La primera vez que escuché a Melanie de Biasio fue hace ahora más o menos 6 años, cuando se anunció en los medios jazzísticos su primera actuación en España, en el Cartagena Jazz Festival. Me gustó mucho, así que anoté su nombre en la lista (siempre las listas ordenando mi cabeza y mi vida) a la que van a parar aquellas voces o artistas que me impactan, sorprenden, emocionan o despiertan mi curiosidad. Y allí se quedó, a la espera de que algo me volviera a conectar con su nombre y zambullirme en su voz para compartirlo luego con vosotros. Por fin sucedió, cuando Facebook me recordó que hace un año volvió a participar en el mismo festival. El viaje a través de su trayectoria ha sido espectacular.
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Esta cantante belga, gamine y de voz suave, compositora, multinstrumentista y productora nació en Charleroi, Bélgica, en una familia italiana originaria de Venecia, y creció escuchando a María Callas, David Bowie, Pink Floyd y Jeff. Buckley. Si bien estos nombres no influenciaron su música, sí que fueron importantes para abrir su mente y desarrollar su sensibilidad artística. Seis años después de haberla descubierto, he podido comprobar que su marca registrada sigue siendo la misma: un sonido oscuro pero lleno de sensualidad. Inicialmente, se hablaba de ella como “una nueva voz del jazz”, aunque del jazz “d'autres univers”, de otro mundo, por así decirlo, una definición muy acertada, sin duda, tal y como se puede apreciar profundizando en su corta discografía.
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Su primer álbum “A Stomach Is Burning” (2007), reconocido como el mejor álbum de jazz de ese año en los premios nacionales Les Octaves de la Musique de su Bélgica natal, un álbum vocal de jazz en directo, está muy cerca del sonido “humeante”, por decirlo de alguna manera, con el que sueñas tropezar en un pub o club de jazz. Preferiblemente en París o Nueva York en, digamos, 1959. (¿os hacéis a la idea?) Este disco me ha atrapado; quizás de todos el que más. Los tiempos que nos están tocando vivir no son ajenos a esta emoción, supongo. El suyo, digámoslo de salida, es un discurso minimalista y oscuro, verdaderamente vanguardista (encajaría perfectamente en el MOMA, en la Tate Modern o en el Reina Sofía) No es amable, pero sí extraordinario, algo verdaderamente diferente, audaz, arriesgado e, insisto, artístico, en el sentido más global de la palabra arte. Y también misterioso y sombrío: negro es su color.
He elegido estas cuatro canciones como podía haber elegido otras cuatro ¡O todas!. Quizás le debería haber dedicado un monográfico a su primer álbum. Por ello os propongo que cuando necesitéis refugiaros en vosotros mismos, cerreis los ojos y escuchéis todo el disco. En cada tema, De Biasio transmite sus estados de ánimo, lo que le hace cantar, lo que a veces le quema el estómago, lo que le da energía para plasmar sus sentimientos en notas, palabras, y compartir todo ello con nosotros, a su manera. No os extrañéis si mientras la escucháis sentís un escalofrío. Su “fuego”, ese que siente en el estómago, importa; es un fuego que se extiende entre las personas que la escuchan.
Voy a hacer un paréntesis para incluir este video de una actuación de 2008. La cantante belga interpreta My Man's Gone Now un tema de la ópera de Gershwin, Porgy and Bess, incluído en el álbum. En esta ocasión, lo que más me ha sorprendido es su imagen.
Han pasado 7 años. “Me gusta el espacio en la oscuridad porque puedes imaginar tantas cosas”. De Biasio se refiere con ello en esta entrevista al ambiente inquietante y nocturno de su segundo álbum, “No Deal”, aparecido después de un largo silencio.
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“Cuando voy al cine, eso es lo que realmente me gusta”, continúa, “estar sumida en las tinieblas y poder imaginar tantas cosas. Creo que también es luminoso, en la oscuridad están todos los colores". Sin embargo, a pesar de sus tonos aparentemente monocromáticos, una atmósfera muy sombría y su instrumentación minimalista, todo el disco, canciones que luchan existencialmente con temas de amor y vida (qué haría yo sin el translator), está salpicado de fragmentos relucientes. Aunque, para mí, sobre todo resplandece su fascinante voz. Me hipnotiza.
“No Deal” no respira alegría. Son siete canciones a través de las cuales su propia voz fluye con gracia, a veces desapareciendo por completo. La estética de “menos es más” del álbum impregna la música de manera casi cinematográfica. Quizás por ello ha expresado en más de una ocasión que en el futuro le gustaría componer bandas sonoras de películas. Sin embargo, sobre todo quiere que su música estimule la imaginación de las personas. “Quiero difundir buenas vibraciones y realizar conciertos y compartir mi música, y espero que este disco le dé un espacio al oyente para soñar, descansar o pasar un buen rato”, dice. "Lo importante para mí con “No Deal” era crear un espacio sin tiempo y dejar que el oyente pusiera sus propias emociones".
La cantante también toca la flauta, un instrumento que estudió en el Conservatoire Royal de Bruselas. Fijaos que buena instrumentista es, también.
Venerada por muchos en su país natal como la Billie Holiday belga (para ser justos, es cierto que también hay algo inquietante en su voz), desafía esta comparación con la icónica cantante en su versión de I'm Gonna Leave You de Nina Simone, un tema que De Biasio reinventa brillantemente.
“No Deal” alcanzó el top 5 en Bélgica. El disco enamoró entre otros al DJ de la BBC , Gilles Peterson, quien le propuso coordinar un disco de remezclas: “No Deal Remixed” (2014) Para ser sincera, olvidaos de este experimento. Este “remixed”, es decepcionante; le falta alma. Me suena a un tocadiscos bajado de revoluciones con mezclas que totalmente disruptivas. Una oportunidad perdida para hacer algo realmente interesante con una materia prima tan fantástica.
(Aquí debería insertar uno o dos vídeos de este trabajo, pero os los evito...aunque quizás sea cosa de la edad... de la mía, quiero decir)
Sigamos, pues. Con la crítica del mundo del jazz y el
público de clubs ya conquistados, ¿qué sería lo siguiente? ¿Era el momento de
hacer algo más accesible, como un par de singles pop, por ejemplo? Pues, todo
lo contrario. Melanie nos apabulla con “Blackened
Cities”, una continuación de su trayectoria nada al uso, consistente en un
único tema de 24 minutos y 19 segundos. La cantante pasa por alto los géneros, los
mastica, los fusiona, se apropia de la atmósfera y nos ofrece un cuaderno
sonoro de viaje, grabado en directo en estudio con su banda habitual, un
trabajo basado en sus impresiones de las ciudades posindustriales que De Biasio
visitó en su gira internacional: Detroit, Mánchester, su Charleroi natal,
Bilbao... Ciudades de fachadas ennegrecidas pero orgullosas de sí mismas, luchando
por sobrevivir. Eco sonoro de paisajes industriales. Economía acústica en un
extraño equilibrio emocional. Escuchad el humo arremolinándose sobre la ciudad.
¿O es viento? Una voz de sirena está
llamando a través del humo y el silencio. No hay mucho de la voz de Melanie en el
álbum. No se trata sólo de ella, se trata del paisaje urbano y su creación, de
hacer que cobre vida.
Llegamos a 2017. Son años difíciles, extraños y confusos, que mueren ahogados bajo toneladas de soluciones a la crisis que no llegan, de anuncios de futuras “grandes cosas”, de objetos de deseo al alcance de unos pocos. Años frágiles como el papel de arroz. Como si el mundo fuera un supermercado gigante de cuyas estanterías podemos sacar lo que más nos gusta, pequeñas cosas producidas de forma económica, rápida y sin otro interés que el lucro. El capitalismo de rostro humano no llegó. En medio de ese desconcierto, esta cantante de jazz que, debido a una infección pulmonar que contrajo en una gira se retira con un ordenador y algunos instrumentos, y tan sólo con su talento, crea “Lillies”, última entrega hasta la fecha de Melanie de Biasio.
Si lo comparamos con el inmediatamente anterior, el álbum parece más luminoso, más cálido, más "pop". Pero es una falsa impresión. Lo que viene de la soledad sólo puede ser una representación de la propia profundidad. Y ya sabemos que lo profundo acostumbra a ser oscuro si no lo iluminas desde fuera. Los temas siguen siendo sombríos y perturbadores, aunque un poco más sofisticados. La apertura, por ejemplo, de Your freedom is the end of me (Las lágrimas no son sangre, pero cómo fluyen), no es el mejor estímulo para provocar una sonrisa.
En el siguiente video, Brother, unos acordes de guitarra acompañan maravillosamente la voz autosuficiente de Melanie. Y el tiempo se detiene. (Hermano. Sabemos que es un camino difícil para cada uno. Pero juntos haremos que la libertad llegue.)
Cuando en 2017 la entrevistaron en París para la presentación de “Lilies” le preguntaron ¿Cómo definirías tu universo? Su respuesta puede sorprendernos: Jazz o no Jazz, no me encuentro en todos estos términos, pero a la vez, necesitamos este tipo de referencias. Me vienen a la mente las palabras atmósfera y espacio, también diría cinematográfica y Orquesta Cinematográfica. Sin embargo, para ella “Jazz significa libertad” “Es libertad para transmitir el estado de ánimo en el que se encuentra en el presente. En mi música hay mucha improvisación, pero no es una improvisación de jazz con muchas notas o virtuosismo. Para mí, improvisar significa construir algo. Cuando actuamos en directo tenemos repertorio, pero las canciones se eligen quince minutos antes del show. Todos mis conciertos se construyen mediante la improvisación colectiva basada pero no sabemos cómo va a ser y es diferente en cada concierto”. Espero ansiosa que pase por aquí para poder disfrutar de verla en directo.
Imágen de RREVERB.com |
Se acabó. Después de tantas horas dedicación, de saborear cada tema, la conclusión es una: Si obviamos “No Deal Remixied”, considero que no hay una canción de Melanie de Biasio que no valga la pena escuchar. Creo que puede conectar intensamente con ciertos estados de ánimo de los que nadie nos libramos.
Como despedida, os explicaré una anécdota. Hace unos días me reía de mi misma (es muy sano). Buscando una de mis publicaciones de años atrás puede ver la evolución de este blog, cómo al inicio eran entradas de una sola canción con textos relativamente cortos, y cómo han ido evolucionando a entradas cada vez más detalladas y profundas sobre la trayectoria del artista protagonista nocturno. ¡Qué locura!, pensé. ¡Tengo el comportamiento de una adicta! Y me conjuré a que en el siguiente post (éste) sería más comedida. Así que, si habéis llegado hasta aquí, gracias, porque el fracaso de mi propósito ha sido absoluto.
Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト Buonanotte. לילה טוב. Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie.
¡Cuidaos mucho!