domingo, 24 de julio de 2011

Amy Winehouse

La voz rota y melancólica del soul británico se quebró para siempre

El mundo de la música está conmocionado por la muerte de Amy Winehouse, que hoy ha protagonizado las portadas de todos los periódicos. Incluso, como dice mi hijo, el MARCA, un diario deportivo habló de ello (el verano que trae pocas noticias con las que rellenar las páginas de los rotativos). Amy ha engrosado la lista del club maldito de los 27 y, seguramente en estos momentos, estará junto a  Jim Mórrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Kurt Kobain, Robert Johnson y Brian Jones (uno de los miembros originales de los Rolling Stones) buscando semblanzas y diferencias a sus 27 años de turbulenta vida.

No faltan, como siempre ocurre, los moralistas que hacen escarnio de la noticia. Más de
un video con su patética actuación en Belgrado el pasado mes de junio corre por ahí. Pero su muerte no sorprende a sus fans pues desde hacía tiempo se especulaba con este momento. De hecho, ya en 2008, una página web invitaba a participar en una apuesta para adivinar el día y la hora del fallecimiento de la cantante. El premio, un iPod. Además, la página ofrecía la posibilidad de enviar las condolencias por adelantado. Las constantes y lamentables actuaciones protagonizadas por Amy Winehouse hacían presagiar el temprano final. 


Está claro que las drogas matan y que ella, evidentemente, descendió a los infiernos muchas veces. Por eso 
se había sometido a varias curas de desintoxicación en los últimos años. Llevó una vida atormentada, es verdad.  Seguramente no supo gestionar bien su éxito ni su fama y conoció, por ello, el lado peligroso de la vida y las zonas más oscuras. Después de leer casi todo lo que se ha publicado sobre ella, desde su muerte (y antes) parece que su vida fue todo escándalo, dolor y sufrimiento. Pero hay otra cara de Amy Winehouse.


A mí, por ejemplo me parece admirable que una niña de 13 años empezara a escribir sus propios temas. Debutó en el panorama musical en el año 2003 con su álbum “Frank”. Este trabajo le valió una nominación en los Premios Mercury Music y un Ivor Novello Award en 2004, por su single Stronger than Me. Amy saltó al estrellato tras arrasar en la edición 2008 de los premios Grammy, donde fue galardonada con cinco premios por su segundo álbum “Back to Black” (2006) y el single revelación Rehab. A la Mejor Grabación, Mejor Canción del Año (ambos por Rehab), Artista Revelación, Álbum de Pop Vocal y Mejor Artista de Pop Vocal.

Nunca un disco en los últimos años había prometido tanto como “Back to Black”, una mezcla de jazz, pop, soul y rhythm and blues. Una versión moderna de Billie Holliday o Etta James que de haber seguido por otro camino nos habría dejado una imparable lista de éxitos que nunca conoceremos y jamás podremos escuchar.

Aunque su vida fue breve, Amy supone un antes y un después en el mundo del blues y del soul, géneros que estaban destinados a la desaparición por inanición en sus formas más puras, siendo presa constante de combinaciones con el rock, el pop y hasta el reaguetton. Sus emotivas y refrescantes canciones, con su maravillosa voz soul, siempre nos recordarán que como muchas personas con problemas, supo resaltar en su música sus propias vivencias y las de otros. Nos dejó maravillosas canciones que quedarán en la historia de la música de todos los tiempos.

La selección que he hecho de sus canciones es muy particular, lo sé, pero son tres de los temas que más me gustan de ella.








La muerte es un precio demasiado alto para conseguir el reconocimiento final de todo el mundo.

3 comentarios:

  1. Qué fácil es acabar siendo un juguete roto...

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  2. Y por cierto::: FELIZ CUMPLEAÑOS!!!!!

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  3. FELIZ CUMPLEAÑOS, VICTORIA!!! Pasa un día muy feliz en compañía de los tuyos. Gracias, como siempre por traernos música tan estupenda. Una verdadera pena...Un beso fuerte. Ángeles

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