miércoles, 30 de marzo de 2022

Niños prodigio. ¿Nacidos para la música o entrenados para ella? (I)

"¿Cuántos años crees que tiene esta pianista?" me pregunta Jesús. “Escucha cómo interpreta a Chopin”. Esta joven y virtuosa instrumentista se llama Alexandra Dovgan y, para mi sorpresa, tiene tan solo 15 años. Ni su expresión ni su lenguaje corporal lo dirían, parece mayor. Por lo que pude saber, el 28 de este mes ofreció un concierto en el Palau de la Música de Barcelona. Se  me ocurrió que sería interesente reflexionar sobre el fenómeno de los niños prodigio, algo que nos deja maravillados pero que a mí siempre me da que pensar.

"No miren la edad. No la limiten a la etiqueta de “niña prodigio”. Simplemente, sientan el prodigio de su música. Descubrirán a una gran pianista” escriben sobre Alexandra en Escena Sevilla en la promoción del concierto que dará en la ciudad el 4 de abril. “No es una niña prodigio. Es un prodigio, pero no toca como una niña”. Palabras del sobrio e impasible Grigory Sokolov. Si el mito vivo del piano contemporáneo, un artista que nunca ha gastado un minuto en su propia autopromoción, cree que Alexandra Dovgan, que a los 5 años fue admitida en la exigente Escuela Central del Conservatorio Estatal de Moscú, es ahora una pianista sencillamente extraordinaria es porque Alexandra Dovgan es una pianista extraordinariamente madura, como ya ha acreditado ganando cinco concursos internacionales y actuando con orquestas como la Filarmónica de Berlín. Tanto es así, que ya se ha realizado un documental sobre ella.

@Oscar Tursonov

Alexandra no ve Netflix ni usa redes sociales, pero sí los vídeos de YouTube, donde Sokolov se conmovió al encontrarla, con sus actuaciones con orquestas como la Sinfónica de Galicia, que nos retratan a una pianista no solo virtuosa sino con una gran capacidad expresiva, una portentosa concentración y una tremenda honestidad artística."Me pongo nerviosa cuando no estoy en el escenario, antes de empezar un concierto, pero en cuanto lo piso, me doy cuenta de que es momento de dejar de preocuparse y de pensar únicamente en la música" afirma en Clarín.

Pero Alexandra no es un caso excepcional. Todos los hemos visto en YouTube: el niño pequeño en el vasto piano tocando un repertorio técnica y musicalmente avanzado. Nos maravillamos de su destreza, su facilidad y, en la mayoría de los casos, la extraordinaria rapidez de sus pequeños dedos, mientras interpretan los "Estudios" más desafiantes de Chopin o conciertos completos para piano.

A Tsung Tsung, a los 5 años se le llamaba “el nuevo Mózart” y era invitado a prestigiosos programas de televisión para dar a conocer su talento, tras del gran éxito que habían tenido sus vídeos publicados por su padre en Youtube.

Portentoso ¿verdad? Sin embargo, no he podido confirmar que haya habido alguna trayectoria profesional.

“La música clásica se presta particularmente bien al fenómeno, porque requiere una habilidad técnica que es más fácil de adquirir a una edad temprana. Es fascinante para el público y los medios de comunicación. Ha habido en la historia occidental, una búsqueda constante del niño prodigio que no ha estado exenta de efectos perversos. Algunos, ya adultos, se quejaron de haber sido obligados a trabajar demasiado. En algunos casos, incluso se cansaron de su instrumento. Además, el término “niño prodigio” se usa en exceso. Está cargado de un sesgo ideológico que data del siglo XVIII, época en la que se creía que ciertos seres habían recibido un regalo de los dioses”, explica Danick Trottier, musicólogo y subdirector del Laboratorio de Música, Historia y Sociedad del Observatorio de creación e investigación interdisciplinar en música.

Foto vía musicabarroca

Los prodigios musicales, pues, no son un fenómeno nuevo: El joven Mozart emocionó a la sociedad del siglo XVIII con sus interpretaciones y composiciones; Chopin publicó su primera pieza a los siete años y comenzó a actuar un año después. Beethoven, Schubert y Mendelssohn fueron descritos como prodigios. Sin ir tan lejos, Evgeny Kissin, Daniel Barenboim, Martha Argerich o Yehudi MeNuhin impresionaron al público con menos de diez años. Los niños prodigio nos han asombrado con su raro talento durante siglos y muchos se convierten en las estrellas musicales definitivas de su época. De igual manera, los "mini Mozart" modernos siguen una larga tradición ¿Por qué los prodigios, y en concreto los prodigios musicales, nos fascinan y provocan tanto asombro? Fundamentalmente, por la incongruencia de ver a un niño, especialmente a un niño muy pequeño, participando en lo que generalmente se considera una actividad adulta para la cual el conocimiento, la madurez, la profundidad emocional y el arte son ingredientes esenciales. 

Como los que demuestra Stelios Kerasidis, otro prodigio del piano que ya había tocado tanto en el Carnegie Hall de Nueva York como en el Royal Albert Hall de Londres a la edad de 7 años. Este joven pianista griego compone su propia música y toca sus piezas con también una destreza excepcional para su edad. Stelios compuso durante el confinamiento Isolation Waltz. La obra, su tercera composición, fue escrita especialmente “para las personas que sufren y las que se aíslan a causa del Covid-19”, "¡Hola chicos! Soy Stelios. Seamos un poquito más pacientes y pronto estaremos nadando en el mar”, agrega antes de comenzar a tocar. A raíz de la invasión de Ucrania ha compuesto Estudio contra la guerra (Anti-War Etude) una melodía con la que pide el fin de la guerra. "Con esta pieza me gustaría enviar un mensaje musical de paz a todo el mundo”, ha explicado el joven artista. Al final de la actuación, el pequeño baja la cabeza, las luces se apagan y aparece un cartel que dice "Please Stop the War"."Mis armas son mi piano y mis notas" dice. 

Los verdaderos prodigios son capaces de funcionar a un nivel adulto avanzado en disciplinas como la música, las matemáticas o el ajedrez (no ocurre lo mismo con las humanidades ni con las artes plásticas) antes de los 12 años, por lo que nos maravillamos antes estos jóvenes que parecen demostrar, a su tierna edad, tales logros. ¿Talento? ¿O quizá tan solo un gran trabajo y estudio desde muy pequeños, empujados por su entorno? Aunque suele tomarse como un hecho impresionante la existencia de niños prodigios en la música, lo cierto es que se duda sobre si estos nacieron para el arte musical o, ante la demostración de cierta habilidad, han sido exhaustivamente entrenados para ello. ¿Es bueno dedicar tanto tiempo al estudio para alguien tan joven?, me pregunto.

Foto vía juanvalflauta

Seguro que hay ejemplos para todo.  La pianista china Tiffany Poon, comenzó a interesarse por la música por su cuenta cuando tenía 2 años. Trató de imitar, en un piano de juguete, las melodías que escuchaba en la televisión. Al ver su interés, sus padres la alentaron. Pronto, Tiffany prefirió la tienda de discos a la juguetería A los cuatro años y medio, comenzó sus lecciones de piano. Tres años después, ya practicaba de tres a cuatro horas diarias, con el apoyo constante de su madre.

A pesar de los sentimientos contradictorios que me provocan, he de reconocer que a menudo caigo rendida ante alguno de estos niños-músicos. Me pasó con Elisey Mysin.

Quienes me conocen bien saben de mi pasión por Chopin. Pero escucharlo interpretado por este niño con cara de querubín, cabello rubio, ojos azules, naricita respingada y unos mofletes adorables que al sonreír dejan ver unos hermosos hoyuelos, me dejó sin aliento. En un programa de televisión ruso de 2018, Elisey Mysin se convirtió en el centro de atención interpretando el suave y expresivo Nocturne de Frédéric Chopin en do menor. Sus pequeñas manos se mueven por un teclado completo con considerable técnica y con un enorme poder emocional. La madurez de su interpretación es impresionante. Mysin tenía solo 7 años en ese momento. Ahora tiene 11.

Lo primero que supe de él fue por este video que un día se cruzó en mi camino, (el “Gran Hermano” sabe que me encanta la música, Chopin y los niños) tocando el Concierto número 13 de Mozart en la ciudad de Naberezhnye Chelny, Rusia.

 Fijaos cómo con sus ojitos de niño mira con suma atención a la orquesta para saber cuándo debe tocar su parte. Y es evidente que disfruta de lo que interpreta y de los aplausos de un público complacido. ¿Quién podría pensar que unas manos tan pequeñas podrían recorrer siete u ocho octavas en un escenario de un teatro lleno de gente, cuando no llega ni a los pedales? Cuando camina, con su elegante traje, sus cortas piernecitas tienen toda la prestancia de una persona adulta. Elisey viste como adulto, toca el piano como un adulto, saluda al público como lo haría un músico adulto. Pero es un niño.

Estos niños prodigios siempre me provocan sentimientos encontrados. Ver tocar a Elisey es un placer. Sus interpretaciones producen asombro, admiración. Sus presentaciones públicas empezaron antes de que pudiera sentarse en el banco del piano fácilmente, sus pies aún no alcanzaban los pedales, pero su compostura acalla cualquier duda. Sin embargo no puedo dejar de cuestinarme ¿qué infancia han tenido estos jovencísimos pianistas? Hay que dejar que los niños sean niños, pero sin cortarles las alas ni cercenar ese maravilloso talento natural, dicen. Y eso, ¿cómo se hace? Seguramente es que los genios se hacen así, a fuerza de perder la infancia. Luego le escucho feliz, sereno, explicar su historia de amor con el piano, cómo expresa lo que siente, cómo fluye su discurso, y ya no sé qué pensar.  Juzgad vosotros mismos.

Hay muchos más jovencísimos músicos prodigiosos, no solo pianistas. Prodigios del violín, la guitarra, el arpa, la trompeta, incluso el bajo o la batería llenan las redes sociales. Eso sin contar las voces. Creo que, para no dejarnos llevar por la fascinación inconsciente, vale la pena profundizar sobre su infancia, sus estudios, sus problemas. Pero esto los dejaremos para la próxima entrada.

Cuidaos mucho. Y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. ¡Y no a la invasión rusa! ¡Libertad para Ucrania!

Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. Добрий вечір


domingo, 20 de marzo de 2022

DakhaBrakha, la energía del pueblo ucraniano o la teoría del caos étnico

Mi nueva propuesta para este espacio nocturno y alevoso puede sorprender. Tiene poco de intimista, de la música para dejarnos llevar que acostumbro (no siempre) a compartir con vosotros. Fue, una vez más, Kepa Osoro Iturbe quien me dio a conocer este grupo a través de su perfil de Facebook. Parafraseando sus propias palabras, está más que justificado acompañar esta noche con la asombrosa música de la banda ucraniana de folk rock contemporáneo DakhaBrakha. No hacen falta demasiadas explcaciones. Solo os diré que este fascinante cuarteto ucraniano, en su álbum “The Road” (2016) hace gala de la inequívoca identidad de Ucrania defendiendo su independencia, dedicando su disco a “todos aquéllos que dieron sus vidas por nuestra libertad, a aquéllos que continúan guardándola y a todos aquéllos que eligen el desafío de ser libres sin perder la esperanza”.

Imagen de conucrania

“The Road” fue escrito en medio del conflicto en el este de Ucrania. Su objetivo era hacer un álbum que pudiera unir una tierra que se estaba desgarrando. El protagonista del disco es un chumak cuyo viaje parece estar cosiendo el país. La historia comienza con la canción Oy ishov chumak (Oh, There Went a Chumak).

Los cuatro músicos multinstrumentistas que forman la banda, Nina Garenetska, Olena Tsibulska, Iryna Kovalenko y Marko Halanevych, tocan una gran variedad de instrumentos de percusión de todo el mundo: violonchelo, piano, yembe, bombo, zhaliyka, flauta, buhay, acordeón, ukelele; derbaketabla,   didyeridúarmónica, cajón, arpa judía, e incluyen ritmos étnicos de otras tierras al igual que ritmos actuales.

Aún más impresionantes son las voces, armonías superpuestas con ruidosos cantos de pájaros, espeluznantes silbidos y gemidos, y el falsete de Halanevych. Las voces polifónicas de las tres mujeres están cerca de lo que se puede escuchar en un pueblo ucraniano, pero modifican el compás para combinarse con ritmos y texturas que subyacen en las melodías.

Parte de lo que hace que el grupo sea impredecible es que tratan los instrumentos como un medio, en lugar de algo que se domina como un fin en sí mismo. Es una estética que no rechaza la búsqueda del virtuosismo, sino que lo esquiva en favor del collage sonoro.

El cuarteto se formó en 2004 como banda residente de la compañía de teatro experimental DAKH de Kiev. Después de su debut en América del Norte en el Festival Luminato de Toronto en 2013, el grupo ofreció actuaciones que entusiasmaron en el globalFEST de Nueva York y en Bonnaroo. La revista Rolling Stone declaró la banda como la "mejor revelación" del festival.

A medida que recorrían el mundo, incorporaban instrumentos y ritmos en el camino, mientras se aferraban a las canciones tradicionales en las que han estado inmersos desde su nacimiento, canciones que las tres intérpretes femeninas, todas formadas en folclore y etnomusicología, han investigado durante años en aldeas rurales de Ucrania. La música folclórica ucraniana temprana, como casi toda la música tradicional, giraba alrededor de eventos rituales tales como cosechas, fiestas religiosas, bodas y funerales, sobre todo bodas, que acompañaban de elaboradas y largas actuaciones musicales; grandes grupos de mujeres interpretaban canciones con docenas de estrofas. Por ello, el sonido característico del folk ucraniano incluye varias voces femeninas cantando en armonías estrechas y entrelazadas. A diferencia del estilo clásico occidental, que valora una pequeña posición de la garganta en el registro alto, los cantantes ucranianos usan una garganta muy abierta para producir un tono brillante y potente.

Foto de Dice FM

Uno los principales rasgos de este grupo es la gran influencia del arte teatral en sus espectáculos. Huella heredada del creador de este cuarteto, el innovador director Vladyslav Troitskyi. Hasta que escuchas su música, lo más sorprendente de la banda es lo que llevan sobre sus cabezas. Hechos de gruesa lana de cordero negra, los altísimos sombreros del grupo evocan un mundo lejano de cosacos y pastores, complementando los tradicionales vestidos de novia de encaje con collares de cuentas densamente drapeados y túnicas bordadas. La música de la banda es igual de fascinante y cautivadora que su atuendo.

El nombre es original, sobresaliente y auténtico al mismo tiempo. DakhaBrakha significa "dar/tomar" en el antiguo idioma ucraniano. La banda "da y toma" presentando su propia versión de la identidad cultural ucraniana contemporánea, celebrando sus raíces mientras abraza la música de otras tradiciones. Los propios artistas de la banda bautizaron su estilo como “etno-caos”, porque estrictamente hablando, no es música folclórica ucraniana, es una mezcla; una reinterpretación anárquica de canciones folclóricas ucranianas tradicionales mezcladas con influencias eclécticas como sonidos de Medio Oriente, tártaro de Crimea, inglés, alemán y ruso. Esta yuxtaposición de influencias tradicionales, modernas e internacionales supone un ideal de intercambio cultural en un mundo globalizado. DakhaBrakha quiere mantener la identidad cultural ucraniana viva en el actual clima político y social, revigorizando las prácticas culturales tradicionales y haciendo la música tradicional más accesible para el público más joven.


No hay duda de que cada nación tiene su propia cultura tradicional. Y para cada nación, las canciones populares son absolutamente únicas. Esta es la diferencia entre la cultura popular y la cultura pop, que hoy, en general, es la misma. Las canciones populares se originan en la antigüedad, son potentes porque pasaron la prueba del tiempo y, si se conservan, transmiten una corriente de energía muy fuerte. “Estas son las canciones que nos llegaron; es con esas canciones que trabajamos. Las canciones populares son nuestra inspiración, una fuente de creatividad y, de hecho, nuestra fuerza, afirma el líder del grupo en esta entrevista, La gente está lista para percibir, ver y entender la canción auténtica en la forma en que la mostramos al mundo, en experimentos, fusión, en ethno-house, sin entender palabras, textos o significados. La gente entiende la música, y la música es un lenguaje universal”.

Los cuatro miembros del conjunto se ven a sí mismos como embajadores de la cultura ucraniana. “Es importante mostrarle a la gente nuestra música y nuestra rica cultura, que somos personas reales, de mente abierta, y no fascistas o algún tipo de enemigo”, dice Halanevych antes de un concierto en Berkley, en 2018 “La gente de todo el mundo no sabe nada de nosotros excepto Chernobyl. Queremos ser un país democrático y no queremos volver al totalitarismo”.

Foto de Bay Area Balkan

DakhaBrakha no ha invocado la política durante sus actuaciones, pero desde que Rusia se apoderó y anexionó Crimea y apoyó a los separatistas en el este de Ucrania, sitiando y amenazado una vez más a los ucranianos, en cada espectáculo han querido ayudar a crear conciencia sobre la identidad independiente de Ucrania, abogando con sus canciones por la total independencia política y cultural país. En sus conciertos, a menudo se ven banderas ucranianas para expresar apoyo a la independencia. “Durante más de 300 años, Ucrania no existió en el mapa político del mundo”, declaró Halanevych en 2016. “La tarea que nos proponemos ahora es revelar Ucrania al mundo y, lo que es más importante, a nosotros mismos: los ucranianos”.

Desde el inicio de la invasión, el grupo ha dado muchas entrevistas y comentarios a los medios occidentales, escribiendo llamamientos y peticiones de apoyo y solidaridad. Sin embargo, declaran en su perfil de Facebook en nuestra opinión, y como nos convencen nuestros amigos, el arma más eficaz son los conciertos de DakhaBrakha. Porque necesitamos más amigos, más simpatizantes y empatizadores. Y aquellos que están listos para ayudar, que están listos para exigir el apoyo de Ucrania a sus gobiernos. ¡Creemos en la victoria, trabajamos por la victoria! ¡Gloria a Ucrania! 

Hasta la próxima. Cuidaos mucho y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. Y ¡No a la invasión rusa, libertad para Ucrania!

Buenas noches. Bona nit. Добрий вечір Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. 

Otras fuentes
https://es.laphil.com/musicdb/artists/74/dakhabrakha
https://desinformemonos.org/dakhabrakha-musica-que-nace-y-renace-en-ucrania/
https://culturacolectiva.com/musica/nace-un-nuevo-orden-musical-dakhabrakha/
https://www.ubu.es/sites/default/files/news/files/drakhabrakha.pdf
http://www.losfestivaleros.com/2017/09/entrevista-dakhabrakha-sziget.html
https://conucrania.com/2016/01/06/dakhabrakha-la-energia-de-pueblo/
https://celebrity.land/dakhabrakha-una-banda-de-kiev-vio-venir-una-guerra/


miércoles, 2 de marzo de 2022

Recordando a Thelonious Monk en el 40 aniversario de su muerte

 "Una nota puede ser tan pequeña como un alfiler o tan grande como el mundo, depende de tu imaginación" (Thelonious Monk)

El pasado 17 de febrero se cumplió el 40 aniversario del fallecimiento del pianista y compositor de jazz, Thelonious Monk. En sus tan solo 64 años de vida Monk compuso, tocó y grabó algunas de las mejores y memorables composiciones del siglo XX. De hecho, hay quien lo considera el mejor compositor de su época, por delante, incluso, de Duke Ellington. Su estilo, su visión musical... para muchos amantes del jazz no había nadie que sonara como él. No antes, no desde entonces. Monk fue un verdadero atípico, incluso en el mundo del jazz. Bien es cierto que su música puede ser desafiante, pero siempre gratificante, llena de melodías clásicas y con una interpretación increíble.  La originalidad como compositor y pianista de este inconformista hicieron de él alguien permanente donde quiera que se escuche jazz. Es un buen momento para recordarle.

Fotografía de Hotel Kafka

Nacido en Rocky Mount, Carolina del Norte, como “Thelius” Monk, sus padres lo llevaron a la ciudad de Nueva York cuando era niño. Aunque se ha barajado su año del nacimiento entre 1918 y 1920, el crítico del Times e historiador de jazz Leonard Feather afirmó tener una copia de un certificado que indica el 10 de octubre de 1917 como la fecha de nacimiento.

Fotografía de Ibero 90.9

Monk comenzó a tocar el piano de oído a los 6 años y aunque tomó algunas lecciones unos años más tarde, fue en gran parte autodidacta. Parte de su educación fue escuchar a pianistas de jazz legendarios como Fats Waller, James P. Johnson, Earl “Fatha” Hines, Duke Ellington y Teddy Wilson, a quienes admiraba mucho pero a los que no imitaba directamente. A los 13 años, Monk tocaba en bandas locales en Harlem y en "fiestas de alquiler" donde los pianistas tocaban a cambio de unos aplausos y alguna monedas. A los 16 años dejó la escuela secundaria para dedicarse a tiempo completo a la música, tocaba el órgano en una iglesia local y también pasó dos años de gira por el país acompañando a una pastora evangelista y sanadora. “Ella curó y yo toqué”, recordó muchos años después.  

Fotografía JAZZITIS

Pero su primera experiencia significativa con el jazz se dio en los tiempos que precedieron a la Segunda Guerra Mundial cuando Monk tocaba en una banda en Minton's en Harlem, un importante punto de encuentro para músicos. El lugar era conocido por sus jam sessions y sus “duelos musicales” en los que los más valientes se subían al escenario a mostrar sus habilidades, acompañados por la banda del local. Mientras tocaba e intercambiaba ideas musicales avanzadas con gigantes como el saxofonista Charlie Parker, el pianista, Bud Powell el guitarrista Charlie Christian, el batería Kenny Clarke y el trompetista Dizzy Gillespie, Monk fue uno de los inventores de la otrora controvertida e innovadora forma de jazz conocida como be-bop. Aunque su estilo musical fue descrito como poco ortodoxo, anguloso, sobrio y sombrío, los hípsters llamaban a Monk “El Sumo Sacerdote del Be-bop”. 

Foto de Radio Gladys

Entre mediados de los 50 y mediados de los 60, después de más de dos décadas de relativa oscuridad, Monk dio el salto como músico, compositor y celebridad del jazz, aunque su carrera sufrió un revés en 1951 cuando fue arrestado y cumplió una pena de 60 días de cárcel por posesión de heroína. Un cargo falso que asumió por no delatar a su amigo Bud Powell. Este hecho le privó de su licencia para actuar en Nueva York, lo que lo obligó a buscar trabajo en Brooklyn y en otros lugares durante seis años. También se vio obligado a depender de la asistencia financiera ofrecida gratuitamente por su patrocinadora, la baronesa Pannonica de Koenigswarter, la aristócrata que desafió al racismo, que también era amiga íntima de Parker (en su apartamento murió el saxofonista en 1955).

Durante su carrera, el solitario pianista fomentó la reputación de verdadero excéntrico. Con barba de chivo, elegante y con cierto aire solemne, a Monk le encantaban los sombreros (los de piel y los casquetes chinos eran los favoritos) y las gafas de sol. También se destacó por un hábito que le caracterizaba durante las actuaciones: mientras otros músicos continuaban tocando, Monk se detenía, se ponía de pie y bailaba por unos momentos antes de volver al piano.

Su estilo de vida era a veces extraño. Vivía recluido y era difícil hablar con él; ocasionalmente cayó en silencios que duraron días. También pasaba días sin dormir, merodeando por su apartamento en el barrio de San Juan Hill de Manhattan o deambulando por las calles; incluso de vez en cuando iniciaba extraños bailes en la acera.

Foto de Infobae

Algunas de sus intervenciones pública suponen una muestra de su personalidad. Una vez comentó:Un hombre es un genio solo por parecerse a sí mismo” El entrevistador preguntó: "¿Quién ha tenido la mayor influencia en su forma de tocar, Sr. Monk?" a lo que respondió, “Bueno, yo, por supuesto”  También era dado a hacer comentarios misteriosos, como "¡Siempre es de noche o no necesitaríamos luz!” a lo que los cultistas se inclinaban a atribuir significados más profundos de lo que probablemente pretendía (seguramente, epatar). Aunque en ocasiones la excentricidad puede confundirse con la genialidad, para Monk ambas significaban lo mismo.

Thelonious Monk nunca quiso convertirse en émulo de sus predecesores ni en modelo de boppers, pero lo fue. Fraseos angulosos y disonantes, percusiva pulsación y asimetría estructural y rítmica, sostenidas en una sobria y disidente interpretación del blues, perfilaron un estilo impar, reforzado por un imbatible filón compositor. A lo largo de su vida, Thelonious Monk compuso unos setenta temas que tocó una y otra vez en los más diversos contextos: solo, en trío, en cuarteto, en sexteto, con big band. Esas piezas, en virtud de las muchas interpretaciones realizadas por otros músicos, hoy son standards del repertorio jazzístico; vale decir, temas que todo el mundo conoce y que todos tocan para medirse con ellos y con otras versiones precedentes. Además, Monk grabó muchos discos en su época y, para los no iniciados, hojear su catálogo puede ser desalentador. Hay tantos discos... todos con grandes portadas y mejor música... así que, ¿por dónde empezar? La composición más famosa de Monk es Round Midnight, el standar compuesto por un músico de jazz que más veces se ha grabado. En allmusic.com aparece en más de 1.000 álbumes. Se cree que Monk compuso originalmente la canción en algún momento de 1940 o 1941.

Aunque Monk fue miembro de la orquesta Lucky Millinder en 1942 (con Gillespie), la mayor parte de su carrera la dedicó a la interpretación en solitario o como líder de tríos o cuartetos. Los más notables fueron un cuarteto de 1957 con el saxofonista John Coltrane, un cuarteto de gran éxito en el entonces famoso Five Spot Cafe, y otro con Charlie Rouse

Hubo algunos momentos increíbles entre sus grabaciones, per ejemplo, una sesión en la víspera de Navidad de 1954 cuando grabó Bags' Groove con Miles Davis All Stars. Este disco se convirtió en una de las piedras angulares del movimiento post be-bop.

Con Jack Murray compuso en 1959 la banda sonora de la película de Roger Vadim "Les Liaisons Dangereuses". A mediados de la década de 1960, ya Monk era una estrella internacional del jazz con seguidores de culto, especialmente en Europa.

 A principios de los años 70, continuó actuando con éxito en clubes y festivales de jazz, generalmente al frente de un cuarteto. Su última actuación publicitada en Los Ángeles fue en 1972 en “Shelley's Manne Hole”. Misterioso, Straight, No Chaser, Ruby My Dear, Epistrophy y Blue Monk son algunos de sus rutilantes temas.

Para sus detractores, Thelonious Monk fue apenas un maníaco depresivo con rasgos esquizoides. Para sus seguidores, una de las figuras más rutilantes de la historia del jazz. El crítico de la revista New Yorker, Whitney Balliett, escribió que, aunque las melodías de Monk “rebosan de disonancias y ritmos que a menudo dan la sensación de perderse el último paso en la oscuridad, por lo general están escritas en riffs simples que rara vez se desvían de las estructuras de acordes aceptadas. Lo mejor . . . muestran la melancolía de canciones de cuna puras y no sentimentales”.

Foto de Cultura Blues

Dizzy Gillespie, que conocía a Monk desde 1937, cuando murió su amigo expresó el duro golpe que su pérdida supuso para la música. “La contribución de Monk realmente no ha llegado a buen término”, dijo Gillespie. “La gente no le ha dado el crédito que se merece; probablemente tomará un poco más de tiempo mostrar su verdadera influencia en la escena musical de Estados Unidos. Pero estoy seguro de que cuando todo esté dicho y hecho, se mantendrá tan alto como cualquier compositor o instrumentista que haya producido Estados Unidos”.

Hace 40 años el mundo perdió a un gran músico, un verdadero visionario del jazz. Pero este dejó atrás un inmenso trabajo más diverso y desafiante que la mayoría de sus contemporáneos. Seguro que hay otros artistas de jazz que inmensos, pero ninguno de ellos fue la mitad de interesante que Thelonious Monk. El reconocimiento que se merecía llegó tarde. En 1993 ganó un Grammy póstumo y en 2002 una mención especial del Premio Pulitzer. Parece que, poco a poco, el mundo se fue poniendo al día con Monk.

Fotografía de Deezer

 Hasta la próxima. Cuidaos mucho y cuidad la Cultura para que ella cuide de nosotros. Y ¡No a la invasión rusa, libertad para Ucrania!

Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير. Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト    Buonanotte. לילה טוב.  Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Sula bulungi. Добрий вечір

Otras fuentes.
https://boingboing.net/2022/02/17/thelonious-monk-40-years-after-his-death.html
https://www.infobae.com/cultura/2020/11/16/palo-alto-el-dia-que-thelonious-monk-derribo-las-barreras-raciales-con-un-pequeno-concierto-en-una-escuela-secundaria/
https://www.infobae.com/cultura/2022/02/17/40-anos-sin-thelonious-monk-el-genio-inimitable-que-transformo-el-jazz-moderno/
https://jazzmusica.hypotheses.org/318
https://medium.com/los-inrockuptibles/los-5-discos-fundamentales-de-thelonious-monk-94e5eb2b1c36
https://www.jotdown.es/2019/03/las-esferas-de-thelonious-monk/
https://medium.com/los-inrockuptibles/los-5-discos-fundamentales-de-thelonious-monk-94e5eb2b1c36