domingo, 14 de diciembre de 2025

"The sound of silence", un susurro melancólico sobre el aislamiento y la incomunicación

 “Hola oscuridad, mi vieja amiga / He venido a hablar contigo otra vez”

Una de las cosas que me maravilla de la música es su poder evocador, cómo es capaz de reflejar tu propia imagen en el espejo. ¿Alguna vez os habéis sentido angustiados y aislados por la superficialidad del mundo en el que vivimos, hasta el punto de sentiros incapaces de conectar con los demás, o incluso con vuestros propios sentimientos? Yo sí; muchas veces. 

Imagen de Last fm

Hace poco, sumida en mis cavilaciones nocturnas, en uno de esos podcasts en los que me sumerjo para desconectar y poder dormir, suena una canción. Uf. Qué recuerdos… ¿recuerdos? No, exactamente. Más que recuerdos me evocaba emociones de juventud. Pero ¿qué me estaba diciendo? Yo no sé inglés (hace tiempo que asumí que me iré de este mundo sin saberlo). De lo que fue un himno para toda una generación en busca de su significado, solo entendía "el sonido del silencio". Así que, tapada con la nórdica para no molestar, busqué la traducción de la letra en mi smartphone (fue una mala idea, lo sé) y allí estaba yo reflejada, 40 años después de la primera vez que la escuché. 

The Sound Of Silence es una de esas poesías hechas música más hermosa de todos los tiempos. Los autores, Simon & Garfunkel, unos maestros que a pesar de su tormentosa relación en la que atravesaron un puente de aguas turbulentas, reconvirtieron el folk y conmovieron a toda una generación. Una guitarra y unas voces que realmente transmiten, para mí, la frustración de una sociedad que se volvió loca… (y que no recuperó nunca la cordura).

Live Monterey Pop Festival June 16, 1967. Full concert Youtube

Para entender el origen de la canción debemos viajar a 1963 cuando su autor, Paul Simon, tenía apenas 21 años y se refugiaba en la penumbra de su cuarto de baño con la luz apagada y la puerta cerrada para concentrarse mejor. Allí, envuelto en la oscuridad, solía componer canciones. "Lo principal de tocar la guitarra, sin embargo, era que podía sentarme solo, tocar y soñar, explicó más tardeY siempre era feliz haciendo eso. Solía ​​irme al baño, porque el baño tenía azulejos, así que era una ligera cámara de eco. Abría el grifo para que corriera el agua (me gusta ese sonido, es muy relajante para mí) y tocaba. En la oscuridad.

De sus reflexiones nació esta letra sobre la incomunicación, el aislamiento y la alienación humana. 

Hola oscuridad, mi vieja amiga.
He venido a hablar contigo otra vez,
porque una visión deslizándose suavemente,
dejó su semilla mientras estaba durmiendo
y la visión que fue plantada en mi cerebro
aún permanece
en el sonido del silencio.
 
En los inquietos sueños, camine solo
por estrechas calles de adoquines,
bajo el halo de las luces de la calle,
me subí la solapa por el frío y la humedad,
cuando mis ojos fueron acuchillados
por el destello de una luz de neón
que partió la noche
y toco el sonido del silencio
 
a diez mil personas, quizá más,
gente conversando sin hablar
gente oyendo sin escuchar
gente escribiendo canciones
que las voces nunca comparten
y nadie se atrevió
a perturbar el sonido del silencio.
 
“Tontos”, dije, “no sabéis que
el silencio crece como un cáncer.
Escuchad mis palabras para que pueda enseñaros.
Tomad mis brazos para que pueda alcanzaros”.
Pero mis palabras
cayeron como silenciosas gotas de lluvia
y resonaron en los pozos del silencio.
 
Y la gente se arrodillo y rezó
al dios neón que crearon.
Y el cartel mostró su advertencia
En las palabras que estaba formando
Y el cartel decía:
“Las palabras de los profetas están
Escritas en las paredes del metro
Y en los pasillos de los edificios de viviendas
Y susurradas en el sonido del silencio”

Inspirado por la obra de poetas como Dylan Thomas y la introspección propia de la generación beat, sus versos nos hablan de una sociedad atrapada en el ruido superficial, incapaz de escuchar las voces verdaderamente importantes Art Garfunkel durante una actuación en 1966, al presentar la canción dijo :“Esta es una canción sobre la incapacidad de las personas para comunicarse entre sí (…) Lo que ves a tu alrededor son personas que no son capaces de amarse los unos a los otros".

Hay más de cien versiones de la canción. Sólo el dúo neoyorquino hizo de ella seis versiones diferentes, y la fuerza de su melodía ha permitido todos los tratamientos, desde el rock hasta el góspel, pasando por el jazz o el canto gregoriano.

Portada del sencillo remezclado de 1965, nº1 en ventas en EEUU

La versión acústica original se incluyó en su álbum debut, “Wednesday Morning, 3 A.M” (1964), del que solo se vendieron 2.000 copias. Dado el fracaso, los jóvenes decidieron separarse. Dos años después tendría un enorme éxito la versión eléctrica que todos conocemos. Lo que Simon y Garfunkel no sabían era que Columbia Recordssu discográfica, hizo que el productor Tom Wilson agregará instrumentos eléctricos (guitarra, bajo y batería) a la pista acústica y lo lanzó como sencillo. Cuando The sound of silence alcanzó el puesto número uno en Estados Unidos, Simon y Garfunkel no tenían ni idea de lo que el productor había hecho. Paul estaba en Inglaterra y Art en la universidad. Probablemente, si Wilson no hubiera reelaborado la canción sin su conocimiento, el dúo habría tomado caminos separados, pero el éxito los volvió a unir.  El eco de este enorme éxito no tardó en llegar al cine con “El graduado”.

También ha formado parte de la BSO de “Watchmen” (2009), así como en “Perdidos en la noche” (1969) y en  Bobby” (2005), que trata sobre las últimas horas del senador Robert F. Kennedy y su asesinato en 1968.

Para muchos, la versión más notable, con diferencia, ha sido la de la banda de heavy metal Disturbed en su álbum de 2015, Immortalized”. Su interpretación, impulsada por el piano con un sombrío en blanco y negro, incorpora cuerdas orquestales, mientras que la potente voz de David Draiman enfatiza la ira implícita en esta versión. “Una interpretación realmente poderosa el otro día en el programa de Conan. Es la primera vez que los veo tocar en vivo. Muy bueno. Gracias”. Parece que a Paul Simon le gustó.

A mí me impacta más esta de Sílvia Pérez Cruz para la película uruguaya "La noche de 12 años". La película gira en torno a los doce años de prisión de José “Pepe” Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, durante la negra dictadura uruguaya. Silvia supo integrar en la composición de Simon la emoción del film, dotándola, como hace siempre, de un sello muy personal.

La versión interpretada por Pentatonix mantiene la esencia y profundidad de la original. Este talentoso grupo tiene un don para seleccionar la canción perfecta que complementa sus habilidades vocales. Con su armonía vocal y la ausencia de instrumentos, pone de relieve la potencia de la voz humana, algo paradójico para hablar del silencio.

Michael David Rosenberg, más conocido como Passenger por ser el ex-cantante de la banda de rock alternativo del mismo nombre, le da un giro entre lo alternativo y lo indie algo que encaja muy bien con su sonido folk original. No necesita más que su guitarra y su voz para darle un tono aún más melancólico.

Nada tiene que ver con la versión de Carmen Mcrae. La cantante neoyorquina le da un sonido de jazz protofunk que nos hace vibrar en nuestros asientos. Así, rompe del todo con el espíritu original, sin mencionar que, en teoría, estamos escuchando una canción sobre las palabras silenciadas. Quizás la mejor parte de esta versión llega al final de la canción. Dejando en el aire el último verso, Mcrae omite la última palabra, silencio. "Y susurradas en el sonido del.…". Una versión sorprendente, sin duda.

Gregorian nos ofrece una versión sin igual. Unos diez vocalistas masculinos cantan la canción al estilo del canto gregoriano. Junto a las voces, escuchamos una instrumentación más propia de la electrónica.

Una nota de humor: Esta canción aparece parodiada en un capítulo de Los Simpson, en el episodio de la quinta temporada "Lady Bouvier's Lover". Todo el episodio está basado en “El Graduado”. La versión de The Sound of Silence se reproduce en los créditos finales, después de que el abuelo Simpson y la señora Bouvier abandonen la iglesia, exactamente igual que en la película.

No todas las versiones tienen su interés. Por ejemplo, la banda estadounidense de rock alternativo The Smashing Pumpkins la ha destrozado muchas veces, sobre todo en sus actuaciones en directo. 

Para cerrar el círculo, quiero compartir la primera versión que lanzó en abril de 1966 el grupo irlandés The Bachelors que alcanzó el tercer puesto en las listas de éxitos del Reino Unido. The Bachelors abordan la canción con una armonía muy similar a la de Simon y Garfunkel.  Utilizan una modulación ascendente, así como un tempo más rápido para dar un toque de urgencia, transformando un sentimiento inquietante y solitario en ira y posiblemente incluso en desesperación.

Diez versiones, diez estilos de una canción icónica. Pero ¿cuál de ellas refleja mejor el mensaje de la canción? ¿Hay versiones que eclipsan la original?

Escribió MargheriteYourcenar en su novela Alexis o el tratado del inútil combate"El ambiente estaba lleno de un silencio que parecía cada vez mayor y todo silencio está hecho de palabras que no se han dicho" Con The Sound of silence, el silencio, ese que se extiende fuera de la palabra orillada por gritos desgarradores y murmullos inarticulados, encontró su sonido. 

Es innegable que a los seres humanos se nos empuja a vivir vidas frenéticas y estresantes en las que acaba reinando el egocentrismo, el desapego y la incapacidad de compartir sentimientos, ideas... Nos escondemos detrás de nosotros mismos por miedo a revelar nuestra verdadera identidad. Nos aterra la no aceptación. La sensibilidad y la creatividad corren el riesgo de perderse. Nos estamos volviendo insensibles al mal que nos rodea; cada vez alzamos menos la voz contra la crueldad y la injusticia. Nadie se atreve a perturbar el “sonido del silencio”. Y cuando lo hacemos, parece que todo es en vano, nuestro grito no se oye, cae como gotas de lluvia que se pierden en este silencio ensordecedor en el que vivimos. Aun así, no hay que dejar de gritar porque si no, nuestro silencio será cómplice.

Cuidaos mucho. Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on Надобраніч. طاب مساؤك. לילה טוב






viernes, 5 de diciembre de 2025

Música para la esperanza

"La esperanza es como el sol en la cara que siempre deja las sombras detrás". (Samuel Smiles)

iStok

Hay cosas en la vida que son como el agua fresca y necesaria, pero cuando cierras la mano se te escapa entre los dedos. El optimismo de la voluntad nos hace creer que todo es posible. Por el contrario, cuando la realidad golpea en la cara nos noquea porque no estamos preparados. Son lecciones que deberíamos aprender; sin embargo, la ilusión nos hace creer que somos invencibles. Pero no es verdad; no lo somos. A veces la ilusión no nos deja ver dónde vamos a llegar. No obstante, abogo por creer que en el futuro seremos invencibles de nuevo. Porque la fuerza la llevamos dentro. Esa es mi esperanza. Porque Esperanza es el nombre de mi guitarra y lo último que pierdo. Y la esperanza es la melodía del futuro que resuena en el corazón de la música.

Hace un par de días me encontré con una buena amiga que hacía tiempo que no veía. Fue un subidón porque es pura vitalidad, una mujer de enorme fortaleza que siempre transmite energía. Tiene 5 años más que yo, pero cada año que pasa parece más joven. “A mí se me vino encima la vejez de golpe, Carme”, le dije. Dicen que la vejez comienza cuando el recuerdo y la nostalgia son mayores que la ilusión y la esperanza. No es fácil recuperarlas cuando las has perdido. Pero, no sé, quizás para recuperar la esperanza lo primero que debemos combatir es el miedo. Eso nos dice Rosana.

Si lo pienso... qué ganas tengo de no tener que morderme los labios cada vez que es bueno nombrar la esperanza, de no tener ni siquiera que titubear. Pero como queda mucho tiempo para que no sea confuso hacerlo, pues no sé qué nos espera, he decidido esperar el milagro de que, aún en las peores circunstancias, haya una salida. Si no lo creyese... no sé... Eso quiere transmitir Greg Dombrowski con esta composición dirigida a aquellas almas rotas que han pasado por el infierno y, aun así, han seguido adelante.

El filósofo y matemático británico Bertrand Russell afirmaba que concedemos una exagerada importancia a la inteligencia humana, creyendo que si las personas son más inteligentes el mundo será mejor. Pero la realidad es que la inteligencia también está al servicio de las pasiones y mientras eso sea así serán éstas las que rijan nuestras vidas. Sin embargo, a pesar de la Tristeza infinita de Manu Chao, su mensaje es que siempre que hay un rayo de esperanza en las relaciones humanas, que “Próxima estación: Esperanza, avenida de la paz”. Sobre todo porque “Yo siempre estaré a tu lado”, siempre habrá alguien cerca cogiéndote de la mano en momentos de tristeza.

 

Formo parte de una generación brillante que soñó y llega a vieja sin ver realizados sus sueños. Lejos de ellos, una humanidad cada vez menos humana, más individualista, en manos del consumismo. Las guerras, la manipulación, la despersonalización, la deshumanización, la nostalgia distópica del resurgimiento del neofascismo y la extrema derecha me aterrorizan. Pero la lucha debe continuar para mantener la esperanza de que no todo está perdido. El siguiente artista, Sam Cooke, era un hombre negro de éxito en su época, algo nada habitual. Muy influido por el  Blowin' In The Wind de Bob Dylan, sintió que debía a su gente una canción de esperanza. En  A Change Is Gonna Come, cada verso detalla una experiencia de injusticia y penurias, pero el estribillo repite la esperanza y la convicción de Cooke sobre el cambio social.  “Ha tardado mucho en llegar, pero sé que un cambio va a llegar”. Poco después, Cooke fue asesinado en circunstancias todavía por esclarecer. Prefiero no profundizar en este dato.

Cuando se pregunta a diferentes personas qué música puede reflejar de la mejor manera posible la esperanza, nos encontramos con muchos temas y títulos que coinciden, claro está. Uno de ellos, sorprendentemente para mí la verdad, es Let it Be, de The Beatles. No sólo es un himno a la esperanza y a seguir con la vida a pesar de las dificultades. “Déjalo estar” es una forma de encarar las frustraciones y todo lo que se escapa del control personal. También es un tierno recordatorio de lo tranquilizante que es el amor de una madre en los momentos complicados, sobre todo en esos donde sentimos que todo nos sobrepasa y no sabemos para donde echar a correr.

Si hablamos de esperanza no podía faltar Bruce Springsteen. “Deja atrás tus tristezas. Mañana brillará la luz del sol y toda esta oscuridad habrá pasado”. Estos versos pertenecen a su canción Land of hope and dreams (Tierra de esperanza y sueños) Sin embargo, entre sus muchas canciones con mensajes de superación me quedo con The Rising escrita tras los ataques del 11 de septiembre Esta canción se convirtió en un himno de resiliencia y esperanza colectiva. Habla de levantarse y encontrar luz tras la tragedia.

El jazz es la expresión de la esperanza de un pueblo libre que ansía una vida mejor, por eso tiene muchas canciones optimistas. No es de extrañar que esta forme parte de la banda sonora de la Navidad, pero su espíritu positivo es válido para cualquier época del año. ¿Quién no se estremece cuando escucha "Veo árboles de color verde (I see trees of green, red roses too...?) / También rosas rojas / Las veo florecer / Para ti y para mí / Y pienso para mí / Qué mundo tan maravilloso", en la profunda voz de un icono del jazz como Louis Armstrong? ¿A quién no se le ponen los pelos de punta con los primeros acordes de esta canción?

Como veis, hay muchas canciones esperanzadoras, algunas icónicas, otras que fueron grandes éxitos, como Color Esperanza de Diego Torres, verdaderos himnos al optimismo y a la resiliencia que emocionan. Celebraciones de la vida, llamadas a valorar los momentos de felicidad, que los hay, claro que sí, a pesar de todo. Canciones como Dias Felizes de Felippe Lau que nos invitan a desear que los días felices se prolonguen, porque la vida es un milagro que merece ser vivido plenamente. A pesar de los pesares.... Ya lo dijo hace tiempo el poeta Goytisolo ¿verdad?

Ya está bien por esta noche. Como siempre, la selección es como mi blog, como yo, ecléctica, quizás contradictoria. Por eso se pasea por diversos géneros musicales y de distinta procedencia. Esta noche esta ha sido mi elección; quien sabe qué habría elegido otro día… Empecé este canto a la esperanza con la cantautora gala Joyce Jonathan porque sus canciones alternan el folk pop optimista con una vertiente más melancólica, como nos podemos sentir tantos de nosotros, según el día, y la acabo con Violeta Parra y su Gracias a la vida porque sería injusto no hacerlo. Esta particular versión instrumental de Maureen Choi Quartet se inicia con una doliente melodía en el violín y se desarrolla en una atmósfera de melancolía obsesiva a la que se superpone la pese a todo esperanzadora melodía, como un reflejo de las contradicciones que se agolpan en esta canción que Parra compuso poco antes de suicidarse.

Jesús, mi compañero de vida, siempre dice que hay que prepararse para lo peor y esperar lo mejor. Porque por muy desengañados que estemos es imposible vivir sin alguna esperanza por pequeña que sea. Siempre conservamos una, a pesar nuestro, y esa esperanza inconsciente compensa todos los fracasos. Así sea.

Cuidaos mucho. Y hay que seguir denunciando, sin descanso, las atrocidades que comete Israel contra la población palestina. No solo en Gaza, donde lleva más de dos años cometiendo un genocidio, sino también en  Cisjordania asesinando impunemente a jóvenes indefensos. Hoy he sabido que España, con una postura coherente, valiente y digna, se retira de Eurovisión y que no estamos solos. Lo dicho, no hay que perder la esperanza.

Buenas noches.  Bona nit.  Boas noites. Bones nueches. Arratsalde on. Добрий вечір. iyi geceler تصبح على خير