martes, 8 de julio de 2025

“Dust In The Wind”, la mítica canción de Kansas

 Polvo en el viento. Eso es lo que somos, polvo en el viento.

Julio. Hace 16 días que empezó el verano, uno de los dos meses de estío por excelencia que cantaba Valle-Inclán en sus Sonatas. Las olas de calor se multiplican, la frecuencia de las noches tropicales aumenta, ese calor que impide dormir cada vez llega antes. Y, aunque Stephen King dice que “ningún verano dura eternamente”, para mí es como vivir una de sus terroríficas historias. Se me hace eterno, y el calor me arrastra a entretenerme con banalidades

Foto: Llop del blues

Ha sido una banalidad televisiva la que me ha hecho recordar este tema, Dust In The Wind, una bellísima canción de la banda norteamericana de rock progresivo de los setenta, Kansas. Siempre que la escuchaba, y aunque la tenía perdida en el fondo de la memoria fueron muchas las veces que lo hice, sentía el mismo hechizo, la misma sensación de calma que me produjo el primer día. Es empezar a escuchar los primero acordes y saber que está llena de magia. Sus primeras palabras “I close my eyes” (cierro mis ojos) son una invitación.

Ese arpegio de la guitarra me cautivó y me cautiva, más aún cuando entra en acción el violín interpretado por Robby Steinhardt. Las voces, perfectamente conjuntadas. Una canción que me eriza el vello del cuerpo, que me trae muchos recuerdos, que me pone melancólica, que me emociona hasta el extremo. 

POLVO EN EL VIENTO

Cierro los ojos
solo por un momento
y el momento pasa.
Todos mis sueños
pasan por delante de mis ojos,
una curiosidad.
 
Polvo en el viento
todo lo que son (mis sueños) es polvo en el viento.
 
La misma vieja canción,
solo una gota de agua
en un mar inmenso.
Todo lo que hacemos,
se desmorona,
aunque no queramos verlo.
 
Polvo en el viento,
todo lo que somos es polvo en el viento.
 
No te resistas,
nada es para siempre
salvo la Tierra y el cielo.
Se escapa (se escurre),
y todo tu dinero
no comprará otro minuto.
 
Polvo en el viento
todo lo que somos es polvo en el viento (bis)

Como podéis comprobar, la letra no es nada banal. Quienes no la conozcáis, por favor, daros la oportunidad de reproducirla dos o tres veces y notaréis como quedáis atrapados. Una obra maestra.

A ver que os parece esta versión en vivo:

Dust in the wind fue compuesta por el guitarrista del grupo, Kerry Livgren. Formaba parte del álbum “Point of Know Return”, lanzado en 1977, del que era la séptima canción. Fue la primera vez que Kansas registraba una pieza en formato acústico. 

“Cuando Kerry tocó ‘Dust In The Wind’ para nosotros… Realmente nunca habíamos hecho una canción acústica completa”, dijo el baterista Phil Ehart a Ultimate Classic Rock. (…) La presentó diciendo: Probablemente a ustedes no les guste esto, porque esta es una canción acústica” Inicialmente el tema no iba a formar parte del álbum porque no sonaba a Kansas pero, por suerte para millones de seguidores, al final sí se incluyó no sin reticencias del propio Livgren.

Esta es una versión orquestada:

La historia de la canción es muy curiosa. Kerry lo recuerda en una entrevista “Un día en mi casa después de una gira, estaba tranquilamente sentado cuando mi esposa me escuchó esbozando este punteo acústico. Me dijo: ‘Suena muy agradable, deberías convertirlo en una canción.’ Yo le contesté: “Nah, es sólo un ejercicio.’ Estaba leyendo un libro de poesía de los indios americanos en ese momento y leí este verso: ‘All we are is dust in the wind’ (‘Todo lo que somos no es sino polvo en el viento’), que me llamó mucho la atención y se me quedó grabado dentro.

Estaba leyendo un libro de poesía de los indios americanos en ese momento y leí este verso: ‘All we are is dust in the wind’ (‘Todo lo que somos no es sino polvo en el viento’), que me llamó mucho la atención y se me quedó grabado dentro. Estaba tarareando ese verso mientras punteaba la acústica ejercitándome y 15 minutos después ya tenía hecho el tema. La grabé en un pequeño aparato analógico de cuatro pistas y me la llevé a los ensayos. Cuando la toqué para el resto del grupo, se hizo un silencio sepulcral. A veces, las cosas que surgen de una sencilla inspiración duran más que algo en lo que trabajas esforzándote al máximo”. Y una vez más, otra canción que se añadió un disco en el último momento, se convirtió en uno de los mayores éxitos de un grupo.

The Providence Journal

Pocas canciones pueden nombrarse como poseedoras del importantísimo galardón de haberse convertido en número uno al mismo tiempo en todos los países del mundo. Llegó al 6º puesto de las listas de popularidad del Billboard Hot 100 la semana del 22 de abril de 1978 y fue el único sencillo de Kansas que logró llegar a los 10 mejores sencillos del Billboard Hot 100 . "Point of Know Return" vendió más de 4 millones de copias entre 1977 y 1978, y fue certificado con Disco de Oro y de Platino.

Dado lo formidable de la canción, no es de extrañar que a lo largo de estas décadas se hayan hecho numerosas versiones de la misma. “Hemos tenido muchos covers a lo largo de los años… y siempre es halagador”, explica Ehart. “Incluso hay una versión rap de ‘Dust in the Wind’… La escuché y pensé: ‘Alguien puso mucho trabajo para hacer eso’. Siempre agradecemos a las personas que piensan que vale la pena versionar nuestra música. Es muy halagador y es genial”.

Entre las versiones se encuentran las de solistas tan diferentes entre sí como Sarah Brightman o  Paula Fernandes.

También son muchos los grupos que la han incorporado a sus repertorios en conciertos por todos el mundo, como Scorpions, Metalium, The Moody Blues o The Eagles, entre otros.

En España, la heterodoxa violinista Judith Mateo tiene una potente versión. Mägo de Oz, publicó una en castellano titulándola Pensando en ti.

Una curiosidad: La canción se utiliza en el noveno episodio de la séptima temporada de la serie animada estadounidense "Padre de Familia". También en el capítulo de Los Simpsons, “Hombre gordo, niño pequeño”

Casi cinco décadas después de su éxito, me sigo identificando con Dust in the wind. Seguramente porque nos habla del paso del tiempo, del deterioro de las cosas, de lo insignificantes que somos, de los sueños incumplidos… y yo estoy a punto de cumplir 66 años.

Cuidaos mucho. Y cuidaos los unos a los otros. Todo es ruido e incertidumbre. El miedo, como el hambre en Gaza, también es un arma de guerra. Y la están utilizando contra nosotros. Para combatirla, cuidad de la Cultura para que ella cuide de nosotros. El arte siempre como espacio de encuentro.

Netanyahu propone a Trump para el Premio Nobel de la Paz

viernes, 20 de junio de 2025

Sheila Chandra, la voz truncada

 “Cantar es lo más cercano a la espiritualidad que conozco”

He dicho varias veces por estos lares que no soy yo quien busca la música, sino que la música me encuentra a mí. Eso me sucedió con Sheila Chandra.

Hace 15 años, después de uno de esos días intensos en los que necesitas música balsámica para poder dormir, descubrí su voz en A Sailor's Life, un embrujo que, si cerráis los ojos, hipnotiza y nos desconecta de la cruda realidad.


La riqueza, fluidez y calidad de su voz me golpeó inmediatamente. Estaréis conmigo que hay una “jondura” diferente en la garganta de esta mujer, que sustituye la percusión por el canto dhrupad típico de India, una suerte de embrujo rítmico que descompone en pequeñas partículas toda clase de onomatopeyas y sílabas, con el fin de lograr un efecto percusivo ante el micrófono. Le llaman algunos “el yoga del sonido”

Sheila descubrió su voz a los doce años mientras estudiaba en la escuela de Artes Teatrales. Desde entonces, su camino elegido fue ser cantante. Nacida en Londres en 1965 y de padres indios, sus inicios fueron fulgurantes. Con siete años era actriz infantil en una famosa serie de la BBC, Grange Hill. Sin tener ningún tipo de contacto con el negocio de la música, pulió su técnica vocal como una labor de amor, pasando hasta dos horas cada noche lanzando su voz en el alto hueco de la escalera de la casa de su familia. "No sabía cómo fabricar una oportunidad, confiesa, pero estaba decidida a que cuando se me presentara una oportunidad, estaría lista".

The Guardian

Se estrenó como vocalista en la década de los 80 con los Monsoon, una banda británica que buscaba la manera de fusionar el pop occidental y la música clásica de India. Inventaron un estilo, el indie pop, que fue precursor de lo que luego se conocería como world music. Un término que no le gusta nada, por cierto: "Ha generado una forma de apartheid", afirma.

Era 1982, ella tenía 16 años y su sencillo debut, Ever So Lonely, una creación sobrenatural de tablas y sitares coronada por su voz etérea alcanzó el número 12 en la lista de sencillos del Reino Unido.

En 1984, Sheila lanzó “Quiet”, su segundo álbum, que marcó un importante cambio en su estilo musical. A partir de este trabajo, comenzó a explorar el canto a capella, un estilo vocal que estaba profundamente arraigado en las tradiciones musicales de la India. Uno de los álbumes más cautivadores del verano de 1994 fue “The Zen Kiss” un trabajo que se nutre de influencias tan diversas como la música islámica, andaluza, búlgara y celta. Y, por supuesto, al ser de ascendencia india oriental, Chandra también emplea ragas y ornamentaciones musicales clásicas indias, siempre ancladas en el incesante zumbido.

Progresivamente se fue introduciendo en un mundo mucho más experimental, que culminaría con tres álbumes para Real World, el sello de Peter Gabriel, en el que combinaba multitud de tradiciones. Su habilidad para cruzar continentes en una sola línea vocal y entrelazar a la perfección los estilos vocales del mundo árabe, Andalucía, Irlanda, Escocia, India y estructuras más antiguas como el canto llano gregoriano, creó una verdadera fusión en una sola mente y una sola voz. “Weaving My Ancestor's Voices” consolidó a Chandra como heredera espiritual de una tradición vocal mundial, mientras que la sensible y meticulosa producción de su marido Steve Coe,  la enriqueció aún más y fue parte integral de la grabación, especialmente en las virtuosas piezas de percusión vocal "Speaking In Tongues" I y II. El álbum permaneció varias semanas en el Top 10 de Música Mundial de Billboard y superó en ventas a todo el resto del sello en Estados Unidos.

Sheila también fue una de las cuatro solistas de la banda sonora de “El Señor de los Anillos. Las Dos Torres”, en 2002, (con una pieza escrita especialmente para ella titulada Breath Of Life), que alcanzó el disco de platino.

Pero su voz tenía los días contados. En 1992, Sheila Chandra tuvo un grave accidente de coche. Tuvo que ser intervenida de urgencia para no perder la vida. No había tiempo para delicadezas y la intubación se hizo sin demasiado cuidado. A la larga, aquel detalle acabó con su carrera. “Después de la operación de emergencia tuve problemas con mi voz. Eso limitó mi producción y mi capacidad de experimentar a partir de ese momento”, recuerda. Durante años mantuvo a raya su dañada laringe usando drásticas medidas de protección. Si tenía un concierto, ensayaba una hora al día. Eso significaba no hablar absolutamente nada con nadie el resto del tiempo. Tenía que elegir, todo lo que podía tolerar antes de que el dolor fuera insoportable eran dos horas de charla o esas prácticas.


En 2007, tras un descanso de 14 años, ofreció conciertos en el festival WOMAD organizados por Gabriel y participó en el primer álbum de The Imagined Village y realizó una gira por el Reino Unido con ellos. Lamentablemente, la voz de esta innovadora artista ha seguido deteriorándose. En 2010, Sheila desarrolló el síndrome de la boca quemada (glosodinia), sin causa ni cura conocida, y ahora sufre un dolor neurológico persistente que se desencadena a mover la lengua que la incapacita para hablar, reír o llorar sin sufrir un dolor intenso. Cantar está completamente descartado. Es prácticamente muda y se comunica en persona principalmente mediante notas escritas a mano y un lenguaje de señas muy básico.

Retirada de la música, dada su dura experiencia, dedicó su atención a escribir libros de autoayuda, el primero de los cuales, Banish Clutter Forever – How the Toothbrush Principle Will Change Your Life (Deshazte del desorden para siempre: cómo el principio del cepillo de dientes cambiará tu vida), se publicó en 2010. Y asesora a jóvenes artistas, como el grafitero Stik. Para acabar, esta maravillosa nana cantada en castellano y con el típico acompañamiento pregrabado que siempre utilizó en sus conciertos en directo.

Cuidaos mucho. Y buscad la belleza, es la única protesta que vale la pena en este asqueroso mundo. Si dejáramos de lanzarnos artefactos que nos destruyen y empezáramos a compartir la música que nos construye, está claro que supondría un punto de inflexión en nuestra historia global. La música tiene el poder de transformar el mundo porque puede transformarnos individualmente. Así sea.

Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on Надобраніч. طاب مساؤك. לילה טוב