La búsqueda de lo
inalcanzable
De vez en cuando (me sucede
tantas veces), un día inesperado tropiezas con un pedazo de música que te
sumerge en un ambiente casi espiritual. Una música que, como el viento, te
envuelve y te susurra. Eso me pasó hace ya cuatro años con “Como la luna y el sol”, de Ana Alcaide. A partir de
piezas como ésta es fácil entender por qué la música ha calado siempre tan
hondo en los pueblos.
“Como la luna y el sol”, está inspirado
en una canción tradicional turca, cantada en judeo-español: “Yo
‘hanina, tu ‘hanino. Nos tomaremos los dos. Los hijicos que mos nacen, Amán,
como la luna y el sol. Dermán, como la luna y el sol (‘Hanina: bonita, llena de
gracia)”. El disco formaba parte de un proyecto de sus estudios de
carrera en la Universidad de Lund, en Suecia, y en él interpretaba otros
instrumentos antiguos como el violín de Hardanger, santur, rabel, arpa o el armonio.
Esta joven madrileña tiene una
historia fascinante. Empezó a tocar el violín a los 8 años. Después aparcó la
música para estudiar Biología. Una beca Erasmus le permite completar estudios
en Suecia y es allí donde decide retomar la música tras comprobar lo saludable
que es la escena folk de aquel país nórdico. Y, cosas de la vida, mientras
estudiaba, conoció la viola de teclas, un instrumento medieval minoritario que
en sueco se llama nyckelharpa.
Ana se enamoró de él y lo aprendió a tocar en las calles de Toledo, fuera y
lejos de su tradición original.
“Este es un instrumento muy antiguo, originario
del siglo XIV que en España apenas se conoce. Es bastante sofisticado
visualmente porque tiene muchas teclas o llaves, como llaman lo suecos. La
palabra arpa para referirse a cualquier instrumento en general”, explica ella misma.
Viniendo de la cuerda frotada
e interesándole las músicas del mundo, era imposible no caer en las redes de este
instrumento medieval de origen sueco que comparte características con la
zanfona y la viola de gamba del sur de Europa. Ana Alcaide que acostumbraba a tocar en
sus calles los fines de semana para practicar y pagarse sus estudios de música
en la Malmö Academy of Music, de la Universidad de Lund (Suecia).
De vuelta a España hace once
años, dejó de estudiar Biología y empezó a tocar este instrumento. No es muy
habitual que alguien se traiga a España un antiguo instrumento sueco y dedique
tres años a aprender a tocarlo de forma autodidacta.
Como fruto de su búsqueda de
nuevos lenguajes con el instrumento, publicó “Viola de Teclas” en el 2006,
trabajo con el que comienza su fantástica carrera musical.
En la actualidad reside en la
parte antigua de Toledo aprovechando al tiempo la tranquilidad de esa localidad
y la energía que da vivir en un lugar donde lograron convivir las 3 culturas
(cristiana, musulmana y judía). Allí, cursó un plan de estudios en el que ella
misma diseñó su propia carrera en función de sus intereses particulares.
De esta forma, Ana Alcaide ha podido combinar su interés por la música tradicional con el aprendizaje de técnicas más modernas que le permiten crear su propio camino como intérprete tanto como compositora.
Desde el inigualable marco de inspiración que le brinda su ciudad, Ana escribe y produce sus canciones, añade composiciones y adapta su instrumento a melodías ancestrales que han viajado por el Mediterráneo y que tuvieron su origen en la España medieval.
Desde el inigualable marco de inspiración que le brinda su ciudad, Ana escribe y produce sus canciones, añade composiciones y adapta su instrumento a melodías ancestrales que han viajado por el Mediterráneo y que tuvieron su origen en la España medieval.
Su voz delicada, clara y llena de magia la utiliza para interpretar textos judeoespañoles desperdigados por todo el Mediterráneo transportándonos instantáneamente a épocas pasadas, al tiempo que consigue que la emoción fluya espontáneamente y sin trabas de ningún tipo.
Su música es el resultado de la búsqueda y la recuperación de ese legado cultural. Ofrece a nuestros oídos contemporáneos melodías y canciones populares de toda Europa, a partir de una visión artística personal que incorpora elementos de otras culturas: “Me baso en melodías tradicionales que encuentro en cancioneros y en grabaciones antiguas y les añado mi propia música”.
El siguiente tema está inspirado en
la famosa y trágica leyenda toledana de “El pozo amargo”. En él se narran los desamores entre una
judía toledana y un valiente cristiano, que es asesinado por el padre de ella
en una de sus encuentros nocturnos. La leyenda cuenta que las lágrimas de
Raquel amargaron las aguas de este pozo, donde ella acabó tirándose presa de la
locura.
Muy cerca de la catedral de
Toledo se encuentra la calle de 'El pozo amargo', donde todavía se conserva
este pozo. Es el lugar donde se ubicaba el palacio judío escenario de la
leyenda, donde se daban cita los enamorados Raquel y Fernando.
En los conciertos muchas veces
acompaña a Alcaide Carlos
Beceiro de la formación La Musgaña, que
fue también el productor de sus álbumes. Alcaide es también miembro del grupo
Nemo de música nórdica y celta.
"Los instrumentos antiguos se sienten en el estómago" dijo en 2008 en una entrevista en El País . Así lo creo.
(En este enlace podréis ecuchar la entrevista que propone Jesús en su comentario)