Me echo de
menos. Parecerá un sinsentido pero hay temporadas en las que, con permiso de San Juan de la Cruz,
vivo sin vivir en mí. Es como estar montada en un tren sin frenos que me lleva
a toda velocidad pero que nunca llega a su destino. Pero esta vez, el viaje ha
durado demasiado. Desde el 21 de mayo que no aparezco por aquí. Cada final de
curso me cuesta un poco más todo. Y cuando acaba el curso, sigue sin acabar…
Para
resarcirme, esta noche le voy a dedicar este espacio a una guitarra y una voz
muy especiales. Los grandes guitarristas no son solo individuos bien entrenados
que comenzaron a tocar desde la cuna, como algunos niños prodigios que nos
encandilan por las redes. La mayoría son personas normales, que un día se
dieron cuenta que estaban destinadas a emitir sonidos que al resto de los
mortales nos provocarían admiración. Este es el caso.
Cuando Dave Stewart, de Eurythmics, se topó con una
adolescente guitarrista de blues, no necesitaba saber que la muchacha solo
llevaba tocando dos o tres años; solo necesitaba escuchar ese sonido que salía
directamente de su alma. La adolescente se llamaba Joanne Shaw Taylor, una
mujer que se convirtió en estrella con admiradores famosos en todo el mundo de
la guitarra.
La progresión de su carrera profesional es impresionante. Alabada por músicos como Joe Bonamassa (que la
describió como una superestrella en espera) y John Mayall, y con
influencias como las de Eric
Clapton y BB King, Joanne
comenzó a tocar la guitarra a los 13 años. Con 16, abandonó el colegio para lanzarse
a su aventura musical, que le lleva, como he dicho antes, a ser apadrinada por
el ex-Eurythmics Dave Stewart. A los 21 Joanne lleva a cabo un impresionante
debut en 2008, “White Sugar” realmente una obra de guitarra “en bruto” cargada
de sentimiento, una especie de huida
personal en una época no demasiado benévola, que la condujeron a la vanguardia de la generación emergente de
jóvenes artistas de blues, muchos de ellos mujeres, que están inyectando nueva
vida al género. Grabado en Tennessee con el productor Jim Gaines (productor de Carlos Santana), muestra
un potencial aún por pulir. Así se abrió por primera vez la puerta, la carrera
de Joanne se ha vuelto estratosférica, rompiendo el notoriamente difícil
mercado de Estados Unidos. Superó los
estereotipos de su edad y género, ganando la aclamación de críticos y
compañeros por igual. El disco le vale para telonear al supergrupo Black Country
Communion, donde milita otro de sus grandes valedores, el guitarrista Joe
Bonamassa, que se deshace en elogios hacia la explosividad de Joanne.
Es en su
siguiente disco, “Diamonds in the Dirt” (2010), donde comienza a aflorar su talento
compositivo, y con el que continúan las alabanzas de la industria y las
nominaciones y premios. La canción inicial, Can’t
Keep Living Like This, abre con una solitaria guitarra acústica, que
rasguea suavemente antes de que ella empiece a ejecutar algunos bruscos
arranques. Cuando su voz entra, cantando entrecortadamente: "Fumar al
filtro / con el corazón pesado / arrastrando mis días / con pasos empapados de
ginebra" está claro que algo nuevo está en marcha aquí, algo más profundo
y más inquisitivo que la furia desatada en “White Sugar”.
Producto de
una conmoción emocional personal, su potente guitarra lo enciende todo: desde
la rutina de Dead and Gone al devastador
Jump That Train
Le suceden “Almost
Always Never” (2012), el disco en vivo “Songs from the Road” (2013) y el
espaldarazo definitivo que supone “The Dirty Truth” (2014) de nuevo con Jim
Gaines a los mandos, un poderoso disco de rock potente, rebosante de
influencias del blues clásico.
Su último
trabajo, “Wild” (2016) la reafirma como una gran artista no sólo bajo el
paraguas del blues, sino en la escena musical del rock en general.
Joanne Shaw
Taylor no es tanto un alma vieja como un alma experimentada en el cuerpo de una
mujer joven, una mujer con suficientes agallas como para cohabitar en un
hermético hábitat musical, una mujer que se ha hecho a sí misma. Criada en una familia
de clase trabajadora en Birmingham, Inglaterra, de pequeña se aficionó a la
música desde el día que unos desgastados vinilos de la colección paterna le
llamaron la atención. ¿Hay mejor fórmula para combatir el aburrimiento que
música inspiradora?
"Mi
padre era guitarrista. Y mi hermano también tocaba. Mi padre nos animó siempre
a tener esto como un hobby. Supuso una gran unión entre nosotros tres. Pero
también, particularmente, a medida que fui creciendo y lo tomé en serio en
términos de profesión, ambos padres fueron muy alentadores. Básicamente querían
para a mí y para mi hermano, que lo que sea que elegiríamos para ganarnos la
vida fuera nuestra pasión. Tuve mucha suerte allí. No todos los niños crecen
con ese tipo de apoyo”.
Una estudiante
indiferente ("Era una niña muy tímida", le dijo a Karl Stober en jazzreview.com ),
Taylor sintió la llamada de la guitarra antes que nada. "Siempre supe que quería
ser guitarrista", dice.
A los ocho años comenzó a tomar lecciones clásicas y se hizo lo suficientemente competente como para ser aceptada en el UK Youth Ensemble. Todo el tiempo, sin embargo, sabía que la guitarra clásica no era lo que estaba buscando. El punto de inflexión llegó a los 13 años cuando escuchó el álbum de Albert Collins, “Ice Pickin”. No hubo vuelta atrás. Había descubierto su pasión. Cuando se encontró por primera vez con el estilo duro pero lírico de Stevie Ray Vaughan, su estilo se acabó de consolidar. "Fueron los primeros tipos de blues que escuché y realmente me metí en ello", dice. “Tan pronto como escuché a Stevie Ray Vaughan y Albert Collins, fue instantáneo: "Dios mío, eso parece divertido. Creo que quiero hacer eso por el resto de mi vida”. Nunca tuve ninguna duda”
A los ocho años comenzó a tomar lecciones clásicas y se hizo lo suficientemente competente como para ser aceptada en el UK Youth Ensemble. Todo el tiempo, sin embargo, sabía que la guitarra clásica no era lo que estaba buscando. El punto de inflexión llegó a los 13 años cuando escuchó el álbum de Albert Collins, “Ice Pickin”. No hubo vuelta atrás. Había descubierto su pasión. Cuando se encontró por primera vez con el estilo duro pero lírico de Stevie Ray Vaughan, su estilo se acabó de consolidar. "Fueron los primeros tipos de blues que escuché y realmente me metí en ello", dice. “Tan pronto como escuché a Stevie Ray Vaughan y Albert Collins, fue instantáneo: "Dios mío, eso parece divertido. Creo que quiero hacer eso por el resto de mi vida”. Nunca tuve ninguna duda”
Joanne Shaw Taylor se ha
establecido como la estrella número uno del mundo del blues rock en el Reino
Unido. Aquella chica con una gran voz de Black Country ha realizado giras por
todo el mundo (a los 24 años ya llevaba ocho, de gira), ha lanzado álbumes
aclamados por la crítica y ha ganado una base de fans en todo el mundo, además
de tener el honor de tocar junto a algunos de sus ídolos musicales.
Espero que la tormenta de su voz
rasgada, inigualable, y su espectacular manejo de las seis cuerdas os haya
ayudado a refrescar el ambiente de esta noche tan calurosa.
Buenas noches. Bona nit.
Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 グッドナイト Buonanotte.
לילה טוב. Oíche mhaith. Wengi alus.
Fuentes:
http://www.mercurywheels.com/JoanneShaw.htm
http://www.mercurywheels.com/JoanneShaw.htm
https://gravelroad76.com/2017/04/09/joanne-shaw-taylor-una-dulce-voz-una-guitarra-salvaje-gr76/
http://www.europapress.es/cultura/musica-00129/noticia-guitarrista-blues-rock-joanne-shaw-taylor-abril-bilbao-madrid-barcelona-20170117182401.html