Un genio irrepetible que logró cruzar todas las fronteras
Hace 25 años, el 24 de agosto de 1997, fallecía a los 64 años, de un cáncer de pulmón, Tete Montoliu, el primer pianista y compositor español de jazz que trascendió las fronteras y alcanzó nivel internacional. Pedro Iturralde, Jorge Pardo y Chano Domínguez, entre otros, también lo consiguieron; pero Tete abrió una puerta que ya no se cerró. Intentar resumir su vida y su carrera en este espacio es prácticamente imposible, pero algo haremos.
Imagen de Micro Surcos Musicales |
Foto de Efemérides Musicales |
Fue la escucha paciente y entusiasta de las obras de otro gran artista, también ciego, Art Tatum, con quien más tarde sentaría las bases del jazz moderno, la que le inspiró, influyó y motivó para dedicarle su vida al jazz. Aunque también recibía influencias de Bud Powell, Earl Hines y desde mi modesta opinión, también de Thelonius Monk. Y, con 19 años comienza a tocar profesionalmente en los bares y clubs de Barcelona. Pero el gran salto se produce el 15 de marzo de 1955 cuando Montoliu fue visto por Lionel Hampton, que había entrado accidentalmente en un pub de la capital catalana en el que él tocaba. Asombrado, Hampton ofrece de inmediato al joven catalán que lo acompañe en una gira europea, durante la cual colaborará con artistas de la talla de Dexter Gordon, Ben Webster, Lucky Thomston o Stéphane Grappelli. Y graba con él “Jazz Flamenco”, inicio de una prolífica carrera internacional.
En 1958 actúa en el Festival de Cannes con un trío con Doug Watkins y Art Taylor. A finales de los años cincuenta, dio sus primeros recitales en Nueva York, en el célebre club, “Up of the Gate" y fue distinguido como mejor pianista europeo de jazz por sus propios compañeros En 1961 fue llamado para formar parte del European All Stars, que agrupaba a los mejores jazzmen del viejo continente. Poco después es contratado por el Blue Note de Berlín, donde comparte escenario con Chet Baker, Benny Bailey o Slide Hampton. Después de un periodo en Alemania, recaló un tiempo en el Whisky Jazz de Madrid donde comparte escenario con el saxofonista Pedro Iturralde y poco después volvió a Barcelona, al Club Jamboree en la plaza Real, donde forma su primer gran trío con el contrabajista Eric Peter y el batería Billy Brooks, y acompaña a músicos tan destacados como Booker Ervin, Donald Byrd, Lucky Thomson, Pony Poindexter, Lee Konitz, Art Farmer y Ornette Coleman.
Tete Montoliu, fotografiado en la sala Jamboree en los sesenta junto al músico Lou Bennet,otro asiduo del local .La Vanguardia. |
A partir de ahí su carrera como pianista fue imparable. En 1963 es contratado por el Montmartre Jazzhus de Copenhague, uno de los clubes más prestigiosos de Europa, donde compartió escenario y amistad con el saxofonista Dexter Gordon, con el que registra numerosas grabaciones.
En 1965, Tete también hizo historia con el primer elepé de jazz que se editó en el estado español “A tot jazz”.
A lo largo de su carrera, Tete Montoliu creó una prodigiosa obra y acumuló un impresionante catálogo de cerca de setenta discos, algunos de notable interés, como su “Catalonian folksongs” en el que el pianista llevó al terreno del jazz un repertorio de canciones populares y tradicionales catalanas, con las magníficas interpretaciones de la recién desaparecida Núria Feliu. Lo mismo haría unos años más tarde con el disco “Tete interpreta Serrat”.
Otros vínculos con la escena catalana quedaron plasmados en obras que son pieza única, como el disco “Vampyria”, donde acompañaba al piano eléctrico a Jordi Sabatés.
No puedo pasar por alto sus magníficos “Songs for Love” (1971) “Solo Piano” (1989) o la serie de cuatro discos a piano solo "The Music I Like To Play" (1986-1987), quizás su obra más importante.
Montoliu también se sintió bastante cómodo versionando boleros españoles clásicos, canciones de Jobim o explorando ritmos de inspiración brasileña y cubana, acompañando a varias vocalistas femeninas en estos diversos géneros.
Una de sus últimas grandes grabaciones fue en 1990 "The Man from Barcelona". Su virtuosismo y creatividad se muestra en la furiosa interpretación de A Night in Tunisia El álbum fue lanzado unos años después de su muerte.
Miquel Jurado nos vuelve a dar pistas sobre el carácter del pianista. En su anterior libro sobre su amigo, “Diàlegs a Barcelona”, explica que una de las cosas más contundentes que pronunció a lo largo de su vida fue esta: “cuando un músico es mediocre y no lo sabe, es porque humanamente todavía es más mediocre”. Por ello, cuando se encontraba con un músico o le presentaban a un músico con el que tenía que tocar, Tete no preguntaba por los músicos que le gustaba, sino que preguntaba por las novelas que había leído últimamente. Si el músico respondía: "pues no lo sé, hace tiempo que no leo", Tete decía: "¡uh!, malo, este músico no sirve, nen".
Jurado y Tete. Fotografía de Toma Jazz |
Según el periodista, Tete creía que a la hora de tocar tenía más influencia en la interpretación un relato de Cortázar que toda la discografía de Charlie Parker. Por eso valoraba mucho que los músicos no se centraran sólo en sus cosas, sino que fuesen abiertos. “Cuando íbamos a un concierto, siempre me preguntaba: ¿hay algún músico por aquí?, y a continuación decía: los músicos no van a los conciertos, no van al cine, no van al teatro, no leen, no van a las exposiciones.... entonces: ¿cómo pueden hacer arte si no hacen todo eso?”
En 1983 recibió la Creu de Sant Jordi, distinción que otorga la Generalitat de Cataluña. En 1996 España le rindió un homenaje público por su destacada trayectoria de cincuenta años en el jazz. Y en 1997 nos ofreció el extraordinario directo en Madrid, "Tete en el San Juan".
A partir de
los últimos quince años de su vida, una sordera fue avanzando, y le tenía muy
asustado. Tete llegó a decir que, “el día que me llegue a quedar sordo me
tiro por la ventana, porque ciego y sordo ¿qué puedo hacer en esta vida si no
puedo ni siquiera escuchar música?” Afortunadamente eso no pasó. No
obstante, a pesar de que Tete llevaba puesto un audífono de última generación y
perfectamente diseñado, “esa sordera provocó que tuviese fama de persona
que no quería hablar con la gente, de persona muy arisca, poco comunicativa, y
muchas veces lo que ocurría era sencillamente que no se daba cuenta de que le
estaban hablando, no se enteraba de lo que le estaban diciendo. Entonces había
que acercarse a él y decírselo, tenías que hacerte entender”.
Durante el último tramo de su carrera, ni el cáncer ni los avisos del corazón frenaron su pasión por tocar y escuchar aquella música que le había convertido en un maestro.
Actuó en
público por última vez, ya tocado de muerte, el 28 de marzo de 1997, con motivo
de su 64 cumpleaños, en un
concierto en el Palau de la Música de Barcelona, una actuación magistral en
la que interpretó temas de Ellington, Coltrane, Dexter Gordon, y Thelonious
Monk
Quizás os guste ver estos vídeos en los que el desaparecido presentador Juan Claudio Cifuentes, “Cifu”, la voz radiofónica del jazz, en su programa "Jazz entre amigos" de TVE dedicó este monográfico al pianista.
En esta entrevista, Tete Montoliu se define como un catalanista acérrimo, defensor de su idioma y su identidad. “Efectivamente, soy nacionalista, aunque no separatista, porque eso me parece un disparate. Creo que los catalanes tenemos la obligación de hablar el catalán entre nosotros y de hablar el castellano con quien no nos entiende”. Ante estas declaraciones, hoy, a pesar de ser la figura icónica en la que se convirtió para Catalunya y para la Música, una parte de la sociedad catalana le correría a gorrazos. Triste.
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