Sentada en mi
estudio junto a Jesús en esta noche de domingo, mientras él se dedica a su
podcast Pobrecito Satanás,
le observo y, a veces, me siento algo empequeñecida por su sapiencia demostrada
en temas musicales (y en casi todo) Su
sabiduría es amplía y su oralidad más aún. Tengo mucho que aprender, tal vez
demasiado, pero el hambre musical es extrema, el tiempo escaso. Desde luego, puedo
prescindir de muchas cosas en mi vida, de casi todas, menos de mi familia y, por supuesto, tampoco de la música. Hoy
he abierto la puerta de mi noche (o él me ha abierto las suyas) a Vinicius (el
nombre de pila basta cuando se trata de alguien que es como de la familia) al
que conocí en aquel ático de Sant Andreu en el que entraba la luz, la música y la juventud
a raudales.
Vinicius de Moraes
está en el grupo de músicos que te hace “sentir la música”. Así de simple. Ya
hayas escuchado mucha o poca música, seas o no un pozo de sabiduría musical, es
imposible permanecer indiferente ante la propuesta de Vinicius. Su música es arte,
es pura magia, pura poesía que viaja por el tiempo. Y a lo largo de ese tiempo, la memoria enlaza los
nombres según las leyes del corazón. Así quedaron asociados para siempre Vinicius
y La Fusa, el mítico local, un reducto que albergó a gran parte de la comunidad
artística entre 1968 y 1982, un espacio donde se mezclaban la bohemia de la
época con miembros de la clase alta que acudían a ver y oír “lo mejor de lo
mejor”. Por el escenario de aquel café-concert pasaron artistas como Chico Buarque, Astor Piazzolla, Mercedes Sosa, Les Luthiers... Por ello, uno
de los discos de culto y, a la vez, uno de los más populares de la música brasileña
es “Vinicius de Moraes en La Fusa” (1970) que el poeta grabó con Maria Creuza y Toquinho. Una obra que
conserva un carisma impresionante y es uno de los discos brasileños que lleva
más años en catálogo.
El poeta carioca, padre de la bossa nova, se conocía "La Fusa", un local del que se había enamorado, desde bastante antes de aquella noche de 1969 en que la apareció sobre un improvisado pequeño escenario, sentado a la mesa que le servía tanto para apoyar la botella de whisky, el vaso y el cubo de hielo indispensables, como para ocultar, siempre un poco coqueto, las señales que los tragos habían ido dejando a la altura de la cintura. Y antes de esa primera noche ya era familiar y prestigioso el nombre de La Fusa: la inaugural, en la Parada 10 de Punta del Este; la que hizo historia en Buenos Aires en la época de oro del café-concert, o la que protagonizó en Mar del Plata del 71 un verano musical memorable. Pero esa es otra historia.
Las representaciones de aquellos
conciertos fueron un gran éxito; el pequeño local con capacidad para unas 100
personas se llenaba cada noche y circulaban los comentarios favorables que
alimentaban la leyenda. El álbum es una auténtica celebración de la música (y
de la vida) en la que se nota que los músicos lo están pasando bien, pero
también es un disco con una desconocida historia que vale la pena comentar. Y
es que para comenzar, “Vinicius de Moraes en La Fusa” no es un disco en
directo, a pesar de que pueda parecerlo. De hecho fue el propio Vinicius quien
sugirió, para lograr una mejor calidad de sonido, que las canciones fuesen
grabadas en un estudio de Buenos Aires y que, después, se añadieran las voces
del público. Parece que quienes asistían a ese local eran tan entusiastas,
alegres y emotivos que valía la pena conservar el sonido ambiente.
En el disco
aparece la voz de una joven cantante de Bahía que haría una larga carrera,
Maria Creuza, y un joven guitarrista de nombre Antonio Pecci Filho pero que
todos conocían con el sobrenombre de Toquinho. Durante dos noches se recrea,
con unas mesas y amigos invitados, el ambiente del café-concert. No faltan,
para dar mayor verosimilitud a la puesta en escena, “botellas de whisky y
mujeres bonitas”. El poeta, compositor y cantante cuenta chistes, desgrana
anécdotas relativas a cada canción, juega con el público, presenta a los
músicos.
"Nos unió la amistad antes que la música"
Hoy en día, si
se oye con atención el disco, se puede apreciar como Toquinho improvisa
mientras Vinicius dirige unas palabras a su público; luego se escucha el corte
de la grabación, y se nota el cambio de tono de la guitarra de Toquinho.
Vinicius cuenta que aquellos fueron de los mejores años de su vida, donde no
faltaron mujeres y whisky. Con su voz de cava, teñida por el tabaco y el
alcohol, Vinicius canta como nunca lo hizo y se siente tan a gusto que nos
explica varias historias como aquella en la que asegura que Josephine Baker
había decidido adoptar a Toquinho, comentario que obviamente levanta las risas
del supuesto auditorio.
Abre el disco
el himno Copa do Mundo (ese mismo año
Brasil ganó el mundial de Mexico) Alegría desbordante, felicidad absoluta. Después
de este pequeño y divertido aperitivo, A Felicidade abre realmente el disco. En
esta preciosa canción, una de mis favoritas, creada por Jobim y De Moraes cantan tanto Vinicius, como Toquinho y María Creuza. A la señora
Creuza hay que darle de comer a parte; su voz aterciopelada nos pone los pelos
de punta. La guitarra de Toquinho es un lujo que no sé si nos merecemos y los
coros, ay los coros....
Conmueve
escuchar lo que ya son clásicos de la música popular del siglo XX. Sorprende
la frescura y expresividad de la voz de una Maria Creuza en estado de gracia,
que en Tomara (Ojalá) o en Eu sei que voute amar se apropia de dos canciones clave del tándem
Jobim-Vinicius. En esta última, casi al final del disco, María nos canta y nos
convence de que será así, que nos amará desesperadamente y para siempre.
Y siguen los
temas: Que maravilha, Lamento no Morro, una tras otracanciones esplendidas, sublimes que te
atraparán si no lo estás ya. Antes de la mítica y preciosa Garota
de Ipanemaa la que ya le dediqué una entrada en este blog en junio de
2015 (cómo pasa el tiempo) nos llega Canto
de Ossanha que es una de las cimas de este "La Fusa".
Después de la Garota llega esa Samba em preludio, uno de los temas más bellos de la historia de la
música en el que Maria Creuza hace un dúo memorable con la voz gastada y dulce
del poeta. Toquinho exhibe toda su destreza como guitarrista, pone su voz acaso
tímidamente en algunos momentos y lidera la pequeña orquesta que resulta ese
trío ocasional eternizado en la grabación.
Minha namorada es otra joya oculta en el disco, un tema reposado, tranquilo, bellísimo que nos coge de la mano antes del cierre con Si todos fossem iguais a voce que nos deja totalmente hechizados.
Escuchar a
Vinicius en "La Fusa" junto a Toquinho y María Creuza es enamorarse
por primera vez. Es la magia de la música, independientemente de donde
provenga. Es cerrar los ojos y dejarse llevar por la belleza de las voces y
esos preciosos acordes. Un disco que no fue planificado, que pasó a la historia
prácticamente fundando un sello independiente y que más de cuarenta años
después se sigue disfrutando como el primer día. Los que lo tenemos en vinilo.
Y a quienes no lo hayáis escuchado os auguro la certeza de una nueva adicción,
porque este disco se escucha por primera vez pero nunca por última.
Dejaos abrazar por ellos y esta noche dormiréis en paz. Buenas
noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُالخَير . Gabon. Buonanotte. Boas noites.굿나잇晚安グッドナイト
Adiós al escudero de las grandes leyendas del rock
El domingo me
acosté con la noticia de otra muerte. El muro de Facebook de mi amigo Pedro Ignacio Tofiño
me anunció que a la irreparable pérdida de Leonard
Cohen y de Paco
Nieva, se suma la de Leon
Russell, el gran león revolucionario. El legendario músico y antiguo
colaborador de Elton
John, Bob
Dylan y los Rolling
Stones, tenía 74 años. Russell, que había sufrido un ataque al corazón a
principios de este año, todavía se estaba recuperando de una cirugía en el
momento de su muerte que, según su esposa Janet Bridges, se produjo en paz en
su casa. Murió mientras dormía. Ojalá todos pudiéramos elegir.
En
su web oficial un comunicado lo define: "El maestro del espacio y el tiempo fue
un músico y compositor legendario de Tulsa, Oklahoma, que interpretó su rock,
blues y música country durante más de 50 años". Ayer quise publicar este
obituario pero me costó tanto elegir los temas… ¡tanto!
Nacido en
Lawton el 2 de abril de 1942, la carrera de León Russell abarcó un amplio arco
de muchas generaciones y gustos diferentes en la historia americana. Russell no
era solo un gran músico, era un icono, una inspiración para todos. Leon Russell
surgió en los años 70 como uno de los ejecutantes y de los compositores más
dinámicos del rock'n'roll
después de tocar anónimamente en los años 60 en docenas de conciertos como
pianista de sesión, Russell, que fue incluido en el Salón
de la Fama del Rock and Roll en 2011 de
la mano de Elton John, había soportado una serie de problemas de salud en
sus últimos años.
En 1970 tocó
los corazones de millones con A Song for
You. Desde entonces, la canción ha sido versionada y regrabada por Donnie Hathaway, Whitney Houston, The Carperters, Ray Charles y Amy
Winehouse.
Su legado continuará creciendo mientras nuevas generaciones de aficionados
están descubriendo un patrimonio musical único.
Pero si algo
hace más grande a quien es grande son sus compañeros de viaje. A lo largo de 70
años, Russell trabajaría junto a músicos legendarios como Bob
Dylan, George
Harrison, Rolling
Stones y Willie
Nelson. En 1976, abandonaría Shelter Records, la
discográfica que fundó junto a Denny Cordell después de
ganar cinco discos de oro, para iniciar su propio sello Paradise Records. El
sello pasaría a publicar varias de sus colaboraciones con su esposa Mary
Russell.
Russell escribió
varias canciones que muchos creen que son de otros, como Superstar
y This Mascarade que muchos piensan
que son de los Carpenters. Así como Delta Lady que cantaba Joe Cocker o Blues Power junto con Eric
Clapton. También es autor de mucho del material que cantaban The Monkees
No puedo pasar
de largo del imprescindible Eric Clapton. No me he podido resistir.
Su primer
disco (el que nos enganchó a toda una generación) "Leon
Russell", de 1970, es excelente. En él participaron Dylan, Harrison y
Clapton, un anticipo de la genial reunión que se realizó en 1971.
Y es que
el 1 de agosto de 1971, George Harrison organizó el sin duda mítico “The Concert
for Bangladesh”, en el que Bob Dylan fue uno de los artistas
invitados. Dylan, junto con Harrison, Ringo Starr y Leon
Russell tocaron varios temas: A Hard
Rain's a-Gonna Fall, It Takes a Lot
to Laugh, It Takes a Train to Cry, Love
Minus Zero/No Limit, Blowin' in the
Wind y una gran version de Just Like
A Woman.
Volviendo a su mítico primer
álbum, este temaHummingbird me apasiona.
Y éste, al más puro rock'n'roll.
Los medios de
comunicación social llevan dos días de tributos constantes hacia Leon Russell, sobre
todo de sus contemporáneos musicales, que admiraron su influencia, talento y
legado perdurable. Artistas de todos los extremos del género musical han
alabado la larga carrera de Russell que Cat Stevens, por ejemplo, ha
dicho que fue para él "una gran influencia".
"Agradecemos a todos sus pensamientos y oraciones durante este tiempo tan, tan difícil", decía Janet Bridges en el citado comunicado. "Mi
marido murió mientras dormía en nuestra casa de Nashville. Se estaba
recuperando de la cirugía cardíaca en julio y esperaba volver a la carretera en
enero. Apreciamos el amor y el apoyo de todos”.
Pero el mayor
elogio para Russell ha surgido como era de esperar, de Elton John, que durante
mucho tiempo se había considerado una influencia directa de Russell. Elton
John ha dicho de él que fue su "mentor e inspiración"(“yo
quería ser Leon Russell”). John prometió su eterno amor para su amigo y
colaborador. A ambos les unió una colaboración bilateral llamada The Union.
"El álbum lo grabamos en cinta analógica, lo que hace que suene mejor", señaló John en declaraciones al diario británico "The Independent". "Sabía que iba a ser un buen disco, pero ha resultado incluso mucho mejor de lo esperado. Y eso se debe a que Leon resucitó en el estudio. Había sufrido una semana antes una complicada intervención -le operaron durante cinco horas y medio en el cerebro- y no estaba en la mejor forma al principio". El dúo se fue de gira al poco tiempo y a partir de entonces se forjó una amistad alimentada por el trabajo de cada uno.
Se fue Leon
Russell. Ya no volveremos a gozar de su increíble presencia con su larga melena
y su barba inmortales.
Buenas noches.
Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. Buonanotte. Boas noites.굿나잇晚安グッドナイト
Y el alma se le
cristalizó con la nostalgia de los sueños perdidos. (Cien años de Soledad)
Gide dice que el
infierno de esta vida es tener que elegir de entre un centenar de caminos sólo
uno, y conseguir vivir sin nostalgia de los otros noventa y nueve. ¿Qué valor tiene la
nostalgia del pasado? Quizás el pasado siga siendo el opio de los
sentimentales. Lo peor que te puede pasar es tener un corazón nostálgico y una
mente escéptica.
Imagen del film Nostalghia de A. Tarkovsky
Quizás ha sido
la nostalgia que, como comentaba ayer con mi compañera Carme Godia, invade
a nuestra generación los días festivos -demasiado tiempo para pensar- la que me ha
llevado hasta el pianista, cantante, arreglista y compositor Ray Charles, una de las
principales figuras del soul. Un hombre cuya presencia,
desde la década de 1950, ha sido perceptible en innumerables músicos y
cantantes. Con su música y su poderoso estilo vocal personal, ha inspirado y
guiado a las sucesivas generaciones de músicos de una manera que pocos pueden
rivalizar. Hablamos de nombres como Steve Winwood, Aretha Franklin o Joe Cocker
Ray sintetizó a
lo largo de su vida sus luchas, su dolor y su oscuridad personal con la misma
efectividad con la que supo fundir en su arte una miríada de estilos musicales:
el jazz, el rhythm &blues,
el rock and roll,
el gospel y el country. Su historia tiene un sentido muy distinto al de otros músicos: la cadena de eventos y
logros se transforma en el vibrante y conmovedor trayecto de un genio único con
una visión propia que enseñó al mundo a escuchar música de una forma nueva. Su
arte se puede resumir de muchas maneras: cantante convincente, expresivo y
versátil, artista carismático, ingenioso compositor... Pero aquello que,
probablemente, puede ser más preciso y definitorio de lo que ha significado para la música es "padre del soul"
Ray Charles
comenzó su carrera después de que perdió la vista debido al glaucoma a la
tierna edad de siete años. Sin embargo, él niega que ese hecho le empujara al
mundo de la música ya que tocaba desde que tenía 3 años. A partir de esa tragedia, Charles desarrolla su
talento musical mientras asiste a la Escuela de Florida para Sordos y Ciegos.
Ganador
de diecisiete Grammy’s, Ray Charles, llegó a tener un rol activo en lo que a
justicia racial se refería, lo que le llevó a forjar una buena amistad con el
legendario Martin Luther King en la década de los 60. Ray tuvo que luchar,
aparte de contra su discapacidad y pobreza, contra las injusticias raciales de
la época. Fue así como, al ser encarcelado Martin Luther King , Ray hizo lo que pudo para reunir recursos y ayudar, con ellos, a su
amigo y a la causa común. Pero no solamente se le reconoce por aquella lucha, sino también por crear en 1987 la Fundación Ray Charles para la prevención de la
sordera, institución que hasta el momento presta servicios a personas así como también realiza
investigaciones en la materia.
La revista Rolling Stone lo
nombra #10 en su lista de los 100 mejores artistas de todos los tiempos. En
2009 publica la lista de los 100 mejores cantantes de la historia, los cuales
han sido elegidos por cantantes y personas relacionadas con la música. Entre
todos ellos Ray fue nombrado como mejor cantante masculino y como el segundo mejor
cantante de todos los tiempos, sólo superado por Aretha Franklin.
Elegir una
muestra de los grandes éxitos de Ray Charles no es tarea fácil. Nunca lo es en este bloc. Así que, como siempre
ocurre en este espacio propongo aquellos temas que a mí me llegan por uno u
otro motivo. Canciones, en este caso, que me llenan de nostalgia.
Empecemos con I Can't Stop Loving You. Charles le dio su toque soul a este
tema country, primer single extraído del álbum "Modern Sounds in Country& Western". Esta arrolladora balada se mantuvo en las listas de rhythm
& blues de Billboard durante 10 semanas seguidas, vendiendo más de un
millón de copias.
Seguimos con Georgia on My Mind. Esta canción no era suya ni fue el primero en
interpretarla, pero la elevó a un nivel al que ningún otro cantante
pudo llegar. La canción no solo es un auténtico icono en la música
estadounidense, sino que fue nombrada en 1979 canción oficial del estado de
Georgia, donde Ray Charles había nacido 49 años antes, en 1930. Supuso un nuevo
impulso en su música, que acompañó su dulce canto con un sentido
coro y una orquesta de cuerda en vez de con las habituales Raelettes.
What'd I
Say 1 & 2 Para muchos este
éxito de 1959 expresa el estilo definitivo de Ray Charles, con su piano
eléctrico y un esquema vocal de llamada y respuesta rebosante de sensualidad
primaria. Fue interpretada en vivo una noche y la gente respondió tan
favorablemente a ella que Charles decidió grabarla. En su momento, la canción
fue vetada por varias emisoras de radio pero en 2003 la Biblioteca
del Congreso decidió preservarla como una de las grabaciones más
significativas de la historia de la música americana.
En 1972,
Charles presta su voz a America the
beatiful, un clásico de 1895, una canción americana que provoca más de una
lágrima en los ojos de muchos de los que lo escuchan.
A song for youes una canción
escrita y grabada originalmente por el cantante y pianista Leon Russell para su primer disco en
solitario que fue lanzado en
1970. Ray Charles grabó una versión que ganó en 1993 el Grammy al mejor vocalista masculino.
La historia de
este genio de la música ejemplifica el triunfo del ser humano por encima de las
adversidades y obstáculos: Ser huérfano (perdió a su madre con 15 años),
haberse criado en un pueblo de Georgia, al sur de Estados Unidos, en medio de
una pobreza inimaginable, donde los negros ocupaban el escalón más miserable. “Por
debajo de nosotros solo estaba el suelo”, recordaba él. Superar también
la adicción a la heroína y, claro está, ser ciego.
Ray Charles preso por posesión de heroína
Charles tiene,
además, uno de los discos póstumos más
exitosos de la historia “Genius Loves Company” que grabó pocos meses antes de
morir. Es un disco de duetos en el que comparte micrófono con B.B King, Elton John o Natalie Cole. El disco se
llevó el Grammy al mejor disco del año y siete premios más. Ray Charles no paró de trabajar hasta el final. Además de grabar este disco, actuó en su concierto número
10.000 dos meses antes de morir, y colaboró enRay, sus memorias cinematográficas en las que Jamie Foxx se llevó un Oscar por
encarnarle en la gran pantalla.
Pero si hay un
álbum que me apasiona (sin pasión difícilmente la música te llega al corazón)
es “Blues + Jazz” de 1994. Combinando el trabajo más temprano y más blues de
Charles para Atlantic con algunos
de sus mejores trabajos de jazz en un paquete de 2 CD. Esta selección de temas nos muestra que Ray Charles puede funcionar admirablemente en cualquiera de los
dos regsitros. O tal vez dice que no importa el estilo, que Ray Charles siempre fue su
propio estilo. Para la generación más joven, que sólo conoce a Ray como el
"viejo hombre del anuncio
de Pepsi" y que están familiarizados con sólo sus grabaciones
populares y de más éxito comercial, o para quienes quieran llegar a las raíces de
la verdadera alma de Ray Charles, “Blues + Jazz” es para vosotros. Aquí os dejo
una muestra: nostalgia en estado puro.
Me voy a dormir, no por
cansancio sino por nostalgia de los sueños (Gracias, Gabo, por prestarme esta noche tan
bellas palabras) Buenas noches.
Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُالخَير. Gabon. Boas noites. 굿나잇晚安. Buonanotte. グッドナイト