lunes, 23 de diciembre de 2024

Me gusta la Navidad: 15 canciones para reconciliarse con el mundo (o no)

 Bienvenida la magia de la Navidad

Pues sí. A pesar de asistir horrorizada, llena de rabia y de vergüenza al genocidio de Gaza, a la hipocresía y la pasividad de la “comunidad internacional” que me revuelven por dentro hasta la náusea. A pesar de que da miedo cruzarse con otro vídeo, con otra foto, con otro testimonio, con otra declaración política que me encienda y me sulfure. A pesar de la barbarie que se comete contra quienes huyen de las guerras, el hambre y la persecución, que el mar sea una tumba de agua. A pesar de que da asco poner la tele o encender la radio. A pesar del ascenso de la extrema derecha, de la crispación como forma de hacer política, del estercolero en el que se ha convertido el debate público (¿cuándo hablarán de los problemas de la gente?). A pesar de Trump, Musk, Milei, Orbán, Le Pen, Meloni, Salvini, Kickl, Wilders, Abascal, Mazón, Feijóo… A pesar de los jueces, del lawfare, de la impunidad del emérito (y tantos otros). A pesar de que El 1% de los hogares más ricos aglutina casi el 20% de la riqueza total del país. A pesar de que les están robando el futuro a los jóvenes y por ende a todos nosotros. 

A pesar de los negacionistas de la ciencia, del cambio climático, de la violencia de género (¡45 mujeres muertas en lo que va de año!). A pesar de que vivimos en la era de la posverdad, cuando la apariencia que se otorga a los hechos es más relevante que la veracidad de los hechos en sí. A pesar de mi ateísmo confeso, de ser una fiesta que el capitalismo salvaje ha hecho suya, a pesar de tanto, a pesar de todo... me encanta la Navidad.

Esta canción de Damaris Gelabert es una de las canciones de Navidad que más se escucha en las escuelas catalanas y que yo, desde hace unos años, no consigo cantar sin emocionarme. Siempre me ha gustado la música navideña. La banda sonora de la Navidad es infinita. A lo largo de los siglos, se han compuesto cientos de villancicos navideños. Muchos caen rápidamente en la oscuridad. No es el caso de Silent Nigth (Noche de paz). Traducido a al menos 300 idiomas , designado por la UNESCO como un elemento preciado del Patrimonio Cultural Inmaterial y arreglado en docenas de estilos musicales diferentes, desde el heavy metal hasta el gospel, Noche de paz se ha convertido en una parte perenne del paisaje sonoro navideño.

En casa, uno de los momentos favoritos de estas fiestas es el día en que montamos el belén y colocamos las luces en el árbol de Navidad con canciones navideñas de fondo. Es habitual comenzar a tararear White Christmas de Bing Crosby o ponemos a todo volumen The Christmas Song de Nat King Cole

Solo el mismísimo "Rey" pudo encontrar un antídoto cromático a White Christmas. Las navidades de Elvis no eran blancas, sino azules (o tristes) a raíz de que alguna chica le hubiese dado plantón en tan inoportuna época del año.

El siguiente villancico forma parte de mi infancia, El Tamborilero, una canción popular de origen confuso compuesta en 1941. Raphael la popularizó en 1965 interpretándola por primera vez en un especial de Navidad de TVE. Desde ese día, la figura de Raphael ha estado ligada a este villancico.

The Ronettes grabaron una versión de Sleigh Ride en 1963 para “A Christmas Gift for You” de Phil Spector, que tuvo gran éxito comercial en los Estados Unidos y apareció en varios medios. Pero, qué queréis que os diga, yo me quedo con la versión de la gran Ella Fitzgerald

José Feliciano lleva a lo más alto de las plataformas de streaming su particular villancico, compuesto por el propio cantautor puertorriqueño-estadounidense en 1970. Un clásico que cada año “vuelve a casa por Navidad”.

La brillante y agridulce Have Yourself a Merry Little Christmas, fue escrita en 1943 por Hugh Martin y Ralph Blane. En 1947, Frank Sinatra grabó una versión, que incluía la letra original de Martin. Diez años después, cuando Sinatra estaba revisando la canción para su álbum “A Jolly Christmas from Frank Sinatra”, el cantante llamó a Martin y le pidió un final más feliz para la canción. “El nombre de mi álbum es A Jolly Christmas. ¿Crees que podrías animármela?”, preguntó Sinatra. Martin “retocó” la canción para Sinatra con una línea sobre “colgar una estrella brillante en la rama más alta” en lugar de tener que “salir adelante a duras penas”.

El siguiente tema navideño quiere ser un misil a nuestras conciencias. Tampoco está de más.  En el momento más inspirado de su carrera, un autor tan vitriólico como Ian Anderson no podía desaprovechar la oportunidad de espolvorear un poquito de cicuta sobre el menú de Nochebuena. La pieza es bucólica, hermosa y aderezada con cascabeles, tambor y sección de cuerda, pero el también flautista desliza sarcasmos de este cariz: “¿Cómo podrás sonreír cuando los motivos para sonreír son equivocados?”.

Aunque puede que toda producción discográfica reciente de Coldplay se haya convertido en un villancico gigante, disfrutemos de Christmas Lights una melodía agridulce y adorable, y de un vídeo que homenajea a Elvis incluso con una inscripción en latín: “Credo Elvem etiam vivere” (Creo que Elvis está vivo).

En toda lista de reproducción navideña que se precie encontramos, Last Christmas. Del dúo Wham! Este himno al desamor consigue que el tecno pop y la alegría festiva combinen perfectamente. La historia de George Michael, de 1984, sobre un romance navideño que salió mal demuestra que, a veces, las mejores canciones navideñas vienen envueltas en una capa de drama de relación.

Dando un giro copernicano a esta selección os hablaré de El burrito sabanero del músico venezolano Hugo Blanco, compuesta en 1972, y que David Bisbal ha puesto de moda, descubriendo la sopa de ajo. En diciembre de 2013, fue la canción que interpretaron mis alumnos de P4 en el concierto de Navidad.

Paul McCartney, una leyenda viva de la Música, publicó en 1983 Pipes of Peace, un preciosa canción dedicada a una preciosa historia: lo que se llamó “La Tregua de Navidad”, un hecho que fue casi olvidado, cuando los soldados británicos y alemanes acordaron en forma no oficial una tregua en plena Primera Guerra Mundial. No es una canción propiamente navideña pero es una imprescindible llamada a la Paz en un mundo marcado por conflictos, crispación y divisiones.

Acabaré esta selección (que podría haber sido otra) con otro alegato contra la guerra. En 1971, John Lennon y Yoko Ono convirtieron la canción protesta Happy Xmas (War is Over), en uno de los mensajes navideños más conmovedores de la historia. Las voces de los niños del Harlem Community Choir se mezclan con las letras esperanzadoras de John para crear algo que es a la vez profundamente político y genuinamente conmovedor. Sobre su mensaje (la guerra ha terminado, (si tú quieres) no hace falta decir más. Todavía nos pone la piel de gallina cada diciembre.

Feliz Navidad a todos, los que siempre estáis ahí, los que amáis la música como yo. A todas aquellas personas con las que intento construir otra realidad, que lo sepáis: ME GUSTA LA NAVIDAD, PORQUE ESTÁIS EN ELLA.

Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. Y no nos olvidemos de Gaza, ni de Ucrania, ni de Siria, Afganistán, Valencia…

Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. Добрий вечір

jueves, 5 de diciembre de 2024

“Dear America” de Eric Bibb, el trovador del blues

 “No podemos seguir adelante porque el odio sigue siendo fuerte en todo este país”

Como en el caso del jazz o el rock, el blues es otra de esas músicas a las que periódicamente damos el finiquito. Parece como si el blues ya haya entrado definitivamente en el museo o dentro del limbo que precede al olvido. Desde hace unos años no hay nuevos artistas que traigan nada nuevo al género o al menos no salen a la luz. Sin embargo, en medio de este cada vez mayor erial de nuevas voces bluseras, sigue estando alguien que conocí hace 14 años y que había olvidado: Eric Bibbel trovador de blues.

Fotografía © Michel Wall

Sumergiéndome en el baúl de los recuerdos (cada vez más nostálgíca), me he vuelto a encontrar con él. Su imagen me pareció entonces la de la elegancia personificada con sus sombreros de ala, en especial de su "Panamá". Sus temas se dejan oír con esa cercanía, susurrándonos su canto y los acordes. Este fue el primer tema suyo que conocí: Connected.

 Investigando sobre su trayectoria de estos años he podido encontrarme con temas en la frontera del espiritual u otros que recuerdan los cánticos de trabajo de los esclavos del Sur de los Estados Unidos, o las viejas canciones de las luchas sindicales. Pero también hay hermosas y delicadas baladas. Este griot global, como él mismo se considera, cuya música siempre parece llegar en el momento necesario, considera su álbum “Dear America” su mejor trabajo hasta el momento. Una colección de trece temas originales dignos de escuchar no solo por la música, sino también por la carga social que contienen y el desafío que representan: “Por un lado soy llamado tu ciudadano, por el otro soy excluido por el color de mi piel”.

“Dear America” es "una carta de amor, porque Estados Unidos, a pesar de todas sus asociaciones con el dolor y su sangrienta historia, siempre ha sido un lugar de increíble esperanza y optimismo". En este disco "digo todas las cosas que me gustaría decirle a alguien querido para mí". "Pero la definición del amor es la verdad", replica el compositor. "Hay que decir las cosas como son. Hay tanto odio escandaloso en Estados Unidos en este momento, y esa agresión y violencia es en realidad la historia de Estados Unidos que vuelve a la normalidad. Este álbum es una comunicación real, un intento real de desnudar mi alma, sanar el dolor y ayudar a crear un mundo nuevo".

Foto: The Times

Las canciones del álbum son blues, tanto musicalmente como líricamente. Sobre todo Whole World's Got the Blues, que lamenta el estado del mundo: "dondequiera que mires, estás viendo noticias muy, muy tristes". La canción adquiere una nueva dimensión con la aparición de la guitarra de Eric Gales, que se entrelaza con las letras de Bibb y luego irrumpe en su propio solo de protesta y gemidos, haciendo eco elocuentemente del sombrío mensaje de la canción.

Como podéis apreciar “Dear America” aborda la problemática histórica racial de los Estados Unidos algo que, lamentablemente, sigue sucediendo. Varias de las canciones son bastante explícitas y contundentes. En White and Black, destaca el “pensamiento torcido, blanco es bueno, negro es malo”.

Sigamos con Different Picture, en la que la naturaleza repetitiva de los problemas raciales de Estados Unidos está claramente presente. “Creo que el mundo entero esta preocupado por los acontecimientos actuales en Estados Unidos. Toda la era Trump está desatando muchos monstruos que hemos estado tratando, colectivamente, de barrer debajo de la alfombra. Creo que, con eso, y con eventos como el asesinato de George Floyd y demás, las cosas parecen estar llegando a un punto crítico”.

Una de las canciones más aleccionadoras del álbum es Emmett's Ghost. La introducción suave, casi alegre, y el punteo de la guitarra contradice el terrible evento histórico al que se refiere la canción.

Emmett Till era un afroamericano de 14 años de Chicago que visitaba a sus familiares en Mississippi en 1955, que fue acusado falsamente de ofender a una mujer blanca y luego linchado brutalmente, antes de que su cuerpo fuera arrojado al río Tallahatchie. Escandalosamente, sus asesinos fueron absueltos, pero Emmet Till se convirtió en una figura icónica del movimiento por los derechos civiles.


Bibb canta sobre su propia experiencia de conocer a Emmet Till cuando era niño y de darse cuenta de que “desde ese día, algunos odiaron a los de mi especie”. Lamentablemente, esto no es solo un evento del pasado: el fantasma de Emmet Till todavía acecha a Estados Unidos: “No podemos seguir adelante porque el odio sigue siendo fuerte en todo este país”.

Aun así, como en todos sus álbumes hay un hilo de esperanza y alegría que se percibe con mucha fuerza. Por ejemplo, en Love's Kingdom transmite ese tono de esperanza y agradecimiento: “Todo puede cambiar, si creemos” y “Comencemos por estar agradecidos por estar vivos”. Una esperanza desafiante contra toda la oscuridad, una esperanza que casi va contra la corriente y que, señala, se esconde en las generaciones más jóvenes.

Eric Bibb, no tiene una super voz talentosa ni es un virtuoso de la guitarra pero sus temas son tan particulares, tan personales y a la vez tan diferentes al resto de músicos, que lo hace un "indispensable" en cualquier colección de música nocturna.

Quizás por ello el álbum empieza con, Whole Lotta Lovin dando gracias por las cosas sencillas de la vida. "Muchas gracias, Señor, por todo lo que me das".

Acabaremos con otra canción que creo que es muy importante. Born of a Woman, en la que participa Shaneeka Simon, aborda el tsunami de violencia contra las mujeres en todo el mundo.

La voz de Eric Bibb es una voz que debemos escuchar. En un mundo en el que hay tanta agresión y odio, es necesario escuchar un canto a favor de la paz, de la unidad y de la humanidad. Y “Dear America” es especialmente oportuno: arroja luz sobre gran parte de lo que separa a las personas y da lugar a la amargura y la división, pero sin renunciar nunca a las posibilidades que puede brindar el amor. No tiene una super voz talentosa ni es un virtuoso de la guitarra pero sus temas son tan particulares, tan personales y a la vez tan diferentes al resto de músicos, que lo hace un "indispensable" en cualquier colección de música nocturna.

Para acabar, no nos olvidemos del pueblo palestino. No dejemos de exigir, de gritar ¡Poned fin al genocidio palestino! ¿Hasta cuándo nos lavaremos las manos con agua que está teñida con sangre? Digamos ¡basta! ¡Palestina libre desde el río hasta el mar! Y, claro está, ¡Libertad y Paz para Ucrania!

"Traición" Safaa Abueid

Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. Que el arte sea siempre un espacio de encuentro. Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on Надобраніч. طاب مساؤك. לילה טוב

Otras fuentes: