“Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre”. Gabriel García Márquez.
Un día como hoy de 1990 "nació un niño rubio, una bola de luz". Aunque lo de rubio llegó más tarde, Izan fue eso, una inmensa bola de luz en nuestras jóvenes e inexpertas vidas. Una emoción nueva, única, intensa e irrepetible. Su llegada revolucionó nuestras vidas y nuestros sentimientos. Supuso la alegría más impactante y, a la vez, la responsabilidad más grande. ¡Y un montón de dudas! A las 4:12 de la tarde decidió por fin (¡por fin!), después de pensárselo muuuucho, ver qué pasaba fuera de ese espacio líquido y caliente en el que llevaba nueve meses. Ya estaba entre mis brazos; eso quería decir que sería nuestro hijo SIEMPRE. Un sentimiento de amor nuevo e indescriptible en un camino de no retorno.
Ese verso sigue definiendo perfectamente lo que sentí. Es verdad que la letra de la canción, el poema “El nacimiento” de Nazim Hikmet, rezuma el dolor, la negrura y la tristeza de un mundo hostil en el que a veces te planteas si es justo traer niños pero para nosotros su venida al mundo fue pura luz. Cuando mi hijo nació forma parte de “Apocalipsis”, un trabajo de enorme delicadeza del grupo Aguaviva , el grupo más intelectual y más comprometido políticamente en los finales del franquismo. Un disco compuesto por una selección de poemas de diversos autores, recitados, casi siempre, por José Antonio Muñoz y cantados por el resto del grupo. Una joya.
Cuatro años después nació Ainhoa, una niña que, como dice Tontxu en su canción Aplausos, que a ella tanto le gusta,"tuvo la suerte de nacer con las estrellas a favor, en una casa humilde donde nada le faltó”. Si algo no les faltó fue amor. Amor sobre las rodillas.¿Sabéis? Ainhoa existió mucho antes de haber nacido. A las pocas semanas, días diría yo, de empezar a salir juntos, su padre me dijo: “si tenemos una hija se llamará Ainhoa”. Tenía 18 años recién cumplidos. El 3 de junio de 1994 vio su deseo hecho realidad y pudo tener entre sus brazos a "su" Ainhoa. Un sueño cumplido. Además, después de nacer Izan siempre decía que quería una niña porque son más tranquilas. Hasta que nació ella, claro. Pero esa es otra historia.
Lo cierto es que innumerables músicos han compuesto grandes temas para plasmar tanta emoción a través de su música, de Madonna a John Lennon, pasando por Queen, de Antonio Flores a Ana Belén pasando por Presuntos Implicados, son muchos los que han querido expresar lo que se siente ante uno de los más grandes y bonitos desafíos, lleno de momentos difíciles, claro está, pero también de momentos maravillosos. Uno de ellos ha sido Stevie Wonder que quiso inmortalizar lo feliz que se sentía con el nacimiento de su hija Aisha con esta canción, que también nos acompañó aquel verano de 1990. En ella, la luz que nos trajo nuestro hijo se funde con la luz del sol.
A pesar de ser una de las canciones más populares del álbum “Songs in the Key of Life” (un trabajo perfecto cuya grabación duró más que el embarazo de su mujer), que estuvo catorce semanas en el primer puesto de las listas de popularidad y fue ganadora de dos premios Grammy, no fue publicada como sencillo dado que, al durar más de seis minutos, era demasiado larga para un 45 rpm, y Wonder no quiso editarlo. Siempre se ha considerado que el llanto del bebé que abre la canción es la propia Aisha, pero en realidad es otro bebé. Pero hacia el final del tema sí que escuchamos una grabación real del propio Steve Wonder bañando a su hija en casa, mientras ella se ríe y su padre le pide que salga de la bañera.
Voy a acabar esta pequeña banda sonora emocional con un clásico. Un día de 1981, el gran Joan Manuel Serrat escribió Esos locos bajitos, una inolvidable canción, una de sus tantas composiciones que han sido capaces de tocarnos el corazón. El original título está inspirado por el humorista Gila, que llamaba a los niños “locos bajitos” y al que el cantautor le dedicaba la canción cuando la interpretaba en sus conciertos.
Su entrañable letra es poesía pura. Difícilmente se pueden decir tantas cosas en tan poco espacio ni despertar tantos sentimientos con una sola canción. O quizás, sí...
Hoy Izan cumple treinta y tres años; en junio Ainhoa cumplió veintinueve. Sois, sin duda, lo mejor que hemos hecho en la vida. Si cuando nacisteis hubiéramos pensado cómo querríamos que fueseis, ese sueño es hoy una realidad. Somos padres afortunados.
Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. ¡Y no a la invasión rusa! ¡Libertad y Paz para Ucrania!
Buenas noches.
Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇.
Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト Buonanotte. לילה טוב. Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا
شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি.
Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. Добрий
вечір
Ha sido una entrada preciosa, llena de sentido y ternura. Los hijos son un desafio en los primeros años,ya no digo nada en la adolescencia. La madurez, es otro tiempo de lucha, de seguir para ellos , viviendo sus vidas y nosotros ahi estamos ,espectadores y participantes de esa obra musical que son ellos con su vivir, su tiempo y sus experiencias,.
ResponderEliminarY es verdad todos tienen una canción, una melodía que los hace únicos. Yo tengo cuatro canciones ,otra que no llegó a ser ni a sonar y si, es orgullo de madre/padre , son lo más hermoso,tambien doloroso para que decir lo contrario, aunque me quedo , quiero quedarme ,con lo bonito y lo alegre de esa partitura; escucharla una y otra vez ahora que las mayores frisan los 42, la mediana los 30 y la "peke" los 26.Mi otra partitura, canción inacabada, tendria 27 ... Y esas canciones están vivas y van cambiando, ritmo y notas. Es lo que tiene la vida.
Y yo con el querido compañero Victor Jara doy "gracias a la Vida que me ha dado tanto..."
Querida Sonsoles! Que alegría leerte.
EliminarPues sí; esa sensación de que seremos su padre y su madre, siempre; de que la paternidad es un camino de no retorno no se deja de tener por mucho que crezcan.
Ainhoa tiene una frase muy bonita que dice que si por ella fuera "viviríamos todos en la misma baldosa", una metáfora preciosa de lo que es la familia.
Una relación con una banda sonora que interpreta lo que toca en cada momento, sin duda. Y como tú, damos gracias a la vida.
Un abrazo muy, muy fuerte.