viernes, 17 de noviembre de 2023

Clara Montes canta a Antonio Gala

 "Antonio Gala usa una metáfora tan bella que se musica sola" (Clara Montes)

El 28 de mayo de 2022 nos dejó, a los 92 años, Antonio Gala, el escritor de la elegancia, el amor y el erotismo. Una voz literaria única y una personalidad inconfundible. Dramaturgo, columnista y hombre comprometido. Fue el rey de la palabra; imposible no caer rendidos ante la fuerza insuperable de su hablar pausado. Maravillosas sus entrevistas y tertulias, cuando en las tertulias se podía hablar sin gritar. Sus poemas, de gran perfección formal, ya clásica, ya tradicional, ya con más libertad, gozan de la más armoniosa cadencia, de la mejor arquitectura verbal y, sobre todo, del más emocionante y emocionado sentir.

             Esta foto, sacada del perfil oficial de Clara Montes en X,
             no es muy buena pero no he encontrado otra de ambos

Quizás fuera ese el motivo por el que la madrileña de sangre gaditana Clara Montes inició su carrera discográfica con su disco “Clara montes canta a Antonio Gala” (1998). Ese mismo año colaboró en el trabajo discográfico “Diván del Tamarit” de Federico García Lorca del desaparecido cantautor y compositor Carlos Cano. Un auténtico reto. Para este primer acercamiento a la obra del poeta eligió doce de sus poemas de amor. “Me sentía identificada con sentimientos que he vivido. De amores y desamores y esas cosas. Los textos son muy románticos. Gala es de esas pocas personas con don de la palabra. Todo muy hermoso, muy claro. Lo lees y dices "así lo hubiera dicho yo cuando sentí aquello y no encontré palabras” explica en esta entrevista al diario “El Mundo”. El disco se compone de doce canciones, entre ellas la varias veces versionada A trabajos forzados, el Soneto de la luna y Hoy vuelvo a la ciudad enamorada.

CONDENA

A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.
.
No concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.
.
No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,
.
porque, en este proceso a largo plazo,
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

(De “Sonetos de la Zubia”, 1987)



SONETO DE LA LUNA


La luna nos buscó desde su almena,
cantó la acequia, palpitó el olivo.
Mi corazón, intrépido y cautivo,
tendió las manos, fiel a tu cadena.
 
Qué sábanas de yerba y luna llena
envolvieron el acto decisivo.
Qué mediodía sudoroso y vivo
enjalbegó la noche de azucena.

 

Por las esquinas verdes del encuentro
las caricias, ansiosas, se perdían
como en una espesura, cuerpo adentro.
 
Dios y sus cosas nos reconocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
dos bocas, una a otra, se bebían.

(De “Poemas de amor”, 1997)


HOY VUELVO A LA CIUDAD ENAMORADA

 
Hoy vuelvo a la ciudad enamorada
donde un día los dioses me envidiaron.
Sus altas torres, que por mí brillaron,
pavesa solo son desmantelada.

De cuanto yo recuerdo, ya no hay nada:

plazas, calles, esquinas se borraron.
El mirto y el acanto me engañaron,
me engañó el corazón de la granada.

Cómo pudo callarse tan deprisa

su rumor de agua oculta y fácil nido,
su canción de árbol alto y verde brisa.

Dónde pudo perderse tanto ruido,

tanto amor, tanto encanto, tanta risa,
tanta campana como se ha perdido.

(De “Poemas de amor”, 1997)


Clara Montes canta, casi recita, directamente al corazón. A la vez que interpreta con pasión, cierto deje lánguido la emparenta con el fado portugués. La copla, la milonga, el tango y hasta el son montuno se manifiestan también en estas canciones, que han musicado autores como Pedro Guerra, Antonio Vega o Rosana bajo la dirección de Rosa León.

Comunidad de Madrid

En 2013, la cantante decide “volver a Antonio Gala”.  Eran momentos muy duros para el país, para el mundo. “Hablando con Antonio surgió la idea y todo lo contrario: vamos a dar belleza, romanticismo, buen rollo, otra cosa. También pienso que necesitamos un poquito de aire. Surgió la idea, era algo que tenía pendiente, y que a lo mejor es también una manera de cerrar un ciclo vital.”, explica en ABC cuando le preguntan el por qué de este regreso.  

La cantante interpreta 12 sonetos del escritor contando con la colaboración de compositores y artistas como Luis Eduardo Aute, Enrique Bunbury, Arturo Pareja Obregón, Paco Ortega o Juan Pardo a la hora de convertir los poemas en canciones. (Me acabo de percatar de que los temas elegidos del primer disco son también sonetos. No puedo negar que me encanta esta forma de composición poética).Comparto este video sobre la presentación del disco porque en él salen dos grandes que ya no están, Aute y Gala.


EL ENAMORADO


No tuve yo más ley que tu figura
y el lazo de tu pelo por abrigo;
tu camisa de Holanda, mi enemigo;
tu tijera, mi cetro y desventura.

En chinelas pasé mi noche oscura,

Enhebrándote agujas de castigo.
Con un bastidor falso por testigo,
el juez prevaricó de tu costura.
 
No quiero saber qué lleva dentro
este fruto de abril, cansado y triste,
cuya flor disecaste en tu diario.
 
Me busco el corazón y no lo encuentro:
olvidé que, por juego, tú lo hiciste
bebedero anteayer de tu canario.
 
(De “Para Mirta. Sonetos barrocos”, 1997)

ELLA

Bebió en tu boca el tiempo enamorado
y la cuajó con besos de paloma.
Casto tu cuello, sobre el oro asoma
tan sólo por el oro acariciado.

Lunado el pelo, el corazón lunado,

rubor apenas por el aire aroma.
Amapola ritual tu torso toma
y te aparta del mar verde azulado.

Tu mirada de miel, marisma ardiente,

la luz antigua con las luces nuevas
-recién despierta y ya cansada- alía.

Te duele la victoria, y dócilmente

a cuestas tu destino de amor llevas,
delicada y sangrienta vida mía.

(De “Para Mirta. Sonetos barrocos”, 1997)


QUIÉN PUDIERA MORDERTE LENTAMENTE

Quién pudiera morderte lentamente

como a una fruta amarga en la corteza.
Quién pudiera dormir en tu aspereza
como el día en la sierra del poniente. 

Quién pudiera rendir la hastiada frente

contra el duro confín de tu belleza,
y arrostrar sonriendo la tristeza,
rota la paz y el paso indiferente.

Quién pudiera, mi amor, la alborotada

resistencia del alma distraída
conducir a tu parva apaciguada.

Quién pudiera ostentar, como una brida,

el arco iris sin par de tu mirada
desde tu luz a mi negror caída.

(De “27 sonetos de La Zubia”, 1987)

Clara Montes se ha empapado desde niña de las culturas del mundo: conoció la canción de autor en Argentina, la copla española de Miguel de Molina, el flamenco que amaba su familia andaluza, las cuerdas clásicas del espectáculo que compartió con Amancio Prada, la intimidad de los viejos cafés madrileños... Y al final de tan largo viaje funde música y literatura. Su voz fina se convierte en espejo del mundo. La poesía vive días grandes (cifras de ventas avalan). Las mujeres con deje aflamencado también.

Cuidaos mucho. Y, como digo siempre, cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. ¡Y no a la invasión rusa! ¡Libertad para Ucrania! Imposible acabar sin gritar: ¡Poned fin al genocidio palestino!

Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on. طاب مساؤك. לילה טוב


 


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