domingo, 27 de septiembre de 2015

Al Alba

Si te dijera, amor mío,
que temo a la madrugada,
no sé qué estrellas son éstas
que hieren como amenazas
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores,
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas,
¿no te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza?,
maldito baile de muertos,

pólvora de la mañana.


Hoy hace 40 años que se perpetraron los últimos fusilamientos del franquismo: Juan Paredes Manot (Txiqui), de 21 años, Ángel Otaegui, de 33, José Luis Sánchez Bravo, de 22 años, Ramón García Sanz, de 27, y José Humberto Baena Alonso, de 24. Todos ellos pertenecían a bandas armadas. Los dos primeros a ETA (que entonces era otra cosa) y los tres siguientes al FRAP. Serían los últimos cinco presos asesinados por la dictadura. Los primeros, en Burgos y Barcelona; los segundos, en Hoyo de Manzanares, donde el cometido fue llevado a cabo por tres pelotones de 10 guardias civiles o policías, todos voluntarios. Sus ejecuciones desnudaban la verdadera cara del régimen y dejaban en evidencia a las potencias occidentales que permitieron el asentamiento y desarrollo de la dictadura. La pena de muerte fue el detonante para que la opinión pública alzase su feroz grito de protesta.

La presión de la comunidad internacional sería muy intensa. El propio papa Pablo VI pero asimismo otros máximos dignatarios de otros estados, la reina británica incluida, solicitarán clemencia al gabinete español y al mismísimo dictador. Por supuesto, en el País Vasco, las movilizaciones se generalizarán de una manera radical.

Como las protestas fueron ecuménicas, Franco organizó una gran concentración en la plaza de Oriente y logró repetir con voz agonizante (moriría un mes más tarde) la obsesión de su dictadura: "Todas las protestas obedecen a una conspiración masónico-izquierdista, en contubernio con la subversión comunista-terrorista". Por lo que sea, se olvidó de los judíos el pequeño general.

Fue durante los días anteriores a las ejecuciones que Luis Eduardo Aute compuso una de sus mejores canciones, declaración de amor y sufrimiento. Sus metáforas lograron esquivar la férrea censura. Enmascaró Al alba como una inocente canción de amor, aunque realmente era un alegato contra las ejecuciones y una proclama a la libertad. Durante un tiempo existió el mito de que esta letra está basada en una carta que Aute recibió por parte de la novia de un condenado a muerte. 

Olof Palme pidiendo clemencia
"Escribí Al alba los días previos a los fusilamientos de septiembre de 1975 y con mucha urgencia. Debe haber sido una de las canciones que más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es que no tuve que pensar mucho, salió del dolor." "Quería que pasara rápido la censura. Por eso la estructuré como una canción de amor, de despedida para siempre y como un alegato a la muerte. Pero hay dos elementos en la canción muy vinculados a las ejecuciones. Una vez pasó la censura, Rosa León la grabó." (La Vanguardia 4-11-2000)


Y es que, como sucede muchas veces en los inicios de la carrera de Aute, conocimos la canción en la voz de otro artista, en esta ocasión fue Rosa León; que hizo de ella un éxito en diciembre del 75. Y la gente la cantó… captando el mensaje implícito en la canción y convirtiéndolo en el himno de toda una generación. Aute se resistió a incluir su propia versión en su discografía hasta que en el año 1978 Al alba integró su excelente larga duración Albanta, publicado en el sello Ariola. Para entonces, era un himno reconocible, una canción inmortal.


La última vez que se la escuché  fue cuando la cantó "a capella", ante más de 20.000 sindicalistas de CCOO en el Acto Sindical celebrado en el Palacio de Vistalegre de Madrid el 24 de septiembre de 2011. Los pelos como escarpias tan solo de recordarlo.


José Mercé nos sorprendió con una interpretación flamenca en su disco "Aire" publicado en el año 2000.

El grupo gallego Eco hizo una revisión diferente. Brutal dicen sus seguidores. Fuerte sí que es. Su estilo es difícil de definir.


Y muchas versiones más. Ana Belén la interpretó y la grabó en el disco "¡Abolición! Canciones y textos sobre la pena de muerte" (1978).

El grupo Mecano en 1979, la cantó en directo en el programa de televisión "Gente joven". No destaca por su calidad, pero tiene su qué.

 

La granaína Marina Heredia en 2013 nos ofreció su versión flamenca.

Y por último, Xoel López en el disco "Giralunas. Un homenaje a Luis Eduardo Aute" (2015).

 

Soy consciente de que esta noche electoral muchos de vosotros no estaréis por la labor de dar un paseo por mi blog. Pero no he querido permitir que el tsunami que estamos viviendo nos haga olvidar nuestra historia. (quizás si hubiera más memoria los resultados hubieran sido diferentes)
Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. Boas noites.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Salvador Allende ¡Presente! (II)

No hay revolución sin canciones ni memoria sin canciones.

Dicen testigos próximos a Salvador Allende que "El chicho" se fue diciendo que "nunca seré expresidente, moriré siendo el presidente constitucional de Chile". Según la autopsia, el presidente se suicidó con el fusil AK-47 que Fidel Castro le regaló en 1971.


Hace un año, en el 41 aniversario del dia en que la utopía posible fuera desterrada de Chile le dediqué un post en este mi-nuestro blog en un itinerario de aquellos temas capaces de renovar el imaginario allendista. Cuarenta y dos impactos de bala para Víctor Jara es la mayor demostración de la crueldad de los fascistas ubicando guitarra y armas casi en igualdad de condiciones. Mueve el alma escuchar las  canciones de Quilapayún, Violeta Parra, Isabel y Ángel Parra, el propio Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Illapu, Inti-Illimani y tantos otros.


Pero el pop, el rock,  el punk y casi todos los géneros no podían quedarse atrás a la hora de poner el grito en el cielo ante semejante atropello contra los derechos civiles y denunciar, a través de sus canciones, estas heridas del pasado todavía abiertas. Son canciones que escapan a las obvias, canciones de artistas que compusieron a la memoria del presidente Salvador Allende y todo aquello que le rodeó. Esas canciones, duras en su mayoría y nada intimistas, como un hermoso y variopinto mural, se merecen un espacio en mi noche.

El viernes 4 de septiembre de 1970 Allende gana las elecciones y desde los balcones de la FECH, se dirige a una manifestación jubilosa. Este discurso fue musicalizado para el centenario de su nacimiento y lo he escogido el primero porque a pesar de que me hace llorar cada vez que lo escucho, también me lleva hacia un momento alegre de la historia en que la gente creímos que por fin se alcanzaría la justicia negada por años. Y este es el primer sentimiento que quiero compartir en una fecha tan crucial para Catalunya. A pesar de todo. A pesar de todo.


Con su disco “¡Date Cuenta!”, la agrupación punk Los Miserables formado en 1990, marcó varios hitos en su carrera: habían ya migrado a una multinacional, seguían con la rabia adolescente a punta de crudas y críticas letras, y sus sonidos y ritmos estridentes se acercaron al hard-core- rap. Sin embargo, cual oasis, optando por un lenguaje referencial en formato acústico, en medio del disco se encontraba esta linda y esperanzadora balada, dedicada a Salvador Allende. Siempre Vivirás.


Formada en el año 1998, la agrupación de folklore - rock chilena Mecánica Popular dejó inmortalizada la canción Los lentes de Allende, composición que enfatiza las gafas características del líder político chileno. Los lentes del Allende gana en poesía simple pero llena de simbolismo sobre el modo en que la dictadura militar y sus elementos figurativos (”sangre, fuego, radares, hielo, infierno”) contrastan con todo aquello (avasallado por la fuerza militar) que condensan “los lentes de Allende”. 
”Giro hacia la gente, mis lentes de Allende”, es uno de los fragmentos de letra más lúcidos que identifica la sensibilidad humana de “saber mirar” a la gente con el legado político de Salvador Allende.



Jorge González es un hombre chileno consciente del país en el que nació y que tiene la perspectiva de quien observa algo que quiere mucho desde la distancia. “Me tuve que ir. Pensaba que si me quedaba iba a terminar preso. No encajaba dentro de lo que se supone que uno tiene que hacer para que te acepte la elite gobernante, que son los mismos que gobernaron con Pinochet. Los dueños de Chile son un lote de familias súper militarizadas, gente terrible, huevones malos” declaró en 2013 a The Clínic.

Allende Vive es una mitad fábula, mitad verdad sobre un país que es una finca; crítica pura a la perdida desencantada del compromiso político. Sobre el final, cuando su voz repitiendo”Allende vive” sobre un fondo de frívolos aplausos como efectos de post-producción, se explicita esta “manipulación/deformación” estética pop del mensaje político.


Esta versión en directo tiene una enorme fuerza. Me encanta la guitarra.


La cantante Francisca Valenzuela dijo que su tema Salvador, incluido en su disco “Buen soldado”, buscó homenajear el magnetismo del ex Presidente y también dar cuenta de la falta de liderazgos de esa magnitud. “Alude al hecho de que hay una carencia de liderazgos políticos grande en nuestros planeta yo diría, y lo escribí pensando en esta figura diciendo cómo hoy en día no existe ningún tipo de personaje político o de otro rubro que congregue de esa manera, que sea poético el liderazgo que tú digas, yo creo en esta persona. Obama quizás lo fue en su momento”, señaló en una entrevista. A su juicio no hay una figura “que sea magnética, que tú digas yo quiero seguir a esta persona, creo en sus ideales, quiere generar un cambio, quiere generar una contribución” Allende “encarnaba ese utopismo poético que tenía Martin Luther King en su momento”

Los ortodoxos de la canción de autor dicen que Francisca es demasiado "popera" para ser trovadora. Los radicales del mundo del pop no acaban de comprenderla y creen que el Salvador Allende a quien dedica la excelente última canción de su último disco podría ser un exnovio o un jugador de fútbol.


Las divertidas trompetas de Talco también recordaron la caída del doctor Allende en su primer álbum, “Tuti Assolti', grabado en 2004. El grupo de ska decidió que el tema 11 Settembre '73 debía ser el segundo que sonara en su disco debut.



Quizá menos directa que las anteriores, Solo Resistir de  Chinoy, es una tremenda apología a la memoria, a una lucha pasada, a los movimientos de liberación política y cultural que marcaron a fuego las sociedades y que sin duda influyeron para el ascenso de Allende en Chile, a esos tiempos de su gobierno popular; una canción llena de belleza y nostalgia.


Dando un salto mortal en el aire, esta cancioncilla del poeta y músico Mauricio Redolés  “El finao era choro y consecuente, se agarró a balazos por su gente” nos dice en esta canción uno que conoce de cerca el imaginario y consecuencia del pensamiento de izquierda.


Pinochet fue la cabeza visible de una dictadura que se adhirió a Chile ese 11 de septiembre de 1973 y no se despegó hasta el 11 de marzo de 1990, cuando Patricio Aylwin asumió el cargo de presidente del país. Según los informes de la Comisión Valech, durante los diecisiete años que duró la privación de libertades en ese país hubo más de 40.000 víctimas entre detenidos, asesinados y torturados.  El 10 de diciembre de 2006, Augusto Pinochet Ugarte murió sin haber pagado los crímenes que cometió durante esos diecisiete años que duró la dictadura militar. El grupo de punk zaragozano Chicharrica le dedicó un potente tema junto al rapero Aitor, de Huellas de Barro: Un tirano menos.


Heaven Shall Burn es una banda alemana de heavy de ideales veganos, antirracistas y en contra de las injusticias sociales dedicó este durísimo tema al expresidente "The Martyr's Blood"


Después de tanta estridencia, vamos a tomarnos un momento de calma.  En 1975 Astor Piazzolla entra en contacto con cineastas comprometidos políticamente, y colabora en varias películas destacando Llueve sobre Santiago (Il pleut sur Santiago) un film que narra los sucesos acaecidos en Chile en 1973: la victoria electoral de Allende y la conspiración que culminó con el Golpe de Estado de Pinochet. El director Helvio Soto realizó desde el exilio esta coproducción búlgaro-francesa. Piazzolla compuso la banda sonora, en la que encontramos el tema Presagio (Salvador Allende)


El 21 de agosto, 25 exmiembros de Syriza en Grecia fundaban un nuevo partido de cara a las elecciones que tendrán lugar el 20 de septiembre en el país heleno. Lo han llamado Unidad Popular. Y entre sus principales medidas está la nacionalización de la economía, la vuelta a la dracma y la ruptura con las medidas de austeridad llevadas a cabo últimamente. Quizá no todo murió con Allende aquel 11 de septiembre.


Cierro este homenaje a Allende, a mi historia (la de la clase obrera), a la memoria colectiva, al recuerdo de una lucha, de una utopía, de un sueño masacrado, con el primer tema de este post, esta vez con imágenes del expresidente que gritan una y mil veces: SALVADOR ALLENDE ¡PRESENTE!


lunes, 7 de septiembre de 2015

El blues de Gary Moore

“En lugar de arrastrar la música hacia donde no quiere ir, la sigo”

Los seres humanos amamos las listas en un intento desesperado de controlar el caos. Si haces listas, existes. Listas de tareas, de recados, de recordatorios… listas de los mejores cantantes, de los mejores grupos, de las mejores baladas…. Y allí, en una lista sobre los mejores guitarristas de la historia del rock y del blues que se cruzó en mi pantalla la semana pasada, estaba él.

Que Gary Moore era un gran guitarrista es algo que todo el mundo sabe, que con 16 años formó parte de Thin Lizzy, una de las bandas más genuinas e influyentes para el rock de las últimas décadas, también. Lo que no todo el mundo ha llegado a calibrar es la influencia que, casi sin darnos cuenta,  provocó su innovadora forma de tocar y de fusionar los sonidos duros del heavy con el  blues-rock.

Quien haya seguido su trayectoria estará conmigo que este extraordinario y virtuoso guitarrista irlandés, nacido en Belfast en 1952, no es un músico clasificable a la primera de cambio. Haciendo un símil automovilístico, a Moore le gustaba conducir toda velocidad por la autopista del rock y de repente dar un giro de 180 grados para encontrarse conduciendo en dirección contraria, para alarma o satisfacción, nunca se sabe, de sus seguidores. Su extremismo dejaba descolocados a la prensa, a su compañía discográfica y a sus seguidores. En las revistas especializadas, unos lo retratan como un músico con altibajos en su carrera; otros prefieren la denominación ecléctico, investigador, siempre sumando recursos a su técnica.

En los años 70, sus inicios reflejaban un espíritu experimental, con gusto por la fusión de estilos, hermanando rock, funk, soul, jazz, música folk irlandesa y metal arcaico. Todo un coctel. En esa época se convirtió en leyenda cuando acompañaba a Phil Lynott en Thin Lizzy en aquel estupendo disco de raíces irlandesas,  "Black Rose".

En  los 80 encontramos a un Gary Moore agresivo, violento y muy, muy rápido. Un heavy metal con el que consiguió álbumes que sonaban a clásico incluso en el momento de ser publicados, como himnos del pasado destinados al futuro.

No sería hasta 1990 que con el álbum "Still Got The Blues" daría un giro en su carrera, convirtiéndose en uno de los más grandes guitarristas de blues de las dos últimas décadas. “El heavy solo sirve para emborracharse” dijo en 1996 en una entrevista al diario El País "Si eras guitarrista en los ochenta y querías tener una carrera tenías que tocar rock duro. Al final de los ochenta descubrí que no pertenecía a ese mundo"

Gary encuentra un camino en los estándares de blues clásico, proclamados por Peter Green, de Fleetwood Mac, que se interesó por él, viendo sus dotes de guitarrista habilidoso y poco habitual. Sus referentes fueron sin duda  Eric Clapton, Jimi Hendrix o Albert Collins, Albert King, B.B. King, con los que hizo algunas giras.   

A partir de ese giro hacia el blues, Moore tuvo a menudo la maldición de quienes están en tierra de nadie. Los heavys le consideraron un traidor y los aficionados al blues nunca le aceptaron, teniéndole por un rockero reciclado. Demasiado rápido para tocar blues, decían sus detractores. Y quizás tenían razón; quizás eso que llevaba a los escenarios en sus últimos años no era blues, sino algo diferente. Una visión acelerada de un movimiento de toque lento y sentido. Una novedad. Un estilo único. Con los años, el irlandés fue desarrollando un estilo muy personal en el que consiguió aunar la contención emocional del blues con el desenfreno del rock. Como ocurre con los grandes, adquirió una forma de tocar única y completamente reconocible que le acompañaría hasta el fin de sus días y supo construir un firme puente que lograba entusiasmar a fanáticos que disfrutaban de su estilo en cada extremo. 

La década del 2000 es cuando Moore se centra y enfoca mejor su carrera. Lo tiene claro: “Soy un bluesman'” contestaba cuando se le preguntaba por su estilo. Es impresionante ver como hace hablar a la guitarra: Una rutina militar con el metrónomo, una lucha eterna con la palanca del vibrato, una práctica de cambios de velocidad de fraseo de las notas en milésimas de segundo y gran virtuosismo para aguantar ritmos desbocados durante minutos.

Moore tenía ni más ni menos que una colección de 65 guitarras. "Podría sobrevivir con diez", aunque admitía que en el escenario utilizaba solo cinco o seis. Tocaba todos los días para "mantener la fortaleza de los dedos" y porque "siempre se aprende algo”. Ser zurdo no le ocasionó ningún problema que no pudiera superar con tesón.  

Con más de 30 discos en el mercado, el guitarrista que aún tenía el blues para nosotros, falleció en España, en un hotel en Estepona (Málaga) el 6 de febrero de 2011, (el día quenació este blog) debido a un ataque al corazón provocado por la gran cantidad de alcohol ingerida. Moore tenía alrededor de 380 mg de alcohol por decilitro sangre en su cuerpo, más que suficiente como para sobrepasar 5 veces el límite legal para conducir. Y es que Gary Moore era un irlandés asequible, condescendiente e incluso generoso, cuando no había alcohol de por medio. Es posible que Gary Moore se sintiera eterno, invencible y eterno. Pero no hay héroes delante de la muerte.

La magia y el sentimiento nunca abandonaron a sus 6 cuerdas. Su guitarra tiene ese sonido visceral, que sólo puede venir del hard. Nos dejó así su estilo inimitable, la sensibilidad y emoción para expresarse mediante su guitarra y una envidiable capacidad de adaptación a diferentes estilos musicales, fueron las características principales de un artista irrepetible.

 

Una curiosidad


Cuando en 1990 Gary lanzó este Still got the blues se convirtió en uno de los mayores éxitos del irlandés "caracortada", como le conocían sus amigos. Pero  en 2008 llegó la sorpresa. Gary fue denunciado por  plagio. Resultó que el solo de guitarra que contenía el tema tenía gran similitud con uno compuesto por el alemán Jürgen Winter para la canción Nordrach del grupo Jud´s Gallery.

Allen Klein, fue el abogado de Moore, que ya había defendido a George Harrison en el conflicto del tema My Sweet Lord. Pero aunque trató de defender a su cliente con la misma estrategia esta vez no salió bien. La corte Alemana condenó a Gary a pagar una cantidad de dinero aún desconocida. Juzgad vosotros.


Fuentes: http://cultura.elpais.com/cultura/2011/02/07/actualidad/1297033202_850215.html
http://www.ispmusica.com/entrevistas/2055-entrevista-a-gary-moore-el-poder-del-blues.html
http://otrapintaplease.blogspot.com.es/2013/02/dos-anos-sin-gary-moore.html