho.
No podía sentir, así que intenté tocar.
Dije la verdad, no te tomé el pelo.
Y aún así
todo salió mal.
Permaneceré ante la oración del Señor,
sin nada en mi lengua más que el aleluya.


          En Pequeño Vals Vienés de Federico García Lorca, Cohen une su hechizo al embrujo de Federico y al de la propia Luna, y nos hace bailar, casi flotar, por paisajes de amor, de muerte, y de profunda belleza…
              Os invito a bailar conmigo por este salón vienés con la música de Cohen, con cada palabra de Lorca. A vuestros pies, un eco de tristeza se deslizará hasta el mar, y volverá luego renovado, y os arrastrará con él. Dejaos llevar por este vals, que hace bailar el alma...



            No podía cerrar este post sin hablar Suzzane. Contó el cantautor en una entrevista que “Suzzane Verdal era la esposa de un amigo mío, Armand Waillancourt, que era una gran escultor de Montreal, y que aún sigue siendo amigo mío. Suzanne me invitó a su casa cerca del río y me sirvió té Constant Comentary, que estaba lleno de pedacitos de naranja. Esos elementos me dieron el rocío para soñar la verdadera velada de canción, pero sólo fueron el rocío. Y aunque parezca mentira, aún miro a las chicas, no veo a ninguna, sólo hay paz interior y armonía”.

            Os dejo con ella interpretada por un jovencísimo Leonard. Buenas noches.